Se agobia antes de los conciertos, crea desde su autenticidad y aboga por una mayor visibilidad de la bisexualidad. Ouineta es una propuesta sincera y visceral que, a través de universos visuales meticulosamente entrelazados, narra historias de amor, desamor y deseo, todo inspirado en los años 2000.
Una voz delicada, una producción excepcional y coreografías intrincadas componen la maravillosa obra de Ouineta, el hada de la verdad. Ahora habla sobre distanciarse de esa dulzura que tanto la caracterizaba en proyectos anteriores, como en su debut Boomer o su primer EP, Ouineta23, y muestra otra cara en Wild, su nuevo single, donde explora el despertar sexual a través de un sonido más salvaje.
Te defines como ‘el hada de la verdad’. Cuéntame qué hay detrás de eso.
Ouineta crea desde su propia verdad y eso me parece valiente. En las canciones siempre  hay sinceridad de manera más o menos directa. Autodefinirme como hada me ayuda a  crear un personaje, como si tuviera un superpoder.
2023 fue el año en el que empezaste a lanzar música de manera constante. ¿Por qué decidiste crear a Ouineta?
Hace años que existe, pero era un proyecto íntimo. Las canciones contaban historias y canalizaban emociones para reír y redimir. Eran notas de voz que mandaba por Whatsapp a  mis amigas, mi madre y amores. Después, el proyecto quedó congelado y en 2023 se juntaron varios factores que permitieron producir las canciones: conocí a Pol Clusella y Juan Feduchi (los productores de Ouineta23, claves para el proyecto) y empecé el año con tiempo y con algo de dinero, así que decidí hacerlo. Fue guay retomarlo tras haber trabajado en la música como coreógrafa, porque me dio experiencia y otros puntos de vista.
¿Cuánto de Marta Ros hay en Ouineta?
Bastante. Ouineta es una parte de Marta llevada al extremo. Se basa en una identidad que  me ha definido durante mucho tiempo, y poder explorarla desde un lugar más autoconsciente y juguetón ofrece caras nuevas. Es una zona de confort y también un misterio, me dejo llevar y descubro hacia dónde voy por el camino.
Acabas de lanzar Wild, donde exploras desafiar las reglas de una sociedad que  tiende a invisibilizar la bisexualidad. ¿Decidiste componer una canción al respecto porque crees que es importante visibilizarlo, o simplemente porque fue una experiencia personal que te inspiró?
Más bien lo segundo. Hacía tiempo que quería escribir sobre el deseo hacia las mujeres. En  mis canciones hago homenajes internos a lo vivido, y este es un tema que ha ocupado importancia en mi vida. El objetivo no era reivindicativo pero no está de más. “Quiero ser tú o me gustas” es una pregunta que me hacía mucho al fijarme en chicas al haber crecido en un contexto de heterosexualidad obligatoria. Si eres bisexual, como también te atrae lo masculino, es mucho más fácil quedarte allí y dejarlo pasar.
Me gustaría que estuviera más visibilizada pero no desde la male gaze. Decir que me estoy volviendo salvaje y saltándome las normas al expresar el deseo lésbico en realidad es una ironía porque no debería ser nada fuera de lo normal. Tiene que ver con lo que sentí que se esperaba de mí durante mi despertar sexual.
Ouineta_4.jpg
Has dirigido creativamente, participado en la filmación y diseñado la coreografía del videoclip.Todo ello implica estar involucrada en múltiples aspectos del proceso creativo. ¿Cómo te sientes al trabajar de manera tan multidisciplinaria y formar parte de tantos procesos?
Muy feliz. Ouineta me permite trabajar con disciplinas que amo (escribir, coreografiar, actuar, bailar, componer, dirigir). Me motiva mucho hacer música y pensarla desde la performance y la dirección creativa. Al ser un proyecto personal y autoeditado, me siento muy libre. También es genial trabajar con amigas. Este videoclip lo he dirigido con Lola Errando, que lleva tiempo involucrada en el proyecto desde diferentes ámbitos y me ayuda infinito. ¡Incluso hay voces suyas escondidas en Wild!
La coreografía del videoclip, creada junto con Cristy Cortez, es visceral y, por  supuesto, salvaje. ¿Cómo fue el proceso de diseñarla?
Tuve claro que tenía que ser muy físico. Ya había creado antes con Cristy (además de haber bailado juntas) y me encanta. Tenemos estilos muy diferentes que se complementan,  admiro mucho su trabajo. Quería que aportara una calidad distinta a la mía y contar con una  visión externa. Su baile tiene mucha potencia y sensualidad. Para coreografiar nos partimos  la canción y trabajamos por separado. Luego lo pusimos en común y ensayando surgieron  ideas nuevas. Los movimientos transmiten fuerza porque el conjunto lo pedía: el espacio, el  tema, la música, el cuerpo.
¿A dónde te lleva el simbolismo de los caballos? ¿Por qué elegiste el imaginario ecuestre para el videoclip? 
En el videoclip quise ser yo el caballo. En la producción, quería trabajar con sonidos de  animales y fue el primero que me vino a la cabeza al pensar en algo salvaje. Lo probamos y  funcionó. Los caballos transmiten libertad y, además, están siendo main character este 2024.
Hace poco estuviste en Heliogàbal, en Barcelona, presentando Wild en directo,  coreografía incluida. ¿Qué es lo que más disfrutas a la hora de presentar tus  proyectos en vivo? ¿Y lo que menos?
Lo que más, actuar y compartir la experiencia. Lo que menos, el trabajo de organización  previo porque me agobio mucho, soy piscis…
En tu primer EP, Ouineta23, creas un pop dulce que, como tú misma mencionas, es "deliberadamente naif". Este estilo de sonido contrasta con Wild, que  utiliza ritmos más fuertes fusionados con resoplidos de caballos y coros envolventes. ¿Qué te llevó a explorar ese camino más intenso?
Es parte de una progresión conceptual. En el EP, Ouineta es inocente, dulce, naif, como solía ocurrir en los inicios de una popstar mainstream old school en los 2000, véase Britney.  Después del EP quería un cambio, mostrar otra cara. Me encajó que la evolución fuera hacia algo más duro. También se juntaron las ganas de hacer canciones más bailables. Los coros añaden diversión, que siempre está invitada.
Siguiendo con Ouineta23, las canciones tenían muchas referencias dosmileras. Sin ir más lejos, los nombres de dos de ellas son HSM1 y Messenger. Tú misma dices que tu música es un viaje a esa época. ¿Por qué esa fascinación por los 2000?
El tema que atraviesa Ouineta23 es el deseo. En la adolescencia empecé a relacionarme  de manera más intensa con este y, por generación, tuve esa edad a inicios de los 2000. Messenger era el espacio donde podía explorar parte de mi deseo al chatear con chicos  que me gustaban escondida de mis padres. He intentado llenar las canciones de referencias para homenajear y contextualizar esa época. Los 2000 me fascinan en general, y revivirlos me aporta mucha nostalgia.
Respecto a la producción, tanto en Ouineta23 como en Wild, Juan Feduchi  siempre aparece en tu obra como productor. ¿Qué te lleva a trabajar tanto con  él?
Me siento muy conectada con él creativamente y entre nosotros ha surgido una amistad. Los  dos somos personas muy motivadas y enseguida nos venimos arriba con las ideas. Además  está muy abierto a experimentar. Hay mucha entrega y generosidad hacia el proyecto. Es  una suerte, tiene un talento increíble. Como diría Mushkaa, es el soci del negoci.
¿Qué nos tienes preparado para 2024? ¿Tienes algún concepto o idea específica que quieras explorar este año a través de tu música?
Estoy creando muchas canciones nuevas que imagino en un disco. En 2024 sacaré singles  que me gustaría escuchar en fiestas. Después de Wild, Ouineta ha cumplido la mayoría de  edad y ya puede entrar legalmente en la discoteca.
Ouineta_3.jpg