En el mundo de los artistas emergentes, las personas van con prisa porque creen que el tiempo se les acaba, se pasan más rato promocionando una canción que haciéndola y la apariencia y la presencia social parecen tener más importancia que el arte. Frente a esto está la visión de Smart K., un talento nacido en Vigo que juega con sus propias reglas. Después de tres proyectos en largo, su sonido, principalmente ligado al R&B, sigue mejorando y estableciendo las bases de lo que quiere ser una carrera musical orgánica y movida por las pasiones del artista.
Su último trabajo, Verano en la bahía, concentra algunas de esas pasiones, como es la cabida del afrobeat en su repertorio o el amor hacia su tierra. El alma de las estrellas (2024) y Después de verano (2023) fueron los antecesores de este último, y todos ellos forman parte de un repertorio que muchos quisieran y que quizá tú no conocías.
Has lanzado hace poco tu proyecto Verano en la bahía. ¿Estás contento con cómo está yendo?
Pues sí. Al principio sentí que este tal vez no estaba teniendo tanto enganche o que solo había el pequeño público habitual, que sí que estaba a full, comparado por ejemplo con El alma de las estrellas, que de primeras sí noté más calor los primeros días. Era un proyecto más largo y venía con un run de singles mucho más completo. Sin embargo, desde hace una semana ha pegado un pico para arriba que muy guay, la verdad, estoy muy satisfecho. Yo ya estaba contento con el proyecto y con cómo había quedado a nivel estético, a nivel de empaque, y ahora parece que está llegando un montón de gente nueva que está conectando con ello, así que muy contento.
Hace unos meses te mudaste de Vigo, tu ciudad, a Madrid, supongo que para impulsar tu carrera. Pero ahora estás de vuelta a Galicia. ¿Qué balance haces de tu tiempo por Madrid? ¿Crees que merece la pena el esfuerzo para un artista emergente?
A ver, estoy en Vigo y no. Es lo que digo en el tema este de Verano en la bahía, nunca saben dónde estoy. Cuando estaba en Madrid la gente me decía, ¡si estás en Madrid!, y cuando me venía a Vigo, la gente de aquí me preguntaba, ¿pero tú no estabas en Madrid? Siempre estoy de arriba para abajo y la idea sigue siendo esa, seguir moviéndome.
A nivel de experiencia, en mi caso se juntaron muchos factores que no me permitieron estar todo lo a gusto que yo hubiese querido o desarrollarme de la manera que me hubiese gustado. Tenía que estar subiendo mucho para Galicia porque la música es guay pero fuera de ella hay una vida, y para mí hay cosas que están por encima. En estos dos últimos años, por desgracia, me tocó afrontar una serie de situaciones que no me permitieron estar con la continuidad y la fluidez que me hubiese gustado en Madrid. Pero sí que creo que muchas veces es necesario, sobre todo según el objetivo. Si quieres ir a currar y estar en contacto con gente pues seguramente sí.
Yo en Vigo estaba muy cómodo porque es mi ciudad, pero sentía que faltaba más empuje en muchos sentidos, sobre todo en tema conexiones. Hoy en día con internet y con las redes también se fluye, pero considero que en muchas cosas el estar allí y sobre todo el que te desvirtualicen ayuda bastante.
En El alma de las estrellas hablabas sobre tu marcha a Madrid, de dejar atrás a gente que quieres por ambición y por cumplir tus sueños, del tiempo que no tienes para pasar con ciertas personas. Se notaba un proyecto más solitario, con un tono más sombrío. En cambio, en Verano en la bahía el lugar cambia, hablas desde la costa en vez de desde la ciudad y hay un tono y un sonido más desenfadados, más alegres. Cuéntame cómo ha sido esa transición entre ambos proyectos.
Cuando hablé con gente que conocía mi background personal y les conté mi situación y cómo había salido el proyecto de El alma de las estrellas me decían, tío, flipo con que hayas sido capaz de tirar adelante un proyecto así con toda esa amalgama de situaciones. No era intencionado el que fuese más oscuro y con ese color, por así decirlo, pero yo lo que suelo escribir son vivencias, es un reflejo de cómo me siento a nivel vital. El alma de las estrellas fue una etapa bastante oscura a nivel personal y supongo que por eso se ve reflejado.
Ahora, Verano en la bahía refleja más este verano aquí de vuelta en casa, otra vez cerca de la familia, sabiendo que tengo ese tiempo para mí, ese espacio para poder disfrutar de mi gente sin tener que estar apurado y decir, buah, en una semana y media me tengo que volver a Madrid y no regreso hasta que toque otra vez. Supongo que habrá influido el poder sentirte otra vez en casa, a gusto, acogido. Es la vibra que me apetecía soltar, que me nació. Ya habrá tiempo otra vez para hacer cosas más oscuras o lo que fluya.
Qué bueno, porque al final creo que también la gente valora mucho que un artista refleje en sus trabajos cómo se siente y que se sepa cómo es él a través de la música, o en qué momento está.
Yo no es algo que fuerce. Sí que, obviamente, a nivel sonido y estética, tengo unas ideas o unas concepciones que son las que me atraen más o menos, pero si estoy hundido emocionalmente no me va a salir hacerme un afro superfeliz y entonces es un reflejo del día a día. No sé si era Cruz Cafuné o quién era, que decía que no le molaba mucho exponerse en redes o estar subiendo ahí el día a día, pero que al final sacaba un disco y la gente que conectaba con él se iba a enterar de cómo estaba. Ese es el resumen.
Mira, ya que has mencionado eso, aprovecho y te pregunto. Viendo tus redes sociales, me da la sensación de que no cedes a la imagen de ser más creador de contenido que artista. Lo que subes es referente a lo que vas sacando. En el tiempo que has estado en Madrid no te he visto en eventos ni haciendo networking por ahí. ¿Es tu forma de ser o es una convicción de cómo quieres ser percibido?
Yo creo que hay mucho más de lo primero que de lo segundo. Quiero decir, me considero una persona bastante reservada, de círculo bastante cerrado, me gusta tener un entorno cercano, cuidado. Lo de estar en eventos, he estado en alguno, pero he estado más veces en el estudio seguramente. Suena muy flex pero la realidad es que he estado intentando moverme.
Seguramente el estar paseando la cara más en eventos me hubiese conectado con más gente, pero me he abierto a tener más trato con personas porque te das cuenta que conoces gente guay. No es una pose forzada, ni me digo, buah, tengo que subir esto. Pero a día de hoy considero que quien realmente está ahí es porque le interesa lo que hago. Además, no sé hasta qué punto es mejor exponerse, seguramente sí, pero me gustaría hacerlo de la forma más orgánica posible y en el grado de exposición que considere oportuno.
Sí, está el tema de que la gente conozca más tu cara, pero también es una cuestión de algoritmo. Si se da forma orgánica sabe mucho mejor trabajar.
Sí, totalmente. A día de hoy los artistas son prácticamente creadores de contenido. Los hay que les mola y otros que no. Y no digo que una cosa sea más lícita que la otra. Ojalá a mí me molase estar en TikTok, pero la realidad es que mi trayectoria ha sido de pasitos cortos y estoy también contento de que así sea. A gusto y tranquilo por cómo lo estoy haciendo.
“A día de hoy los artistas son prácticamente creadores de contenido. Ojalá a mí me molase estar en TikTok, pero la realidad es que mi trayectoria ha sido de pasitos cortos y estoy también contento de que así sea.”
Llevas tres años lanzando un proyecto por año, cada uno con su propio concepto y estética. La mayoría de singles que sacas siempre son parte de un disco, ¿no crees que trabajar así llega a ser contraproducente a corto plazo? Me refiero a que todo esté tan meditado y pensado, y que tenga que formar parte de algo más grande.
Sí, la realidad es que hay varios proyectos así. Por ejemplo, para el El alma de las estrellas no tuve claro que lo lanzaría en diciembre, sino que llegó en un momento en el que hacía mucha música y agrupé cuatro temas que tenían un color similar. Inconscientemente acabó ahí empacado. Sin embargo, Verano en la bahía sí fue más premeditado, supe cómo quería hacerlo desde el principio, pero creo que es lo mismo que hablábamos antes de las redes: hay a quien le funciona y al que no. Diego 900 saca un proyecto y la gente está a tope con él, y al tiempo hace lo mismo.
A mí siempre me ha gustado la fluidez que da ir lanzando singles, pero estoy en un punto donde hago mucha música y me da para repartir. Desde mi experiencia, al que le interesa siempre le va mejor que sea todo un conjunto y que tenga un empaque. Como oyente me pasa igual.
Hace unos días, los colegas de Dconc3pt sacaban un vídeo en TikTok hablando sobre el hueco que tenía el R&B en España y te mencionaban. El mensaje del vídeo es cómo las líneas del urbano se están desdibujando, aunque sigue sin ser el camino más sencillo. ¿Qué opinas de esto?
Yo antes tenía otro nombre y rapeaba, hasta que me empezó a atraer más la parte melódica. El clic lo tuve con el disco de Take Care, de Drake, porque en este hay un muy buen balance entre rap, melodías y armonías, un sonido que escuché y con el que dije, esta es mi movida. Obvio, con el tiempo vas puliendo y perfilando, pero en esencia fue eso.
Esto que mencionas de la escena del R&B es un tema que hablo mucho con mis colegas. Creo que ya es algo casi cultural. En general aquí no ha habido cultura rap, quiero decir, sí, a los frikis que nos ha encantado la movida sí, pero creo que en términos generales hay mucha desinformación. Algo así pasa en el panorama porque, ¿cuándo petó The Weeknd? Cuando empezó a hacer una movida que se asociaba más al pop. Con el reggaetón y las bases más comerciales te diría que ha pasado lo mismo, antes era para macarras y frikis.
Hay gente en España que se ha tirado más al R&B pero creo que nunca han tenido un reconocimiento, al menos no hasta como tú decías que han desdibujado barreras, se han mezclado con otros géneros y han acabado en otros matices. Creo que es algo cultural y que el público en su mayoría no está educado. Flavio hace unos años ya dijo en una entrevista que en España cuando la gente escuchara o descubriera a Chris Brown, dejarían de escuchar a Bustamante. Pero, por desgracia, la realidad es que el R&B no ha calado.
Vamos, que a pesar de tocar otros palos, vas a hacer la movida que te guste.
Sí, tío. Igual soy un romántico y me falta otro chip, pero considero que en la música lo primero es ser honesto y fiel a ti mismo. Suena a discurso vendido, pero a la hora de la verdad cuesta aplicarlo, y creo que es ahí donde entra el ser real o no. Es muy bonito decir que lo primero es ser honesto con uno mismo, pero luego están los peajes que estés dispuesto a pagar por conseguirlo. Igual que como decíamos por las redes, para que sea algo que cale en la gente a mí me tiene que nacer hacerlo. Creo que lo primero es estudiar y ser un enamorado de la movida que te mola.
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Y creértelo tú, ¿no?
Exacto, para luego poder defenderlo de alguna manera, porque si no creo que no tiene sentido, pierde la magia todo.
Sí, estoy de acuerdo. Cambiando un poco de tema, volvamos al intervalo entre 2019 y 2021: lanzas canciones junto a Louis Amoeba, productor de Hoke, entre otra gente, Fran Laoren, https://acero.metalmagazine.eu/post/fran-laoren-el-nino Manu Oliva, que produce Averzzo, detunedfreq, Miki, que ha producido para Diego 900, y otros tantos que ya tienen un nombre potente en la escena. ¿Cómo se fueron dando esas colaboraciones y por qué ya no te solemos ver tanto colaborando con la misma gente?
Pues yo creo que por la vida. O sea, todas estas colaboraciones se dieron de forma orgánica. Fue gente con la que conecté por redes. Diego 900 es una persona a quien le tengo muchísimo cariño, tenía un contacto muy frecuente, estábamos frikeando todo el rato y pasándonos movidas, pero al final es cosa de la vida. Está la música y está la vida, y Diego hoy está en un punto que tiene que apretar, más enfocado en ello y me alegro infinito por él.
Con Miki, por ejemplo, es un pibe con el que también tengo superbuena relación. Con Louis había cosas, con Diego había cosas, con Miki había cosas, pero por unas o por otras se han ido quedando estancadas y hemos decidido apartarlas, y es por el flujo de la vida. Con Manu tengo contacto al cien por cien, de hecho, todos los masters los trabajo con él. También hay mucha música parada con él, pero el destino dirá si va para adelante o no.
Me hace gracia porque cuando un artista dice, pues yo tengo música con tal o con cual, pero al final se ha quedado ahí, la gente siempre monta mucho drama. Pero creo que es algo normal, ¿no? Es frecuente que pase.
Claro, la gente no es consciente de la cantidad de cosas que pasan en los estudios y fuera de estos. Quiero decir, no tiene por qué haber una mala relación ni mucho menos, son cosas normales que si fluyen son una maravilla, y cuando no, pues a otra cosa. No tiene que ser un drama ni mucho menos.
“Igual soy un romántico y me falta otro chip, pero considero que en la música lo primero es ser honesto y fiel a ti mismo. Suena a discurso vendido, pero a la hora de la verdad cuesta aplicarlo.”
Otra cosa de la que me he dado cuenta es que en tu top cinco ciudades más escuchadas, tres de ellas son de Latinoamérica: Ciudad de México, Lima y Guadalajara. ¿Cómo es eso?
Yo creo que eso viene dado, fíjate, desde justo esa época de 2019. Estábamos muy activos en Blue Invaders, que es el colectivo al que pertenecía antes, y uno de los artistas de este pegó muy fuerte en LATAM: Argentina, Colombia, México… fue heavy. Toda esa explosión hizo que llegase al canal mucha gente, y yo creo que desde eso muchos se han quedado a escucharme.
Obviamente estoy muy agradecido a toda esa gente pero también me daba un poco de rabia decir, joder, estoy teniendo equis público allí, ¿por qué aquí no? Pero siento que últimamente se están girando un poquito las tornas y que sí que estoy conectando con más gente de aquí, con más público, con más artistas incluso y es guay también, estoy contento.
Sí, bueno, las otras dos ciudades que más me escuchan son Madrid y Barcelona, que también es algo común si eres español. Para terminar, después de hablar de toda esa evolución tuya, supongo que es difícil pensar cuál es la tecla para llegar a más gente o dar tu próximo salto, ¿verdad?
Sí. Es difícil sobre todo porque no hay una tecla. Para cada uno será una cosa y hay mil formas de encontrar la tuya propia, muchas veces ni se encuentra. En el punto en el que estoy ahora lo que me obsesiona es crear cosas que me representen y me identifiquen. Es lo que te decía, si tiene que llegar, que llegue bien, sin forzar en exceso. Al final es eso, si tiene que tocar la tecla algo, lo hará.
Paciencia y ser perseverante.
Sí, evidentemente tratando también de, dentro de las cosas con las que yo puedo vibrar o conectar, ver esa parte que me puede beneficiar más o que me pueda traer más pero eso, sin dejar de ser yo, sin dejar de serme fiel y sin querer aparentar o ponerme una careta de algo que no soy realmente.
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