AMORE presenta esta primavera su esperado primer álbum, un reflejo de su mundo interior: intuitiva, sincera y sin miedo a la experimentación. En esta entrevista, nos sumerge en su proceso creativo, y nos explica la importancia de hacer las cosas con pasión, sin perder la capacidad de sorprenderse. Entre anécdotas, reflexiones y un humor espontáneo, descubrimos el universo de la artista murciana.
Entrevista extraída de ACERO vol. 10, publicada en mayo de 2025. Hazte con tu copia aquí.
Con solo veinticinco años, AMORE se ha convertido en una de las voces más frescas y auténticas de la escena musical actual. Murciana de nacimiento y madrileña de adopción, su trayectoria ha sido un viaje natural entre el conservatorio, la universidad y la música. Sin haberlo planeado demasiado, ha encontrado su sitio en un sonido propio, atmosférico y emocional, donde cada canción parece un pedazo de su universo personal.
Tras estudiar Periodismo y Comunicación Audiovisual, terminó inclinándose por lo que realmente le hacía vibrar: la música. Su primer álbum, Top Hits, Ballads, etc., juega con la ironía y desafía las etiquetas, mezclando pasado y presente con un sonido afilado y envolvente. Su autenticidad no solo se escucha en sus canciones, sino que se siente en cada decisión artística, en su obsesión por los detalles y en su forma de entender la música sin presiones ni artificios. En esta entrevista, hablamos con ella sobre su proceso creativo, las colaboraciones, la importancia de la danza en su proyecto, e incluso nos enseña sus objetos más preciados. Si aún no la conoces, es el momento perfecto para descubrirla.
Lo primero de todo, ¿cómo estás? ¿Cómo ha cambiado tu vida en estos últimos años con el crecimiento de tu carrera?
Pues tendría que hacer un recap mental. Ahora mismo estoy muy bien, bastante alineada con la profesión que quiero tener, con los deseos que tengo, con las ilusiones. Siento que estoy muy presente en el trabajo que estoy haciendo. Y creo que tiene bastante que ver con haber terminado la universidad de una vez, que eso me tenía un poquillo disociada de más, la verdad. Poder centrar mi esfuerzo en lo que de verdad me ilusiona me tiene muy contenta. Muy cansada también porque hay mucho trabajo siempre, pero satisfactorio.
Sobre esto quería hablarte. Sé que tus primeros lanzamientos en la música ocurren mientras cursabas una carrera universitaria en la Carlos III, pero no tenía muy claro si habías terminado el grado.
Me queda el TFG, yo hice el doble grado de Periodismo y de Comunicación Audiovisual.
Supongo que sería complicado compaginar ambas cosas. ¿Cuándo supiste que era el momento para dar un paso más y priorizar tu carrera como artista?
Creo que ha sido todo bastante circunstancial. Siempre intento obedecer a mi deseo, y eso es lo que sentía que de verdad quería hacer. Y creo que ha sido un proceso superorgánico. Nunca ha habido una decisión muy consciente de que sí o sí tengo que ser música, sino que creo que ha sido una necesidad y un deseo que se ha ido haciendo grande con el tiempo, y he decidido escucharlo. Y creo que eso ha sido un poco lo que me ha traído aquí. Al final cuando me comprometo con algo, yo le pongo mucho cariño a las cosas, mucho detalle, soy un poco neurótica en general (risas). Entonces dije, bueno, si tengo que elegir algo en lo que centrar todas mis fuerzas y toda mi ilusión, todo apunta a que tiene que ser esto. Nunca he sido muy romántica con el tema de las profesiones, el don, la vocación. Cuando me decían que la música te elige a ti, tú no la eliges a ella, me parecía una forma de verlo demasiado romántica. Pero con el tiempo creo que he entendido un poco a lo que se refiere la gente, porque no sabría decirte qué es lo que me ha llevado exactamente a este momento.
Si no me equivoco de tu universidad han surgido más grupos de música como Chill Chicos o Irenegarry, ¿coincidiste con ellos?
Chill Chicos son de la Complu, pero Irenegarry sí que es de la Carlos.
Ella es muy amiga tuya, ¿verdad?
Sí, somos muy cercanas.
¿Os conocéis allí o viene de antes?
Viene de antes. Nos conocimos de hecho en Bam Bam, el taller que organizaba CHICA en La Casa Encendida para ayudar a chicas que querían introducirse en el mundo de la música, les daba herramientas desde la experiencia. Probablemente de los gestos más generosos que yo he visto dentro de la industria musical, con ese relevo generacional tan bonito. Y creo que eso a Irene y a mí nos unió bastante, o sea, ya teníamos gente en común, pero ahí fue donde nuestro vínculo se estrechó más.
Qué guay que hagan este tipo de proyectos. Desde tu experiencia, ¿notaste algún tipo de apoyo por parte de la universidad? ¿Colaboró de alguna forma para impulsar tu desarrollo artístico?
Si me preguntas por la universidad, me sale ser bastante criticona (risas). En general, ya no solo por mi experiencia, sino por la experiencia de otras personas; no hay mucha conciliación entre el mundo laboral y el mundo académico, cuando concretamente mi carrera es una que debería darte esa libertad y debería apoyar para que salgan trabajos. Aunque eso implique no poder comprometerte tanto con la asistencia y la presencialidad, ese tipo de cosas que me parecen una tontería. Pero, bueno, sí que me ha regalado cierta inquietud, por el cine, por ejemplo, que a lo mejor de otra manera no hubiese desarrollado tanto. Y sí que me ha dado bibliografía o me ha abierto ciertos portales. Pero tampoco le atribuiría mucho más mérito, la verdad.
Como universitaria te entiendo perfectamente (risas). Adentrándonos un poco más en tu álbum, Top Hits, Ballads, etc. juega con la idea irónica de un recopilatorio siendo tu debut. ¿Qué significa para ti un primer álbum, y por qué decides presentarlo de esta forma?
Pues, la verdad, era un poco una manera de hacerme un favor a mí misma, y poder llevar el proceso de forma divertida, liviana y, sobre todo, siendo amable conmigo misma. Sí que es verdad que es mi álbum debut, pero también se incluyen temas que ya habían salido, que llevaban un tiempo fuera, que quizás no es lo que se espera de un álbum debut en el que esperas encontrarte solo temas nuevos. Pero yo sentía que estas canciones merecían una segunda vida, estaba bastante convencida del trabajo que había hecho con ellas, porque además estaban bastante en línea con el resto del proyecto. Este disco supone el cierre de una etapa y engloba un sonido concreto, unas ideas concretas, una versión de mí concreta. Me daba pena dejar fuera canciones que considero que forman parte de esta etapa. Para mí es una cosa mucho más filosófica y existencial que comercial. Así que me parecía un título que justificaba cualquier tipo de decisión estética y musical, porque cabe todo. Y si no lo entiendes, para eso está el ‘etc’ (risas). Siento que es un título que me daba libertad.
Me encanta, es totalmente libre de interpretaciones. Y ya por curiosidad, hilando con el título del álbum, ¿eres de las que suele escuchar las playlists y listas de reproducción que te hace Spotify, o eres más de rebuscar en sus profundidades?
No soy muy consumidora ni muy hacedora de playlists (risas). La que sí uso mucho es la que me recomienda en bucle, porque con las canciones que me gustan, me cuesta mucho salir. O sea, sí que suelo buscar artistas concretos que se me antojan un día, pero cuando tengo canciones sueltas y están todas en el bucle, pfff, para salir de ahí es complicado, diría que eso es lo que más consumo (risas).
Me pasa. A veces no apetece salir de tu bucle. He visto que en muchas entrevistas defines tu música como muy “circunstancial” ¿Por qué crees esto? Aun así, ¿crees que hay un hilo conductor que siempre está presente en tus canciones?
A ver, cuando digo eso me refiero a que siempre está atada a las circunstancias. Por ejemplo, el primer EP que hice tiene mucha presencia digital porque en ese momento no tenía mi propio dinero ni tenía el tiempo como para articular todo un plan estético alrededor de la música. Entonces me puse a buscar las portadas en Google Earth, y eso me daba mucha independencia, autonomía y rapidez a la hora de hacer las cosas. A eso me refiero. A que una hace lo que puede con lo que tiene. Yo nunca he sido de forzar demasiado la realidad para que pase lo que yo quiero que pase, sino que me gusta estar sincronizada con los ritmos que la vida me pone por delante. Con lo que tengo, siempre pongo toda la dedicación del mundo, todo el detalle y el cariño. Y diría que eso es lo que cohesiona mi música; la pasión que yo le pongo y el tiempo que le dedico. Pero siempre es circunstancial, ahora mismo puedo sacar un disco y terminarlo. No lo he hecho antes porque tampoco quería acabar conmigo misma.
También has explicado que tu relación con la música cambia según tu estado de ánimo: a veces es estudio, a veces evasión, a veces ansiedad… ¿En qué punto te encuentras ahora?
Mmm, es una buena pregunta, es que mi humor es bastante fluctuante. Hay semanas de mucho estrés en las que estoy en mood me quiero morir, y luego me da un subidón que lo flipas. Pero ahora mismo te diría que estoy en una etapa bastante buena y tranquila, como la calma después de la tormenta. Y ahora estoy bastante convencida con el trabajo que he hecho. Y eso siempre lo voy a defender, o sea, pienso que la tristeza y el sufrimiento pueden ser fuentes de inspiración importantes en según qué momentos. Porque gracias a Dios, accedes a capas de sensibilidad que igual de otra manera no podrías, pero no me gusta nada romantizar eso. Mi experiencia me dice que cuando estoy feliz y estoy tranquila es cuando tengo la energía para dar con buenas ideas y estar conectada conmigo misma. Y ahora estoy en un buen momento y me siento creativa porque estoy feliz.
Me encanta este punto de vista porque es muy común escuchar cosas como “su música era mejor cuando estaba triste y le iba peor…”.
Si encuentran la energía para hacerlo… A mí es lo que me sorprende porque yo cuando estoy triste no me puedo levantar de la cama. Hay gente que encuentra ahí una vía de escape que yo realmente admiro, porque a mí me paraliza, me quedo inmóvil. Me gusta más escribir de cosas tristes desde el recuerdo, una tristeza que ya he sentido.
Siguiendo con la parte creativa, has pasado de publicar sencillos y un EP a lanzar tu primer álbum completo. ¿Cómo ha sido esa transición y qué diferencias has notado en este proceso?
Buf, pues mucha paciencia conmigo misma y mucha fe ciega. Porque cuando sacas singles te puedes permitir ser más errática, te rayas con una canción y dices, no la saco. Y también el proceso desde que haces la canción hasta que la sacas es mucho más corto, no hay tanto lugar a la duda. Y en este proceso he tenido que tener bastante fuerza mental para no deshacer absolutamente todo lo que había hecho (risas). Entonces yo sobre todo destacaría la paciencia y la fe ciega en que el trabajo que estás haciendo es bueno.
En tus canciones se aprecia una producción muy cuidada, con efectos en la voz y un sonido muy atmosférico, que te transporta a un lugar casi místico. ¿Cuál es tu papel en la producción y cómo trabajas con los productores?
Diría que en general las canciones del disco son bastante autoproducidas. Y contestando a tu pregunta, depende de las canciones. Hay algunas que surgen a raíz de una producción muy rápida a la que me he subido y ha salido fácil, hay otras en las que yo conscientemente he buscado sonidos. Con este disco me apetecía salir un poco del sonido más suave, como de pompas de jabón, que me gusta, pero siento que como persona que también consume música me encontraba en otro momento. Siento que en el disco se refleja una música más afilada. Y para conseguir ese sonido he tenido que tomar bastante la iniciativa, porque si no, al final, con la gente con la que estoy acostumbrada a trabajar, las dinámicas están muy hechas, y es muy probable que acabes llegando a un lugar muy similar que en ocasiones previas. Por eso, aquí he tenido que marcar más la línea editorial del sonido que yo quería, y luego dejarme acompañar para acabar el proceso. Así que siento que he tenido un papel muy consciente dentro de la producción del disco porque quería llegar a lugares diferentes, y eso requería tener mi visión muy presente e implicarme más en el proceso.
Hace unos años comentaste que te gustaría aprender más sobre producción, pero no tenías tiempo porque seguías en la universidad. ¿Has conseguido aprender o sigue pendiente?
No sé cuándo dije eso, pero seguramente sí lo dije (risas). Hace dos años me costaba mucho ponerme a producir sola. Siento que tenía buenas ideas como productora que transmite lo que quiere, pero de ahí a ejecutarlo hay un paso grande. Y ahora siento que en ese sentido tengo muchísima autonomía. También sucede que siempre me he visto más como compositora que como productora, entonces no terminaba de verle la utilidad a ser una gran productora. Pero ahora que soy mejor que antes, me doy cuenta de lo indispensable que es, porque si no al final tienes unas limitaciones a la hora de componer que dependen de tu voz y un instrumento. Y con un ordenador se te abre un mundo de posibilidades infinito. Creo que se refleja bien en el disco que sencillamente he aprendido a producir mejor, y que eso me permite explorar y llegar a otros terrenos.
Claro, hay que mencionar también que partes de una base musical potente porque fuiste estudiante de conservatorio, y alguna vez has mencionado que te gustaría “tender puentes entre la música clásica y la moderna”. Ahora que has evolucionado tanto a nivel de producción, ¿se refleja esta idea en el disco?
Creo que quizás antes tenía esa intención de forma más consciente, y ahora simplemente me doy cuenta de que surge de manera natural. Es decir, si tienes formación de música clásica, esos conocimientos que tienes al final se van a ver reflejados naturalmente y no hace falta tener tanto esa intención, sale solo. También, la formación clásica me ayuda a tener una visión de la música diferente, no sabría definirlo mejor. Quizás más peculiar, o un poco más seria, más consciente, más global, que me permite, cuando estoy escuchando otra música, apreciar matices que luego puedo aplicar yo. La música clásica sobre todo me ha ayudado a acceder a ciertos lugares y a saber interceptar ciertas cosas.
Pasemos a hablar de tu gira, AMORE Essentials Tour. Me encanta el nombre. ¿Por qué decides llamarla así? ¿Se te suelen ocurrir los nombres a ti? Siempre son muy originales.
Siempre elijo yo los nombres y además es algo que me encanta hacer. El naming de las cosas es algo muy importante, que puede terminar de consolidar una idea de manera rápida y supereficaz. Me apasiona generar una imagen a través de un título, y me esfuerzo mucho en buscar nombres que me gusten. Estoy bastante comprometida con el naming diría. Y Essentials Tour lo puse porque no me gusta renunciar a canciones que he hecho antes, y además como el disco va un poco de los temas de ayer y de hoy, me parece que este nombre anticipa un poco lo que vas a ver, los temas antiguos y los temas nuevos.
Tiene todo el sentido.
Y también porque me da un poco de pena que cuando un artista hace una gira ya automáticamente tiene que renunciar a los temas de antes. Todo tiene un corte editorial muy rígido, o un concepto que ya tenemos todos muy interiorizado. Y es triste porque el trabajo de uno siento que es mucho más atemporal y continuado que eso: el cierre de un disco y ahora otro y ahora otro… no sé.
Más allá de la gira y la música, ¿cuáles dirías que son esos elementos esenciales sin los que no eres María? (Flow los vídeos de, o qué llevo en mi bolso…).
Ufff, a ver… (Procede a buscar a su alrededor con la mirada). Mira, estoy viendo cosas por aquí que son bastante yo. (Comienza a coger cosas de su cuarto, la entrevista se está haciendo de forma online). Estoy haciendo una recopilación y te la enseño ¿vale? (risas).
Ok, espero.
Tengo estos pendientes en forma de corazón, me los regaló mi amiga y manager Rocío que me los trajo de Marruecos y son bastante mi personalidad. Tengo las castañuelas, que las uso mucho en directo y en realidad las tengo desde que soy pequeña. Hubo un momento de mi vida que parecía que la danza iba a ser como una cosa más seria en mi vida, entonces son buenas. Puse mis tres iniciales, MMM, en chiquitito. Tienen bastante valor, muy sentimental. Luego tengo este pendrive, que me lo regaló mi novio Martín, que es increíble, con todas las temporadas de Shin-Chan, todos los episodios incluidos los especiales. Y tiene cuatro entradas para usarlo en cualquier tipo de dispositivo. Es un objeto muy valioso… (risas). Te lo enchufas en el móvil, y te lo puedes ver por la noche tan a gusto.
¡¡Qué chulo!! Me acabas de crear una nueva necesidad.
Es que increíble, ¡es impresionante! Me está encantando esta actividad (risas). Y, mira, para terminar te diría dos libros que tengo aquí en casa, que me han marcado mucho: Una constante mutación, de Björk, que es una recopilación de entrevistas y de artículos de opinión que se han escrito sobre ella y es increíble, y luego, Los condenados a la pantalla, el libro de Hito Steyerl, que es la mayor pensadora sobre la imagen, la más importante que hay ahora mismo. Bueno, (me enseña un DVD) y la película de Manolito Gafotas (risas).
Cambiando un poco de tema, esto te lo tengo que preguntar: cuando un artista tan consolidado como Dellafuente te ofrece colaborar en Malicia, ¿cómo reaccionas? ¿Era alguien a quien escuchabas antes?
Pues como te puedes imaginar fue bastante surrealista. Un día amanecí y tenía un mensaje de su equipo que quería que formáramos parte de su disco. Yo ya tenía conocimiento de que él escuchaba mi música, nos habíamos conocido en alguna ocasión y siempre había sido un encanto. Por supuesto que escuchaba su música cuando era más joven. Además creo que tiene una forma de llevar el proyecto y de entender la música con el que estoy muy alineada. Se puede ver la pureza y la genuinidad desde donde hace las cosas. Entonces, claro, que una persona a la que admiras por esta razón, cuente contigo… Para mí fue un poco un síntoma de que hay algo que estás haciendo bien. Además luego le conocí y es la persona más normal del mundo. Fue una experiencia muy positiva.
¿Te vas acostumbrando a que cada vez te lleguen propuestas más ambiciosas o sigues flipando como la primera vez?
Obvio siempre el primer momento es el de flipar, y luego ya el de ponerme nerviosa. Como de, hostia, a ver si puedo estar a la altura de lo que me está proponiendo, yo ya neurótica perdida, calibrando todas las cosas que pueden salir mal. La verdad es que no me permito a mí misma flipar tranquilamente, me saltan las alarmas enseguida. Hay una cosa que me dijo una vez Javiera Mena, que siento que es muy importante e intento tener siempre muy presente: “La clave para mantenerte joven es hacer lo que te gusta, y nunca perder la capacidad para sorprenderte”. Desde que me lo dijo trato de cuidarlo mucho, el no normalizar ciertas situaciones y el permitirte seguir flipando y tener la ilusión de una niña; poder volverte loca y pegar un grito en la calle porque te ha llegado un notición. Siento que es muy importante preservarlo y cuidarlo conscientemente.
También colaboras con artistas como Ralphie Choo, Irenegarry o Beatrix Weapons, ¿cómo llegas a conocerles? ¿Tienes alguna anécdota curiosa con ellos?
Pues, mira, hay una historia muy divertida de cómo conocí a Bea, que ocurre un día en Murcia, porque Bea es de Murcia también. Yo fui a renovarme el DNI, y allí había una señora que es amiga de mi padre, entonces empecé a hablar con ella sobre que estoy haciendo música y tal. A lo que ella me dice, “pues hay una amiga de mi hija que la tienes que conocer”. Entonces, coge el teléfono fijo de la oficina, llama a su hija y le pregunta, “¿cómo se llamaba la amiga tuya que hace música?” Y empieza: “Beatri, Beatrix Weapons, como armas en inglés. La tienes que descubrir”. Y efectivamente, luego la busqué y así fue cómo la conocí, gracias a tener que renovar mi DNI (risas).
Desde fuera, da la sensación de que siempre trabajas con gente con una vibra muy parecida a la tuya. A la hora de elegir colaboraciones, ¿buscas una conexión personal o eres capaz de separar lo profesional de lo personal?
Por supuesto, de hecho siento que soy muy sensible a encuentros con gente con la que no termino de estar alineada, como que de verdad lo paso mal y me quedo con mal recuerdo. Para mí es muy importante que se tomen la música de una manera similar a la mía; de la no obsesión por los números, por hacer un hit, de pegarte en nosedónde, sino que se transparente en esa persona la pasión por hacer música en ese momento en el que estás como congelada en el tiempo. Al final eso es lo importante, centrarte en hacer buena música, cuidada, que te guste, que te apasione. Siempre, siempre, la gente con la que trabajo es gente con la que he conectado en la manera de entender la música y de respetarla en ese sentido. Por encima de todo, la clave de una buena canción es una buena conversación.
Dices que cuando desvinculas la música del deber, la disfrutas más. Ahora que la cosa se ha puesto más seria y que tu carrera está despegando, ¿sigues disfrutando igual o a veces se te hace cuesta arriba?
Hay momentos en los que sigo consumiendo la música desde un lugar bastante ansioso. Según en qué momento me pille. Muchas veces directamente me pongo un podcast. ¡Ni una sola nota musical más! (Risas). Pero intento asociar la música a otros lugares que me transmiten más paz, para no renunciar a escuchar música, que al final es lo que más me gusta del mundo. No quiero asociarlo a sentimientos negativos. Por ejemplo, a raíz de una película o un documental donde suena cierta canción, de repente insertada en otro contexto cobra otro sentido. Hace poco vi el documental ¿Dónde estás, João Gilberto?, y gracias a ese documental yo ahora escucho la bossa nova desde otro lugar increíble, porque tengo una imagen mental muy bella de esa música. Así que siempre intento buscar otras asociaciones que me permitan disfrutarla.
En Last María on Earth cantas: “Ahora que no hay opiniones y solo tengo lo que intuyo, acierto en mis decisiones, estoy perfeccionando mi gusto”. ¿Sientes que ahora dependes menos de la opinión de otros al tomar decisiones?
Creo que sigo siendo bastante dependiente de la opinión externa, pero evidentemente me noto muchos cambios con respecto a otros años. Por ejemplo, antes llevaba cuarenta segundos de una canción y ya se la tenía que pasar a algún amigo para que me diera el okey y poder seguir. Ahora me puedo permitir el lujo de terminar una canción y cuando ya tiene forma, enseñarla esperando otro feedback, no dando tanto acceso a las personas al proceso creativo. Intento preservarlo más y confiar en que mi gusto me llevará a los lugares que quiero. También es verdad que busco mucha opinión externa pero intento que no sea de gente supersnob de la música, porque desvirtúa un poco la música que yo hago, que no deja de tener el pop como eje vertebrador de todo. Una opinión supervaliosa siempre es la de mis compañeras de piso. Son amigas mías de hace mucho tiempo, no se dedican a esto, y me parece un público mucho más representativo y más democrático que a lo mejor la persona más virtuosa de la música, me interesa la opinión de las personas que van a escuchar la música con cariño.
Hablando de ese proceso de “perfeccionar tu gusto”, ¿cómo te gusta inspirarte? ¿Te apoyas en el cine, la literatura, el arte… o simplemente en el día a día?
Yo creo que todo, todo, todo, si estás dispuesta y abierta a ello, puede ser una inspiración. La encuentro en cualquier cosa. Hay que hacer muchas cosas en la vida, y ver muchas cosas y escuchar muchas cosas, porque nunca sabes de dónde vas a poder sacar una inspiración. De una conversación con amigas se puede extraer una cantidad de ideas infinita. Diría que genuinamente se puede sacar la inspiración de cualquier puta mierda (risas), de cualquier lugar.
Mirando al futuro, ¿hay algo que te apetezca explorar musicalmente que aún no hayas hecho?
Siento que tengo mucho por explorar, por ejemplo en el mundo del acústico, al final mi música es siempre muy electrónica y experimental. También experimentar el mundo de las pastillas reales, los sonidos reales del piano, de los sinte analógicos. En realidad, siento que tengo absolutamente todo por hacer. Si lo pienso, siento que he usado cuatro cosas para hacer el disco. Así que me puede dar el venazo por cualquier lado. Hay tantísimas cosas que me quedan por probar que me siento como un renacuajo.
Si imaginas un concierto de AMORE dentro de cinco años, ¿cómo lo visualizas? ¿Más íntimo, más espectacular, con una banda grande?
Yo creo que será, una vez más, circunstancial a lo que esté haciendo en ese momento. Porque a lo mejor me ha dado por hacer un disco ambient y aparezco yo sola, o a lo mejor me ha dado por… yo que sé, tía, rock progresivo, y tengo que llenar el escenario de personas (risas). En este momento, lo visualizo más como ahora: con la danza y el movimiento muy presente y menos instrumentos. Pero dentro de cinco años vete tú a saber.
Y si pudieras elegir cualquier escenario para ese futuro concierto, ¿hay algún festival en el que sueñes con tocar algún día?
Me encantaría tocar en el C2C, un festival que se hace en Turín, el sitio es increíble porque es como un espacio liminal, no sabes muy bien las dimensiones del lugar. O sea, no te vas de allí con una idea clara de dónde empieza y dónde acaba el lugar. Va mucha gente a la que admiro, así que probablemente sería mi ilusión más cercana.
Parece que tienes una visión muy flexible de lo que puede ser tu carrera en el futuro. Si en algún momento sintieras que ya no disfrutas tanto de AMORE, ¿te plantearías dejarlo o buscarías otra forma de seguir vinculada a la música?
Desvincularme de la música nunca, pero muchas veces pienso que me puedo cansar de tener un proyecto, porque es pensar en una misma todo el rato. Y me parece que corres el riesgo de convertirte en una persona un tanto insoportable. Entonces cuando me vea rozando el límite de ser estúpida (risas), probablemente haré que el proyecto sea más grande y pertenezca a más personas, que es un poco lo que intento hacer ahora: hacer un show con más personas involucradas. Como que necesito dejar de pensar que AMORE soy yo sola, y que todo depende de mí. Porque para empezar, me aburro, y porque también soy una persona muy social en lo musical. Y si no, siempre he tenido la ilusión de tener una escuela de música o de montar un coro… ¡Para algo he acabado la carrera! Me hago un máster de profesora, me voy al campo y que no me rayen (risas).
Más allá del éxito o del impacto de tu trabajo, ¿cómo te gustaría que la gente recibiera este disco? ¿Qué esperas que sientan o descubran al escucharlo?
Es que siento que es muy difícil prever cómo va a funcionar un disco, aunque firme un contrato millonario o haga todo el marketing del mundo. La música tiene algo bastante inefable y mágico, que transparenta la intención desde la que se han hecho las cosas. Para mí el éxito personal es que se transparente la dedicación y el cariño desde donde he hecho las cosas. Y creo que la gente lo puede apreciar bastante. Cuando vas a un concierto y la persona está desconectada de su proyecto y tiene la cabeza en otras cosas, creo que se nota. Yo no digo que hacer las cosas con intención signifique hacer la canción más intensa del mundo. Puedes hacer un popazo o un temazo de reggaetón, pero siento que tienes que estar alineada contigo misma. Y eso es lo que espero que se note al escuchar el disco. Porque creo que así llegará a la gente a la que quiero que llegue. La peña que suelo ver en mis conciertos son personas increíbles, respetuosas, entusiasmadas, gente que me encantaría que fuera mi amiga. Así que seguir conectada con ese tipo de personas es lo que sobre todo espero del disco.
Seguro que más de una de esas personas increíbles que mencionas está por aquí leyendo esta entrevista, ¿qué artistas actuales les recomendarías?
Sin duda recomendaría a Azuleja, que me parece una persona que lleva la música con una libertad y una diversión superimportantes para la escena actual. Recomendaría también mucho a Otro, un productor y un músico virtuosísimo y con un buen gusto increíble. Y por último a LeChatelier, que es una chica que ha estado muy presente durante el proceso de creación del disco y también como productora. Tiene muy buen gusto y merece que se le escuche.
Quizás nunca te has parado a pensarlo, pero como periodista, ¿qué te preguntarías a ti misma en una entrevista?
Pues no sabría decirte porque no sé qué tan interesante soy (risas). Mmm, quizás sobre el mundo de la danza, que me suelen preguntar menos. Sobre mi visión de la danza me parece una buena pregunta. AMORE es una oportunidad de oro para poder juntar mundos que me gustan, el de la música y el de la danza, sin tener que ser bailarina profesional. Es un lugar que te permite elegir la forma que le quieres dar a tu música, y eso me parece increíble. Viritualove es la coreógrafa de mi proyecto con la que llevo trabajando desde hace un año, y siento que buscamos esa fórmula para salir un poco de la idea más convencional de coreografía.
¿Hay alguna coreógrafa o bailarina que te haya influenciado recientemente?
Estoy teniendo un montón de conversaciones sobre danza, buscando sobre coreógrafas también, y estoy encontrando cosas increíbles. Un nuevo descubrimiento para mí, y referente dentro de la danza, es Pina Bausch, y también Trisha Brown. Gente que creo que entendió la danza desde un lugar superinteresante y muy fresco.
Con todo esto en mente, y para cerrar la entrevista ¿qué podemos esperar de AMORE próximamente?
De AMORE podéis esperar diversión, sensualidad y buenas colaboraciones también. Ahí lo dejo (risas). Y una gira muy chula.

Vestido JUUN.J.

Full look JUUN.J, zapatos VAGABOND.

Full look ACROMATYX, zapatos mango, gafas de la estilista.

Vestido ACROMATYX, gafas MO.

Full look DSQUARED2.