Esta edición de FSTVL·B ha llegado cargada de grandes nombres: Amaia, Judeline, Ralphie Choo, Dillom, Sticky M.A. y Bb Trickz son algunos de los artistas que han tocado en el Parc del Fòrum el pasado fin de semana. Este año hemos tenido tres días, uno más que el anterior, y tres escenarios, lo que ha dado pie a tener todavía más conciertos. Shows increíbles, alguna decepción, algunas sorpresas… Supongo que querrás enterarte de todo. Estás en el lugar correcto.
Como suele ser habitual, FSTVL·B es la despedida oficial del verano para aquellos que no lo sabemos soltar, y esta vez ha sido incluso más directo, pues el primer día nos arrepentimos de llevar una camiseta de tela gruesa y el último de no coger una sudadera. Con todo, siempre es positivo que termine septiembre de una vez.
Ya contamos en su día que el crecimiento del festival es un reflejo del crecimiento de la escena local, sobre todo de esta cara B que cada vez se distingue menos de la cara A (si es que la queremos llamar así) porque como sabemos el mainstream está más en el aire que nunca. ¿Hasta qué punto Amaia forma parte de la Cara B de la escena? ¿Y Ralphie Choo? ¿Y Judeline? Si aún están allí, poco tiempo les queda. Aunque si lo pensamos, son ellos mismos los que están redefiniendo estas caras, quizás la A y la B ya no son la principal y la secundaria, sino una separación más parecida a las clases del colegio.
Como sea, el cartel cada año es mejor. Con ello también podríamos abrir el melón de la subida de precios, una queja que persigue a varios festivales y de la que el B no se libra, porque cada año es más caro. Pero dejando este tema aparte, para los que es un chollo es para los artistas. Cada edición sale alguno diciendo que ha sido el mejor concierto de su vida y, aunque esta edición no lo hayamos escuchado, te podríamos decir un par que lo pensaron. ¿Te digo uno? No, tengo que aprender a controlar esto. Empezamos con los conciertos del viernes.
La tarde ya se las prometía entretenida en el escenario adidas Originals desde su pistoletazo de salida. Ouineta calentó motores con un show visceral, fresco y muy, muy dosmilero, como ya nos tiene acostumbrados. La catalana nos hizo sudar, bailar y gritar como si a nadie le importase que fueran las cinco de la tarde en el Parc del Fòrum e hiciese un calor más propio de mediados de junio que de primeros de octubre.
Tras la vibrante y alocada propuesta de Ouineta, los focos se convirtieron en rayos celestiales con la salida al escenario de Amore, que tardó dos segundos en convertir la tarima en el cielo. Nos conmovió con lo nuevo –I Gotta Feeling, Peléame!!! o Juvenil– y clásicos como Feria lo pagán o Malicia. Bailarinas y un solo de piano para hacer de su actuación un completo delirio colectivo. Tuvo tiempo de protestar ante el genocidio contra el pueblo de Palestina y el público se lo agradeció al grito de ‘free Palestine’.
El escenario Voll Damm lo estrenó Disobey. Arrancar con ellos en 2024 era un planazo que al Riverland le salió redondo, pero después de un año en el que solo se ha hablado de ellos se hace raro verles tocando de día. Con razón se quejaron de esta decisión. Dicho esto, el bolo fue igual de bueno que siempre. Se nota que al público catalán a veces nos cuesta soltarnos, pero llega un momento que es inevitable sucumbir a la energía del swag. Cantaron los hits más potentes que tienen en conjunto (salvo el anthem que ya no ponen) y cada uno hizo un show individual, así que independientemente de que tu favorito sea el basado, el presidente, la influencia o la máquina del ritmo, estoy seguro que si estuviste te habrás llevado un buen recuerdo.
Cuando hablamos de la cara B de la música, en algún momento tenemos que hablar de rap, y uno que está enganchando cada vez a más gente con su estilo tan único es El Grecas. El de la sierra se paseó por el escenario como si estuviera en su casa y tuvo recitando barras a todos los fieles que asistieron como Wirtz. Esta no te la esperabas. La siguiente en pisar el escenario fue una declarada fan suya, Bb trickz, de quien podríamos escribir un libro. Era su primera vez tocando en su ciudad y se la notó algo desentendida con el público. Fue en canciones en las que solo depende de su desempeño, como Bambi, donde logró sacar su mejor versión. Su último lanzamiento, lechita, nos dejó algo confusos y el QR que mostró y que llevaba a pagar diez euros por ver un vídeo suyo, aún más. ¿Pensamos que tiene potencial? Sí, muchísimo. ¿Lo demostró el viernes sobre el escenario? Para nada.
El año pasado tuvimos un tercer espacio dedicado a la electrónica y a los DJ sets, y este año se ha convertido en un escenario más, sin carpa y orientado al mar, quedando especialmente bonito e iluminado naturalmente de día. Qué oportunidad para Greta ser la encargada de estrenarlo, a la vez que traía un formato nuevo junto a su nueva banda. Fue emocionante verla sorprendida al darse cuenta que tanta gente había subido las escaleras para abandonar los escenarios grandes e ir a verla a ella, y no solo eso, sino cantar sus temas a pulmón. Hasta pa’l resto, que llevaba fuera apenas unas semanas, fue coreada por el público. Algunos nos olíamos que iba a ser un gran concierto, estamos muy felices de que se haya cumplido.
Muchos nos preguntábamos si el nuevo escenario de Jägermusic iba a poder soportar tanto flow. Se ve que sí. Si alguien esperaba una noche tranquila, llegó LaBlackie para reventar los altavoces. Deslumbró y demostró por qué es La favorita. Tras ella, la expectación era máxima con el bueno de Nusar3000, había muchas ganas de verle en vivo. Todos sabemos de sobra su capacidad de romper el show en su faceta de DJ, pero no defraudó a nadie con su actuación, siempre con un estilo único e inconfundible. Incluso Mushka no pudo resistirse a subirse con él a cantar su palo conjunto, Mushkar3000.
Se iba llenando el escenario adidas Originals y, en pleno atardecer, L’Haine tiñó la atmósfera de azul en una emocionante cita con el amor y con el odio. Fue cayendo la luz del día a medida que caían sus temazos, no faltó ni uno, transportándonos de nuevo a la intimidad de De la forma en que yo quiero. Detrás del riojano, una pared grafiteada con la palabra ‘concreto’, cual la portada de su último trabajo y con el que nos mostró el impresionante talento de un artista que ha construido un aura inconfundible.
Le siguió Mvrk, quien estaba al noventa y cinco por ciento de energía porque el día anterior jugó el Rayo, pero aun así demostró que está más que preparado para las grandes citas. Los carteles de ‘peligro’ sobre el escenario nos avisan de que su actuación es de alta tensión, algo que usa como justificación para subir los decibelios y hacer retumbar los bajos. A partir de eso solo le queda sonreír y presumir de ser el niño de oro, no necesita nada más. Parece que no tenga techo y que sea plenamente consciente de ello. En los últimos sacó de nuevo a L’Haine, que aún no se había marchado para cantar el temazo Suena cool.
Una de las actuaciones estelares de este primer día de festival fue sin duda la de la gaditana Judeline. Emocionada, reflexionaba sobre el crecimiento que ha vivido en los dos años que han separado su primera actuación en el FSTVL·B de esta última. Un disco, Bodhiria, la ha llevado de tocar en el escenario secundario a llenar hasta el último metro cuadrado en el principal, y es que su show también ha evolucionado lo suficiente para justificar este salto. Junto a la excelente actuación de su equipo de baile, en especial del bailarín Héctor Fuentes (a quien ya debes conocer), Judeline brilló y dibujó una mangata que nos hizo conectar con una energía especial. Y por si no nos bastaba con ella, sacó a Amaia para cantar Com você.
Cambio de rollo. Si vamos a hablar de pogos, de locura y de sudor, tenemos que hablar del show de Agusfortnite2008 & Stiffy. Desde Argentina, los Swaggerboyz llegaron a Barcelona para matar y luego revivir la música. Hicieron que todo el público tuviera que desprenderse de sus camisetas y echarse agua por encima en un concierto que hizo retumbar el escenario adidas Originals, desatando la locura. Salieron a cantar también Disobey al completo, anunciando así una nueva colaboración entre ambos colectivos.
Y entonces llegó el momento que todos estábamos esperando. Nuestros corazones se tintaron de color verde con la salida al escenario de uno de los más esperados: Sticky M.A. Otro que tampoco falla a su cita, el madrileño agradeció muchísimas veces a la ciudad de Barcelona la increíble acogida que le dan siempre, y esta vez no fue diferente. Un concierto memorable y a la altura de un peso pesado de la escena, con palos históricos que se gritan a pleno pulmón. Estrenó en directo su último single, Volteretas, y nos regaló un cierre legendario con Tkm y Diablo.
Prácticamente a la vez, en el otro lado del Parc del Fòrum hubo un cierre distinto pero no menos intenso. Hoke tiene olfato y morro fino, cualidades que le hacen saber que Barcelona es un público de cinco estrellas, así que vino de gala y se trajo a los suyos para celebrar esta ocasión especial. Combinó lo mejor del aclamado BBO con lo mejor del ya no tan reciente Tres creus, mostrando que con los dos productos maduros el plato se cocina solo. Una pena que la gran aparición de Ébano en M.A.N. se viera manchada por un problema de sonido en Olympique, hubiera podido ser la guinda. Con todo, el de la terreta no baja del sobresaliente.

Disobey

Disobey

Disobey


Amore

El Grecas

Greta

Greta

L'Haine

L'Haine

Bb trickz

Rojuu

Rojuu

Agusfortnite2008 & Stiffy

Judeline

Sticky M.A.

Hoke
Al primer concierto del sábado llegamos de nuevo con el sol pegando, haciendo que nos planteemos esto de ir con pantalón largo. Y uno que tampoco lleva muy bien esto del calor es Teo Lucadamo, que empieza quitándose el abrigo y ya sabemos cómo termina. Él y su banda nos animaron la tarde con una actuación que incluía reproches de un Teo muy arrogante con los demás miembros, pero a medida que iban pasando las canciones, cada vez se entendían mejor y entendíamos nosotros mejor a Teo, hasta terminar cantando todos juntos “uhuhuu uhuhuu uh, ayer conocí a Luisa”. En fin, que tuvo que salir alguien del festival a decirles que cortaran porque si no ahí nos quedábamos con ellos hasta el cierre.
La gente que no llegó al primer concierto fue entrando, y para el de Cariño no pasamos lista pero no debieron faltar muchos. El afecto del público, que cantó al completo canciones como su versión de Llorando en la limo y, por supuesto, Si quieres, les llegó en un momento sensible para el grupo y les hizo todo el bien que necesitaban. Hay quien dice que suenan igual que con María, y hay quien dice que les falta una voz; en ese caso, Barcelona se convirtió en la vocalista que faltaba.
En el escenario de Jägermusic tuvimos un show de la reina Azuleja, que para los que no la conocieran debió ser un shock. Ella canta genial y es capaz de crear un momento de paz y armonía con facilidad pero le pasa una cosa, que es incapaz de no sentir lo que canta, y si le canta a un desamor se enfadará, gritará y hará que las cuerdas de la guitarra suenen con violencia. Ella también se quitó el vestido como Teo Lucadamo porque tenía calor, pero en su caso fue recordando un beso que se dio con un amante en un hotel. Y en un momento huyó. Cómo no la vamos a querer.
Empieza a haber dos clásicos en el FSTVL·B: los artistas no catalanes intentando hablar en catalán y la estrella del Baix Llobregat dando uno de los conciertos del día. Alizzz siempre se guarda lo mejor para Barcelona porque para él es una ocasión especial por muchas veces que se repita. Nos encanta ver sus dos versiones en acción, la del ‘bon nen’ enamorado de esta ciudad y la del rockero rebelde que busca agitar las élites acomodadas. Ambas nos representan. Otro año más consiguió subir al escenario a su cantante favorita, María Arnal, y por si nos sabía a poco (que no, pero hay gente a la que todo le sabe a poco) también se sumó a la fiesta Rigoberta Bandini.
Pasamos de un éxito asegurado a una grata sorpresa, no por la calidad del artista, que ya la conocíamos, sino por la conexión que logró con el público a muchos kilómetros de su casa. La esencia punk de Dillom llegó a la hora perfecta. Fue un concierto distinto a todo lo que habíamos visto hasta entonces, mucho más oscuro y más turbio, algo que puede dar miedo pero que engancha. Su característica voz y la fuerza con la que tocó su banda consiguieron hacer pogos a los que incluso un antipogos se asoma a ver. Sentimos una energía brutal y lo mejor es que en ningún momento parecía forzada, incluso él se lanzó al público en el momento en el que claramente debía hacerlo. ¿Cómo se puede llegar a un punto en el que digas, ah, sí, ahora debería lanzarse al público? Dillom, por vos, Barcelona va en misión suicida.
Y para ti, ¿cuál era el momento más esperado del festival? Para mucha gente seguramente el que te contamos ahora. El concierto de Amaia fue el que más gente reunió alrededor del escenario principal y milagrosamente el único que logró tener al público en silencio durante su actuación. Hay personas que te ablandan el corazón, sin duda su caso, y hay voces que tienen la capacidad de llegar a lo más profundo de tu interior, otra vez su caso. Combinar las dos nos vuelve absolutamente vulnerables y nos pone emocionalmente a su merced. Fijaos que sacó a Alizzz para cantar El encuentro y se sintió como un descanso entre tanta intensidad. Luego vino la exhibición vocal con Yamaguchi y el remate final que precedió las tres palabras mágicas: Tengo un pensamiento…
Nos quedamos embobados pero tuvimos que recomponernos, y para eso tuvimos a un artista que desprende naturalidad y que por eso nos gusta tanto, Barry B. Vestido de adidas de pies a cabeza parecía sacado de Hooligans y eso lo notamos en su actitud, salió a comerse el escenario. Pero a medida que avanzaba el concierto su cara reflejaba que estaba pasando algo con lo que no contaba: el recibimiento de Infancia mal calibrada, su último álbum, lo puedes medir con los números en las plataformas de streaming, pero el impacto que tiene en tus oyentes no lo puedes ver hasta que los tienes enfrente. Y vaya si lo vio. Su rostro expresó alegría y emoción a la vez, y aun así se las apañó para dar un conciertazo. Aquella noche debió dormir a gusto.
Pocas veces falla dejar lo mejor para el final, y si el listón lo habían dejado muy alto, qué mejor que traer pasada la medianoche a un artista que no sabe decepcionar. El día que Ralphie Choo saque una canción mala no nos vamos a dar cuenta porque no nos lo creeremos y viviremos en una mentira. No es solo que sea un virtuoso, también da el cien por cien en cada show, se mueve de un lado a otro del escenario, salta, se mete un tubo en la boca mientras se conecta en Omegle y NUNCA para de cantar. Quien también vino corriendo del otro escenario con nosotros fue Barry B, que salió a cantar Rookies regalándonos un momentazo. Y siguiendo la tradición, si el año pasado estrenó Omega, este año ha estrenado Pirri. Qué día, chicxs.

Cariño

Cariño

Cariño

Alizzz

Dillom

Amaia

Barry B

Ralphie Choo
Este año hemos podido disfrutar de un día extra que solo por su nombre ya podrás entender cómo fue. Sí, estamos hablando del RA·B. Con el cansancio acumulado de los dos primeros días nos reunimos con los demás zombies que quedamos de pie y con los que llevaban la pulsera fosforito, es decir, que tenían entrada exclusivamente para el domingo, auténticos expertos de la máquina. El primero en salir fue El Bugg, quien no diríamos que es el artista más movido del cartel pero sí cuenta con un repertorio plagado de temas para ponernos a perrear o a botar, como los que cerraron su actuación, Swiper No Robes y el remix de Amy.
Siendo sinceros, la razón principal por la que debíamos ir el domingo tiene nombre y es Metrika. Solo hacía falta ver las vestimentas de tu alrededor para saberlo. Estábamos como locxs por escuchar Las plásticas en directo así como tantas otras, pero la verdad es que por encima del hype por escuchar nuestras canciones favoritas, lo que pudimos ver fue una actuación completísima que nada tiene que ver con la que hizo el año pasado. La madre fundadora dio un show en el que combinó música, baile y otros tipos de performance que no sabría catalogar pero que podríamos resumir en épica y mística. No hace falta decir que sirvió como siempre.
Entonces empezaron los DJ sets. Bueno, en el escenario de adidas, porque en el de Jägermusic John Talabot ya hacía tiempo que había empezado con su sesión de cinco horas. Tras el show de Metrika, la mesa de D. Basto pasó a las manos de Nusar3000 que, como te hemos contado, tiene esa doble faceta, la de coger el micro y la de pinchar. Si lo piensas, esto de cubrirse la cara le pega más a un DJ que a un cantante, véase Marshmello, Daft Punk o incluso Bizarrap con la gorra y las gafas. Hizo una mezcla de lo más variada, pinchando desde rumba portuguesa hasta música de las favelas brasileñas, y es que solo con su sampling ya puedes ver que su universo musical es inmenso.
Para cerrar estos tres días de FSTVL·B podías elegir entre darte toda la caña y llevar tu cuerpo al límite con Parkineos o añadirte al final de la sesión de John Talabot, donde te esperaban los más veteranos. Así terminó esta edición 2025, con música hasta las últimas horas del finde y con un cartel que nos decía ‘fins aviat’, así que nos despedimos y esperamos volver a vernos en la próxima. Si has llegado hasta el final, que sepas que te queremos.

El Bugg

Metrika

Nusar3000
