El productor y DJ por fin saca su primer EP en solitario, dB – Remixes. A pesar de que Metrika no forme parte del proyecto, D.Basto lo compensa repletando los feats del EP con los artistas urbanos más pegaos del momento: l0rna, GlorySixVain, Chill Mafia y Goa, entre otros, forman parte de su exploración de ritmos. Tocando una gran variedad de sonidos y géneros musicales, muestra su versatilidad y se consolida como uno de los productores más trascendentales del panorama. Si Metrika es la madre fundadora, él es el padre fundador.
A pesar de ser “un chaval supernormal”, D.Basto está haciendo algo que nos hacía falta desde hace un tiempo, reinventarse constantemente y cada vez superarse más saliéndose de los ritmos y sonidos preestablecidos y convencionales. Al tener una amplia y nutrida lista de influencias y conocimiento musical, mezclar y combinar géneros se le hace un juego; y para nosotros, una experiencia auditiva única. Te puede hacer un reggaetón clásico con toques de trap al igual que te puede sorprender con un techno digno de las discotecas de Berlín. Nos juntamos antes de su presentación del EP en Madrid en un bar en Malasaña y, entre unas tapas, hablamos de su primer lanzamiento en solitario, su trayectoria, sus miedos, Metrika y sus conocimientos como productor.
Es la primera vez que te entrevistamos para ACERO, ¿cómo estás? ¿Qué tal por Madrid?
¡Muy bien, tío! Acabo de llegar y tengo ganas del bolo de esta noche, de presentar el EP y de que la gente se lo pase bien.
Te estás consolidando como uno de los productores más importantes del panorama urbano español, pero no siempre fue así. He leído que estudiaste Comunicación Audiovisual y mantuviste un trabajo de oficina durante un tiempo. ¿Te hubiese gustado haber estudiado producción o algo más directamente relacionado a la música? ¿Cómo ha sido ir de la oficina a poder vivir de la música? 
Cuando acabé el bachiller, me fui a Girona un año para estudiar un máster de producción musical, pero no estaba muy bien allí. Me hubiese molado estudiar producción musical en una universidad y no quería ser ‘mayor’ sin haber vivido la experiencia de la universidad. Entonces dije, lo que más se parece a la música es comunicación audiovisual. No tenía nada que ver, no tocamos nada de música en cuatro años (risas).
Acabé justo en el año del Covid y tuve suerte porque me puse a hacer las prácticas en una empresa que estaba dentro de la universidad. Tenía algún bolo tonto pero sin más, y ya cuando empezó la cosa a ponerse más seria me habían llamado la atención de que no podía ser que fuese el jueves y no volver a aparecer hasta el miércoles. Justo con All Nighters salió la oportunidad de firmar el contrato, lo firmamos y dije, pues ya está.
Ahora estoy un poco raro porque no hace tanto que lo dejé y hay semanas que estoy de lunes a miércoles sin ver a nadie porque estoy todo el día en el estudio. Pero luego lo pienso y digo, la libertad de poder estar todo el día haciendo música y tal es la ostia, es una bendición poder estar haciendo esto.
Eres de Valencia, el hogar de la ruta del Bakalao, donde se importaron a España muchos sonidos extranjeros, sobre todo procedentes del Reino Unido. En tus producciones precisamente podemos escuchar influencias y sonidos de géneros como el dubstep, el techno, el drum and bass o el UK garage, entre muchos otros. ¿Hasta qué punto piensas que crecer ahí ha influenciado tu sonido?
Creo que mucho. Para empezar, cuando tenía dieciséis se empezó a poner muy de moda el tech-house y allí fue cuando me empecé a meter más en la electrónica. Ya cuando éramos más mayores empezamos a ir al Spook, a Barraca, y era technaco, creo que si hubiese crecido en otro sitio no hubiese tenido eso. La música de baile la descubrí saliendo de fiesta. Creo que a la gran mayoría de gente le mola porque han salido de fiesta, la han escuchado y bailado. Por ejemplo, la música británica también me gusta por las experiencias que he tenido en Inglaterra con esa ella, que se te queda clavado, tío.
¿Cómo has elaborado y consolidado tu propio estilo distintivo de producción?
Ha sido muy random porque era una cosa que tenía en la cabeza como un problema, del palo, tienes que hacer algo, diferenciarte, etc. No sé en qué momento ha pasado pero creo que, a lo mejor subconscientemente, como Metrika decía, tantas animaladas y cosas tan sucias, yo hago la base sucia, ¿sabes? Gracias a eso he conseguido un poco que, cuando suena a cibernético, sucio, distorsionado y satánico, suena a mí. Me mola y se puede meter muy bien en estilos de música electrónica.
Entre tus principales referentes se encuentran Shlohmo, Flying Lotus, Fred Again, Flume, y RL Grime. ¿Cómo evitas copiarte de tus referentes?
Creo que tengo suerte porque la peña que me mola también me inspira un huevo, de modo que no hacemos lo mismo. Por ejemplo, si Metrika quiere una cosa, yo puedo meter lo que hace la gente que me gusta sin que sea una copia porque no es el mismo estilo.
Shlohmo, sin ser lo mismo y sin ser el que más me mola tampoco, es el que más me ha influenciado de todos. De él es de donde he sacado ese rollo tan sucio y distorsionado,  pero creo que lo he llevado un pelín más lejos. Flume y Skrillex, por ejemplo, también, en cómo hago las cosas o cómo suenan, pienso que sí me influenciaron bastante. Aunque luego no suene idéntico, siempre los tengo como referentes. Ahora, por ejemplo, Fred Again suena más parecido y sí que estoy haciendo algo que se acerca más, pero también te digo, intento no copiarme porque me frustraría.
El 19 de septiembre presentas tu primer EP en solitario. Es una colección de seis remixes donde reinventas varios de tus temas favoritos como La última choni, Mil yardas o No se k me pasa, y muestras tu versatilidad como productor. El EP cuenta con una exploración sonora de artistas como GlorySixVain, Chill Mafia, L0rna y Goa. ¿Qué tal se siente publicar tu primer trabajo en solitario? ¿Cómo ha sido el proceso de llevarlo a cabo?
Me da un poco de miedo porque estoy acostumbrado a que todo lo que sale con Metrika funcione (es así); estoy acojonado. Justo uno de los dos temas que me molaría haber metido era el de Parkineos, Humedad valenciana, que no ha podido ser porque salió ayer. Pero bueno, a lo que me refería más es que ella es la que pone la cara, y sabes qué va a funcionar porque la gente la ama. Me da un poco de miedo porque he mareado a varios productores y a los artistas también, he sido muy pesado para que saliese todo bien. La verdad que espero que tenga un poquito de repercusión en las personas y que no caiga en el olvido, que a la gente le mole.
¿Cómo describirías el estilo de música que haces?
Sinceramente, no lo sé, es como me viene. Creo que ha sido mejor eso porque me hubiese rayado la cabeza pensando en qué hacer y, al no pensarlo y obligarme a tirarlo adelante, ha salido. Es música muy energética y emotiva en según qué parte. Siempre me mola el contraste de abajo a arriba y cosas locas que me vengan.
El EP es, realmente, lo que hago cuando voy a pinchar en un sitio. Además, está estructurado tal cual. Empiezo con un poco de house así del aire y luego me paso a un poco de UK garage y sonidos más rápidos. Luego, hardcore, trance y acabo en drum and bass.
¿Quién es D.Basto cuando no está ni produciendo ni pinchando?
Pues soy un chaval supernormal, pero supernormal. Siempre me ha molado el deporte en general. Quiero intentar, ahora que he dejado de trabajar, volver a jugar al baloncesto. Y nada, tío, te lo juro, si es que no soy muy exigente: me levanto, hago un poco de música, voy al gimnasio, vuelvo, sigo haciendo un poco de música y salgo con mis colegas para pegarme una fiesta una o dos veces al mes. Me ha parecido que en este mundo de los artistas tan locos soy demasiado normal, y justo con Metrika al lado. Pero hablando de ella, ella también es supernormal en su día a día.
Tu primer contacto con la música fue a través de los cassettes que tenía tu padre en casa y a los dieciséis ya te adentraste en el mundo de la noche, donde empezaste a conocer otros estilos. ¿Fuiste DJ antes que productor? ¿Crees que lo de ser productor y DJ va de la mano?
Al principio siempre me molaba más pinchar pero porque producir lo veía muy lejano. Además, mi padre trabajaba en una tienda de discos y tenía un montón de vinilos en casa. Lo que pasa es que los cassettes me dejaba tocarlos pero los vinilos, no (risas). Cuando tenía como doce y me empezó a molar el rap, los DJs usaban vinilos y en verdad no pinchaban, hacían scratch. Pero claro, era un niñato y no tenía nada de pasta para esa movida; en un cumpleaños me llegaba una mesa, en reyes me llegaba un plato, y si se me rompía la aguja a lo mejor había que esperar otro año.
Como lo otro no daba, me bajé el FL Studio y fue fatídico porque no entendía nada. Fue con dieciséis que fui a mi primer festival, al Arenal Sound, y el año siguiente iban a hacer un concurso de DJs y un colega que se había comprado una mesa me dijo de apuntarnos y ahí fue cuando me metí un poco a pinchar.
¿Y qué tal fue eso?
Cuando acabé el bachiller, tuve ‘suerte’ que tiraron a mi viejo de su curro y como le indemnizaron se le ocurrió abrirse un 100 Montaditos. Le hablé del curso de aquí en Girona, que eran cinco mil pavos, y dijo tú estás flipando (risas). Entonces le propuse que me metiese a currar y pasé el peor verano de mi vida. Pero ese año de grado me sirvió como cinco porque estaba todo el rato dando por culo a todos los profesores y ya después sí que empecé a hacer algo.
Cuando volví me costó un montón porque no tenía nadie con quien trabajar, estaba superdesganado. Para llegar a Metrika he tenido que trabajar con gente que no me molaba nada. Con Zé Carda sí que me lo pasé bien pero estaba sin ganas, no poniendo  las horas que le tenía que poner, y creo que, por culpa de eso, he tardado mucho en conseguir llegar a algo.
Desde que empezaste a trabajar con Metrika casi no has trabajado con otra artista. Apareces en casi todos los créditos de su discografía, en los vídeos de Madre fundadora y se nota que apostáis a muerte el uno por el otro. ¿Cómo surgió esa dinámica de amistad y de trabajo que tenéis?
Thais (Metrika) me ha cambiado la vida, me ha cambiado la puta vida. Ella dice que yo se la he cambiado a ella pero pienso todo lo contrario. Thais ya tenía sus cosas, y de una forma u otra yo sé que seguramente hubiese llegado porque yo no la he hecho escribir así, ¿sabes?
Todo empezó en Castellón, donde peña con la que me llevaba alquiló el estudio de enfrente. Un día llegué y estaba ella, yo sabía quién era aunque no era lo que es ahora. Ella estaba grabando un tema con un beat de YouTube y le pregunté si podía hacerle el beat yo. Me fui a mi estudio y me había mandado las pistas. Y pim, pam, pum, toda la noche trabajando y se los mandé. Me acuerdo de que me dijo, no daba un duro por ti, me esperaba una putísima mierda. No sé si hablamos lo de ponernos a trabajar juntos porque ella tampoco se acuerda, simplemente pasó.
Tengo la suerte de poder hacer lo que me da la gana con ella porque con otra peña no hubiese sido así. Ella no quería hacer Llamó tu zorra drum and bass pero me dejó un beat de trap, vi que los bpm cuadraban y le dije, mira qué guapo. Para mí el álbum es donde más hemos explotado eso. Vas a cuidarme 2.0, la parte final, eso es sampleado del tema que más me gusta de Shlohmo, que se llama Beams. Espero que no venga Universal a joderme la vida (risas). A veces es mi hermana, a veces es mi hija, pero es una amistad para toda la vida. No nos hemos enfadado nunca, nos la suda la pasta y nunca se tuercen las cosas por ahí. Conmigo se ha portado como no se ha portado nadie. Yo digo que es mi hija, ella dice que soy su padre, pero también ella hace de madre por mí y siempre se preocupa mucho por mí.
¿Con qué otro artista te gustaría trabajar?
El que más me flipa ahora mismo en España es Diego900. Ya lo fiché en 2020 con su primer EP, El hotel de las luces, y no me creía que en España hubiese alguien haciendo algo parecido a Party Next Door. Entiendo que ahora se está alejando un poco de ese sonido, pero en el último disco, en La espalda del sol, hay temas que sí que vuelven ahí.  De hecho, hay uno que creo que es un sample de C. Tangana, que para mí también es lo más grande. Molaría esperarme para tener hasta más nivel. Luego, y así más loco global, un Drake.
A diferencia de muchos dúos de productor/a y artista, Metrika y tú compartís el protagonismo, ya sea en los créditos, en los carteles o hasta en el escenario. Se nota que os necesitáis y que la música os pertenece por igual a los dos. ¿Crees que a menudo se pasa por alto a los productores?
Totalmente, tío. Creo que hay muchos como yo porque el perfil del cantante es muy diferente al del productor. Hay mucha gente a quien no le mola salir ni poner la cara, pero como que no intentan crear una dinastía, ¿sabes? No intentan hacer un equipo y llevarlo a lo más alto. Pero creo que Metrika y yo sí que lo estamos intentando, llevar un sonido súper lejos.
A lo mejor el otro punto es que su artista le cohíbe, pero no es el caso. También hay muchos artistas que enseguida que tocan un poco de pasta dicen, hostia, pues sí, estoy con un productor que no pone el nombre, puedo tocar mucha más pasta y tal. Como eso a Thais se la suda, no tenemos esos problemas. Sé que cada vez sí se le está dando más importancia al productor pero, aún así, falta mucho. Como nos dijo ayer Dani, nuestro mánager, somos un grupo, como La Oreja de Van Gogh.
Últimamente hay un auge de productores españoles y, junto a Metrika, te hemos visto trabajar con Kabasaki, Lowlight y Rico Rosa, entre otros. ¿Cómo es trabajar con otros productores en el mismo proyecto? ¿Cómo se puede mantener la esencia de todos en un tema?
Me encanta, tío. No es tan complicado porque lo que hace que suene más a mí es la postproducción, hacer que todo chille un poco, bajos muy gordos y tal. Por ejemplo, tanto con Lowlight como con Rico, siempre ha sido que yo estaba en la idea y con eso empezó y ya cada uno hacía su parte. Es diferente porque normalmente solo tengo el feedback de Metrika y con ellos también puedo aprender de plugins, de tecnología, de programas, etc.
Con los remixes, ha sido algo más colaborativo de mandarnos cosas todo el rato. He aprendido un montón porque me llegaba el proyecto, lo veía y, sobre todo, todos los con los que he colaborado me parecieron genios.
Este año te hemos podido ver en varios festivales y conciertos alrededor del país junto a Metrika presentando Madre fundadora, y en pocas horas presentas tu EP aquí en Madrid. ¿Qué tal llevas salir al escenario?
No lo llevo perfectamente y me sabe mal. Lo llevo todo superpreparado porque al principio sí que me daba un poco más de agonía pensar que podía fallar un cable o cualquier otra cosa. Pero como hemos hecho tantos bolos, ya lo tenemos todo controlado. Entonces estoy nervioso hasta el momento que hago la prueba de sonido y sé que todo va. Ni siquiera hay que mezclar los temas. Sí que he hecho algo más loco y me he llevado a un teclado alguna vez, pero últimamente, por cosas en la producción, no podemos. Viajar igual un poco menos, pero me mola mucho porque he conocido un puñado de gente chulísima.
¿Cuál es tu canción favorita que hayas producido?
Habría un duelo entre Vas a cuidarme 2.0 y Como te enseñé a odiar. Más que nada porque, aunque no sean tan conocidas, son canciones que para mí significan más. Me cuesta más cuando quiero expresar algo en una canción triste y creo que con Como te enseñé a odiar lo que quería expresar lo hacía muy bien, el hecho de meterle la guitarra de Anadie me moló que flipas. Tampoco tuve ninguna barrera, son canciones con las que no me he chocado con nada.
Vas a cuidarme 2.0 por lo mismo, porque también es muy emotiva y pude transmitir lo que quería. Además, el hecho de conseguir meterle el sample de una de mis canciones favoritas me llenó mucho. Siempre he querido usarlo bien. También, que llegue Metrika y lo reviente es increíble. Justo esas dos canciones son demasiado musicales para lo que nosotros somos y mola, porque ella tampoco es muy de cantar melodías así locas y en esos temas lo hace. Significa mucho para mí por la pelea interna, esta que siempre tenemos de evaluar si somos músicos o solo apretamos botones en un ordenador, y son justo los temas que me ayudan a pensar que un poco músico sí que soy.
Hablemos de Lip Combo, la colaboración con Metrika y L0rna, en la que mezclas sonidos como el reggeatón, el trap y un poco de hardcore al final, volviendo a mostrar tu talento como productor. ¿Cómo fue el proceso que resulto en esa mezcla?
Reggaetón y trap lo querían ellas, bueno, por lo menos Metri. Ella me dijo que era un trapetón. Pues un trapetón, nena. Le hice la parte de reggaetón, que es un sample de una canción de reggae de 1970, pero porque el reggaetón tampoco es lo mío, es un género que se me atraviesa porque nunca lo he escuchado y creo que ese tema encima iba un poco con prisa, así que pillé un sample que nunca falla. La parte de trap es fácil. Y lo del final, creo que estábamos todos ahí en el estudio y alguno diría, pues vamos a meterle un bombazo ahora. Porque de los tres, no sé quién es más payaso. Esa combinación da miedo, no te pongas en medio porque vas a recibir seguro.
¿Qué tema te hubiese gustado haber producido a ti?
De diego me hubiese flipado producir Llamas, y de Drake me hubiese molado producirle My Side. Son temas así un poco parecidos pero por lo mismo, ¿cómo han hecho esto? Esos son los que más me rayan y me aprietan a seguir.
Para acabar la entrevista, ¿cuáles son tus planes de futuro? ¿Tienes en mente algún otro proyecto del que puedas desvelar detalles?
Pues tío, me molaría seguir trabajando con Metrika a muerte, si hay algo así chulo por fuera también, pero que respeten mi estilo. No me preocupo porque sé que con ella puedo seguir tranquilamente, si sé algo que me mole lo voy a hacer, si no, no. De aquí al final de año descansar (risas), la verdad que estoy un poco harto y quedan unos meses de gira duros, pero pinchar más, tío.