Cuando pensamos en el mundo de la moda, la música o la publicidad, solemos quedarnos con la superficie y el resultado final. Pero detrás de todo eso hay un curro de mentes creativas en silencio, personas que no pisan la pasarela ni aparecen en los créditos grandes, pero sin las cuales nada existiría. Es cierto que las redes sociales han empezado a abrir una grieta en ese anonimato y ahora vemos más procesos, más créditos, más making ofs. Pero siendo sinceros, todavía no es suficiente.
Jorge, María, Aida y tantos otros forman parte de ese universo invisible que hace posible lo visible. Sus días empiezan antes de que llegue la cámara y acaban mucho después de que se apaguen las luces. Son quienes convierten una habitación vacía en una historia, y hablar de ellos es mirar más allá del glamour poniendo el foco donde normalmente no llega. Porque el arte que recordamos, muchas veces, nace de manos que casi nunca vemos.
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Quizás aún no sepas quién es Jorge, pero seguro que ya te has cruzado con su trabajo. Sin saberlo, lo has visto en el videoclip de Bitch de Juicy BAE, en IDGaF con Villano Antillano o en ese universo visual que te atrapó en alguna de nuestras editoriales. Escenógrafo, arquitecto y modelo, se mueve entre lo onírico y lo radicalmente real. Ha diseñado y dirigido el arte de videoclips y editoriales junto a artistas como Guitarricadelafuente, Natalia Lacunza, Jimena Amarillo o Amore, entre otros.
Una mirada a su trabajo basta para intuir que, además de la vena arquitectónica, Jorge tiene también una identidad muy teatral, performática e íntima. Como modelo, ha desfilado para marcas como Dominnico, Emeerree o Charlie Smits, llevando su lenguaje visual también al cuerpo.
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María Ona es una de esas creativas que saben convertir cualquier espacio en una historia visual. Madrileña, formada en Bellas Artes y especializada en estudios culturales, ha ido abriéndose paso como set designer y directora de arte, dejando su sello en campañas de moda, videoclips y editoriales que seguro has visto (aunque no supieras que era ella la mente detrás). Algunas de las marcas más importantes como Loewe, Vogue o adidas ya han contado con su mirada.
Puede crear desde cero un proyecto de shooting o diseñar escenografías que reflejan la identidad de una ciudad entera, como hizo para The Madrid bag de Loewe. Su estilo está en esa línea fina entre lo artesanal y lo contemporáneo, lo íntimo y lo editorial. En resumen, ella es lo más.
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Hay proyectos que recuerdas por la canción, y otros por la atmósfera que los envuelve. Ahí es donde aparece Aida Salan. Desde esa Lolita casi onírica de Belén Aguilera, pasando por Mala suerte de Lola Índigo y Dellafuente, hasta Yo tengo un novio con La Zowi, la directora de arte y set designer ha dado cuerpo a videoclips que se nos han quedado grabados en la retina. 
Pero Aida no se queda solo en lo musical. Su lenguaje también ha tomado forma en editoriales con Cupido, Daniel Sabater o Paco León para ACERO, WOW Concept para METAL, sin olvidar la presencia magnética de Ester Expósito o Samantha Hudson. Cada proyecto es distinto, pero todos llevan su sello.
Arquitecta de formación por la ETSAM, Aida ha desarrollado una práctica híbrida que se mueve entre lo material y lo digital, el dibujo, la instalación, la cultura visual y lo doméstico. Otros proyectos como Pan duro, donde explora la materia del pan teñida con pigmentos naturales, muestran ese cruce entre investigación estética, herencia cultural y experimentación.