El jueves pasado fuimos a la Sala Apolo (para variar), pero esta vez no íbamos directas a la mítica sesión de Milkshake, sino que nos colamos unas horas antes para presenciar el directo de la presentación de Tot allò que no sap ningú, el último álbum de la catalana más coquette del momento. El público llevaba desde su lanzamiento (en septiembre) esperando este momento, y minutos antes de empezar, las ganas y los nervios eran más que palpables. Ni las birras los apaciguaban. Así que sin más dilación: Maria Hein.
Son muchos los nombres que están apareciendo en la escena musical catalana, y seguro que esta revolución irá in crescendo, pero a ella es fácil tenerla en nuestro radar, y más con la nueva propuesta que se trae. Le gusta jugar y experimentar, nos lo ha dejado más que claro. Aunque su dulce voz delata ese aire angelical característico que tanto se le asocia, su estética y sonido han dado un giro de ciento ochenta grados en los últimos dos años. Hay una nueva Maria Hein, y en el directo no se iba a quedar atrás.
La [2] estaba petada, con un target más que curioso, pues vimos desde coquettes y rachetas hasta alternativos y alguna que otra tieta catalana. ¡Cómo nos gusta este combo! Guapísima, con un top y una falda con un lacito rosa y unos calentadores peludos (como no, también rosas) apareció de golpe en el escenario, llenando la sala de gritos. No nos podemos quejar, ofreció un espectáculo en el que hubo de todo, pues de un segundo a otro pasabas de abrazar llorando a tu colega a saltar con los bajos de la electrónica. Nos presentó el álbum entero, así como canciones antiguas y alguna que otra nueva. En general, sus temas no son los más animados, aunque el público estaba encantado, ya sabía donde se metía. Aun así, sorprendió con coreografías y una puesta en escena muy diferente a lo que había hecho anteriormente, aportando un nuevo relato a algunas de sus canciones más sad.
Una luz blanca y un ventilador enfrente fueron por un rato los protagonistas. Maria lucía como un hada hechizando a los asistentes, que la contemplaban acompañando su voz o casi boquiabiertos. Luces más cálidas para Els teus ulls davant del mar, canción del primer álbum que nadie dudó en cantar. Nos regaló una media hora de intimidad, en la que en el escenario solamente estaban ella, su voz y un piano. Socunbohemio no podía faltar en el momento más tierno de la velada, y juntos presentaron su colaboración, Tantes coses a dir-te. Podríamos decir que la artista nos lleva en un viaje emocional de un extremo a otro en menos de dos horas. Por un lado, nos presentaba Fiu Fiuuu, que nos tuvo a todos cantando y siguiendo la coreografía que hacía junto a sus bailarinas, y por otro, se puso a versionar Alfonsina y el mar, de Mercedes Sosa, llegando a lograr un silencio casi absoluto en la sala. Sin palabras. Se desenvolvió perfectamente en todos los estilos musicales en los que iba fluctuando, y esa dualidad es justo lo que más nos llamó la atención.
Con La Dama de Mallorca vi alguna que otra lágrima, y con Club se desató la locura con la llegada de Julieta en el escenario. Inevitablemente, la vibra subió y se mantuvo hasta la llegada de su gran amiga Mushka, que salió a cantar Temps. Las miradas de complicidad y los bailes entre las chicas más top del panorama catalán revolucionaron al público, pero ellas no fueron las únicas artistas que se animaron a participar: Plan-ET y Ariox tampoco se lo perdieron. 
También cantó por primera vez Hana, su nuevo single, y nos mostró su lado más kawaii con los visuales del videoclip hecho por David Camarero de fondo. Vamos, en lo que duró el concierto vimos todas las facetas de Hein, como si de pasado, presente y futuro se tratase. “Esto es solo el inicio”, comentó. Estaremos atentas.
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