Suzete

Sí, creo que muy bien. Todos esperamos que un lanzamiento sea un boom, pero a mí me gusta disfrutar del proceso, ver la evolución de las canciones y que algunas semanas unas gusten más y luego se valoren más otras.

Sí, era necesario explicar mi universo. Mi imagen de por sí ya es diferente, igual que mi procedencia, y se tenían que entender mis influencias, por qué tengo este acento, por qué me gusta escuchar lo que escucho y por qué hablo de lo que hablo.

Sí, desde pequeña. En reuniones familiares en Portugal se escuchaban muchísimo estos estilos musicales. En Canarias también, junto con otros estilos de gente también migrante que traían de su tierra.

De grupos podría decirte Tabanka Djaz, que son de Guinea Bissau o Irmãos Verdades. De artistas: Yuka, C4 Pedro, Big Nelo, Nelson Freitas, Camilo Domingos… Mucha gente.

Me encantan WizKid, Davido, Mr Eazi… Toda esa gente de Nigeria que tiene el afrobeat más puro. Todo esto es cosecha de las fiestas que hacía con gente de Ghana y Nigeria en casa.

El origen viene de la diosa Mami Wata, y Baby Wata es una adaptación de esta diosa del mar. Viene de la cultura vudú, esta religión le hace rituales para luego obtener beneficios de ella. Todo ese mundo visual me venía genial porque es una mujer negra mitad sirena que tiene esta dualidad con la que me identifico porque soy una chica que nació en una isla, y la influencia del mar en mí es muy grande. También su culto se practica tanto en África como en Latinoamérica, igual que mi música tiene influencia de los dos continentes.

Yo tengo una percepción distinta del mainstream. En el mundo al que yo pertenezco esto es muy mainstream. En España me doy cuenta de que la cultura del pop es más fuerte, pero luego siento una contradicción porque cuando ves la lista de los Top 50 la mayoría de los sonidos provienen del afro-pop. Claro, no es lo mismo que lo haga un artista que también hace reggaetón a que lo haga un artista que proviene de donde proviene con unas referencias más puras.

El hecho de que mis canciones suenen en la radio es fuerte. Viendo la selección de artistas que suenan, que no tienen nada que ver con el sonido que yo hago, me da la sensación de que las cosas se están modernizando. Se está permitiendo a artistas nuevos o de cierto nicho tener visibilidad y entrar en la música popular. También creo que siempre se valora más lo que está fuera. Yo soy la primera. Admiro a artistas como Ayra Starr, WizKid o Tyla, pero también hay que mirar hacia dentro y darse cuenta que hay gente aquí que está trabajando en eso y son de admirar.

No, tenía en mente hacerlo lo más rápido posible. Cuando salió no quería perder el auge en el que estaba en ese momento, donde tenía mucha visibilidad. Pensaba que podía controlar los tiempos, pero no. Ha sido un proceso de desarrollo y aprendizaje. Si no hubiera pasado por los camps no hubiera conocido a tanta gente que me ha ayudado y el disco no habría tenido este resultado. Todo pasa a su tiempo por algo.

Ha sido muy estresante y he tenido muchísima impaciencia. He pasado por momentos de ansiedad, de pensar que no iba a sacarlo, de desesperación, de sentir que nadie cree en ti porque no estás viendo el resultado. Pero ha salido, y si Dios quiere nos vamos de gira. Ya tenemos dos fechas en Madrid y en Barcelona, ojalá añadir más. Antes no entendía por qué hay artistas que tardan cinco años en sacar un disco, pero es un proceso mucho más largo que hacer una canción. Más si estás con una discográfica.

Sí, ellos han sido los productores perfectos con los que empezar. Tienen todos los conocimientos artísticos y las ganas de seguir aprendiendo.

Sí, es como un intercambio. Hay muchas cosas que ellos no conocen que yo les enseño, y hay otras que yo no conozco y ellos también me enseñan. Es un intercambio artístico todo el rato.

Y tengo muchas más con otros artistas. Mi intención al principio era sacar colaboraciones con todo el mundo porque sentía que era bueno tener a otro artista más consagrado al lado que me diera ese valor, pero luego entendí que no hacerlo tenía dos cosas positivas. Primero, se mantiene más la esencia, y segundo, darme cuenta de que no necesito a nadie. Sin estas aportaciones externas podía ver cómo mi trabajo funciona de forma orgánica. Me di cuenta de que era la mejor opción, pero al principio tenía la mentalidad de cuantos más artistas, mejor. Quería a Cruz Cafuné (risas).

Sí, aunque por desgracia PLM se va a separar. La colaboración con Alu va a pasar en cualquier momento.

Lua es muy revolucionaria musical y políticamente. Tiene una moral muy arraigada y es lo que yo necesitaba, aparte de compartir idioma. Además, el mensaje de Pa’ que la vean tiene que ver mucho con ser una misma independientemente de como nos vean los demás. A muchas mujeres nos da miedo ocupar el espacio de ser nosotras por el que dirán, y enviar ese mensaje de que me lo voy a pasar bien pase lo que pase es muy fuerte, va mucho más allá del contexto de fiesta de la canción. Creo que es muy bueno y necesario.
Luego, Lola es increíble, es superprofesional. Lo ha sabido hacer bien desde el principio, es una inspiración para mí para seguir avanzando artísticamente. Es un honor que se haya sumado. Quiera o no, ha hecho que yo tenga más visibilidad.

Tenemos un show preparado pero quiero cambiarlo. Quiero retarme y hacer algo todavía más top.

¿Sabes lo bueno de ser la primera expulsada? Que tienes muchas más ganas de demostrar todo lo que no pudiste estando dentro. Es más fácil que la gente se olvide y no se le atribuya todo tu mérito a un programa de televisión, sino al esfuerzo que has hecho después porque no te ha dado tiempo a desarrollarte ahí dentro. A mí creo que me ha pasado eso y cada vez me preguntan menos. Hay gente que me conoce por mis canciones y no tanto por OT.
De todas formas, también gracias al programa tengo esta visibilidad y una unión de historia con Lola Índigo. Todo pasa por algo, y que me vuelvan a comentar este tema o relacionarme con Operación Triunfo no me desagrada. Es verdad que mucha gente solo habla de eso o atribuye el valor de tu carrera a ello, pero en mi caso no va a poder ser porque salí la primera.

Pfff, me gustarían preguntas tan específicas (risas). En plan, ¿cuál es la ropa que llevaba al estudio y por qué? ¿Cuáles son las cosas personales que me han inspirado para crear una canción?

¿Cuál es la canción que más te ha gustado del disco?

Sí.

Pues te hablo de Nanny. Como si yo no quisiera hablarte de ella, ¿sabes (risas)? Es una historia. Puede sonar como un interludio porque no tiene una estructura normal. Es una canción de fuerza y de espiritualidad en la que incluyo la voz de mi hermanita pequeña al principio. Luego entra mi voz, donde doy esperanza y fe como si fuera una figura divina. Yebba’s Heartbreak de Drake fue la inspiración.
Quería dar fuerza y fe para ayudar a la gente a seguir haciendo algo que cuesta mucho. La última parte, el cierre, es la voz de alguien que representa una figura materna. Es la madre de mi profesora de música, una mujer venezolana de setenta y cinco años que me da mucha fuerza y ánimo, con un tono muy religioso que me anima a tener fe. Es una canción que me da fuerza para sentir que todo va a ir bien.

No, tengo muchas favoritas. Baby Wata me encanta pero Nanny es muy personal. Me gustan todas en diferentes momentos de mi vida. A veces me encanta escuchar Nanny por la noche, a veces Baby Wata para darme cuenta de lo que estoy haciendo y seguir enfocada. Esta es la canción que realmente describe el proyecto. Otras veces Estrella para darme cuenta de que todos los sueños se van a cumplir y seguir manifestando. Kombolewa para animarme. Me gustan todas.