Abróchense los cinturones, despegamos con RAK$ Club, el colectivo que ha puesto a bailar a toda una comunidad con showcases y DJ sets de artistas top del género. Desde Irún, Alejandro (Tito)  y Telmo  sintieron la necesidad de impulsar una fiesta para disfrutar de la música que siempre habían escuchado. Y tras hacer de mecenas en los primeros conciertos de Disobey o Xiyo y Fernández antes de que despegaran, RAK$ es ya un referente en el norte.
A la cuadrilla de Disobey le precedió otra que puso la industria patas arriba: Pxxr Gvng, pioneros del urbano en España. Una década después, con el urbano acariciando el mainstream, el relevo suena desde el norte. En las fiestas de RAK$, las turbulencias las marcan los bajos y las barras. Por sus cabinas han pasado La Zowi, Judeline, Mvrk o ladiferencia2006 agitando salas de Bilbao, Donosti e Irún. Hablamos con Alejandro y Telmo sobre la escena de Euskadi, la clave para predecir el éxito de un artista y el movimiento RAK$, con la música urbana en el centro.
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¿Qué tal chicos? Para quien no os conozca, contadnos qué es RAK$ Club.
¡Hola! RAK$ Club empezó como un movimiento en la postpandemia. Detectamos una necesidad que tenía el País Vasco. No teníamos sitios donde salir de fiesta que nos gustasen, que hicieran las fiestas que veíamos en otros clubes. Entonces dijimos: pues vamos a hacerlo. Sí ha existido escena urbana en el norte pero nunca se ha llegado a explotar de la forma en que nosotros lo veíamos posible. Nos inspiraron todas las fiestas que ya estaban en grandes ciudades: Fuego Razzmatazz, Antídoto, Roto Club, R-69, Infierno. Fue englobar todo eso y traerlo a nuestra forma de hacerlo, como nosotros queríamos. 
La música urbana es un término muy amplio. ¿Cuál es el sonido de vuestra fiesta? ¿Qué es para vosotros ‘el urbano’?
Es muy complicado de definir, pero si tuviese que hacerlo diría que es una mezcla de todos los ritmos que vienen de la calle, de lo urbano, tales como dancehall, hip hop, trap, pero, sobre todo, predomina el reggaetón urbano. Ese reggaetón que se aleja del sonido comercial y se asemeja más al sonido de los inicios de este género, pero siempre actualizado.
Este género parece que se va a convertir en el nuevo pop. ¿En qué punto creéis que está la escena en España?
No podemos estar más contentos por la evolución que está teniendo a nivel mundial. Es increíble. Creo que nos merecíamos un papel mucho más importante, porque España siempre ha tenido una industria musical bastante potente y en la escena urbana se estaba quedando atrás. Por ejemplo, en Estados Unidos, en los Billboards, casi toda la música era urbana y aquí todavía sonaba lo comercial. Ahora somos uno de los países más potentes en lo urbano. Sin duda. Cuando éramos pequeños estaban los punks, los rastas, los emo, los raperos. No sé si es gracias a TikTok o qué, pero todos los niños solo escuchan música urbana ahora.
“De lo que más orgullosos podemos estar es de haber conseguido que todo el panorama urbano español se haya desplazado al norte y haber hecho que la industria aquí sea más grande.”
¿Y en Euskadi?
Nosotros hacemos muchos esfuerzos para que gente de Donosti salga, entre comillas. RAK$ también nació para eso, para dar un poco de luz verde a toda esa gente que estaba cantando en un estudio y que no se podía permitir alquilar una sala. Ahora mismo apostamos mucho por dos artistas de aquí, de Donosti: el J13 y Suso (nuestro DJ, pero ahora ha empezado a cantar). Estamos intentando pushearles, pero es difícil porque casi no existe escena urbana en el País Vasco.
Llevamos tres años y hemos hecho alrededor de ochenta eventos. Hemos traído a todos los artistas posibles. También internacionales, hemos trabajado con Lucho SSJ. Sobre todo, de lo que más orgullosos podemos estar es de haber conseguido que todo el panorama español se haya desplazado al norte y haber hecho que la industria aquí sea más grande, que aquí se vuelva a escuchar esta música. Y que todos los artistas ahora cuando quieren venir al norte, prácticamente saben que van a ir a RAK$.
Si algo os ha posicionado como ‘pilotos’ del urbano en el norte es vuestro ojo en artistas emergentes. Por ejemplo, con showcases de artistas como l0rna o Xiyo y Fernández antes de que tuvieran su boom.
Ese es nuestro trabajo en parte. La clave está en que somos consumidores y hacedores de esta música desde los doce o trece años. Por nuestra experiencia, por nuestro contacto, podemos distinguir qué artistas creemos que van a despegar. También hacemos un poco de ‘creadores’ de nuevos talentos y poder traerlos antes de que peguen el boom.
Hemos estado muy presentes dentro de esta evolución de la industria musical urbana en España. Estando en Barcelona (Telmo), conocí a varios artistas del panorama urbano, que ya estaban sonando mucho y que fueron los primeros que empezaron en esto, como Kefta Boyz o Pxxr Gvng. Al estar en este círculo, he pasado mucho tiempo metido en estudios, escuchando música, dando consejos en producción, en letras, etc. Al principio éramos simplemente unos oyentes de la música y luego la vida ha hecho que podamos hacer esto. Con Disobey nos pasó lo mismo. El primer concierto que dieron fuera de Madrid, de su primera gira, fue con nosotros.
¿Con los DJs funciona diferente?
Nosotros siempre hemos ido de la mano con Suso y con Katana. Sin duda, nos han aportado y hemos intentado llevarlos a todos los sitios porque creemos que ellos sí que valen como DJs. Ahora cualquier influencer puede empezar a pinchar y lo que es triste es que vende muchísimo más que uno profesional. Muchas veces, aunque nosotros no queramos, nos vemos obligados a contratarlos porque tenemos que vender tickets. Si no, la cosa no funciona.
Habéis volado con RAK$ a Madrid,  Barcelona e Ibiza, entre otros. ¿Hay nuevos destinos en mente?
No nos cerramos las puertas, pero hemos comprendido que la base del negocio está en el norte porque es donde más repercusión tenemos. Hemos estado mucho tiempo en Madrid haciendo eventos, pero económicamente no nos repercute como puede ser un evento en San Sebastián o en Bilbao. Y, sinceramente, no sabíamos que aquí iba a haber un público tan extenso al que le fuera a gustar nuestra fiesta. Mucha gente echaba de menos que artistas urbanos viniesen al norte.
La primera fiesta que hicisteis fue en Donosti.
Empezamos gracias al Dabadaba, una sala en San Sebastián (shoutout). Teníamos su contacto porque íbamos de fiesta mucho y nos dieron la oportunidad. Les presentamos la idea que teníamos de traer a algunos artistas, les gustó y desde el principio nos han ayudado a sacar adelante el proyecto.
¿Todavía os encontráis con algún obstáculo a la hora de organizar una fiesta?
Todo lo que rodea al artista es importante para darle visibilidad, y si el artista ha hecho acciones que han entorpecido su carrera… Constantemente este nuevo fenómeno de que el contexto social y el contexto que tiene detrás del artista nos frena. Nos estamos encontrando bastante con eso.
“RAK$ es un espacio diferente, con música que no ponen en las discotecas ‘normales’. El que vaya lo va a disfrutar.”
Después de haber celebrado vuestro tercer aniversario, ¿hay alguna fecha o un concierto que haya marcado un antes y un después?
La noche de la Zowi, el primer evento que tuvimos con el Ayuntamiento de Irún. Nos hizo darnos cuenta de verdad de que igual esto no era un pasatiempo sino algo en lo que teníamos que invertir más tiempo. Fue un punto de inflexión entre pasarlo bien y tomártelo como algo que haces con un objetivo claro. Los eventos más grandes que hemos hecho siempre han sido en fiestas de Irún, nuestra ciudad, con la Zowi, el Soto Asa, o Judeline este año.
A los chavales que les pique la curiosidad o que tengan que acompañar a un colega, ¿qué le diríais que encontrará en RAK$?
Primero, que no sea extremadamente crítico, que intente abrir la mente. Es un espacio diferente al que la gente va a disfrutar; un ambiente de armonía, de alegría, de disfrute. El que vaya lo va a disfrutar, va a bailar, y a escuchar música que no ponen en las discotecas ‘normales’. Nunca hay movidas (¡qué fortaleza!). El público es el más agradecido de todos. Estamos encantados porque valoran lo que hacemos y dejamos de hacer y el esfuerzo que nos supone traer a equis artista.
En vuestra lista de destinos, ¿a qué otras salas os planteáis llegar?
A Tito le molaría ir a Berlín a hacer una fiesta. También nos gustaría podernos meter en los festivales grandes como el Primavera o el BBK. O incluso, con el objetivo a largo plazo (que tenemos desde hace bastante tiempo) de organizar y gestionar nuestro propio festival. Eso es lo que más ilusión nos haría de todo. En Bilbao o en Donosti no hay ningún festival urbano. También implementar más el papel de agencia, ahora de cara a 2026. Jugar con nuevos formatos. Una aerolínea o low cost o high class, algo así. En definitiva, engrandecer la marca de RAK$ y que sea un movimiento que abarque más cosas.
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