El jovencísimo artista madrileño ha vuelto a la música tras un parón que le ha servido para reconstruir una imagen que siempre le ha acompañado pero que nunca ha mostrado hasta ahora. Teo Planell es un auténtico bohemio que viste con trajes de chaqueta desaliñados y rescata la belleza en cualquier rincón de las calles que transita.
El poder de sus letras reside en la sencillez para plasmar sentimientos tan universales como el amor, todo revestido bajo las armonías de una persona que sueña con dar conciertos “en librerías antes que en salas”. Aún no existía Beatrice, su último EP, nos hace reflexionar sobre la identidad, qué significa ser fiel a uno mismo y los ciclos de los que se compone el arte o la vida misma. La banda sonora de este próximo otoño.
Antes de empezar con la entrevista, quería felicitarte por el lanzamiento del que es tu segundo EP y quería preguntarte cómo de contento estás ahora que lo ves terminado.
Muy bien, muy contento. Estoy viviendo con mucho placer la recepción por parte de las personas a las que me apetecía que les gustase. Además, me estoy encontrando con buenas recepciones de gente que no me esperaba. Entonces contento, feliz de cómo ha terminado. Ya no es problema el cómo vaya o deje de ir, lo que importa es que estoy contento con lo que ha salido. Estoy muy satisfecho y me siento realizado. Ahora por supuesto que haré más cosas, pero este trabajo ya siento que ha terminado su aventura.
A pesar de que llevas poco tiempo sacando música (apenas han pasado tres años desde tu primer single en Spotify), noto una evolución muy clara tanto en tu música como en tu imagen. Has pasado de ser un chaval con un skate y un beanie (a lo Rex Orange County) a ir en traje y parecer un bohemio, ¿qué crees que ha cambiado en estos años?
Paradójicamente, ahora me parezco más a lo que siempre creí que era. La estética más actualizada que tenía antes no dejaba de ser un síntoma de un sufrimiento identitario que se escapaba un poco de mi entendimiento. Quería estar más en lo que había a mi alrededor. Lo que ha pasado ahora es que tanto estéticamente como musicalmente y sónicamente (en cuestión del sonido de las canciones), todo eso se ha ido orientando hacia lo que soy de verdad, a una forma mía más genuina de entender el mundo, de relacionarme con él y hacer música.
En ese sentido, quizás ahora estoy mucho más desconectado de lo que sucede a mi alrededor, me importa menos encajar. Encajar en algo que tampoco entiendo muy bien. He hecho las paces con saber que no traigo la propuesta más fresca o más actualizada, pero sí la más honesta conmigo en este momento.
En ese sentido, quizás ahora estoy mucho más desconectado de lo que sucede a mi alrededor, me importa menos encajar. Encajar en algo que tampoco entiendo muy bien. He hecho las paces con saber que no traigo la propuesta más fresca o más actualizada, pero sí la más honesta conmigo en este momento.
Con todo esto, ¿crees que ahora sí encajas en algún sitio?
No demasiado, pero tampoco me atormenta. Quizás me siento un poco solo con la forma que tengo de acercarme a un proyecto. No del todo solo porque tengo a Roy Borland, Azuleja o Tristán!, que son mis mejores amigos y con los que comparto la misma filosofía a la hora de hacer música o de entenderla. No hablo en cuanto a calidad, sino a la forma de entender cómo hacer canciones, cómo obedece a unas convenciones antiguas y universales de la música.
En ese sentido no me considero un visionario ni un vanguardista. Me gusta entender la música con la que he crecido y aportar mi humilde grano de arena. No es que me sienta solo, triste o apartado, sino que me he reconciliado con saber que soy mucho menos moderno de lo que creía.
En ese sentido no me considero un visionario ni un vanguardista. Me gusta entender la música con la que he crecido y aportar mi humilde grano de arena. No es que me sienta solo, triste o apartado, sino que me he reconciliado con saber que soy mucho menos moderno de lo que creía.
Si bien tus primeros temas fueron íntegros en el inglés, decidiste en algún punto comenzar a componer en español, ¿qué impulsó ese cambio?
Pues esto tiene que ver directamente con lo que estaba hablando. Al principio tenía una forma mucho más intelectualizada de hacer mi proyecto musical, desde la estética, en plan, quiero que se parezca a esto, o en el sonido. Como escuchaba música en inglés, quería hacer música en inglés, lo cual también me daba cierta protección para contar lo que sentía o lo que pensaba. Era una especie de barrera para que la gente no supiese demasiado de mi vida privada (aunque esto realmente es una tontería porque todo el mundo habla en inglés). Quería conectar más con lo que soy, por eso empecé a escribir en español, que me parece más difícil que el inglés, pero siento que estoy en el camino correcto.
Tus letras hablan mucho desde un lado emocional, tú mismo publicabas en tus redes sobre Abraxas!: “Reniego del cinismo posmoderno de mi generación y me entrego a admirar las cosas como el milagro cósmico que son”. ¿Sientes que tu música o tus letras no son parte de la voz de tu generación?
Es una gran pregunta. Lo hablo con Roy, Tristán! y Azuleja. Aunque estamos muy tranquilos sin entrar en una corriente muy vanguardista, pensamos que la música sigue un proceso cíclico. Hay cinco años de una escena supermoderna pero luego vuelven las bandas; luego, la gente se cansa de las bandas y vuelven otros que empujan un poco más los límites de lo que entendemos como música.
Si yo ahora he pasado por este proceso de darme cuenta de que no pertenezco a una corriente más experimental y que me gusta más consumir o crear algo clásico, entendiéndolo como melódico y armónico, así como existo yo seguro que habrá gente que esté esperando encontrar música como la que hago yo. Igual lo están esperando sin saberlo. No es que yo me crea especial ni nada, simplemente creo que me ha tocado a mí echar de menos una cosa y querer ponerla en práctica. No creo que sea la voz de una generación, creo que hay muchas voces en una misma generación y me gustaría rescatar algo hecho con más gusto y entender las cosas desde un punto de vista más musical.
Si yo ahora he pasado por este proceso de darme cuenta de que no pertenezco a una corriente más experimental y que me gusta más consumir o crear algo clásico, entendiéndolo como melódico y armónico, así como existo yo seguro que habrá gente que esté esperando encontrar música como la que hago yo. Igual lo están esperando sin saberlo. No es que yo me crea especial ni nada, simplemente creo que me ha tocado a mí echar de menos una cosa y querer ponerla en práctica. No creo que sea la voz de una generación, creo que hay muchas voces en una misma generación y me gustaría rescatar algo hecho con más gusto y entender las cosas desde un punto de vista más musical.
Después de esta reflexión, ¿con qué tipo de público crees que conectas?
Pues es verdad que en mi etapa anterior se me relacionaba mucho con Rusowsky o Ralphie Choo, entonces mi público digamos que era eminentemente moderno. Pero ahora que traigo esta propuesta un tanto más real y honesta conmigo mismo, no sé qué público me espera, lo tendremos que ir viendo, pero todo el que venga espero que sea gente…
Gente sana.
(Risas) Sí, exacto. Buena peña.
Tu música se ha ido depurando con el paso de los años, ahora es más melódica y has incorporado instrumentos como cellos y violines, ¿te ves yendo de gira con una banda entera?
Sí. El directo del EP en cuestión serían dos guitarras, un cello y Roy y yo cantando. Quizás un sintech también para darle capas. Pero está pensado para que sea algo bastante acústico.
Me gusta mucho conocer el proceso creativo de los artistas a los que entrevisto, ¿cómo surgió Aún no existía Beatrice?
Nace de querer encontrar la mejor forma de ser fiel a lo que soy y hacer una música en consecuencia. Lo que está dentro del EP nace de ahí, de hacer las canciones que yo creo que sé hacer y que más me tranquiliza hacer. Y a nivel temático, es un trabajo que está muy relacionado con el libro Demian, de Hermann Hesse, que me gusta mucho.
Lo leí por primera vez cuando era pequeño y luego lo volví a leer cuando era adolescente y me estaba independizando. Me abrió un mundo y me acompaña mucho en lo que a hacerse mayor se refiere, y en darse cuenta de muchas cosas en las que antes no te fijabas, como en la incursión en este mundo de terror que significa hacerse adulto y darte cuenta de que el ser humano está constantemente sufriendo. Hace que te sientas muy acompañado en algo que es muy desesperante descubrir.
Lo leí por primera vez cuando era pequeño y luego lo volví a leer cuando era adolescente y me estaba independizando. Me abrió un mundo y me acompaña mucho en lo que a hacerse mayor se refiere, y en darse cuenta de muchas cosas en las que antes no te fijabas, como en la incursión en este mundo de terror que significa hacerse adulto y darte cuenta de que el ser humano está constantemente sufriendo. Hace que te sientas muy acompañado en algo que es muy desesperante descubrir.
Por cierto, lejos de ser impertinente, me gustaría preguntarte quién es Beatrice; no solo le dedicas una canción sino que lleva su nombre en el disco, tiene mucho protagonismo este trabajo.
No existe, es una representación. Es un personaje del libro de Demian. No aparece el personaje como tal, sino que se habla de una chica que se llama Beatrice y al protagonista se le aparece en ciertos momentos. Para mí representa personas que sí existen. Es un EP que va sobre amor y habla sobre mi experiencia estando enamorado y desenamorado de personas que, efectivamente, existen. Entonces, por no decir nombres y apellidos, Beatrice es un poco lo que significa eso. Sería un poco mi acercamiento al amor.
¿Qué influencias has sentido a la hora de hacer el disco?
El folk estadounidense como Simon and Garfunkel, Sufjan Stevens, Elliott Smith, Jose González, Adrianne Lenker, Bon Iver… Esos serían algunos grupos o cantantes que me han ido acompañando muchos años y que más me llena escuchar.
¿Encuentras inspiración en otros campos que no sea la música?
Sí, creo que todo me influye. Incluso las cosas en las que no me fijo y que a priori no son inspiración. Creo que todo lo que veo me va formando, e intento tomarme la vida como tal. Todo es más importante de lo que creemos y por eso trato de fijarme en todo. Hasta de las cosas que no me han gustado saco una conclusión aplicada a mi trabajo.
Hablar de Teo Planell es imposible sin recordar su pasado como actor, ¿es algo a lo que has renunciado por completo o sigues abierto a proyectos de esta índole?
Sí, el cine es algo que he mamado porque mis padres no son músicos, son cineastas. De pequeño pude hacer películas y cosas que me encantan y que sacan una parte más infantil de mí y, por tanto, primitiva. Ahora la música es una forma distinta de expresarme muy bonita, pero no deja de ser menos natural que el mundo del cine. Me gustaría volver a hacer cine, tanto como actor como escribiendo o dirigiendo películas. Eso me encantaría.
“He hecho las paces con saber que no traigo la propuesta más fresca o más actualizada, pero sí la más honesta conmigo en este momento.”
¿Cómo sería una película de Teo Planell? ¿Le pondrías tu propia banda sonora?
Soy el primer interesado en saber cómo sería. Me gustaría que fuese bonita, divertida y bien rodada.. Te agradezco la pregunta porque me hace replanteármelo a mí también. Es un misterio y la verdad es que no tengo ni puta idea (risas). Eso sí, no pondría mi banda sonora, me moriría de la vergüenza. No podría. Puede que hiciese algo desde cero con un sintech, pero meter una canción mía o ponerme a cantar, eso ni de coña.
Siguiendo con el tema del cine, ¿cómo sería la primera escena del biopic de Teo Planell?
Creo que saliendo de la tripa de mi madre. ¿Has visto Beau Is Afraid, de Ari Aaster? La película arranca con un POV en el que todo es oscuridad, se va abriendo una luz , de repente se ve desenfocado y ves a alguien sujetándote. Me gusta mucho la idea de empezar una película con un punto de vista del propio bebé recién nacido.
Hace poco diste una entrevista en la que dijiste, sin saber hasta qué punto tenía tintes de realidad, que te molaría hacer un álbum colaborativo con Tristán!. ¿Cómo de real es esto?
Pues justamente él está en un punto muy curioso musicalmente. Acaba de grabar un disco conmigo y con Roy Borland en mi casa. Significa un cambio grande en su forma de hacer música y en el sonido que tiene. Ahora vemos un sonido parecido y nos gustaría hacer canciones cantables, bonitas y divertidas juntos. A mí sí que me encantaría hacer un álbum con él, lo decía completamente en serio. No como algo que vaya a intentar hacer, pero que si surge y nos apetece, lo haremos al cien por cien, y yo creo que va a pasar antes o después.
Ahora que has sacado un nuevo EP imagino que estarás pensando en tocar en vivo, ¿puedes adelantarnos algunas ciudades o fechas próximamente?
Pues no. Es verdad que con el lanzamiento del EP se vienen conciertos, pero de momento estamos terminando de cerrarlo todo y no puedo adelantar nada seguro. También tenemos que medir bien dónde vamos a tocar, porque tenemos que transportar el cello y debería ser en sitios tranquilos. Me gustaría más hacer conciertos en librerías que en salas. Es un directo que requiere silencio.



