El talento siempre ha estado allí, la forma de sacarlo ha ido cambiando. Hay un recorrido musical mucho más grande de lo que vemos en la mochila de Soge Culebra, por eso canta tan bien, por eso le gusta a tantos artistas, por eso le empezamos a ver en tantos sitios. ¿Cómo ha despertado el interés de Mora y Quevedo? Mientras lo procesamos, ha sacado su álbum más importante hasta la fecha, Storm.
A veces, la clave para llegar lejos es ser natural. Todos sus juntes surgen de la admiración, o de la amistad, como ya se da con Garabatto. Es una forma de concebir tu obra y trayectoria artística como un lienzo, abierto a un mundo de colores que pueden aportar nuevos tonos a tu pieza. Las expectativas llevan una presión detrás y hay gente a la que no le convienen. No hace falta dar parte del juicio de tu obra al recibimiento del público si ya conoces bien tu producto y lo que te ha costado conseguirlo. Horas de trabajo y cariño, esa es la receta musical del murciano.
Tu único álbum hasta la fecha era Mar de cristal y, con tu permiso, estás lejos de ese Soge Culebra. ¿Storm solidifica una nueva versión artística de ti?
Yo siempre trato de reinventarme. Soy muy melómano, para mí la música es como un arcoíris de colores y lo bonito de esto es que se pueden combinar. No me solidificaría jamás. Es verdad que lo que estoy haciendo ahora es distinto a lo que hacía antes, pero lo más seguro es que en un futuro haga algo totalmente diferente. Al tener un abanico de opciones tan amplio siempre iré probando, haré lo que rote por mi cabeza.
O sea que, ¿en unos años te podremos ver en un género distinto?
Claro, yo no puedo solidificarme, siento que mi música es más gaseosa. Siempre voy a escuchar otras cosas, estoy abierto a todo.
Llevas qué, ¿dos años trabajando en el disco? Aparte, has conseguido juntarte con artistas top, ahora hablaremos más de ello. ¿Es Storm tu estreno más importante?
Hasta la fecha sí, sin duda. Para mí es un álbum increíble con un proceso muy tardío, en el que hemos trabajado tanto Garabatto, que ha producido el 70% del disco, y yo, como otros productores. Por las horas y el cariño que le hemos dedicado será un estreno muy especial para nosotros, pero sobre todo musicalmente, creo que es un trabajo muy bien logrado.
Ya que lo has sacado. La producción es de un nivel altísimo. Vaya dupla haces con Garabatto, pega mucho con tu nuevo sonido. ¿Le contactaste directamente para el álbum?
Mil gracias. Realmente ha sido todo muy orgánico, de hecho todo el disco lo ha sido. Nos conocimos allá en 2020 o 2021 y nos juntamos para hacer 7 lágrimas (antes del remix). Entonces ya sentí una conexión especial, y ahora es quizás la persona con la que más disfruto en el estudio. Ya sabía que en cualquier cosa que yo fuera a hacer él iba a estar implicado, y ahora él sacará un proyecto en el que también participo. Hemos forjado una amistad muy bonita, de hecho tengo su logo tatuado en la pierna. Esto al final va más allá de la música y el resultado es prueba de ello.
Pues estaremos atentos a lo que saque Garabatto. Por otro lado, Saiko, Micro TDH y Quevedo. ¿Cómo surge?
Lo puedo contar por separado. Con Saiko nos seguimos en Instagram desde hace tiempo y nos hablamos un par de veces. A mí me gustaba mucho un tema suyo que se llama Humedad, antes de que hicieran el remix con Lola Índigo y Alejo. Entonces cogí el coche y fui a verlo a Granada, a él y a su manager. Me trataron genial. Pasamos el día juntos, me quedé a dormir y allí grabamos el tema a partir de unos beats que teníamos de Chris King, un productor chileno increíble. Luego salimos de fiesta y supercolegas, todo genial.
A Micro TDH lo conocí en una fiesta de inauguración de los estudios nuevos de Warner Music. Nos reconocimos y fue él el que vino a decirme que le gustaba mi música. Me dijo de quedarme el día siguiente para hacer el junte y retrasé mi vuelta a Murcia para aprovechar la oportunidad. Así surgió Balada. Y con Quevedo, es que le gustaba mucho No pienso llamar, que es un tema que teníamos hecho con Garabatto desde 2021, entonces le dimos luz verde para que se sumara. Hizo su parte y la rompió. Como digo, todo ha sido muy orgánico, por eso también creo que es tan bonito. No ha habido nadie en el álbum pagando una colaboración.
A Micro TDH lo conocí en una fiesta de inauguración de los estudios nuevos de Warner Music. Nos reconocimos y fue él el que vino a decirme que le gustaba mi música. Me dijo de quedarme el día siguiente para hacer el junte y retrasé mi vuelta a Murcia para aprovechar la oportunidad. Así surgió Balada. Y con Quevedo, es que le gustaba mucho No pienso llamar, que es un tema que teníamos hecho con Garabatto desde 2021, entonces le dimos luz verde para que se sumara. Hizo su parte y la rompió. Como digo, todo ha sido muy orgánico, por eso también creo que es tan bonito. No ha habido nadie en el álbum pagando una colaboración.
Pregunta de sí o no. ¿Es la voz tu punto fuerte?
Uff, sí, pero tengo otros. Al igual que débiles. Pero es uno de mis puntos más fuertes, eso sí, sin duda.
Esos agudos los vemos muy poco en el género y encajan a la perfección, ¿ha implicado mucho trabajo esa adaptación?
Yo llevo cantando desde los diez u once años. Entonces iba a karaokes con mi tío y mi padre, que de hecho fue tenor y tiene varios trofeos como cantante. Nunca he ido a clases de canto pero siempre he sido muy cantarín. Interpretaba las canciones que más me gustaban. Yo creo que de eso y de tanto encerrarme en el estudio he desarrollado técnicas de canto, como el falsete o los giros de voz.
¿Te ha salido fácil meter todo esto en los ritmos sobre los que has trabajado? ¿O ha sido más escuchar otros artistas y bañarte de ellos?
Realmente es algo que me ha venido solo, no me he inspirado en ningún artista en concreto. Creo que es una esencia que te tienes que currar tú. No he hecho un gran trabajo de aprendizaje para este álbum ni para poder cantar así, es más algo que me he ido labrando a base de mi propia experiencia.
Cantas sobre un desamor en el que te atribuyes la culpa y expresas la pena que sientes, tanto en Nebulosa como en Una última vez. Te pones en el lado malo de la historia y te sinceras para que, por lo menos, te entienda. Todo esto no puede ser inventado, ¿no?
Los artistas muchas veces navegamos en el subconsciente, los pensamientos y las vivencias, eso ayuda a despojarse de algunos sentimientos malos de tu vida. Hacer una canción de algo así es muy bonito por eso mismo, para despojarte de ello. Obviamente que al final todo esto son vivencias y pensamientos que están conmigo o que me han acompañado en algún momento. Sacar lo que llevas dentro va de puta madre, y convertirlo en música es precioso.
Baladas es romántico, ¿tú lo eres?
Yo sí, la verdad (risas). Siempre que puedo y que mi pareja puede nos vamos a cenar, o nos vamos por ahí un rato a charlar. Nos gusta mucho.
También hay un hueco para el fronteo en tu álbum, A cuchillo es el ejemplo perfecto. El remix de 7 lágrimas con Mora ya suma catorce millones de visualizaciones en YouTube, y las recientes colaboraciones se están empezando a pegar, ¿sientes que estás en un gran momento?
Sin duda. Juntarme con artistas con una exposición tan grande me ayuda a dar una visión mayor a mi proyecto, pero considero que estoy en un gran momento no solo numérico sino artístico. Al final, si estos artistas se fijan en mí es por algo y creo que es porque estoy en un momento dulce. Eso es lo bueno, que aparte de reflejarse en números se refleje en lo que saco.
Cambios de registro, sonido futurista, ¿estás preparado para los comentarios que digan ‘el Rauw español’?
(Risas) Siempre habrá matices que alguien podrá achacar, por aquello que decía antes de que la música es un abanico muy grande. Pero él tiene su esencia, yo tengo la mía. Nunca me he comparado con él y dudo mucho que él conmigo. Es bonito que me comparen con Rauw porque es un pedazo de artista muy grande en lo suyo, pero yo estoy convencido de que no soy el Rauw español, de que soy Soge.
Esto apunta a ser uno de los discos más importantes de este año en la música urbana. ¿Compartes la opinión?
Si Dios quiere, sí. Tampoco escucho mucha música urbana española, pero a mí me gusta mucho mi disco y he sido muy narcisista en ese sentido, lo he escuchado mucho. Ojalá que sí.
Entonces, a nivel de expectativas, tú y tu equipo, ¿apuntáis a lo más alto?
No me dejo llevar por las expectativas porque algunas veces me he llevado chascos y otras veces alegrías. Prefiero que todo vaya a su ritmo progresivamente. Sabemos que tenemos un proyecto potente musicalmente, con grandes colaboradores, estamos con Taste the Floor y con Warner, la base del proyecto es muy buena. El material, al ser bueno, puede sonar bastante, pero siempre con los pies en la tierra.
Me ha gustado que digas que antes sí que te ponías expectativas y que no te ha funcionado bien. Esto supongo que es algo más de ese primer Soge que empezaba a pegar temas, ¿crees que entonces sí te afectó mucho?
A lo largo de mi carrera musical me han afectado muchas cosas, pero eso específicamente no me ha hecho sugestionarme. Los números siempre me han parecido una fachada. Sí, es algo que está allí y hay mucha gente que lo escucha, pero al final es solo un número. Con el público también creo que es más importante la calidad que la cantidad, por eso nunca me he alocado mucho con tener más visitas o menos.
Ya post-disco, tienes una gira que pasa por once ciudades, ¿qué tenemos que esperar de un concierto tuyo?
Sobre todo energía y tormenta, que es de lo que trata el álbum. Va a molar mucho. Si Dios quiere, me acompañará Garabatto, que es un músico genial y en live se nota. Tengo muchísimas ganas de que veáis el directo. Incito a la gente a comprar tickets, que hay que apoyar a la música y la cultura. Los conciertos van a ser increíbles y yo me voy a dejar la piel en ellos.