“Niñas, vais todas preciosas, que no os lo he dicho”. Que la madre fundadora nos tire cumplidos, check. Si algo saben hacer bien los de Serie B es elegir artistas y llenar salas, y esta en concreto estaba llena de niñas con botas de pelo, minifaldas, estampado animal, gafas de sol, makeups perfectos y cubatas en mano. ¿Qué podíamos esperar de Metrika, aparte de que hiciera sold out, claro? Hay que currarse el show y dejar a la gente con ganas de más, y así pasó.
Mientras la sala se iba llenando, un reggaetón tranquilito amenizaba las colas en la barra y la búsqueda de un espacio para tener buena visibilidad, pero se respiraba nerviosismo y cada dos por tres se escuchaban gritos que coreaban “Metri, Metri, Metri”. Las miradas de complicidad inundaban la sala, y mientras observaba a dos amigas charlar, escuché por detrás: “Vas guapísima, amor, me encanta tu outfit”, y otra chica respondió “Jo, amor, gracias”, y siguieron sus caminos por separado. Esa era la energía: ternura, amor y roneo del bueno.
Cuando salió D.Basto, los padres acompañantes se retiraron a los laterales para dejar espacio suficiente a las protagonistas de la noche, sus hijas. Móviles arriba, señal de que mamá estaba a punto de aparecer. Y así fue, a las nueve en punto de la noche, el show empezó con Voy a ser tu ex, temita clave para calentar motores y prepararnos para el siguiente, Olor a perfume caro y tabaco. Así comenzó el espectáculo. La madre fundadora se dedicaba a entrelazar los temas y era imposible descansar. Entre canción y canción soltaba un “¿Sabéis lo que toca ahora?”, seguido de alguna referencia de lo que procedía. Este gran inicio tenía que seguir con Los trenes que lloré por ti, y es que, por muy zorronas que seamos, siempre seremos zorronas sensibles. Pero hay que equilibrar: si una es más triste, la siguiente tiene que ser más pegada, como Al gimnasio en tacones.
Ya llevábamos un cuarto de show cuando All Dikys Eyez On Me empezó a sonar. Es de esos temas que no se cantan, se gritan. Y luego están esos temas que se cantan, se gritan y se bailan. Ni más ni menos que Ave María Putísima, esa dosis de technazo que las fans de Metrika necesitan. Ellas piden y mamá les da. Pero no era la única canción de techno que sonaría, ya lo sabéis. Lo que no sabíamos era que aparecería Euskoprincess a cantar Totaína, el último tema que tienen junto a l0rna. Fue inesperado y, honestamente, mágico. Unos perreítos amarrados a la mesa de D.Basto, unos besitos que nos lanzaban y unos abrazos de amigas que llenaban la sala de amor y hermandad. 
Temas como Hello Diky, Funk Gótico (Zorrafiel Version) sonaron hasta el clímax de la noche. Todas preparadas para sacar los pasos más prohibidos con Humedad valenciana. Poco más que decir: el deseo fue concedido por la madre fundadora y uno de los temas favoritos de su gente por fin sonó.
Si estabais unas filas más atrás y no la visteis durante Susi-ah es porque estaba en el suelo bailando, siendo icónica. Ah, y en Guau guau también. Las que teníamos los ojos puestos en ella vimos a un hombre de melena larga acercarse a D.Basto, charlar un par de segundos y desaparecer. El bolo estaba lleno de sorpresas, y esta no teníamos por qué saberla, pero se desveló. “Me has robado la atención y he tenido que sacarme una teta (risas). Shoutout Ben Yart, que ha venido a vernos”. Sí, sí, Ben Yart salió al escenario a saludar. Igual que en mi parálisis del sueño. A la aparición de Beñat le seguía Lip combo, otro de los himnos, y las niñas lo bailaban como si hubieran nacido para eso. ¿Que hubiese sido genial que l0rna se hubiese pasado por Razz? Sí, pero es imposible tenerlo todo. 
Es muy importante ser conscientes de que Metrika es una versión subida de tono de Thais. Muchos son los cantantes que se cubren con una máscara y su vida privada no tiene por qué coincidir con lo que su música explica. Se acercaba el final del concierto y Una bruja, un satánico y una persona ingenua se cortó de golpe. Thais (entended que me refería con su nombre de pila en este momento) pidió ayuda al equipo de la sala, pues una niña estaba atravesando un mal viaje. “Tened mucho cuidado con las drogas, ¿vale? Os hablo desde Thais. Yo no me drogo con absolutamente nada, que lo sepáis. Hace mucho tiempo que dejé la farmacia. Tened cuidadito, amb coneixement i poquet a poquet. Todas somos jóvenes y nos lo podemos pasar superbién sin esa mierda, os lo prometo”. De manera personal agradecí este discurso, porque son muy jóvenes las fans de Metrika: los cigarros volaban en la sala, había cubatas por todas partes, bastantes padres, y en la cola había gente muy borracha. Escuchad a mamá y cuidaos.
Diez en punto de la noche y el show llegaba a su fin con el icónico speech de “hijo de puta, si llego a saber que salvarte de la depresión me iba a mandar al psiquiatra te hubiera dejado matarte, cerdo cocainómano”. Y qué podemos decir, si fue una noche perfecta, con un ambiente perfecto y con una madre triunfadora. Gracias, Metrika, podemos seguir siendo unas zorras fieles con tu bendición.
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