¿Alguna vez has escuchado una canción y has sentido un nudo en el estómago por cómo te definía? Pues esto es algo que podría pasarte perfectamente con toda la ristra de Tristán!. Su onda es la tristeza placentera, al menos así lo hemos llamado en esta entrevista. Pero nos promete buscar nuevas atmósferas. Su último tema lo lanza junto a Rusowsky, Goofy se llama y te adelanto que tiene que ver con un coche, pero además anuncia que actuará en esta edición 2023 del Primavera Sound.
Tristán! se ha convertido en uno de esos artistas que no consigo quitarme de la cabeza. Su sonido, crudo, frío y a la vez tan cercano, se ha convertido en la banda sonora de mis últimas semanas. Forma parte de un pequeño grupito de vanguardia musical, por mucho que él quiera hacerse el modesto, en el que también están Mori, Rusowsky, Ralphie Choo! y otros tantos más. “Desde luego han traído un sonido a España que no existía”, nos dice. Tristán! le dice adiós al bedroom pop para dar comienzo a una nueva era y desde aquí lo hablamos todo con él.
Hola Tristán, antes de nada y para quien todavía no haya escuchado tu música, ¿cómo la definirías?
Quiero pensar que hago canciones de pop. Me gusta que las letras sean pegadizas o por lo menos que haya algo que se te quede después de escuchar los temas.
A mí siempre me has transmitido algo así como una tristeza placentera. Me pasa mucho con la música pero, en tu caso, ¿qué sensaciones dirías que despiertan tus canciones?
En su mayoría son canciones melancólicas aunque depende un poco del tema. Mis próximos lanzamientos se alejan un poco de ese sentimiento y exploran otras atmósferas. Aunque, sin duda, hay algo de tristeza placentera.
¿Hay que pillarte el truco o crees que desde la primera escucha transmites lo que quieres? Te pregunto esto porque es algo muy difícil, pero creo tú lo defiendes muy bien.
Siento que hay temas que a lo mejor te entran muy de primeras como puede ser Goofy o R0C3. Porque tienen algo más pegadizo y tienen una estructura más clásica. Pero a lo mejor temas como la cover de Tenía tanto que darte o BB son temas a los que quizás tienes que entrar poco a
poco. Son más complejos, tienen más cambios. Son menos predecibles. Pero creo que en general intento que transmitan de primeras.
¿Cómo surgió esto de dedicarte, o al menos, de crear música y publicarla? ¿Recuerdas qué fue lo que te animó a lanzarte?
Siempre me ha gustado mucho la música. Yo toco la batería desde pequeño y siempre había querido tener una banda pero por una razón o por otra nunca lo conseguía. Durante la cuarentena empecé a trastear con el Garaje Band, haciendo temas de coña sobre cosas que se me ocurrían (conceptos absurdos). Pero esas solo se las pasaba a mis amigos. Durante el verano post pandemia seguí haciendo música y recuerdo que un día hice un tema del que me sentí bastante orgulloso porque se acercaba un poco a lo que me gustaba en aquel momento. Se la envié a mi amigo Teo y me insistió en subirla. Ese es el primer tema que tengo en Spotify. A día de hoy detesto ese tema pero entiendo qué le pasa un poco a todo el mundo.
¿Cuál es el primer recuerdo que tienes asociado a la música? ¿Algo de tu infancia que haya determinado tu forma de crear lo que haces hoy en día?
No te sabría decir. Tengo muchos. En mi familia siempre se ha escuchado mucha música y en mi casa siempre hay un disco sonando. A mis padres les gusta música muy variada y nunca me han puesto ninguna queja para comprarme un disco o para ir a una concierto. Desde pequeño he tenido esa suerte. Si te tuviese que decir un momento supongo que sería cuando empiezo a coger el ordenador de mi padre a cotillear música por mi cuenta. Creo que el momento en el que tus gustos se empiezan a separar de los de tus padres es muy importante.
¿Y tus referentes? No solo musicales, porque englobo tu música más a un concepto general y no solo musical.
En general van variando con los meses, pero últimamente he estado escuchando mucho a Oklou, John Glacier y Louke Man. Aunque si me preguntas mañana seguro que te digo otros nombres. A nivel estético y visual Mori me ha enseñado muchas de las cosas que me interesan a nivel visual como son Jon Rafmna, Frank Dorrey o Zeel Freel. Son tres personas que no hacen cosas parecidas entre sí, pero que desde luego están haciendo de las cosas más interesantes nivel visual últimamente.
En internet apenas hay información sobre ti, solo he encontrado un par de artículos que te encuadran como partícipe de una nueva ola de artistas. Entre ellos también están Rusowsky, Ralphie-Choo y Mori pero, ¿consideras que estáis creando un nuevo sonido?
No sé si un nuevo sonido pero desde luego han traído un sonido a España que no existía. Tanto Rus, como Ralphie, como Mori son referentes estéticos y musicales de algo que en el panorama no se estaba haciendo y que era muy necesario. En parte por eso están funcionando tan bien. Unirme este año a ello ha sido lo mejor que me podría haber pasado. Son personas a las que admiro profundamente y me alegra mucho que les vaya tan bien.
De hecho, hablan de vosotrxs como artistas de bedroom pop, pero no sé si os sentís cómodxs con esta etiqueta. ¿Dirías que tu sonido se ajusta a este género musical?
Para nada, y siento que cada vez menos. Cuanto más aprendo a producir más me alejo de ese sonido casero que siento que no representa lo que quiero hacer. Estos últimos 2 años me he juntando con Roy Borland que, aparte de ser de mis mejores amigos, es gracias a él que he aprendido todo lo que sé sobre producir. Sigo haciendo música en mi cuarto y me encanta. Pero cada vez más, prefiero llevarla a un estudio donde el sonido que consigues inevitablemente es más profesional.
Hablas mucho del amor en tus canciones, de hecho, en casi todas. Pero siento que lo haces desde otra perspectiva; del sentir que hacemos las cosas mal en las relaciones, del llegar tarde, tomar malas decisiones, el abandono… ¿Te sientes más cómodo en esta perspectiva o es parte del imaginario que quieres transmitir con Tristán?
Es lo primero que me sale cuando me pongo a escribir. Intento escribir del amor sin recurrir a lo típico, aunque muchas veces acabo recurriendo a mis propios tópicos. Es algo que también le pasa mucho a toda la gente de la que me rodeo. Por paradójico que parezca, me cuesta mucho escribir de cosas que no tengan que ver con el amor. Es un tema con el que todo el mundo se puede sentir identificado y del que se han hecho mil canciones, y siento que por eso se me hace tan fácil escribir sobre ello.
Ya que mencionas esto, en esos tópicos que mencionas, ¿qué opinas de la fiebre colectiva por encontrar una relación genuina para el resto de nuestras vidas? ¿Es algo que se está pudriendo o al contrario?
Desde luego es un concepto que no es lo mismo que en la generación de mis abuelos. En mi generación ha hecho mucho daño el hecho de que gran parte de nuestros padres han acabado divorciándose. De todas formas nunca he creído en las medias naranjas.
Ahora lanzas nuevo single junto a Rusowsky, Goofy se llama. ¿Qué relación hay entre este personaje de Disney y la canción? ¿Es una burla a algo, una metáfora?
Verdaderamente no tiene ninguna relación. Uno de los amigos de Rus de su barrio tenía un coche al que le llamaba Goofy y nos hizo gracia. Un día le propuse a Rus que se llamase así y le encantó. Siento que la sonoridad de la palabra pega mucho con el tema y con la portada.
Explícanos un poco el proceso creativo del videoclip, ¿esto de mezclar monjas con realidad virtual a cuento de qué? (risas).
(Risas) Pues fue todo idea de Roy Viceroy. Es un amigo nuestro de Aranda del Duero que se encarga de la mayoría de vídeo de Rusia Idk. Con Roy siempre buscamos ideas o conceptos diferentes, buscando un poco de impacto visual. Cuando planteamos hacer el video Roy nos propuso la idea de las monjas con las gafas de realidad virtual y a partir de ahí desarrollamos el resto de ideas.
Justo en esta canción no ocurre tanto, pero me encanta como distorsionas la voz en tus canciones. El otro día leí un tweet divertídisimo que decía que las letras de las canciones ya no le importan a nadie, que ahora todo el mundo tendría que sacar canciones en el idioma de los Sims (risas).
Por una parte siento que estoy bastante en lo contrario. Lo que más me emociona como cantante, pero también como espectador, es poder ir a un concierto y cantar las letras. Es con lo que más disfruto. Por otro lado soy el primero al que le encanta pitchear voces y que no se entienda nada. Cada vez hay más de mis temas favoritos en los que ni yo entiendo lo que dicen (risas).
Por cierto, de momento todavía no has trabajado en ningún EP o largo, ¿estás en ello o al final prefieres ir lanzando canciones que solas también cogen forma?
He tenido la suerte de ver a amigos hacer álbumes y EPs y sé lo mucho que cuesta cerrarlos y lo agotador que puede ser (risas). Por eso decidí empezar sacando singles, para buscar más en mi estilo y desarrollar algo propio. Pero estos últimos meses he estado escribiendo y produciendo varios temas con Roy Borland que siento que tienen una coherencia sonora más fuerte que lo anterior. Y me apetece mucho involucrarme en un proyecto más grande y poder también acompañarlo de una unidad estética más marcada.
Y ahora que Primavera Sound ha desvelado tu participación en su edición este 2023, ¿cómo afrontas el evento? ¿Vértigo, emoción? ¿Qué podemos esperar de tu show en el festival?
Fue todo un poco de imprevisto. Es un sueño tocar en el Primavera, pensar que el año pasado fui como espectador y este año estoy tocando es muy loco para mí. Estoy muy emocionado y a la vez nervioso. Creo que se puede esperar un show más grande y más ambicioso que los que he dado, con un formato diferente. Sin duda será un concierto muy chulo con muchos invitados y sorpresa.
