Si todavía te preguntas quién es Vivi K, venimos a resolverte la duda. Le hicimos una entrevista hace un tiempo, así que para celebrar los tres meses de su primer álbum, Frecuencias, hemos hecho la segunda parte en Barcelona justo antes de su show en Urbanaie, el circuito de AIE (Artistas, Intérpretes y Ejecutantes) que nace para divulgar la música urbana en todas sus variantes. Ha actuado en Madrid y en Valladolid, pero, con el lanzamiento de su primer disco, quién sabe, igual la podemos volver a ver de gira.
La espiritualidad la acompaña desde que empezó a hacer música y forma parte de su trayectoria artística. Ama lo que hace y se nota. Ella vibra entre lo espiritual y lo terrenal, canta para expresarse porque no conoce otra forma de hacerlo. Hoy hablamos con ella sobre el amor, cómo superar eventos traumáticos, ser una mujer joven en la industria musical y EL álbum. Que te guste su música será fácil, saber cuál es tu track favorito es lo chungo.
Actúas en un rato en Barcelona. También te pudimos ver en julio en Valladolid, precisamente dentro de Urbanaie, y hace menos de una semana en la Sala El Sol de Madrid, donde presentaste tu álbum, ¿cómo estás, qué tal tus nervios? Me pregunto si el escenario impone siempre o si no importa las veces que te subas a él.
Tengo que decir que estoy contenta porque estoy muy tranquila y nunca me había pasado. Antes de los shows sentía unos nervios gigantes, estaba ansiosa y no comía, y hoy me he comido unos Yatekomo en el tren (risas). Creo que el show de Madrid me ha dado mucha seguridad en mí misma y me ha reafirmado que, cuando practicas las cosas y las haces con amor, salen bien.
Esta tarde en La Nau estaréis actuando Kristtina, Espineli y tú en este nuevo encuentro de Urbanaie. Con Kristtina ya habías coincidido en el concierto de Valladolid, pero, ¿os conocéis de antes? ¿Habías coincidido con alguna de ellas en el escenario aparte de este concierto que comentamos?
Kristina y yo nos seguíamos en Instagram, no recuerdo si habíamos hablado o no, pero sabíamos quiénes éramos. En el concierto de Valladolid nos unimos y nos hicimos amigas; además, me encanta esta chica, está superloca (risas). Con Espineli no he coincidido pero claramente sé quién es porque la industria musical es un pañuelo y tengo muchas ganas de conocerla.
¿Cómo llevas el hecho de estar en un proyecto como el de Urbanaie, que supone todo un escaparate para descubrir nuevos artistas? Por no hablar de lo que supone pasar el filtro de un comité de selección formado por diferentes personalidades de la industria.
Me siento afortunada porque, como tú dices, ha habido gente top de la industria que se ha juntado para decir: tú sí, tú no. Al haberme elegido, ¡pues tú dirás! Lo que busco tanto en estos shows de media hora como en los de una hora es dar el cien por cien de mí.
Claro, no se prepara igual un show corto como el de hoy que el de Madrid cuando presentaste el álbum.
Sobre todo lo que más cambia es el orden de las canciones. Cuando haces un concierto tienes que elegir muy bien cuáles poner y cuándo ponerlas, por ejemplo, para animar más al público porque tienen coreografía. Mira, la canción del álbum que tengo con Gara Durán es Déjalo ir y la suelo poner a mitad-principio del tracklist porque tiene una puesta en escena muy bonita y hace que entres completamente en la vibra de lo que es Vivi K en show. Yo pienso que si fuera a ver mi propio concierto lo disfrutaría (risas).
Al final tienes media hora para presentarte y conectar con el público que no te conoce, a diferencia de cuando son largos, que queremos escucharlo todo porque nos lo sabemos todo.
Así es, tienes ese rato y es importante aprovecharlo para disfrutar, tanto el público como yo misma.
La primera canción que lanzaste en 2020, he dejado de llamarte, fue un éxito, ¿te lo esperabas?
La verdad, no me lo esperaba. Sabía que lo que estaba haciendo en ese momento me hacía feliz porque le dedicaba muchísimas horas y eso es algo que solo me pasaba con la música; me pasaba el rato tocando el piano o buscando beats para hacer canciones.
Cuando encontré la base y fui a grabarla estaba nerviosísima porque no iba como voy ahora, que me paso el día entero en el estudio preparando ideas y ensayando. En ese momento iba con el beat, pagaba treinta euros y en una hora me había grabado el tema entero. Entonces fui sin expectativas y pensé, un tema más, pero no me esperaba que tuviera el éxito que tuvo.
Cuando encontré la base y fui a grabarla estaba nerviosísima porque no iba como voy ahora, que me paso el día entero en el estudio preparando ideas y ensayando. En ese momento iba con el beat, pagaba treinta euros y en una hora me había grabado el tema entero. Entonces fui sin expectativas y pensé, un tema más, pero no me esperaba que tuviera el éxito que tuvo.
Gracias a esto, ¿hubo algo dentro de ti que hizo clic y te reafirmó en que querías dedicarte a la música?
La señal más clara que me podría haber mandado el universo fue cuando Warner Music contactó conmigo, y pensé que si eso me estaba pasando es que era el camino que tenía que seguir. Y mira que lo tenía todo en mi contra porque mi familia quería que tuviera un futuro convencional. Pienso que si haces las cosas con amor, solo necesitas una mini señal para darte cuenta de que es tu camino. Si me hubiera escrito Discográfica Pepe lo hubiese tenido igual de claro (risas).
¿Y cómo fue firmar con Warner?
El proceso fue muy duro y me costó asimilar que mi vida se había puesto patas arriba. Sentí que todo lo que tenía se me arrebató y me vi sola en un mundo completamente nuevo para mí. He de decir que estuve investigando mucho acerca de las discográficas porque hay que tener cuidado, sobre todo siendo menor, como era mi caso, pero Warner me sorprendió porque desde el principio me ha tratado como si fuera un miembro de la familia y me apoyan muchísimo.
Durante ese tiempo de adaptación lo estabas pasando fatal por situaciones que, aparentemente, deberían ponerte contenta, ¿a qué te aferrabas o qué recursos tenías para levantar cabeza?
La espiritualidad. En cuanto empecé a investigar sobre budismo, taoísmo, los maestros zen y demás, sentí que era el rayo de luz que necesitaba para seguir y no hundirme, era lo que me motivaba a subirme en un tren durante tres horas hasta llegar al estudio. Me reafirmó todavía más que me gustaba el camino que estaba construyendo y me ayudó a estar feliz.
¿Y ahora cómo practicas la espiritualidad?
En su momento me ayudó con el miedo y con la desconfianza hacia mí misma y ahora está full presente en mi vida y me ayuda con el estrés y con la ansiedad, porque lo he pasado un poco mal, no solo con el tema de los shows y de cantar en directo, sino porque es complicado ser artista. Obviamente es complicado ser todo, es complicado ser humano (risas). La espiritualidad me ha ayudado a gestionar mis emociones.
Desde entonces has ido sacando más sencillos, el EP Si me elevo en 2022 hasta llegar a Frecuencias, tu primer álbum, que lo lanzaste hace tres meses.
¡Wow, tres meses! Cómo pasa el tiempo…
(Risas) Sí, da miedo. Antes de entrar en materia, felicidades, me encanta. ¿Se han alineado los astros para que esto pase? ¿Por qué ahora?
Los astros se alinearon cuando todas las cosas malas que te he estado contando las supe gestionar, porque se dio el espacio a conocerme mejor, a tener la mente despejada. Piensa que tenía dieciséis años cuando empecé, estaba en la adolescencia con responsabilidades de adulto y veía a alguien de mi edad y quería ser esa persona.
No quiero que se malinterprete, me sentía una afortunada y hay situaciones terribles, pero era una sensación muy extraña para mí. No es común ver a una niña de esa edad entrando a un estudio lleno de hombres de entre veinte y treinta años, mi adolescencia cambió completamente y adaptarse a una nueva realidad no es sencillo. Frecuencias nace del autoconocimiento de estos años y del tiempo que me he dedicado a gestionar todo lo que me estaba pasando.
No quiero que se malinterprete, me sentía una afortunada y hay situaciones terribles, pero era una sensación muy extraña para mí. No es común ver a una niña de esa edad entrando a un estudio lleno de hombres de entre veinte y treinta años, mi adolescencia cambió completamente y adaptarse a una nueva realidad no es sencillo. Frecuencias nace del autoconocimiento de estos años y del tiempo que me he dedicado a gestionar todo lo que me estaba pasando.
¿Te hubiese gustado ver una mujer en el estudio, en la productora o en altos cargos de la industria musical?
Cien por cien. Cada vez que se me ofrece la oportunidad de hacer algo con una mujer, ahí voy a estar. Imagínate ir a grabar y que haya ocho salas de estudio y ver una mujer a la semana, ¡entre los ocho estudios! Reconozco que hubiese disfrutado más si hubiera visto chicas de mi edad o, al menos, más presencia femenina. A raíz del programa Operación Triunfo, donde había muchas chicas, voy al estudio y veo a más mujeres, más productoras, pero todavía falta mucho para encabezar cargos de poder y ocupar más espacios.
El álbum narra una historia de amor romántico que pasa por todas las fases, desde el primer contacto, luego la primera cita, hasta el último adiós. ¿Cómo vives tú el amor, qué es para ti?
El amor para mí lo es todo, es la frecuencia universal. Me refiero, todo lo que nazca desde el amor o sea un sentimiento de amor es lo más poderoso que te vas a encontrar. Atrae las cosas buenas. En las personas lo noto mucho en su vibra.
¿Eres muy intuitiva?
Sí, mucho, las mujeres en general. El sexto sentido existe y lo tenemos nosotras (risas).
Desde que salió el disco hasta principios de septiembre estuviste desaparecida en redes sociales, ¿qué pasó?
Necesitaba el verano y ni siquiera lo he disfrutado tanto, que es lo que más rabia me da. Tenía tanta ansiedad acumulada desde hacía un año por el tema del álbum que fue lanzarlo y boom, apareció. Todo son aprendizajes y, viendo la situación con perspectiva, el mío ha sido que tengo que frenar, si no el cuerpo no da más de sí. Estaba muy contenta por haber sacado Frecuencias y tendría que haber disfrutado, no estar estresada por todo lo que he acumulado durante los meses anteriores. Ahora estoy a tope otra vez (risas).
¿Cómo está siendo el proceso de preparar los shows?
Ha sido muy divertido. Tenía ganas de introducir coreografías en los shows y contacté con Val. La conocí por Instagram y le escribí cuando empecé a hacer música y le dije: cuando tenga dinero voy a querer que seas tú quien haga las coreografías. Y así ha sido. Además, ha sido una experiencia que me ha dejado con ganas de introducir más baile y ahora tengo más ideas.
En la canción Blindá dices que ya pueden venir a por ti, que tú estás protegida y no siempre es un trabajo fácil, que a veces parecemos nuestra peor enemiga. ¿Qué haces para cuidarte y sentirte así?
Conectar con la naturaleza. Me hace sentir viva y me recuerda que hay algo más allá de todo esto. Miro el cielo y pienso que si estoy aquí es por algo. Entre tanto ruido, no solo el de la ciudad, sino el de la propia cabeza, que nos obliga a ir todo el día tachando ítems de la to do list y me va genial hacerme un paseo para reflexionar y despejar la mente para volver a conectar conmigo.
En el disco ha colaborado Soge Culebra en la canción Afilao y también está D3llano como productor de Rebeldía, En tu nube y Llevo una estrella. ¿Cómo ha sido el proceso de trabajar con ellos?
Con Gabi (Soge Culebra) ha sido muy fácil porque somos pareja (risas). Todo empezó con el single cuando pienso en ti, surgió el amor, y cuando estaba haciendo el disco le propuse hacer un tema juntos y evidentemente me dijo que sí, entonces fue ir al estudio a crear. Le dije que quería hacer reggaetón antiguo, bailable y oscuro, y en un día hicimos Afilao.
Con Pablo (D3llano) fue muy curioso: cuando empecé a ir al estudio a crear tuve muy malas experiencias con productores que se reían de mí en vez de ayudarme. Me iba de las sesiones llorando. Pero Pablo fue increíble, me ayudó con todo, me trataba genial y salieron temas que tuvieron mucha repercusión que me ayudaron a seguir.
Con Pablo (D3llano) fue muy curioso: cuando empecé a ir al estudio a crear tuve muy malas experiencias con productores que se reían de mí en vez de ayudarme. Me iba de las sesiones llorando. Pero Pablo fue increíble, me ayudó con todo, me trataba genial y salieron temas que tuvieron mucha repercusión que me ayudaron a seguir.
Dices que eres super tímida, pero te subes a un escenario a cantar, vas al estudio tranquila, sacas un disco… ¿Cómo has conseguido superar la timidez?
No lo sé, pero voy a llorar con esta pregunta (risas). Sinceramente, no sé cómo lo he conseguido, yo creo que es a base de hostias.
Igual el hecho de salir a cantar y ver que no pasa nada también te ha ayudado.
Totalmente, la gente que va a los conciertos viene a disfrutar y con el tiempo he ido encontrando la manera de sentirme cómoda en lugares donde no antes no me sentía. De hecho, el día antes de grabar he dejado de llamarte no dormí en toda la noche, vomité de los nervios que tenía. ¡Imagínate cómo estaba la primera vez que me subí a un escenario! Con el tiempo, el estudio ha pasado a ser mi cosa favorita del mundo; ahora me dicen que no puedo ir y me voy de este mundo (risas).
Interlude 432 HZ la percibo como ese momento de paz y serenidad entre el caos y la locura, me sorprende que el audio sea en francés, ¿a qué se debe? ¿Qué te hizo elegir este track?
Tenía claro que quería hacer un interludio que representara las frecuencias del universo. La frecuencia universal, supuestamente, es 432 Hz, que es con la que los seres humanos vibramos en armonía. Quería este tema para poder recurrir a él y sentirme segura al escucharlo. La voz es de mi hermano pequeño, que se mudó a Francia durante casi tres años, y cuando volvió a Madrid le dije de ir al estudio a grabar, y ya que había aprendido francés, que fuera en ese idioma. La frase la escribí yo y la recuperé de uno de mis cuadernos. Dice: Yo sé que hay algo más allí arriba y voy a hacer esto por mí misma y por eso que hay que me ha guiado.
¿Cómo se ha tomado tu hermano estar en el disco?
Él genial, le encanta. Además, las frecuencias del interludio no son de internet, son de un bol tibetano que me regaló mi madre por mi cumpleaños y tenemos vídeos juntos tocándolo que son muy divertidos.
¿Compaginas la música con otras cosas?
Sí, empecé ADE en inglés pero no era mi ilusión. Cuando empecé a ganar dinero con la música decidí invertirlo en mi formación e hice un curso sobre industria musical para entender contratos, jerarquías de poder… Vaya, cosas que necesitaba saber ya que me dedico a esto, y me fue genial, la verdad. Ahora me estoy formando en moda porque me encanta y porque es imprescindible para tener una imagen artística, según cómo vaya vestida puedo representar A o B.
Has mezclado bases muy lo-fi con urban, reggaetón, o R&B entre otros géneros. ¿Quiénes son tus referentes actuales?
Uf, déjame pensar… Ahora mismo te diría Jhené Aiko, me encanta, es una tía que en sus conciertos saca un bol tibetano y empieza a meditar y su música… chef kiss. También estoy obsesionada con Kali Uchis y su canción ¿Cómo así?, que me la enseñó Xavi, mi mánager/amigo. Otra canción que tengo en bucle es Pilot de Omar Apollo. Te las recomiendo, de verdad que te van a gustar, son lo más. Son gente que sigue mi vibra espiritual pero con un toque funny.
Ahora que ya tienes experiencia encima del escenario, ¿qué prefieres: estudio o directo?
Estudio, sin pensarlo. El directo está genial porque conectas con tu gente y eso no tiene precio, pero siendo como soy, no podría elegir otra cosa que no fuera estudio.
¿Una colaboración soñada?
Mi colaboración soñada, que si pasara algún día me retiro, sería con Erykah Badu. Ha significado mucho para mí, sobre todo en los comienzos de mi música, me ha inspirado mucho como mujer. Rosalía también me encanta, trabajar con Jhené Aiko o con Omar Apollo sería brutal.
En la entrevista que te hicimos hace más de un año nos prometiste mucha música y en 2024 nos has regalado Frecuencias, ¿qué bienvenida le darás al 2025?
La más grande. Antes de que acabe el año saldrán mínimo uno, si no dos temas y creo que serán un boom. Nunca he tenido ese feeling tan claro, pero siento que es por algo. Este año ha sido para sembrar y creo que 2025 va a ser para recoger. Igual me equivoco.
¿Cómo llevas las expectativas?
Las gestiono muy bien. Este es mi camino y es a lo que me dedicaría tanto si me pagaran como si no. Todo es un proceso y todo llega a su debido momento.