Jesse Baez nació en Chicago pero se crio en español y en una casa guatemalteca en mitad del campo. Siempre estuvo en búsqueda de un propósito: quiso ser doctor, cineasta, carpintero. Pero acabó siendo lo único de lo que no pudo escapar: el (no tan) niño prodigio del R&B latino. Así lo avalan dos álbumes de estudio, un primer EP, la opinión pública y toda una carrera de fondo que, desde 2016, se ha establecido sobre la fidelidad a uno mismo.
Aparece en la pantalla del ordenador más joven de lo que dice ser. Tiene treinta y siete años y se siente un late bloomer, a pesar de ser el primero en lo suyo. Va sin gafas, dejando a la vista unos ojos de un verde intenso. Jesse es educado y habla mucho, incluso los pocos segundos que permanece callado. Sostiene su móvil desde Ciudad de México haciendo malabarismos para atender a Mijo, su perro, que parece querer saludar también, y para no desatender, disculpas mediante, los mensajes y las llamadas que le llegan.
No hace mucho que Jesse Baez regresó al primer plano con el relanzamiento de Henry y una gira de conciertos en la que visitará España en Halloween. Allí son las diez de la mañana y ya, indiscretamente, todo en él es trap. Lo que a priori sí queda oculto tras las rastas, las cadenas de oro y la gorra del merch de Desvelado, su último single, es su carácter introvertido y el sarcasmo con el que baña toda nuestra conversación, que no vacila en abrir preguntando por la hora local. Aunque sí lo hace al cerrar, hablando de guitarras Fender que no sabe tocar y de la posibilidad de hacer canciones para (que no en) bodas.
Ahora mismo son las seis de la tarde.
¿Tú dónde estás? ¿En qué parte de España?
En Córdoba, Andalucía.
Ah, muy bien. Eso es más hacia abajo. Justo mi novia es del norte, entonces ya tengo identificados ciertos acentos, pero aún me siento que cuando me lanzo sé menos de lo que creo.
¿De dónde es tu novia?
De Bilbao, pero tiene amigas del sur. Noto que el acento cambia mucho.
Estás a punto de visitar España con dos conciertos: en la Sala But de Madrid y en la Apolo de Barcelona. ¿Dónde te pillo ahora mismo?
Estoy en Ciudad de México. Nos vamos a España el jueves 23 de octubre.
Las fechas coinciden casi con Halloween, espero que no seas supersticioso.
No, más bien lo tomé como una buena señal porque me gusta tocar cerca de esos días. Puedo tocar con disfraz, eso es lo que más me gusta. Me emociona. No sé si lo voy a hacer, pero digamos que en Estados Unidos es casi obligado que, si tocas en Halloween, todo el mundo va a ir disfrazado. Voy a ver si me disfrazo de algún personaje icónico español.
¿Te viene algo a la mente?
Me gusta hacer un poco de nicho, entonces tendría que ser algo popular de este año pero que al mismo tiempo no sea muy controversial porque no quiero dividir opiniones. Probablemente me iría por algo sencillo.
Te puedes disfrazar de Aitana.
(Risas) Pues de eso podría. ¿No sería controversial?
No, sería chulísimo.
Ah, mira, muy bien. Pues lo voy a tomar en cuenta.
¿Recuerdas cuándo tocaste por última vez en España? Porque venir supongo que vienes bastante.
Sí, voy como una vez al año y la última que canté fue en el Sónar de 2019. Estoy contento porque ahora estoy mucho más familiarizado con todo. No se me hace tan extraño ir a cantar, y hace cinco años era totalmente foráneo. Ahora lo encuentro un punto medio, es como ir a cantar a casa.
Tengo entendido que le debes tu nombre a un párroco.
¿Eh? Ah sí, un párroco. Qué chistoso. Nunca he escuchado esa palabra.
¿Cómo lo llamas tú?
Pastor.
Aquí pastor es de ovejas.
Casi todos los días tengo una conversación medio así con mi novia. Hay un reverendo que se llama Jesse Jackson, es bastante popular entre los evangelistas gringos, y mi papá en esa época era pastor Era… ¿qué palabra dijiste, perdón?
Párroco.
Era párroco [lo dice riendo y marcando mucho la palabra]. Mi papá era párroco en Estados Unidos, entonces era fan del reverendo Jesse Jackson. Mis padres habían quedado en que si era chico él escogía el nombre y si era chica lo escogía mi madre. Él me quería poner una combinación de Jessie y su nombre, que es Manuel: Majessi. Y mi mamá le dijo, ni de loco. Mi papá es dominicano, no sé si conoces a los dominicanos, pero son muy conocidos por inventarse nombres.
¿Y cómo te habría puesto ella si hubieses sido chica?
Fíjate que nunca he indagado, no sé qué nombre tenía preparado. Lo voy a preguntar la próxima vez que hable con ella. Me ha dado curiosidad ahora.
¿Cómo te presentarías a alguien que no te conoce?
Yo me considero un entertainer, un cantante que hace R&B en español y poco más. No tengo tanto adorno a mi persona, me considero muy normal, con pasatiempos muy normales. Mi único diferenciador es que me encanta hacer música y tengo la suerte y la bendición de poderme dedicar a esto.
Dices que tu vocación por la música se te presentó como una epifanía.
Sí, ha sido la única epifanía que he tenido. Estaba acostado en mi cama. Tuve ese momento de epifanía después de estar tres años buscando lo que me gustaba. Empecé queriendo ser doctor, luego estudié cine, luego quise hacer fotos, luego me puse a renovar muebles… Probé muchas, muchas cosas.
Tú eras la Barbie.
Sí, de verdad. Estaba encontrándome (risas). Encontré un grupo de amigos que hacían punk y tocaban hardcore. Siempre he sido muy musical, siempre he cantado pero sin ser cantante, simplemente formaba parte de mi vida. Era como escribir. Yo escribo y no creo que sea escritor, ¿sabes? Hasta que un día, en mi cuarto, crucé los brazos y dije: no puede ser, es música. Tenía veintidós o veintitrés años y vivía en Guatemala. A los dos meses estaba en una banda, donde estuve cinco años. Esa fue mi primera experiencia con la música.
Después entendí que no quería hacer ese tipo de música. Me gustaba el R&B y quería hacer eso. Era la época de SoundCloud, por 2016 o 2017. Cuando decidí ser solista, conocí a otro grupo de personas y eso me llevó a la segunda etapa: mudarme a México y firmar un contrato discográfico. Y ahora, después de siete años, estoy independiente de nuevo.
Después entendí que no quería hacer ese tipo de música. Me gustaba el R&B y quería hacer eso. Era la época de SoundCloud, por 2016 o 2017. Cuando decidí ser solista, conocí a otro grupo de personas y eso me llevó a la segunda etapa: mudarme a México y firmar un contrato discográfico. Y ahora, después de siete años, estoy independiente de nuevo.
En varias ocasiones te has definido a ti mismo como un late bloomer, aunque el resto de mortales te considera pionero y niño prodigio del R&B en español. ¿Cómo lo haces para abrazar ambos conceptos y llegar siempre a tiempo aun llegando tarde?
Eso está cabrón, pero no sé todavía cómo se hace. Yo lo atribuyo a ser fiel a tus principios y a ser sincero con lo que uno es. Siento que cuando empecé no sé si hubiera tomado las decisiones correctas que hoy sé que puedo tomar, y son puramente estilísticas. En cosas más de criterio y de gusto, siento que antes no tenía tan definido lo que era.
¿Qué tal llevas la popularidad?
Fíjate que bien. Como no soy muy peliculero ni siento que la gente me identifique con eso, nunca he tenido un momento así que yo diga, wow, la gente, qué pesados. No. Cuando se me acercan siempre es con un nivel muy alto de respeto. No soy tan famoso como Bad Bunny, que, si se mete en un centro comercial, ya valió madres, no va a salir. Simplemente lo tomo como un termómetro de qué tanto está jalando lo que hago.
Podríamos decir que Decile es la canción que te hizo despegar en la industria musical y en el mundo del R&B latino. ¿Cómo nace y por qué decides pasar del inglés al español justo en este momento?
Fue en ese momento de transición cuando empecé a aburrirme un poco con la banda, que un artista llamado Fuego, que ahora es amigo, estaba sacando muchos remixes en español de canciones populares. Hizo Hotline Bling y pensé, cuando salga una canción gringa que me guste, la voy a hacer en español. En esa época me encantaba The Weeknd, sobre todo House of Balloons; era mi mayor inspiración, quizá no tanto musicalmente, pero sí artísticamente. Luego sacó Tell Your Friends, producida por Kanye, y me fascinó. Dije: le voy a hacer una versión en español y se la voy a mandar a esta gente que acabo de conocer en México, una disquera pequeña de Monterrey. La grabé y la envié.
Me acuerdo de que me acosté a las cuatro de la mañana y al día siguiente me desperté con un mensaje: ¿cuándo puedes venir? Poco después ya estaba en México grabando mi primer EP. Cuando una versión en español está bien hecha (no digo que esta fuera increíble) tiene un efecto especial. En mi caso fue una decisión muy acertada: me subí a una ola que apenas empezaba y todavía hoy me beneficia, porque la gente sigue asociándome con ese sonido.
Me acuerdo de que me acosté a las cuatro de la mañana y al día siguiente me desperté con un mensaje: ¿cuándo puedes venir? Poco después ya estaba en México grabando mi primer EP. Cuando una versión en español está bien hecha (no digo que esta fuera increíble) tiene un efecto especial. En mi caso fue una decisión muy acertada: me subí a una ola que apenas empezaba y todavía hoy me beneficia, porque la gente sigue asociándome con ese sonido.
Tu ola aquí en España comenzó con las colaboracione junto a C. Tangana, pero antes de esto tú ya habías hecho música con BNMP, que es la banda en la que empezó Cruz Cafuné. Siento que tus reales de aquí te recuerdan por esa colaboración.
Sí, justo, El dorado. Fue tal vez dos años antes incluso de trabajar con Pucho. Siento que toda esa colaboración en general estaba un poco adelantada a su tiempo, aunque suene pretencioso decirlo. Si hubiéramos tenido las herramientas que existen hoy, probablemente habría viajado más, habría llegado más lejos. En ese momento la gente no estaba tan acostumbrada a escuchar algo así. Llegó en un momento muy bueno. Yo acababa de firmar con la disquera que me contactó después de hacer el cover, y llevaba menos de un año allí. Todo el EP se hizo a distancia: ellos mandaban instrumentales desde allá, nosotros desde aquí escribíamos coros y versos, los enviábamos, y ellos respondían con los suyos. Así lo hicimos todo sin llegar a vernos en persona.
¿En todo este tiempo nunca os llegasteis a conocer en persona?
No. A menos que estuviera muy pedo en algún momento, nunca he conocido a ninguno de los chicos en persona. Por eso no hay vídeos, si te fijas. Pero estuvo muy cool, a mí me sirvió mucho, me puso más bajo la lupa y en ese tiempo no tenía esa experiencia todavía. También me funcionó como carta de presentación.
Con Pucho, por ejemplo, creo que lo conocí poco después o casi al mismo tiempo. Coincidimos en el Festival Ceremonia en 2016 o 2017. Tocábamos en el mismo escenario: yo era el primero, luego venían otros, después Pucho y más tarde Álvaro. En esos días conocí a ambos, nos llevamos muy bien, y recuerdo que fue la primera vez que pensé, vale, estoy al nivel. Ya no tengo dudas de si estoy donde debo estar. Además, yo era fan de Agorazein, así que fue muy especial.
Con Pucho, por ejemplo, creo que lo conocí poco después o casi al mismo tiempo. Coincidimos en el Festival Ceremonia en 2016 o 2017. Tocábamos en el mismo escenario: yo era el primero, luego venían otros, después Pucho y más tarde Álvaro. En esos días conocí a ambos, nos llevamos muy bien, y recuerdo que fue la primera vez que pensé, vale, estoy al nivel. Ya no tengo dudas de si estoy donde debo estar. Además, yo era fan de Agorazein, así que fue muy especial.
Para esta entrevista te busqué por todas partes y me sorprendió mucho no encontrarte en una página web muy famosa donde pensé que te encontraría. ¿Adivinas cuál es?
¡No!
¡Wikipedia!
Ah, bueno, sí. De hecho, estoy esperando a que esa madre un día aparezca porque no está. Voy a poner eso en la lista de cosas que tenemos que hacer: empezar a ser ghost writer de Wikipedia porque ya hay suficientes cosas para poner ahí, la verdad.
Este 2025 colaboraste en un tema con Natalia Lacunza. ¿Cómo surgió y cómo fue trabajar con ella?
Con Natalia nos conocimos online. Ella estaba aquí a finales del año pasado y me dijo que fuéramos al estudio. Yo soy mucho más de que, si la gente me cae bien, si está chido el trip y son buena onda, me animo. Y la verdad, Natalia y todo su grupo de amigos me parecieron personas de las que sí sería amigo. Ya traían la rola básicamente lista, y nada, yo encantado. Creo que va a subir a cantar ahorita en alguno de los shows, no sé bien en cuál de los dos.
Hablemos ahora de Henry, tu segundo álbum de estudio. El título del disco alude a una expresión que tiene mucho que ver con la ambición y la frustración del éxito moderno. Sin embargo, las letras de las canciones exploran otros temas más alineados con el desamor, las rupturas, etc. ¿Cómo vinculaste ambas ideas?
Creo que el amor y esas experiencias van a existir al mismo tiempo, aunque estés en el camino de la ambición. Siempre estás valiendo verga por algo. Puedes estar graduándote de doctora y ese vato te va a escribir una culerada. Creo que nunca deja de ser una dualidad. Hoy en día, por ejemplo, puedo estar en el estudio y decir, ¿por qué jodido, por qué chingados me escribiste eso o me decís eso ahorita? Es hasta chistoso poder decir que vivo bien de esto y que ahora me gustaría que me conociera más gente. Pero sigo pensando en las mismas cosas de siempre porque ese lado es el que más naturalmente se me da.
Después de Amor en español te mantuviste al margen durante una buena temporada. ¿Henry nace de esa etapa de introspección, o es un proyecto que venías rumiando de antes?
No, más bien en ese tiempo en que no estuve sacando música hubo cosas no musicales que interrumpieron un poco el proceso, cosas administrativas. Eso tomó bastante tiempo. Yo estaba renegociando mi último álbum, Henry, ajustando los términos de ese disco, y al mismo tiempo tuve un cambio completo de equipo (literalmente todos), y eso también me tomó bastante, al menos un año y algo. De hecho, la decisión de hacer Henry vino un poco de ahí, no por frustración exactamente, pero después de todo ese año sin que pasara nada decidí simplemente hacer el álbum con lo que ya tenía desde el principio.
En el disco fluctúan varios productores diferentes, entre ellos, tú. ¿Cómo lograsteis homogeneizar todo ese trabajo?
Fíjate que entre las cosas que exploré estuvo el hecho de ser yo el filtro. Dije, voy a encontrar canciones que me hagan sentido de toda esta gente, que al final fueron cuatro productores, incluyéndome. La columna vertebral del disco diría que fueron las cuatro canciones que hicimos con Julián: Creo que me estoy enamorando, Hablas, No sé vivir y otra más. Después empezamos a sacar ideas nuevas. Yo tenía algunas previas y pensé, eEstas me gustan, las voy a meter en el álbum. Canciones que ya había hecho. Empecé desde ahí.
Me encanta que hayas contrarrestado todo el drama de Henry con la estética de The Office. En las canciones del disco parece no haber ninguna referencia a la serie. ¿Esto es así o hay algún guiño oculto?
Es puramente estético. Parte de lo que estábamos negociando era poder ampliar mi presupuesto, así que tuvimos que conceptualizar todo en un solo lugar y hacerlo de una manera mucho más corrida, más concentrada. Justo lo que pensamos fue lo que mencionabas: el contraste entre la música y los videos.
En 2025 has relanzado el álbum con dos temas nuevos. ¿En qué momento decidiste que querías volver a él para ampliarlo y qué significó para ti ese ‘Deuces’?
Si soy completamente sincero, originalmente medio fui convencido a no sacar el disco completo de inicio. Entonces, por razones contractuales, tenía que sacar todavía esas dos canciones que quería que salieran con el álbum. Tenía que sacarlas o no podía seguir con mi vida. Y deuces es de dos y también de ‘adiós’. Como quitar tus últimas dos canciones. Poco tiempo después, oficialmente ya podía sacar música. Fue una celebración y una despedida de la situación en la que estaba.
El disco mantiene un sonido y una temática muy marcadas, pero en No sos cantante vemos un cambio radical que parece romper con todo. ¿De qué manera encaja esta canción?
Creo que era más por eso, para que rompiera. Habla de lo que estaba pasando en ese momento, de esa situación con el equipo que tenía anteriormente. Siempre digo que soy más rapero que cantante porque me dedico a esto. Tenía la idea de poder hacer algún tipo de boom que sonara un poco más a lo que escucho, que es más Benny the Butcher. Además, estaba hablándole a alguien particularmente. Así que sabía que iba a sentirse aludido. Sabía que iba a arder.
En Henry vuelves a trabajar con Latin Mafia para la canción Persona favorita, siendo esta la única colabo del disco. ¿Por qué?
Ni siquiera iba a meter colaboraciones pero mi relación con estos chicos, que conocí gracias a la primera canción que tenemos juntos, ha sido como muy genuina y buena desde entonces. Sentía que el álbum necesitaba algún invitado y tener una canción que estuviera ‘garantizada’. Surgió de eso. Se me hizo muy bonita, está producida por mi amigo Yoshi.
Precisamente con Yoshi se junta ahora Jesse en Madrid y Barcelona.
Sí, ahí va a estar.
Ahora que tocamos el tema de las colaboraciones, en tus últimos tres álbumes vemos una con Álvaro Díaz, en Podemos intentar, pero ninguna con Pucho desde 2018. ¿Está cerrada esa posibilidad o aún hay esperanza de volver a veros juntos?
No está cerrada, lo que pasa es que yo casi no salgo. O sea, a Pucho no lo he visto en persona desde El madrileño, hace tal vez dos años y poco. Pero sí, se va a dar. Con él siempre ha sido muy de que se tienen que dar las cosas, es más de estar en una misma ciudad, de tener una canción que esté jalando, que nos guste y eso. Tengo fe en que en algún momento se va a dar.
En Hablas dices eso de “a todos lados vas llegando tarde”, algo que, como has contado, sí que has experimentado en tu faceta musical. Pero noto que lo de llegar tarde lo revisitas a menudo en el disco. ¿En qué otros aspectos de tu vida has sentido que no llegabas a tu hora?
En todos. Debería saber más de música de lo que sé. Debería poder hacer más lagartijas de las que hago. A mi edad debería estar más fuerte. Siento que debería de ser más cosas. Sí, siento que voy tarde. No suelo llegar tarde a cosas importantes. Llego tarde a cosas a las que sé que puedo. Llego antes a las cosas a las que sé que tengo que llegar a tiempo. Además, estoy obsesionado con la edad, siempre he estado pensando en eso. Ahora, con el tiempo, ya no tanto pero sí hay cosas que todavía quiero hacer antes de los cuarenta, que ya no queda tanto.
Con Desvelado, versión de la canción de Bobby Pulido, también has jugado con los tiempos. Lo presentaste por primera vez en Trópico 2022, pero no ha sido hasta septiembre de este año cuando finalmente lo has lanzado al público. Lo celebraste con una performance en Ciudad de México donde te mantuviste despierto veinticuatro horas con el público siendo testigo del proceso creativo. Esto me llama especialmente la atención, teniendo en cuenta que te reconoces como una persona introvertida.
Sí, prefiero no hablar. Soy relativamente introvertido. Soy el amigo que escucha. No soy tan bueno sacando conversación, me cuesta un poco. Es chistoso porque si me toca ser el que da el discurso, no tengo ningún problema. Soy el tipo de persona que, si está en el súper y no sabe dónde está algo, primero lo busco antes de preguntar. Pero al mismo tiempo, a la hora de cantar no me da pena. Prefiero no hablar, prefiero escuchar; si alguien habla, que hable. Es esa dualidad: si tengo que hacerlo, lo hago, pero si alguien lo puede hacer por mí, mejor.
Con esta canción hubo bastante hype. ¿Cómo fue la acogida por parte del público?
Estuvo superbién. Yo creí que lo que más me iba a costar era el no dormir y lo que más me costó fue estar ahí sentado delante de todos. De hecho, no dormir estuvo fácil porque el estrés de lo otro me mantuvo despierto.
¿Ese fue tu truco para no dormirte?
Sí, literal, el estrés.
El cineasta Aki Kaurismäki confesaba en una entrevista que hacía películas para distraerse y alejarse de los bares. ¿Tú por qué haces música?
Hago música porque siento que no estoy trabajando. Soy naturalmente vago, o sea, si yo pudiera vagar, lo haría, pero no lo hago porque no quiero ser irrelevante. Ese es mi problema: me gusta no hacer mucho, y al mismo tiempo no puedo ser irrelevante.
¿Te da miedo ser irrelevante?
Sí. No quiero no tener impacto en algo.
¿Quién es Jesse Baez cuando no está haciendo música?
Cuando no estoy haciendo música soy muy similar a cuando sí la hago porque no me tomo los procesos demasiado en serio.
¿Entonces, quién serías si, directamente, no hicieras música?
Estaría buscando mi propósito.
