En esta vida todo influye, queramos o no. Siempre coaccionados a contrarreloj. También en lo malo. Sofía Gabanna lo sabe muy bien. La joven veinteañera, rapera de corazón, bailarina también, simpatiquísima, habladora, tímida a veces, extrovertida siempre, le suele cantar a la vida, y lo hace sincera e influenciada por todo a la vez (en todas partes). Gabanna es la nueva promesa del rap hispano, y estamos deseando verla volar alto.
Entrevista extraída de ACERO vol. 4, publicada en mayo de 2023. Hazte con tu copia aquí.
Tras varios intentos, ahí está ella. Hace unas horas que ha llegado de Chile, y Sofía Gabanna, con sus características gafas, ya un emblema, sonríe como si nunca se hubiera ido. Hace casi un año que lanzó su primer EP y carta de presentación, Maté al amor. Un mix romántico y lleno de ira con el que inevitablemente conectamos. Ella y yo, lo reconozco. Del desamor y muchas otras cosas reflexionamos durante hora y media, no sin impedimentos en el transcurso de nuestra conversación. El jaleo de unos niños jugando en la calle se cuela por la ventana de su habitación. Las baterías de nuestros móviles claman cargador. Pero nada nos detiene en nuestra búsqueda de ese desamor, o de ese amor, en forma de rap y de sanación. Después de girar por Latinoamérica y de abrir el Lollapalooza de Chile, estamos convencidos de que este 2023 aún le tiene guardadas grandes sorpresas. También a nosotros.
¡Hola, Sofía! ¿Cómo estás?
¡Hola, buenas tardes! Por fin podemos coincidir (risas).
Sí, tía, porque vaya tela esto de las entrevistas intercontinentales (risas).
Es que acabo de llegar hace unas horas de Chile. Hace cuatro, estoy recién llegada.
Ha tenido que ser muy intenso todo.
Sí, sí, pero hermoso igual, rehermoso. Pero ya por fin en casa.
Bueno, antes de nada, enhorabuena por tu actuación en esta edición del Lollapalooza. Por lo que he visto en redes fue brutal.
Sí, subí por ahí un cachito (risas). Gracias, muchas gracias, fue épico. Me encantó. Fue una experiencia increíble. El escenario más grande hasta hoy.
¿Sí?
Sí, sí, 100%. Era gigante. Encima, como no me dejaron hacer prueba de sonido, fue muy sorpresa todo. Me fui adaptando a lo largo del show. Estaba prendida. Y abrí el escena- rio, que me gustó mucho también. Fue un honor, porque como cerraba Billie Eilish y a mí me gusta tanto... (risas).
¿Y cuál fue la sensación?
Pues las primeras canciones incluso me asusté, porque al no haberme subido previamente al escenario, fue como, wow. Es grande. Y yo voy sola, bueno, con un DJ, pero el escenario realmente lo lleno yo. Dije, buah, tengo que ver cómo lleno esto yo sola, pero fue divertido. Al principio me sirvió también para fichar- me a mí misma, pero en nada ya estábamos ahí con todo, llenando todo. Me pegué unas carreras de arriba abajo tremendas (risas).
Una clase de cardio (risas).
100%, la que no me había dado en la semana me la di allí.
¿Fue la primera vez que actuabas en Chile?
No, realmente fue la segunda. Fui muy recientemente, en diciembre. Y ahí hice más salas. Ahora, al volver, dejamos este festival exclusivo para la fecha. Así que me ha dado tiempo a conocer un poco más de Chile, porque cuando tengo tantos bolos seguidos, al final no me da tiempo de conocer mucho del lugar al que voy.
También vienes de girar por diferentes partes de Argentina. Imagino que habrá sido muy emocionante para ti poder cantar en tu tierra, ¿te has sentido acogida?
Sí. Soy una chica muy emocional en cualquier sentido de la vida, pero sí que esta vez ha sido la primera que me emocioné tanto cantando sobre el escenario. De hecho, fue con la canción de Fui silencio, con la que empezó todo. Y me emocioné, me resultó una experiencia linda y extraña. El público de Latinoamérica, aunque acá también, es muy masivo. La primera vez que me abrieron sus puertas fue en México y la verdad es que yo me sentía como en una película, como si fuera Lady Gaga. En Argentina también fue muy lindo porque hacía 13 años que no iba, fue lindo volver y hacerlo con música para compartir, que escuchaban y apoyaban... Porque en Argentina me llevaban esperando mucho tiempo.
¿Cómo sueles adaptar el show que ofreces en salas al de los festivales? ¿Se nota mucho la diferencia entre ambos formatos?
No, de momento, no. La verdad es que este año es cuando voy a empezar a ofrecer otro show diferente. Hasta ahora estuve componiendo a full y mi equipo siempre fue bastante reducido. Ya sea por falta de contactos o de dinero a veces, hasta el momento no he podido desarrollar al máximo mi puesta en escena. De hecho, este año quiero enfocarme un poco más en una banda para sentirme un poco más acompañada.
¿Quizás sientes la falta de ese calor que puede aportar una banda?
Sí, y no por parte del público, porque el público la verdad es que siempre me hace sentir respaldada. Siento esa energía. Pero mi evolución artística ya me pide eso, crecer. También en la puesta en escena, desarrollarla de una forma que me sienta más satisfecha, porque a veces siento que no estoy dando todo lo que puedo dar. Pero este año ya tengo un equipo con el que se puede empezar a cocinar, como digo yo (risas).
¿Tienes tiempo para escribir cuando estás de bolos y viajando?
La verdad es que sí. También depende mucho del viaje y de cómo esté siendo, porque a veces están pasando tantas cosas que no me detengo. No hago freestyle, pero pienso tan rápido que para escribir necesito una pausa, necesito parar y decir, vale. Y procesar todo lo que pasó. Pero a veces, sí, tengo estos paréntesis en los viajes y me da tiempo a escribir. De una forma u otra, me inspiro.
¿Qué tal te llevas con las redes?
Mira, siempre me río porque me dicen que soy la abuela del grupo (risas), con estas cosas soy bastante nula. Yo tengo redes sociales, pero tengo muy pocas, sobre todo Instagram, que es la que uso más porque subo posts y escribo mucho, así que veo eso como un diario donde puedo llegar a mi público de una manera más cercana, es donde más conecto. Y luego está TikTok, que me lo abrí hace muy poco. Me está yendo muy bien en TikTok, pero me cuesta, me cuesta usarlo de forma habitual. Twitter no me gusta, me parece una app super peleadora. En general, me parece que son herramientas muy buenas, pero que a veces se usan muy mal. Y, bueno, para escribir tienes que vivir mucho, y si soy adicta al móvil todo el rato, no vivo.
Este amor hacia el arte te viene de lejos, desde bien pequeña has estado rodeada de música e influenciada por diversos artistas muy diferentes entre sí, ¿verdad?
Sí, la verdad es que les agradezco mucho a mi viejo y a mi vieja que siempre de chiquititas nos pusieron música. Mi madre, sobre todo; es súper artista ella. Hemos crecido siempre rodeadas de música, de arte, de danza. Y bien chiquitita empecé a bailar. Con 4 años, cuando llegué a España. Fueron 10 años bailando ballet y flamenco, y escuchando artistas muy diferentes entre sí, como vos decís, en casa y artistas que yo iba descubriendo. También es cierto que era todo muy familiar, porque yo no tuve móvil hasta los 13 años, entonces escuchábamos todos los discos que había en casa. Y había muchos discos, de muchos grupos argentinos y de acá. Thalía, Chambao, Christina Aguilera, Amy Winehouse, Whitney Houston...
¿Y de todos esos artistas quién fue el que marcó tu infancia?
La verdad es que el de Thalía, este... Ahhh, estoy intentando recordar el título... ¡Mirá! (y saca el disco de Britney Spears In The Zone y lo enseña). Icónico. Es que, ¿sabés?, me acordé porque el disco que digo de Thalía es parecido, tiene también la cara de Thalía en la portada... ¿Sabés cuál te digo?
Amor a la mexicana, ¿verdad?
¡Ese! Lo hemos bailado años y años durante mi vida.
¿Y artistas de ahora?
La verdad es que actualmente tengo muchos, de rap te podría decir una mujer que me marcó mucho cuando empecé a rapear y aún ahora, Missy Elliott. Canserbero es otro artista que me ha marcado mucho, más de rap hispano. Y, bueno, mil artistas realmente, de acá me gusta mucho Foyone. A día de hoy son artistas que escucho y que me inspiran muchísimo.
Con Foyone además has colaborado en RapSinCorte.
Sí, fue una experiencia épica, coincidimos muchos raperos y raperas increíbles, no hay cacho que no sea bueno; la verdad es que adoré cómo quedó el tema, los cambios, lo dinámico que es, fue una experiencia muy linda conocernos. Súper agradecida de que me invitaran.
¿Quién te sorprendió más?
Ptazeta me rompió cómo lo hizo, me gustó muchísimo.
Tu madre también es artista. ¿Sueles buscar apoyo o inspiración en ella a la hora de crear?
No sé si conscientemente o no, pero sí, ella para mí es una inspiración. Siempre lo fue, comparto con ella mis ideas, proyectos, conciertos, canciones. Ella las escucha antes que nadie. Y a veces me dice: “Ay, pues a mí se me ocurre hacer esto acá”. Ella, claro, es muy creativa y a veces se lanza. Y cuando algo me gusta, le digo, ey esa es buena. ¡La compro!
Y no le resultaba raro o impactante el hecho de que sean historias tan personales...
Bueno, es que en mi familia somos muy emocionales, muy dramáticos, entonces, con qué les voy a sorprender, ¿no? También es una forma de comunicación con mi familia, aunque casi siempre ya saben lo que me pasa, porque cuando escuchan mis letras, en cierto modo ya las han escuchado antes, porque lo hemos hablado, com- partido o dialogado en otros momentos.
"Considero que no me limito a la hora de escribir, que es algo que hay que tener en cuenta. no hay que escribir lo que quiere oír el resto".
¿En qué momento se produjo tu encuentro con el rap?
Se produjo cuando dejé de bailar, que fue a los 14 años. Empecé a fumar, conocí a un chico que hacía freestyle y batallas de gallos... A mí no me gustan demasiado las batallas de gallos porque son súper peleadoras, pero ahí conocí el freestyle, que es rapear de cualquier tema que te apetezca, no hace falta tirarle a nadie. Y ahí fue cuando me empecé a familiarizar más. Mi hermana también empezó a escuchar rap, así que entre una cosa y la otra y que me gustaba mucho escribir, en blogs, en lo que fuese, empecé a poner lo que escribía en bases y me volví loca. Dije, wow. Y ahí fue cuando empecé a grabar maquetas en estudios. En el estudio al que iba me dijeron que iban a abrir un canal y que si quería grabar un tema. Y grabé Fui silencio. Yo no quería al principio, por vergüenza, pero dije, "pero si no es ni mi canal"; y así fue (risas).
¿Alguna vez has sentido pánico escénico en tus primeros shows?
Pánico escénico no. Siempre fui muy tímida, pero creo que en el escenario no lo soy para nada. Como lo que canto es tan personal, creo que si el público está ahí es por algo, así que no me da miedo. Es algo que todos sentimos y que vamos a compartir, y lo siento como algo lindo. Me intimida más la vida o salir a la calle. Creo que tengo más pánico en la calle que en el escenario (risas).
Después de 2 años y medio lanzando singles, te decides a sacar tu primer EP, Maté al amor. ¿Cuándo y por qué supiste que era el momento?
Empecé a sacar temas sin referente a seguir, por eso sacaba singles. Pero a mí me gusta mucho cómo se llevaba antes la música, que se fijaban mucho en los discos y empezaban sacando más discos que singles. Entonces, después de aprender un poco a llevar mi carrera artística, pensé que ya era hora de hacer un proyecto con un contexto, no solo temas sueltos. También quería probar nuevos géneros y experimentar un poco más en las letras; y encontré a los productores con quiénes trabajar, porque hasta entonces no tenía productor.
En el EP se ve esa experimentación, en la mayoría de los temas se aprecia esa fusión de estilos tan diferentes. ¿Con qué canción te sentiste más cómoda a la hora de producir?
Marvin, Asesina y Flaco son mis tres top.
¿Tuviste algún episodio de dudas o de bloqueo durante el proceso de creación?
Sí, totalmente. Me bloqueo bastantes veces durante el mes, bueno, y el año (risas). Pero durante todo el proceso, la verdad es que estoy tan a full que trato de no dispersarme.
¿Y cómo sentiste la recepción del público cuando vio la luz este primer EP?
Igual estaba nerviosa por eso, por cómo iba a recibirlo el público. Pero yo estaba satisfecha con los temas y eso es lo que cuenta ante todo. Estar satisfecho uno mismo con lo que va a publicar.
Este primer disco nace de experiencias pasadas sobre desamores y otras situaciones complicadas, algo que vemos reflejado en cada una de las siete canciones que componen el EP gracias a letras tan explícitas como las que escuchamos en Marvin, por ejemplo, cuando dices: “Fuiste lepra en mi vida”. Duras declaraciones (risas).
(Risas) Sí, sí, es que Marvin, como vos decís, es bastante explícita, tiene letras bastante duras. (Canta). “Te mereces la guillotina / Estoy esperando a verte / Muerto para estar yo viva”. Me dejé llevar y escribí. Fue un boom bap muy fuerte. Me gustó mucho cómo quedó y no corregí prácticamente nada, como sí hago en otros temas. Y sí, es bastante explícita porque estaba bastante enojada, además la elegí para abrir el disco porque define bien toda esa etapa de la que hablo. Hay ciertas personas que pueden llegar a distorsionar mucho tu realidad, y esta canción está dirigida a una persona que en su momento distorsionó, bueno, dejé que distorsionara, mi realidad. Y eso afectó a todos mis otros campos de vida. Y el rap fue como la puerta para salir de todo aquello.
¿Crees que esa persona habrá escuchado el disco?
Ni idea. Ni idea porque hace como 4 años que con esa persona no tengo contacto. Solo sé que al principio de todo me llegó una felicitación por Fui silencio. Igual me siguió escuchando, pero no lo sé.
Precisamente sobre esto rapeas en Future. Me ha llamado especialmente la atención esto que dices: “Me quité del drama, pero quedaron secuelas”. ¿Qué secuelas son esas?
Pues todas las que una vez distorsionaron mi realidad. A una le sirve todo esto para aprender, realmente. De cierta forma es tu historia y no se puede borrar. Se puede gestionar, se puede aprender, se pueden hacer mil cosas con esto que te pasa, pero es tu historia. Puedes usarla para que te haga bien o para que te haga mal. Ya es parte de vos, quieras o no. Entonces yo siempre intento querer hasta las cosas en las que me equivoqué, o de las que me arrepiento incluso, como dejar de bailar. Esa es una cosa de la que me arrepiento mucho.
Claro, es que fueron 10 años bailando ballet y flamenco. Además, son dos estilos muy exigentes. ¿Esto te ha ayudado a ser más disciplinada a la hora de trabajar?
Sí. Siempre fui muy disciplinada, en cualquier trabajo. Porque a los 14 empecé a trabajar y fui camarera, dependienta, relaciones públicas (risas), pero es verdad que a mí me gustaba mucho el ballet y el flamenco porque empecé desde chiquitita y era como mi rutina. Todos los días entrenaba muchas horas. Y me gustaba mucho la dualidad que conseguía entre las dos danzas. Y, claro, cuando lo dejé, imagínate... obviamente me