Mateo Gargallo, diseñador de patrones, fundó su marca, Mateu-lo, en 2019, fruto de su deseo por explorar técnicas de upcycling y de su pasión por los accesorios. En tan solo cuatro años ha conseguido llevar sus piezas hasta la semana de la moda de París, colaborar con otros diseñadores como Palomo Spain, y que artistas de la altura de Bad Gyal, Sita Abellán o Rigoberta Bandini luzcan sus diseños.
Mateu-lo puede presumir de ser una firma en la que cada una de las piezas es diseñada y hecha a medida en su taller de Barcelona. Su estilo, inocente y único, se materializa en cada pieza, que nos transporta a una enérgica e inocente juventud. Es el diseñador que juega con la alta bisutería. Y hoy hablamos con él sobre sus inicios, retos de futuro, y la importancia de la nostalgia.
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Para aquellos que aún no conozcan Mateu-lo ni tus diseños, ¿cómo describirías tu marca y tus piezas?
Mateu-lo nace a mediados de 2019 con la intención de crear piezas únicas o en pequeña producción, hechas de forma sostenible y responsable utilizando stock muerto, objetos de segunda mano y/o materiales de proximidad. Cada una de las piezas tiene como objetivo hacerte sentir mágica, que te transporten y te den una sensación de nostalgia que pueda liberar y dar energía, como cuando jugabas en tu infancia.
¿Qué fue lo que te empujó a crear Mateu-lo?
Nació de manera totalmente orgánica. En aquella época, yo aún estaba cursando mis estudios de patronaje e iba probando a hacer cosas que me parecían muy diferentes entre si. Empecé customizando sudaderas, creando gorros a partir de telas de peluche, así como collares de abalorios, perlas, etc. hasta que me di cuenta de que tenían una cohesión y pensé en agruparlas bajo el mismo nombre –mi nombre de usuario en Instagram, que usaba para publicar mis trabajos–.
Poco a poco, la gente se empezó a interesar por mis diseños, tuve la suerte que hubo muy buena acogida y desde el primer momento, gracias a las redes sociales, algunos estilistas se pusieron en contacto conmigo para prestarles collares para sesiones de fotos, celebrities, cantantes, etc. Después llegaron los encargos customizados y ventas por todo el mundo, desde Los Ángeles hasta Japón. En ese instante fue cuando realmente me planteé profesionalizar lo que hasta entonces había sido un simple hobby.
La principal diferencia entre la joyería y la bisutería se encuentra en los materiales que se emplean. Las piezas que hacéis en Mateu-lo encajarían en la categoría de alta bisutería, entre otras razones, por el gran trabajo artesanal que hay detrás. En este sentido, ¿crees que los conceptos de bisutería y joyería están obsoletos?
¡Para nada! No creo que sean conceptos que estén obsoletos, aunque pienso que evolucionará con los años. Por ejemplo, pienso que el plástico, que ahora mismo es un material al que no se le da valor, aunque es cada vez más escaso, a la larga se volverá de lo más preciado.
Has tenido la oportunidad de colaborar con grandes nombres de la industria como Palomo Spain, quien usó tus piezas en su colección Nuevo día, o con Dominnico, quien también las usó para la presentación de su colección Omega. ¿Cómo surgieron estas colaboraciones?
Ambas surgieron a través de Instagram. Era la época post-Covid, primero me contactó Palomo personalmente y me propuso participar en su desfile encargándome los collares. Me dio total libertad a la hora de crear. Confió ciegamente en mí, ya que me dejó escoger los diseños, colores, materiales, etc. Una oportunidad única.
Más adelante, Dominnico me propuso también formar parte de su colección, pero esta vez retándome a encargarme de no solo collares y pendientes, sino también de otro tipo de accesorios. Juntos ideamos unos cinturones hechos de bisutería vintage y un casco de motorista perlado, que decidimos justo el día antes del desfile y llevó una noche entera en vela y estuvimos acabando hasta el último minuto. Fue una locura, pero el resultado valió la pena.
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En el momento en el que colaboraste con Palomo Spain tu Instagram reunía poco más de dos mil seguidores, ¿qué significó para ti poder participar en esa colección?
¡Un sueño! Gracias a esta oportunidad pude crecer profesionalmente y dar a conocer mis creaciones en la semana de la moda de París. Cuando empecé como un simple hobby haciendo collares, nunca me hubiese imaginado que llegaría hasta allí. De hecho, mis amigas siempre me decían que mis creaciones podrían encajar en una pasarela y yo me lo tomaba en broma, nunca me imaginé que sería así. Me abrió muchas puertas y siempre le estaré eternamente agradecido.
En este sentido, ¿cuál sería tu colaboración soñada? ¿Con qué otro diseñador te gustaría colaborar?
Sin duda, Simone Rocha, la sigo desde hace años. Recuerdo que cuando vivía a Londres, siempre que podía me acercaba a Dover Street Market a ver sus creaciones. Una maravilla. Creo que los valores que transmite y su estilo encajan muy bien con la esencia de Mateu-lo. Ojalá algún día poder tener la oportunidad de trabajar con ella.
Bad Gyal, Sita Abellán o Sofia Gabanna han sido solo algunas de las muchas artistas que han lucido tus diseños, ¿cómo te sentiste cuando artistas de esta talla los elegían?
Es muy emocionante y vertiginoso a la vez. Me cuesta creer que lo que llevan artistas de este calibre sean accesorios que he creado yo mismo. Me genera un sentimiento de orgullo y satisfacción, pero a la vez me autoexijo cada vez más. Supongo que es normal. Lo que más me impresionó fue ver en una imagen gigante de Rigoberta Bandini en medio de Times Square llevando uno de mis collares para la promoción de su último single.
¿A qué otros personajes o artistas te gustaría ver con tus piezas?
A cualquier integrante del grupo musical de K-Pop, New Jeans. Sería una fantasía. Aún así, lo que de verdad me hace ilusión es ver cómo mis creaciones triunfan entre señoras mayores. Nunca me hubiese imaginado que mi estilo pudiese encajar a una mujer de sesenta años, pero la verdad es que son de las que más compran. Cuando me envían fotos llevando un Mateu-lo, me hace muchísima más ilusión que ver a cualquier celebridad.
La estética de Mateu-lo nos retrotrae directamente a nuestra infancia; las bolitas, las flores y el color siempre aparecen en tus diseños. Además, tus piezas recuerdan mucho a las que todos hemos hecho de pequeños. En este sentido, ¿cuánto protagonismo crees que tienen la nostalgia y tu infancia en tus diseños?
Sin duda, un 100%; en todos mis diseños se puede ver reflejada esa influencia de la nostalgia. Siempre he sido un fiel seguidor de CLMAMP, las autoras de Sakura, cazadora de cartas, cuyos diseños y personajes han sido una gran fuente de inspiración, y a día de hoy poder volver a esa época y transmitirlo a través de mis creaciones es toda una fantasía. Siento como si aún estuviera jugando y disfrutando como en aquella época. Es mi motor a la hora de seguir creando, siempre intento mantener esa actitud a la hora de trabajar, y creo que eso se ve reflejado en el resultado final.
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Todas tus joyas son artesanales y se crean usando técnicas de reciclaje, ¿puedes explicarnos cuál es el proceso que sigues para realizarlas?
Mi única premisa es que todo tiene que ser reciclado, de segunda mano o de un comercio de proximidad. Para ello voy asiduamente a mercadillos como els Encants de Barcelona a rebuscar entre todas las paradas cualquier objeto o pieza que crea que pueda encajar para una idea o que me pueda inspirar una nueva. En el caso de piezas como las chapas metálicas, que son personalizadas y hechas a medida para Mateu-lo, lo encargo a proveedores locales de Barcelona para potenciar el consumo km 0.
Y sobre el proceso creativo, ¿dónde encuentras inspiración? ¿De dónde surgen tus piezas?
Mi inspiración es una mezcla entre los dibujos animados de los años 90 y las piezas de museo; tanto puede inspirarme una joya renacentista como una exposición de arte contemporáneo. Me encanta viajar, vaya donde vaya tengo que visitar alguna exposición, ir a los mercadillos más tradicionales y encontrar anticuarios para poder rebuscar entre todos los objetos hasta dar con alguna pieza que me pueda servir de hilo conductor para mi próxima creación.
El pasado marzo presentaste tu última colección, que contaba con diseños estrella como el collar The Rosarercio, ¿nos puedes contar en qué estás trabajando ahora?
Tengo previsto volver a lanzar los primeros diseños que hice cuando empecé. Son collares de abalorios, y muchas personas me han comentado que les encantan y han preguntado si los iba a volver a hacer. Aun así, quiero explorar nuevas formas de poder plasmar el mundo de Mateu-lo, no solamente a través de accesorios. Estoy trabajando con una ilustradora para lanzar algo conjuntamente muy pronto.
¿Qué retos tiene Mateu-lo por delante? ¿Y qué objetivos?
¡Muchísimos! Aún me queda mucho camino por delante. Mateu-lo solo ha hecho que empezar. Soy una persona muy ambiciosa y quiero abarcar muchas cosas al mismo tiempo, lo que juega en mi contra, pero me gustaría expandir mi universo en otros formatos que puedan ser complementarios con lo que ya hago.
Mi próximo objetivo es abrir una pop-up para poder presentar mi colección de accesorios y traspasar los muros digitales, así como establecerme más a nivel internacional y estar presente en distintos puntos de venta físicos.
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