Rigoberta Bandini ha cambiado el mundo. Tal vez no el mundo entero, tal vez no a todo el mundo. Pero sí el mundo de la música aquí, el mundo del feminismo español y el mundo de las conversaciones que tenemos con madres, abuelas, hermanas, amigas. ¿Las pruebas? Te reto a encontrar a alguien que no haya oído nunca el nombre de Rigoberta Bandini, es más, a alguien que no tenga ninguna opinión sobre ella en absoluto. Pausa dramática. Estamos de acuerdo, ¿verdad? Rigoberta Bandini ha cambiado el mundo.
Entrevista extraída ACERO vol. 2. Adaptada a la versión online. Hazte con tu copia aquí.
Un nombre rimbombante e inolvidable a partes iguales, una puesta en escena con un punto extravagante (y por ello refrescante), canciones cuyas melodías te llevan de la euforia a la lágrima en cuestión de estribillo, y letras que hablan con un lenguaje amigo de cosas que todas hemos sentido, pero que tal vez nunca hayamos dicho en voz alta. Con una carrera artística forjada en muchos ámbitos y desde muy pequeña, Paula Ribó (Barcelona, 1990) dio a luz a la fórmula mágica de Rigoberta Bandini hace apenas 3 años, pero un puñado de hits incontestables (In Spain We Call It Soledad, Ay Mamá, Too Many Drugs o Perra), su propuesta eurovisiva, y sí, un pecho fuera al puro estilo Delacroix, la han convertido en uno de los pilares del star system español actual. En un país de topless y culpa católica, Rigoberta Bandini es, por fin (¡por fin!) la normalización de cosas muy normales: las madres que todos tenemos, el ser o dejar de ser femenina, guardar caldo en la nevera, aprender el feminismo, las dudas existencia- les, sentirse eufórica y sentirse sola, Despentes y Mónica Naranjo. Rigoberta Bandini ha cambiado nuestro mundo porque ahora podemos hablar de todo eso y en todas partes: en público, en casa, en Twitter, o simplemente en la pista de baile a ritmo de ma-ma-ma-ma-má.
Y sí, Rigoberta inspira, pero Paula también es una figura de la que hay mucho que aprender. Arquitecta de un proyecto que acompaña de una banda (que incluye a su pareja, el actor y músico Esteban Navarro), madre desde hace 2 años, artista persistente e incansable que ha vivido varias vidas creativas antes de llegar a la fama de hoy, y que cree tanto en el trabajo duro como en el poder de manifestar sus frutos. Tal vez por eso Rigoberta es ya tan icónica: porque Paula es alguien con quien muchas nos podemos identificar.Ç
Y sí, Rigoberta inspira, pero Paula también es una figura de la que hay mucho que aprender. Arquitecta de un proyecto que acompaña de una banda (que incluye a su pareja, el actor y músico Esteban Navarro), madre desde hace 2 años, artista persistente e incansable que ha vivido varias vidas creativas antes de llegar a la fama de hoy, y que cree tanto en el trabajo duro como en el poder de manifestar sus frutos. Tal vez por eso Rigoberta es ya tan icónica: porque Paula es alguien con quien muchas nos podemos identificar.Ç
Eres una creadora que, desde muy pequeña, se ha expresado en diferentes ámbitos: como dobladora de personajes tan míticos como Chihiro de El viaje de Chihiro o Caillou, como actriz, como escritora, como cantante... ¿Cómo te entiendes a ti misma? ¿Eres una sola cosa o eres muchas distintas, y cómo coexisten todas esas facetas?
Siempre he necesitado escribir para comprenderme y comprender el mundo. Es muy difícil verse o explicarse a una misma desde fuera, ¡porque una está dentro! A nivel creativo he pasado por muchas etapas, igual que en la vida. Cada momento vital en el que estoy empapa mis textos de las preguntas que me están carcomiendo por dentro durante ese periodo en concreto. Para mí, la literatura, la música y el teatro coexisten con mucha coherencia.
El otro día, viendo el documental de Kanye West, reflexioné sobre la importancia de tener padres que te hagan creer en ti misma para perseguir tus sueños. ¿Vienes de un ambiente donde se impulsó tu creatividad? ¿Cómo crees que tu entorno, desde niña, ha definido tu confianza creativa?
Vengo de un ambiente donde se impulsó, sobre todo, la confianza en mí misma. Siempre digo que mis padres me han hecho sentir especial, única, me han hecho creer que mi voz es importante para el mundo. Y es verdad que ese legado es súper importante, y yo se lo quiero dar también a mi hijo: mucho amor y mucha confianza.
Como decíamos antes, eres muy joven, pero ya llevas muchísimo tiempo en este mundo creativo. Pienso en los proyectos que existieron antes de Rigoberta. Me imagino que habrá habido momentos de éxito pero también de frustración. ¿Qué es lo que te ha llevado a persistir, a probar cosas nuevas, a no desmoralizarte si no llegabas a donde querías, o al ritmo que te gustaría? ¿Es ambición, necesidad, inercia, una mezcla de todo ello...?
Ambición y necesidad. Por un lado siempre he sido ambiciosa, porque siempre he querido llegar a mucha gente, pero por otro lado he estado muchísimos años levantando proyectos teatrales precarios donde cobrábamos una miseria y que necesitábamos hacer... No importaba nada más que ese motor interno que nos decía que teníamos que tirar adelante con esa obra. Hablo en plural, porque me refiero en concreto a los 8 años de compañía teatral que compartí con Paula Malia y Bàrbara Mestanza en The Mamzelles.
Y tras The Mamzelles, llegamos a Rigoberta (¡bam!). Al lanzar este proyecto, ¿supiste de antemano que causaría este nivel de repercusión? ¿O te llevaste una sorpresa?
Yo empecé a meditar mucho y a proyectar la mayoría de cosas que después me han pasado. Sé que parece una locura, pero la cosa esta americana de “si no lo sueñas no puede pasar...” Joder, ¡es así! Pero por mucho que lo proyectes, cuando ocurre nunca te lo esperas.
Cuéntame un poco cómo llegaste a ella, en qué momento la concebiste, o cuáles fueron los ingredientes que se dieron para que el proyecto empezara.
En noviembre de 2018 empecé a componer como una loca canciones de desamor y de cambio, que es de donde venía yo. Vivía en una habitación muy grande del carrer del Call y ahí me encerraba con la guitarra. Hubo un día en el que literalmente necesitaba ordenar el escritorio del ordenador y crear una carpeta para todas estas canciones. Me vino Rigoberta Bandini como me podría haber venido cualquier otro nombre, pero me vino este. Y así nació. ¡Le creé un Instagram! Y no se lo dije a nadie. Pero iba colgando fotos que me inspiraban para el proyecto.
¿Y cómo influencian a Rigoberta esas varias ramas de tu creatividad, hoy por hoy? ¿O necesitas centrarte en cada cosa en diferentes momentos, para no mezclar demasiado?
Ahora mismo no puedo hacer nada más que Rigoberta Bandini, porque la demanda externa es muy heavy, y entre los conciertos, el estudio y mi hijo... ¡No doy para más! Lo que sí que intento al menos una vez a la semana es escribir. Es importante seguir cultivando esta faceta de escritura para alimentarme creativamente. Siento que, si no, le falta abono a la tierra...
Hablemos de Rigoberta y de Paula. ¿Dónde empieza una y acaba la otra? He escuchado además que escribes diarios desde que eras niña, ¿reconoces a una Rigoberta incipiente en tu yo más joven?
Se ayudan mutuamente, se entrelazan ¡y muchas veces se me difuminan! Podría pensar que Rigoberta siempre ha vivido en mí porque empecé a componer muy pequeña también. Pero yo qué sé, al final todo son relatos(risas).Realmente, soy Paula y soy Rigoberta.
Uno de los aspectos que más refrescante resulta de Rigoberta es el universo que has construido en torno a ella, y que se refleja en las letras, los videoclips, la escenografía de tus conciertos (¡el pecho!), las coreografías, el vestuario... ¿Te encargas tú misma de dirigir todos estos elementos? ¿Cómo los conceptualizas?
Yo marco una línea conceptual y después trabajo con gente maravillosa que me ayuda a hacerla realidad. Hay gente que siempre está en el equipo, y hay gente distinta con la que voy currando según cada proyecto, y todo eso me da una mirada más rica. Al fin y al cabo, es un proyecto muy reciente, y yo misma lo estoy descubriendo también.
Más allá de lo físico y visual, tu música también tiene un carácter muy distintivo. ¿Cómo planteas el escribir canciones? ¿La idea de unir ritmos bailables con un toque electrónico, con canciones de mensajes potentes y directos fue premeditada o salió instintivamente?
Yo me obsesiono con la emoción. Sólo quiero que las canciones emocionen, que lleguen a la gente. Me pongo a escribir, y después en el estudio trato de encontrar los ingredientes junto con los productores para conseguir esa emoción.
Tu música y tu estética se nutren de referentes diversos, a veces con carácter nostálgico. Creo que has mencionado que Marisol es una artista a la que admiras mucho, y también has participado en homenajes a Rocío Jurado, vi tu artículo con Masiel... No solemos reflexionar mucho sobre qué supusieron estas figuras icónicas, como mujeres y como artistas. ¿Cómo las entiendes tú, y cómo te entiendes a ti misma en ese contexto?
No sé por qué extraña razón Marisol fue un icono que marcó mi infancia. Me pasaba tardes enteras cantando sus canciones en mi habitación, imitando sus gestos, sintiendo que actuaba delante de un gran público. Había algo en ella que me transmitía un poder y un carisma que no percibía en nadie más... Más tarde descubrí a otras grandes divas como Patty Pravo, Rocío Jurado, Lola Flores, Raffaella Carrà, y encontré en ellas una sofisticación que me inspiraba y me inspira.
A su vez, Rigoberta existe también dentro del contexto de Barcelona, del que han salido muchos creativos de tu misma generación, incluso de tu mismo círculo, si no me equivoco. Pienso en La Manso, Leti Sala, Paloma Wool, Carlota Guerrero, obviamente Venga Monjas... ¿Te sientes parte de una especie de movida barcelonesa, como tal? ¿Tiene sentido pensar en Rigoberta en este contexto?
Supongo que al final Barcelona no es tan grande. En el mundo del teatro, por ejemplo, haber estudiado en el Institut del Teatre y haber hecho teatro durante tantos años hace que conozca a prácticamente todas las personas del nicho teatral. En realidad vengo más de ahí que de otra cosa, pero el amor me unió a Esteban y eso a Venga Monjas, y de ahí conocí a Carlota, Leti, Paloma... Y muchísimas más artistas. Barcelona está llena de mujeres exitosas que me inspiran. A Adri (La Manso) la conocí haciendo teatro porque ella es técnica de luces, ¡y coincidimos en una residencia teatral! La vida nos ha dado un buen giro a ambas (risas).
Ahora que hemos contextualizado a Rigoberta a nivel artístico, me gustaría hablar de su impacto a nivel social. La reivindicación feminista es un ingrediente esencial. ¿Cómo has construido tu feminismo a lo largo de los años? ¿Ha sido a través de tu familia, de tus amigas, de iconos populares...?
A los 15 años decía que yo no era feminista porque me caían bien los hombres. No entendía nada. Creo que, como la mayoría de mujeres de mi generación, he entendido lo que es el feminismo a medida que me he ido haciendo mayor. Lo he abrazado y he comprendido que es uno de los pilares más importantes de mi vida. Amigas como Irene Moray o Elena Martín me ayudan a cuestionarme cosas y a avanzar en el feminismo. Siento que estoy en constante aprendizaje.
¿Cómo lo sigues construyendo día a día? Las mujeres cis lo tenemos relativamente fácil, pero a medida que yo, personalmente, aprendo más sobre cuestiones de género, me planteo también el porqué de mi feminidad, lo que eso significa.
Sí, me pasa lo mismo. Cuanto más mayor me hago, más absurdo veo el binarismo con el que nos han educado. A veces siento que hay un piloto automático que me lleva a ser mujer y hacer lo que se espera de mí. Y no sé si eso es malo o también liberador. En cualquier caso, analizar cada comportamiento con lupa nos ayuda a avanzar. Creo que lo que nos da poder es ser conscientes de las cosas, y siento que años atrás no lo éramos, ¡o al menos yo desde luego no lo era!
¿Paula está tan empoderada como Rigoberta?
Todas las decisiones de Rigoberta son extensiones de las decisiones de Paula, pero es cierto que crear un personaje te libera en muchos aspectos. Siento que Rigoberta está igual de empoderada que Paula. Si Paula avanza, Rigoberta avanza. Y lo mismo al revés.
¿Qué hay de ser madre? ¿De qué forma te ha cambiado como mujer, y/o como persona?
Ser madre es lo mejor que me ha pasado porque me está abriendo mundos que no conocía. Creía haber conocido toda la paleta de colores ya. Y ni de coña. Ser madre es tan emocionante, ¡precisamente por esto! Es terreno desconocido. Es una manera de amar que creía que no existía. Y también es cansancio, paciencia, pérdida de autonomía... Sí, eso también. Pero la verdad es que el pack completo compensa muchísimo. Estoy tan feliz, cada día con él es un regalo.
A nivel social, te has convertido en EL icono feminista del momento en España. ¿Cómo sientes ese rol? ¿Es una responsabilidad?
Tengo un compromiso conmigo misma que reside en contar lo que siento que tengo que contar y de la manera que lo hago. Y luego la gente necesita poner etiquetas o clasificarnos, pero eso es un mundo aparte. Si pensara en el titular ‘icono feminista’ cada vez que voy a componer, a crear, a actuar... Se me desdibujaría todo. Soy una mujer feminista que compone canciones. Nada más.
Todo lo que pasó con Eurovisión se convirtió en una especie de fenómeno viral en la sociedad, incluso en algo súper político. ¿Te lo esperabas? Y, siendo una persona del mundo creativo, ¿cómo vives el convertirte en un tema de debate entre políticos?
No me esperaba en absoluto la repercusión mediática que tuvo, sobre todo porque llevamos años sin hacerle ni caso a Eurovisión. La verdad es que estar en boca de políticos es extraño... Creo que la música debería trascender todo eso. La música es emoción. Y ver cómo los políticos, tanto de un lado como del otro, se apoderan de algo que has escrito, da mucha pereza.
¿Qué ideas, feministas o no, o mensajes, tienes ganas de explorar con Rigoberta?
¡Los que me invadan en los próximos meses...!
Y, para acabar, ¿qué empieza ahora?
¡Muchas cosas! Entre ellas, una gira de muchísimos conciertos.
Ahí nos vemos.