Julieta Wibel

La propuesta no se entendería sin la influencia de la moda postpunk británica y sin el film Moulin Rouge, que sirve para ambientar la atmósfera rojiza y erótica presente en cada uno de los visuals. Julieta charla con nosotrxs y nos cuenta cuales han sido sus referentes en el proceso creativo, cómo ha influido el revival del estilo gótico en Berlín y qué importancia tiene el amor propio a la hora de embarcarse en un proyecto personal, donde nada se consigue sin esfuerzo y pasión.

Hola, Alonso, ¡muchas gracias! Es mi última colección y mi primera.  La verdad que el concepto vino solo, yo quería hacer una colección más relacionada con la dualidad de las cosas, un poco el Ceci n’est pas une pipe de Magritte. Me gusta mucho el hecho de ver un objeto y que cuando empiezas a utilizarlo, a dialogar con él, te sorprenda. Al final era algo que no te esperabas. Esto es lo que ocurre con el colgante rosario-pitillera, parece algo tan religioso como un rosario pero modernizado resulta que tiene un pequeño hueco donde puedes guardar tu piti, un billete… lo que quieras.
A partir de ese diseño, y también de eventos personales en los que me autoexplotaba laboralmente y nunca tenía tiempo para mí, ni para la colección, que era lo que más ilusión me hacía, decidí que se iba a llamar Hedonismo y que me iba a esforzar por serlo. Parece un poco contraproducente que te esfuerces por ser hedonista, pero veo de amigos cercanos y conocidos que actualmente nos cuesta mucho. Así es como esta colección me ha enseñado a priorizarme y a sacar tiempo para mí y para la concepción de esta, algo que al principio decía no tener.

Siento que, sobre todo en YouTube, estoy analizando en profundidad el trabajo de artistas musicales o de diseñadores, y luego trabajo en la dirección creativa de muchos proyectos. Tenía la necesidad imperante de que este proyecto hablase de mí lo máximo posible. Con esto, sí, el imaginario engloba todas las disciplinas artísticas pues es concebido como ‘obra de arte total”, un término que voló mi cabeza hace unos años, y estoy descubriendo (sobre todo por lo que me dicen) que soy una persona bastante complicada, entonces, aunque se vea todo como un proyecto en conjunto, hay pequeñas píldoras de todo lo que me apasiona en cada parte de Hedonismo.
Algunos ejemplos son que en la canción para la colección nombro a Liza Minelli y juego con su Z como ella performaba en Liza with a Z (de las mejores performances que veré en mi vida), a Billie Jean para referirme a nuestro amigo Michael, y un Fly Me to the Moon para mi padre Sinatra. Luego, en el fashion film, hay un montón de referencias a mis películas favoritas, desde Suspiria hasta Moulin Rouge. También en la canción menciono Everything Everywhere All at Once, de los Daniels. Las fotos son muy burlescas, algo que siempre me ha fascinado. Y la tipografía es la de Evangelion (risas). Creo que me he vuelto loca con la colección y parece que está todo muy pensado, pero son mis gustos y los tengo tan interiorizados que salen solos, y eso es precioso.

Me encanta cuando veo una película y termina transformándome; la ‘obra de arte total’ tiene parte de ese encanto. Uno de sus objetivos principales, como decía Wagner, era llegar al éxtasis de los sentidos. La colección se ha ido mostrando pieza por pieza como si se tratase de una película, con sus imágenes y banda sonora. Y lo que más me importa es que la gente no me compre todo de una, sino que le quede bien claro qué está comprando, que para eso también me he currado un manifiesto hedonista (risas).
Otra sensación que me gustaría transmitir es que no hay límites. Hedonismo es mi declaración de intenciones, estoy capacitada para realizar lo que sea que me guste y que me sienta cómoda con ello, la opinión pública me la pela. Siento que antes de los dieciséis años, la mayoría de los padres te dicen, tú puedes ser lo que quieras, pero luego a los dieciocho te dicen que no estudies arte dramático, que no tiene muchas salidas, mejor estudia ingeniería de diseño industrial (hablando desde mi propia experiencia). Me da igual la edad o los gustos que tenga la gente, todo el mundo, si tiene pasión, puede hacer lo que le dé la gana. Hedonismo ha sido realizado con muy muy pocos medios. Sí que es verdad que durante este año y medio que llevo en Madrid me he movido por sitios que me molan y eso hace que ahora tenga colegas brillantes que han hecho las fotos, han filmado, han realizado el arte, etc.
Yo todavía no tengo claro qué quiero ser, y tampoco quiero que mi profesión me defina. Ya comenté con la camiseta del bolsillo a lo Teletubbies/Doraemon que reacciona a la realidad aumentada que he cumplido mi sueño de ser un gato cósmico. De momento, eso me vale (risas).

Para mí la gracia es el disfrute de su totalidad, pero me mola mucho el que cojas algo por separado (el tema o la camiseta), te guste tanto que quieras explorar qué es eso y te encuentres con un microuniverso llamado hedonismo con mucha profundidad.

¡Sí! La verdad, como te he comentado antes, siempre me ha fascinado el accesorio-no accesorio, bastante Virgil Abloh y bastante dadaísta (un saludito, Rrose Sélavy). En la película de Viridiana, el crucifijo se convierte en un arma blanca. En miles de películas hemos visto objetos mágicos como estos, la mayoría de las veces portados por mujeres para su disfrute, para envenenar… tiene un componente un poco femme fatale, un tema que debatí hace poco vía YouTube con el que estoy muy a favor.
Por otro lado, es chocante que de algo tan icónico y sagrado como un crucifijo te saques unos pollitos mágicos, un arma blanca o un piti. Es un revival de Madonna en Like a Prayer (exceptuando a Buñuel, que se la adelantó). Para mí es algo que tiene su punto cómico y rebelde, y que te hace quitar hierro a todo. Al final, la Iglesia Católica es la mejor empresa con imagen de marca de todo el mundo, ¡y desde hace siglos! Cualquier gurú del marketing ha copiado a la Iglesia, al igual que lo hicieron Buñuel, Madonna, Kathryn y ahora yo. Es simplemente seguir con su tradición, pero a nuestro rollo.
No me quedo solo en el crucifijo, la camiseta-bolsillo que reacciona a la realidad aumentada también tiene esta naturaleza y, al ser diseñadora de producto, me gustaría que fuera una grande en todo lo que haga, pero quién sabe, quizás me da por otra cosa.

A mí siempre me ha gustado el gótico, casi más desde su profundidad que desde su estética. Me parece algo muy sincero y romántico, dos facetas con las que me identifico. Sí es verdad, como comento en un análisis acerca de este estilo, que ya desde hace dos años la gente underground de Berlín estaban on point con la estética gótica (que, no nos vamos a engañar, es exageradamente bella). Obviamente yo me he dejado influenciar por la gente a la que sigo, y luego en 2023 las fashion weeks no han hecho más que repetir esta estética, flipé mucho con el show de Rodarte.
Si te soy sincera, me encanta pero yo ya me he cansado (risas). Ahora todo el mundo lo viste y, puf, siempre estas cosas se me hacen muy cuesta arriba. Lo guay de todo esto es que el pospunk también está volviendo, y me alegra mucho que la gente que vio mi análisis se haya enamorado de la cultura gótica y luego hayan seguido explorando todos sus adentros. Ese viaje es superbonito. Yo, por mi parte, siempre seré una gótica romántica de corazón.

Bueno, es que yo vivo enamorada de lo victoriano, me parece que todo el arte, ya sea arquitectónico o de moda, tiene una complejidad alucinante. Luego tiene un componente muy kitsch y trash (englobemos los dos en ‘el arte de lo feo’), pues con los cabellos de sus difuntos realizaban marcos y decoraciones complejas. En una era (la actual) en la que todo está exageradamente industrializado y todos vestimos un pantalón que tienen otras diez mil personas, me encanta que el gótico de los 80 esté volviendo, que junto al punk tiene ese componente de DIY y de buscar tu máxima esencia (también junto al individualismo actual). Entonces, incluso mis famosas líneas vienen con influencias victorianas, pero luego la rebeldía y el querer romper con todo lo normativo para encontrarme a mí misma es propio de los 70 y 80.

Dita Von Teese, obviamente, con todo el burlesque. Doja Cat para nada, sí que me encanta su álbum Scarlet y ha acogido todo este gótico a su manera, por eso puede verse similar. El pañuelo de Rosalía sí, pero la inspiración en realidad es Drácula, de Bram Stoker. La realidad es que el análisis de artistas como Doja o Rosalía me ha ayudado muchísimo en mi trabajo a la hora de enfrentarme a un proyecto para un artista o, como es el caso, al mío propio.
Te voy a citar algunos referentes para la colección. Para ver todas las películas también creé una lista de Letterboxd, y dentro de poco quiero hacer un vídeo más explicativo de toda la colección. Bueno, allá va: Liza Minelli, Frank Sinatra, The Rocky Horror Picture Show, Freddie Mercury, Lana del Rey, Rick Owens, Marcel Duchamp, Virgil Abloh, Jules Cheret, Loie Fuller (en el videoclip de Abro las alas), Vivienne Westwood, los Daniels, Alicia en el País de las Maravillas, Buñuel, David Cronenberg, el gótico, el modernismo, Ghost in the Shell, Cabaret, Kant y no Hume, la generación Z y, como no, la generación de los años 20. Hay muchísimos, pero estaban todos compactados e iban saliendo de forma natural.

Según la psicología del color, el rojo y el rosa compondrían el cromatismo del amor. El negro, el rojo y el rosa con un poco de violeta, la seducción. Si echas un vistazo a Eva Heller, te darás cuenta de que todos los cromatismos tienen que ver con mi concepto personal de hedonismo. También el rojo con el dorado y el negro aluden al poder.
Luego, sí que hay alusiones a misticismos oscuros y sobre todo a criaturas como vampiros o brujas, todo esto relacionado con la femme fatale, a la que se demoniza y castiga durante siglos y que, por otro lado, suelen ser todas iconos feministas. En el cine de los 40 y 50, la femme fatale era una mujer que fumaba, salía, trabajaba… como hacía el hombre, vamos, y la mayoría de películas terminan castigando a este tipo de mujeres ‘recordando cuál es su lugar’. Además, en el siglo XIV, tenían que echar las culpas a alguien de las desgracias de la sociedad, ahí entraron las mujeres, que de repente las vieron como brujas.
En realidad, a lo largo de la historia, a la mujer o se la endiosa o se la demoniza, muy poca gente la humaniza (gracias, Greta Gerwig, por humanizar a Barbie). En Hedonismo se hace hincapié en esto y a lo Cronenberg, se ve a Hedoné como un ser extraño que está saliendo de las entrañas de un corazón para llenar de placer y de un fuck off  a la sociedad autoexplotada de hoy en día.

Sobre todo, el amor hacia uno mismo.

La actitud por encima de todo, y el speech que se tenga con esto. Lo que verdaderamente me atrae es la primera impresión, que sea exageradamente rompedor, pero lo que me enamora es la actitud y lo que defiende.

Soy demasiado exigente (risas), sobre todo conmigo misma, y la realidad es que lo paso muy mal. Y exacto, después de analizar y fijarme con lupa cómo lo hacen los más grandes tengo esos mismos requerimientos para mi persona, la cual no tiene ni la trayectoria ni los medios que tienen los grandes, pero me lo impongo (soy horrible).
Fíjate, antes te he hablado de que a las mujeres nos humanizan muy poco; yo también lo hago conmigo misma y es muy duro. Estoy trabajando mucho en esto para no destruirme por completo. Así, admiro mucho a las directoras que nos humanizan e intento beber de ellas.

Es un reto muy bello porque la pasión que tengo hacia ambas disciplinas no se puede medir. Y exacto, solo tengo esta vida, me importa un bledo dar cringe, estoy muy a favor del cringe y si soy feliz, que le jodan a los demás. Aparte, parece que Hedonismo ha gustado muchísimo, pero bueno, eso ya cada cual. Hedonismo lo he hecho por y para mí.

Creo que toda mi vida se ha dirigido hacia las artes, y con ellas, hacia el conocimiento de mi persona. Soy además una persona que cambia mucho, que tiene muchos inputs maravillosos día a día que me van forjando y cambiando. Uno de ellos son todos los análisis que hago, donde descubro miles de mundos. Toda mi vida he estado tocando todas las artes en la medida de lo posible y de lo que me apetecía en cada momento, si no hubiera analizado la cultura audiovisual también hubiera hecho algo parecido, pero en el proceso de realizarlo me hubiera tocado al cien por cien analizar la cultura audiovisual para saber qué estoy haciendo y cómo. Es cierto que los análisis me han ayudado mucho en Hedonismo, en otros proyectos y a nivel personal.

Bueno, la obra de arte total no sería nada sin también la escultura. Además, yo comencé en YouTube con Siri, un busto grecorromano que hablaba conmigo (sí, a lo Art Attack). Me daba bastante vergüenza comenzar sola y Siri me guió. Luego, además, el vaporwave es para mí la primera corriente estética criada en el seno de internet, entonces, esto como punto de partida me vuelve loca. Hedoné es la diosa del placer, hija de Eros (amor unilateral) y de Psique (alma humana). La pena es que cuenta con poquísimas representaciones artísticas, pues se prefería retratar a Venus como compendio de todo el amor y vertientes, pero llamó mucho mi atención que Hedoné siempre tenía la cuenca de los ojos blanca de placer.
No creo que se repita para todos mis proyectos este tipo de nombramiento, te digo ya que no, pues tengo muy pensada cómo se va a llamar la siguiente colección, y no es así (risas). Tengo en mi cabeza un montón de imágenes de cómo quiero que sea. Antes de sacar Hedonismo ya estaba pensando en la siguiente porque me ha encantado este proceso y estoy contenta con el resultado, sobre todo viendo que ha sido todo supercasero.

Sería todo un honor. Que alguien se tome el tiempo como yo lo he hecho en muchos casos en desengranar mi obra es algo muy respetable y también debatible, pues a cada uno le llega el arte de una manera o lo interpreta de forma diferente. Me fliparía que eso ocurriese algún día.