Vale que Taylor está en Madrid y Lana del Rey en Barcelona, pero ¿hay algo más divertido que empezar el verano en Valencia viendo a una avioneta desgañitarse desde nueve metros de altura? Hoy ACERO viaja volando al Red Bull Día de Las Alas. ¡Despegamos!
El viernes conocimos por primera vez estos divertidísimos y estrafalarios cacharros. Nuestros participantes llevan todo el año inventando locas maneras de diseñar aviones. Ojo, y hablamos de piezas de ingeniería que en algunos casos llegaban hasta los tres metros de largo y llevaban meses en preparación. Aunque fueran disfrazados de vaso gigante de horchata.
En ACERO somos periodistas, no ingenieros, así que no sé explicaros del todo cómo es la técnica para para que vuelen, pero vuelan. El día señalado llegó y el sábado al mediodía, desde la Marina de Valencia y rodeados de aluviones de gente, fuimos a animar a nuestros valientes. Cuarenta mil personas reunidas para rezar porque nadie se matara en la caída y ver bailar a personas disfrazadas de tiburón o de pingüino. Sí, todo el rato es así de aleatorio. Y sí, alguna caída sí que vimos.
La competición no pudo ser más delirante. Los cacharros salpicaban toda la bahía valenciana y el equipo de Chapters lideraba la competición con un vuelo digno de un profesional del parapente. También aparecieron un par de influencers como Papi Gavi y Valgardi para que nos muriéramos de envidia mientras ellos se tiraban en un cacharro (porfa, Red Bull, ¡nosotros también queremos uno!).
Ganó el equipo Chapters, que recorrieron 26,7 metros. ¿Merecido? Seguro, pero a nosotros nos molaba el equipo de La Barbacoa Voladora que quedó en segundo puesto. En cualquier caso, premio a la creatividad y al esfuerzo que lleva toda la competición, que entre tanta diversión casi parece que se olvida. Muchas gracias a Red Bull por invitarnos a esta experiencia tan única y ¡nos vemos el año que viene!
