Habiendo esperado doce años para sacar su primer disco en solitario, Delgao tenía que tener todo atado. Nana acaba de salir y no da puntada sin hilo. Un concepto fuerte, el de la contradicción entre la realidad de ser adulto y el deseo de no querer crecer, y un sonido que apoya ese mensaje buscando la inocencia pero sin perder la complejidad. Un viaje a través de una noche, defiende el artista, que empieza cuando te quedas dormido y acaba cuando te despiertas.
Bueno, lo primero es hablar de tu primer disco en solitario. ¿Cómo te sientes al haberlo acabado?
Delgao: Pues siento que ha costado mucho y me siento muy orgulloso del trabajo realizado. Estoy muy contento pero tengo mucha incertidumbre de qué pasa ahora. Tenía todos estos temas reservados, la seguridad de tener una recámara de canciones y ahora tengo muchos menos. Entonces, bueno, no estoy pensando en otro disco, pero estoy pensando en hacer mucha más música.
Después de una carrera en solitario tan larga como has tenido, ¿por qué has tardado tanto en sacar un disco, aparte de los EPs? 
Delgao: No quería hacer un disco hasta que no lo pudiera hacer como he hecho este. Así de elaborado y con un sonido, no perfecto, pero muy, muy bueno. Una maqueta, una mixtape o un EP no me parece tan importante, pero un disco no lo consigo de otra manera.
Aprovechando que D3llano está delante, ¿entendías este disco sin él?
Delgao: No, no habría podido salir un disco parecido siquiera. Estoy seguro de que habría hecho algo bueno pero no algo así. No tan bueno.
El resultado es muy rítmico. ¿Por qué te has decidido a darle tanto a esta parte en vez de a la melodía?
Delgao: No sé, creo que es porque somos jóvenes y nos gusta un poco la marcha, ¿no? (Risas) Necesitamos que sea hardcore a tope, y géneros como el funk brasileño o la electrónica nos divierten.
Corregidme si me equivoco, pero es un disco minimalista a la vez que complejo, algo como minimalismo barroco. Muchos sonidos pero perfectamente empastados sin llegar a mezclarse. ¿Habéis buscado este contraste?
D3llano: Sí, hemos buscado pocos sonidos pero muy cuidados. Sacarles el máximo partido a cada uno, jugar con ellos. No sé si es minimal pero sí que hay muchos temas que son muy sencillos. También buscamos un poco eso, que cada sonido tuviera su propio discurso. Está muy bien definido como minimalismo barroco (risas).
¿No os habéis vuelto locos jugando tanto con los sonidos?
Delgao: Pues lo único complicado ha sido la grabación de voces, que suele ser más fácil. Meter a cuatro instrumentistas ahí… Hombre, en alguna ocasión nos ha desbordado. Pero Pablo (D3llano), que usa FL, lo gestiona bastante bien. Lo hace desde que empieza el proyecto, todo lo va ordenando y entonces no llegas a encontrarte después de varias sesiones un meollo de cosas incomprensibles.
D3llano: Y tampoco son una barbaridad de pistas. O sea, yo no suelo trabajar con más de treinta pistas en ningún tema y automatizo todo mucho. Parece que hay muchos más sonidos de los que hay pero realmente es el mismo filtrado. Juego mucho con eso y no me vuelvo loco para que luego, a la hora de la mezcla, sea sencillo.
Hablando de las influencias, durante la presentación habéis comentado la cantidad de géneros y referencias a las que habéis acudido. Y con el nombre del disco, lo ‘infantil’ ha tenido que ser importante. Me ha parecido escuchar samples de anime, de nanas, de videojuegos…
Delgao: No hay ningún sample propiamente dicho pero sí que son esas las referencias que hemos reproducido nosotros mismos creándolo todo. Yo tengo cajitas musicales en mi casa y le he dicho a Pablo, necesito este sonido.
¿Os ha dado algo de nostalgia trabajar en este disco?
Delgao: En algunas canciones sí. Seguramente más en las partes que hemos estado cada uno por separado. En mezclas, pensando en melodías, pensando en letras… pero juntos todo ha sido bastante positivo. No nos hemos puesto tristes haciendo estas canciones, aunque algunas lo sean, sino todo lo contrario.
Ha sido un proceso divertido, entiendo.
D3llano: Sí, sí. Por eso también esa cantidad de géneros que hay, porque queríamos que fuera divertido hacerlo y escucharlo.
¿Habéis buscado traer cosas nuevas?
Sí. Todo el rato.
¿Y lo habéis conseguido?
Delgao: Hemos traído cosas nuevas y si todo está inventado, hemos conjugado cosas que ya estaban inventadas de forma nueva. Como decía Pablo, nuevo para nosotros, y con eso me quedo contento. Por ejemplo, yo no he escuchado una canción como Purr Purr Purr o como No vas a verme llorar. Quizá por juntar elementos que son un poco yogur con chorizo, ¿sabes? (Risas).
D3llano: Es un poco un disco de yogur con chorizo, sí. Pero el yogur está muy bueno y con chorizo está todo rico, así que…
A vosotros también os ha gustado siempre esa parte experimental.
D3llano: Sí. 100%.
Justo hablabas en la presentación de Ralphie Choo y sí que me ha evocado un poco a él, a lo mejor no de forma directa pero sí en la forma de trabajar.
D3llano: Su escuela y la nuestra es muy diferente. Él es más joven, viene del R&B y del jazz y su movida es un poco más yankee. Nosotros también hemos intentado tener cosas autóctonas y música un poco más folclórica española, de hecho, o más latina.
Delgao: No creo que para nada puedas coger ningún tema mío y uno de Ralphie y decir, se parecen. No vas a encontrar eso, pero el espíritu de buscarse retos a uno mismo a la hora de componer, ahí sí podemos tener una mentalidad similar.
¿Puede que gente como vosotros y como él estéis abriendo un poco el oído a música más compleja para el oyente?
Delgao: Ojalá. A mí me viene muy bien que eso pase.
Y ya la última, un poco la pregunta para titular. Tú que siempre has estado muy relacionado con lo kinky, ¿cómo llevas la relación ahora mismo con eso?
Delgao: No tengo tanto conflicto con el mundo y el entorno. Cuanto más a gusto esté conmigo mismo, menos conflicto quiero. Esa parte de lo kinky la guardo como un bonito recuerdo.