Casi un año más tarde y a la espera del lanzamiento del vinilo de Supernova me reúno con Drummie, coproductor del proyecto así como de otros tantos de los miembros de Rusiaidk. Su firma está tras el trabajo de artistas como Amaia, Judeline e incluso el mismísimo Tainy. Nos cuenta un poco sobre sus referencias, la industria y la necesidad de parar de vez en cuando.
Drummie es en realidad un chaval cercano al que la música le lleva acompañando toda su vida; de los que no sabe explicarse sin metáforas y al que no le entusiasma estar en el foco. Es la evidencia de que en Rusiaidk son familia, el tipo de vínculo que hace a Andrés hablar de un ‘nosotros’ incluso cuando la pregunta no va del colectivo. Confieso que hay algo que disfruto especialmente de hacer entrevistas y es ver cuando alguien dedica sus respuestas a alabar el trabajo de sus compañeros o agradecer a los suyos. En ese sentido, os puedo decir que la del arandino ha sido una charla agradable.
Buenas, Andrés, ¿cómo va este verano? ¿Mucho lío?
Pues llegué ayer y me voy mañana otra vez, así que hoy es día de descanso por aquí. Estamos con los conciertos a tope, con los de Rus (Rusowsky) y los de Ralphie Choo. Pero bien, muy contentos.
¿Te mola irte de gira?
Me mola porque voy con mis amigos pero lo que nos gusta más es el estudio. Nos está costando un poco compaginar las dos cosas ahora porque, aunque te lo pasas guay, llegas reventado. Para estar en el estudio tienes que estar más focus, así que tenemos un poco esa dicotomía últimamente. Queremos empezar a parcelar, hacer meses de conciertos y luego hacer música y estar a nuestro rollo.
Ya que entramos en tema internacional, en Supernova había colaboraciones que eran de artistas de fuera y además también tuvisteis el reconocimiento de Billboard, Pitchfork y muchos más. No sé si notaste alguna diferencia en la forma de hacer música de la gente de aquí a cómo se hace fuera.
Es curioso porque todas las colaboraciones internacionales que hay en el álbum están hechas de manera remota. Trabajamos con mucha gente en Los Ángeles el año pasado y cambia bastante la manera de hacerlo, pero justo con Supernova fue a través de internet, mandándonos demos, hablando con ellos y tal. Con Mura Masa sí estuvimos los tres en el estudio y es flipante currar con él. Estás ahí y no te lo crees: la manera que tiene trabajar, la velocidad, es muy guay. Muchas veces estás con gente y no te sorprende cómo trabajan, pero con este man, en cuatro horas teníamos hecho el tema. Muy loco, tenemos ganas de repetir.
A ti te mola la música sin género, samplear cualquier sonido y hacer un tema con ello, ¿qué es lo que más te llama la atención de esa forma de crear?
Que nos lo pasamos muy bien. De verdad que somos chavales que quedamos y hacemos música como otros están con la Play, y además es que yo soy muy malo con la Play (risas). Nos lo tomamos como un juego. Este año ha habido veces que no se han sentido como tal, es verdad, pero siempre intentamos pasárnoslo bien, estar en una especie de entorno de diversión, de niños, nos gusta mucho tomar ese tipo de enfoques.
¿Cómo descubriste el mundo de la música?
Me metí desde muy pequeño. Tengo tres hermanos mayores (somos cuatro chicos) que tenían un grupo de punk, y con cinco años yo estaba siempre en la batería haciendo el tonto. Mis padres al verme pensaron, bueno, pues si el chaval está tocando, le metemos a clases. Fui desde muy pequeño y me moló, estuve muchos años en el conservatorio haciendo percusión y flauta. Luego en paralelo rapeaba, empecé a hacer mis bases, tenía mi grupo… Siempre me ha gustado estar en muchas cosas: tenía un grupo de rock, heavy metal y luego de rap, iba variando un poco.
¿Llegaste a hacer batallas de gallos?
Batallas no, lo que hacíamos es que en el típico parque había un rimadero, de hecho había dos grupos: el del flamenco con las palmas y el de los raperos. Y estábamos siempre pivotando ahí, era muy guay. Esto te hablo cuando tenía quince años, que me veo ahora desde fuera y flipo bastante.
Cuando conocí a Barry, yo aún hacía bases de rap, pero siempre me interesaban otras cosas e iba probando. Hice ingeniería de sonido, luego estuve en Londres currando en un estudio un año tirando cables y poniendo cafés y ya me vine aquí a estudiar la carrera de producción musical. Siempre me ha flipado, la verdad, de una forma u otra, aunque de manera intermitente, nunca ha sido en plan superentregado.
Cuando conocí a Barry, yo aún hacía bases de rap, pero siempre me interesaban otras cosas e iba probando. Hice ingeniería de sonido, luego estuve en Londres currando en un estudio un año tirando cables y poniendo cafés y ya me vine aquí a estudiar la carrera de producción musical. Siempre me ha flipado, la verdad, de una forma u otra, aunque de manera intermitente, nunca ha sido en plan superentregado.
Y a los de Rusia, ¿cómo les conociste?
Con Ralphie en la carrera, nos hicimos panitas desde muy pronto. Fue antes amistad que música, luego teníamos clases en común en las que nos juntábamos para componer y surgió de forma orgánica. A Rus le conozco por Ralphie, porque en esa época ellos se llevaban por redes, estaban por Soundcloud y ese mundillo.
En paralelo, Rus ya se llevaba con Mori en Rusiaidk y entonces entró Ralph, yo al poquito tiempo y después ya entró Tristán. Tris tenía diecisiete o dieciocho años y era superfan de Rus. Son flipantes todos. Luego el colectivo como tal empieza por Manu Jubera, nuestro mánager, que además es una figura superimportante en las vidas de todos. Y fue él quien montó Rusia con Rus y con Mori, que les escribió por Soundcloud cuando estaba saliendo de la carrera.
En paralelo, Rus ya se llevaba con Mori en Rusiaidk y entonces entró Ralph, yo al poquito tiempo y después ya entró Tristán. Tris tenía diecisiete o dieciocho años y era superfan de Rus. Son flipantes todos. Luego el colectivo como tal empieza por Manu Jubera, nuestro mánager, que además es una figura superimportante en las vidas de todos. Y fue él quien montó Rusia con Rus y con Mori, que les escribió por Soundcloud cuando estaba saliendo de la carrera.
“No nos gusta pararnos en el detalle porque nos perdemos muchas cosas. Hay muchas veces que surfeando el error pasan cosas chulas.”
He de decir que siempre me gusta averiguar frikadas de la gente con la que hablo y en tu caso se me ha complicado, no existen casi cosas tuyas en internet, ¿te gusta llevar un perfil bajo?
Sí, de hecho es la primera entrevista que hago como tal. Me gusta estar atrás, estoy a gusto a mi rollo. Tampoco soy extrovertido, simplemente no es algo que necesite, no estoy cómodo con ello.
Sé que os han preguntado por activa y por pasiva cómo surgió Supernova, pero de verdad, ¿en qué momento estáis en la finca de Aranda, ves el menaje de tu casa y dices, perfecto, vamos a funcionar? ¿Cómo consigues ese ambiente tan distendido de decir, vamos a crear con lo que sea y como queramos?
Bueno, Supernova nace en la cabeza de Ralphie, es importante matizarlo. Vino con seis o siete demos porque llevaba mucho tiempo haciendo música y me estaba enseñando cosas pero más como amigos. Me preguntó si me apetecía echarle un cable para terminar las cosas y le dije de ir Aranda unos días, al corral (es como llamamos al sitio), para darle forma. Pero ir a un sitio a terminar cosas se siente muy tedioso, y a nosotros nos gusta mucho dividir la parte del trabajo de la parte de pasárselo bien.
Entonces, si por la mañana estábamos acabando una canción, por la tarde necesitábamos crear cosas frescas. Es en esos momentos que salen Tangos de una moto trucada, Whipcream, o canciones así más de estar haciendo el tonto, que muchas veces parten de una carencia, un poco como ser un niño e ir al colegio.
En el corral solo hay un piano, una trompeta de mi hermano, mi flauta y ya está, no teníamos instrumentos. Y aunque mi educación de conservatorio es en flauta, lo que más he hecho siempre ha sido percusión, siempre estoy haciendo percusioncitas con las manos o cacharreando; sale automático, y es entonces cuando viene Juan con el móvil y lo graba. Era una dinámica de hacer el tonto y jammear con lo que nos encontráramos por ahí. Necesitábamos esos momentos y ha sido de ahí de donde salió lo bueno de verdad. Los temas que son icónicos para mí son los más gamberros.
Entonces, si por la mañana estábamos acabando una canción, por la tarde necesitábamos crear cosas frescas. Es en esos momentos que salen Tangos de una moto trucada, Whipcream, o canciones así más de estar haciendo el tonto, que muchas veces parten de una carencia, un poco como ser un niño e ir al colegio.
En el corral solo hay un piano, una trompeta de mi hermano, mi flauta y ya está, no teníamos instrumentos. Y aunque mi educación de conservatorio es en flauta, lo que más he hecho siempre ha sido percusión, siempre estoy haciendo percusioncitas con las manos o cacharreando; sale automático, y es entonces cuando viene Juan con el móvil y lo graba. Era una dinámica de hacer el tonto y jammear con lo que nos encontráramos por ahí. Necesitábamos esos momentos y ha sido de ahí de donde salió lo bueno de verdad. Los temas que son icónicos para mí son los más gamberros.
No es muy sonado, pero tú también has currado en Brown Boy de Abhir y en Bombay a Las Palmas. ¿Cómo surge esto?
Sí, le eché un cable. Abhir es hermanito, es colega, ya desde Supernova nos veíamos mucho por el estudio. Durante su disco estuvimos probando canciones juntos con Ralphie y estuvimos con él y con Jorge (Saint Lowe), ambos unos máquinas, escuchándolas. Me dijeron que les gustaría que les ayudara y me hacía muchísima ilusión estar ahí porque es un proyecto que backeo un montón. Hice programaciones de batería, no fue la produ en sí, más bien retocar cosas con Saint Lowe. Pero me hizo ilusión, tenemos pendiente currar más, tanto para mis cosas como para las suyas.
Sé que nunca te vas a esperar que luego esos proyectos vayan a ser tan importantes y tengan esa repercusión, pero, ¿en el momento no estás creando y piensas, joder, esto tiene algo?
Sí, y Abhir en el estudio es una locomotora, es una fuerza. Hay gente que divaga y encuentra cosas en el camino y está muy guay, pero él es una persona con las ideas muy claras, es muy directo y es loquísimo en el estudio, te da ganas de hacer cosas. Llegas y ya está él ahí diciendo, subiros a mi espalda que vamos corriendo; es flipante. Currar con gente así te hace ser un máquina, te hace creértelo, mola mucho.
Esto me lo tienes que confirmar pero, ¿es cierto que curraste con Tainy en su último álbum?
Sí, en la canción con Myke Towers, Obstáculo. A Lara (Judeline) le pidieron una producción vocal, como un conglomerado de muchas voces, y me llamó. Se vino aquí a casa y estuvimos haciéndolo, choppeando y preparando una cosa para que ellos luego la samplearan. Muchas veces, cuando eres productor, haces algo, lo envías y ahí se queda. Cuando lo hicimos no sabíamos si iba a salir, preferí pensar que ahí se iba a quedar y ya está. Cuando vi que lo resampleó Tainy y le metió las percusiones y demás fue flipante, estábamos contentísimos, la verdad que no nos lo esperábamos. Y superagradecido con Lara también por avisarme.
Hablando con los de Radio3 dijiste que a ti te mola el tema ‘rancio pero con colonia’. Te quería preguntar cómo definirías tu estilo como productor.
No sé ni en qué momento dije eso (risas), supongo que quería decir que nos gusta refinar las cosas pero también consideramos que si te paras mucho en el detalle, si pones la lupa en ciertos temas, pierdes el foco. A nosotros nos funciona el pasar a otra cosa rápido, no quedarnos en el detalle y no entrar en bucle. Si tengo que grabar una idea prefiero que se haga así y tenerla grabada aunque sea con el móvil a tener que estar preparando micrófonos y perderme en cómo está sonando la toma.
Trabajar con Ralphie y con más gente me ha hecho cambiar un poco el enfoque y mola porque estás pensando en otras cosas. No nos gusta pararnos en el detalle porque nos perdemos muchas cosas. Hay muchas veces que surfeando el error pasan cosas chulas y nos gusta mucho hacerlo, es nuestra movida.
Trabajar con Ralphie y con más gente me ha hecho cambiar un poco el enfoque y mola porque estás pensando en otras cosas. No nos gusta pararnos en el detalle porque nos perdemos muchas cosas. Hay muchas veces que surfeando el error pasan cosas chulas y nos gusta mucho hacerlo, es nuestra movida.
O sea, no te consideras perfeccionista.
Es que ahí está la colonia, somos un poco perfeccionistas. Después de darte el lujo de volverte loco viene el echarle tiempo a los temas, el momento de volcar y vomitar todo. No nos gusta tener un marco teórico que nos limite, pero luego sí que nos gusta darle mimo, que normalmente es sacar la tijera y quitar cosas. Es así porque tenemos un enfoque de ir a por mucho al principio.
Por ejemplo, cuando curras con Ralphie es muy fácil porque está teniendo buenas ideas todo el rato, es más filtrarlas que otra cosa. De verdad considero que Supernova es Supernova por el coco de Ralphie, todas las melodías y las armonías locas son por él.
Por ejemplo, cuando curras con Ralphie es muy fácil porque está teniendo buenas ideas todo el rato, es más filtrarlas que otra cosa. De verdad considero que Supernova es Supernova por el coco de Ralphie, todas las melodías y las armonías locas son por él.
Estaba escuchando el último álbum de Mk.gee, que he visto que te gustó mucho. Y cuando escuché Candy, que habías recomendado, no me pegaba con tu estilo.
Sí, es que a nivel musical no escucho música de mi rollo por lo general. Nuestras playlists son todo de música bastante tranquila, cosas muy ambient, folk… Es raro, escucho muchas vainas pero luego de estar en casa y ponerme un álbum suelo tirar de cosas viejas.
¿Qué tipo de cosas viejas?
Déjame abrir mi Spotify a ver qué he escuchado últimamente y te lo digo exactamente… Mira, estoy este mes a tope con Sufjan Stevens. ¡Obsesionado! Y con Bon Iver también, es muy chill. Estoy muy a gusto ahí en ese mundillo de orquestaciones. Con Moses Sumney estoy muy loco también, tiene un disco que se llama Aromanticism que llevo tres años teniendo como número uno en Spoti, también porque me lo pongo para dormir.
Me gustan mucho los discos que cuentan una historia, como una peli o una obra de teatro, por eso me flipan estos, son supereclécticos, pasan muchas cosas, no hay géneros. Es más una persona mal de la cabeza que está haciendo música y te la estás comiendo.
Me gustan mucho los discos que cuentan una historia, como una peli o una obra de teatro, por eso me flipan estos, son supereclécticos, pasan muchas cosas, no hay géneros. Es más una persona mal de la cabeza que está haciendo música y te la estás comiendo.
Me da curiosidad esto, ¿eres de los que colecciona vinilos?
Tuve mi época muy friki de samplear, de tener mis platos. El crate digging siempre ha sido mi hobby, pero llevo sin comprar vinilos diez años ya, no quiero comprar más. Me gustaba mucho a nivel ritual porque es como un juego: vas, compras vinilos, vacías en montones, compras con los ojos o te fijas atrás en la orquestación, los instrumentos que tiene, y es como la gente que abre cartas de Pokémon porque llegas a casa, lo pones y hay días que te encuentras samples increíbles y otros que no, entonces me molaba eso.
¿Qué tiene que tener una canción para que te llame la atención?
Voy a parafrasear a nuestro mánager, que siempre dice una cosa con la que hicimos bastante clic, y es que las canciones o se cantan o se bailan, y creo que tiene mucha razón. Nunca me he parado a pensarlo, pero creo que es más el primer impulso que te despierta antes de siquiera pensar en qué es lo que hace.
Tiro mucho al entorno musical y en lo primero que me fijo son las armonías o en el carácter de la canción, en la identidad que tiene a nivel sonido, más que en las letras. Es un poco por la formación de productor, y luego ya hago clic con la letra y me explota la cabeza. Me fijo mucho siempre en el lugar desde donde está hecha, en los sonidos.
Tiro mucho al entorno musical y en lo primero que me fijo son las armonías o en el carácter de la canción, en la identidad que tiene a nivel sonido, más que en las letras. Es un poco por la formación de productor, y luego ya hago clic con la letra y me explota la cabeza. Me fijo mucho siempre en el lugar desde donde está hecha, en los sonidos.
Me da mucha envidia, me encantaría tener el oído de un productor porque apreciá muchas más cosas al escuchar una canción.
También hay que verlo por la otra cara, yo creo. Es verdad lo que dices y sí que puedes prestar más atención a los detalles, pero la música la haces para gente que no se fija en ellos. Estás escuchando un disco y parece que estás haciendo una autopsia más que disfrutándolo. De verdad creo que hay veces que sufres un álbum, estás pensando, ahora ha entrado esto y ahora este puente y qué loco que han dejado esta caja… y no estás sintiéndolo de verdad, no ves tanto el conjunto. Un poco lo que decíamos de que te hace sentir antes de pensar en qué te está haciendo sentir y demás, es un filtro que te pones y te condiciona. Supongo es lo que pasa cuando te vuelves un poco más experto, entre comillas, puedes llegar a acariciar la pedancia muchas veces, hay que tener cuidado.
“Una parte hacer de un disco es volver a aceptar las canciones, porque hay un momento de paranoia en la que todo está mal y te deja de gustar.”
¿Cuáles son tus fuentes de inspiración fuera del ámbito de la música?
Me inspira el descanso, nos funciona mucho parar para volver a coger ganas. También es verdad que ahora justo me pillas en un punto que llevamos sin parar casi dos años. El parar, descansar, irme al pueblo… Siempre he sido muy de campo, de irme con la bici o con la moto, siempre he necesitado ese mundillo rural del que vengo. Sí que es verdad que leer y escribir relatos cortos siempre me ha gustado, ya no escribo pero de pequeño lo hacía mucho y creo que te ayuda mucho a manejar ese tipo de cosas aunque tampoco encuentro un paralelismo para decir que me haya inspirado a hacer un trabajo concreto.
Sé que tienes ganas de vacaciones y no quiero abrir este melón, pero ahora estás currando en nuevos álbumes para otros artistas como Barry B o Judeline. ¿Qué tal va eso?
Muy bien, el disco de Barry está en proceso y va a molar mucho, tengo muchas ganas. El de Lara está muy guay, lo han hecho sobre todo los Pablos (Tuiste y Mayo), yo les he echado un cable y he producido con ellos un par de canciones pero el crédito se lo tienen que llevar ellos cien por cien, que son los que llevan empujando el disco con ella dos años y pico. Ahora estoy echando una mano con el de Amaia con unas cuantas canciones por ahí también.
¿Por qué se tarda tanto en hacer un álbum?
Porque es una movida. Ya no solo a nivel componer, que se tarda, pero hay muchas partes de hacer un disco que no se ven cuando está fuera. Voy a hacer una comparación. Es como el momento de enamorarte de una persona: cuando estás haciendo las demos y escribiendo se siente como cuando te enamoras, que es estar gilipollas, básicamente. Todo es maravilloso, el ritmo es totalmente distinto y lo que te mueve de verdad son las ganas. Cuando acabas el disco es cuando te mudas con esa persona y ya no está la tontería, es como, ahora nos vamos a conocer de verdad y vamos a llevarnos bien.
Una vez tienes las demos ya has conocido un poco, pero cuando te paras en los detalles, pues tía, hay momentos en los que no te gustan tus canciones, que no quieres seguir porque estás hasta la polla. ¿A ti no te ha pasado una vez que te estás mirando mucho tiempo al espejo y te empiezas a parecer extraña a ti misma? Pues imagínate cuando estás un año escuchando la misma canción; tienes esa sensación de desconocimiento y tienes que intentar acordarte de por qué te enamoraste.
Una parte hacer de un disco es volver a aceptar las canciones, porque hay un momento de paranoia en la que todo está mal y te deja de gustar y creo que es una de las cosas de las que menos se hablan pero que luego cuando estás con los artistas es de lo que más hablas con ellos. Luego mola porque vuelves a conectar con el disco cuando lo ves en fuera y es un poco el premio, te das cuenta de que no estaba tan mal, aunque he de decir que eso les pasa más a los artistas.
Una vez tienes las demos ya has conocido un poco, pero cuando te paras en los detalles, pues tía, hay momentos en los que no te gustan tus canciones, que no quieres seguir porque estás hasta la polla. ¿A ti no te ha pasado una vez que te estás mirando mucho tiempo al espejo y te empiezas a parecer extraña a ti misma? Pues imagínate cuando estás un año escuchando la misma canción; tienes esa sensación de desconocimiento y tienes que intentar acordarte de por qué te enamoraste.
Una parte hacer de un disco es volver a aceptar las canciones, porque hay un momento de paranoia en la que todo está mal y te deja de gustar y creo que es una de las cosas de las que menos se hablan pero que luego cuando estás con los artistas es de lo que más hablas con ellos. Luego mola porque vuelves a conectar con el disco cuando lo ves en fuera y es un poco el premio, te das cuenta de que no estaba tan mal, aunque he de decir que eso les pasa más a los artistas.
La recompensa siempre se asocia al buen recibimiento del público y la prensa, ganar premios y demás, aunque siempre se habla de que no puedes depender de eso para pensar que has hecho un buen trabajo.
Es una movida. Cuanta más gente te escuche más variedad de opiniones va a haber, y cuanto más te apoyes en las opiniones más dependiente te haces de ellas; es un círculo vicioso. Tampoco te voy a decir que te tiene que dar igual lo que opine la gente porque es una prevención que no me funciona ni a mí. Es algo que todos tenemos y que es un cliché, ojalá nos diera igual lo que opina la gente, pero no es así.
Antes hablabas de tener esa posición privilegiada de que tú no pones la cara a esos proyectos. No sé si eso es algo que te facilite ir más a tu bola.
Sí, es distinto, es otra movida. También creo que nosotros somos muy de volcarnos en un proyecto, somos peña bastante obsesiva, para bien y para mal, y el ritmo este de single rápido y a otra cosa nos afecta un poco. Ahora mismo se premia a los artistas que sacan mucho contenido, sacas un álbum y a los tres meses una parte de tu público te está diciendo que saques música nueva cuando a lo mejor ni me he ido de vacaciones todavía.
Es verdad que hay muchas cosas que no se ven, pero te juro que me siento privilegiado ahora mismo, mola el punto en el que estamos de recoger los frutos. Estuvimos un año tocando Supernova sin que la gente conociera las canciones, era postpandemia, y la recogida del público era rara porque la gente no cantaba, no conocían la música que estabas tocando. Hasta que no las has tocado cuando ya está el disco fuera se siente raro, es distinto.
Es verdad que hay muchas cosas que no se ven, pero te juro que me siento privilegiado ahora mismo, mola el punto en el que estamos de recoger los frutos. Estuvimos un año tocando Supernova sin que la gente conociera las canciones, era postpandemia, y la recogida del público era rara porque la gente no cantaba, no conocían la música que estabas tocando. Hasta que no las has tocado cuando ya está el disco fuera se siente raro, es distinto.
Ya has adelantado antes alguna cosa, pero de cara al futuro, ¿hay algún proyecto que tengas pendiente?
Hay cosas como cerrar discos y producciones que tengo. Estoy en un momento de cerrar etapas sin meter cosas nuevas. No voy a parar de hacer música pero quiero bajar el ritmo porque me gustaría sacar algo mío. Estoy más en un punto de probar cosas sin ningún pretexto, no me quiero meter presión. Quiero sacar algo, quiero que haya algo de Drummie en el futuro.