Razzmatazz es un laberinto, aún más a las dos de la madrugada y con una cerveza en la mano. Llegar a la Sala 2 no fue tarea fácil, pero la fiesta favorita del moderneo catalán, Fuego, nos esperaba. Ben Yart prometía ser la joya de la noche, antes de que la peña empezara a perrear con los DJ sets de TBX y DJ2D2.
A las dos y media la sala estaba petada, y en primera fila no podía faltar el raxeteo y el chándal de adidas como vestimenta oficial. Poco después de que llegáramos, aparecía el misionero. Nuestro queridísimo Ben Yart, vestido con pantalón blanco, chaquetilla adidas –a conjunto con el fandom– y unos zapatos oxford. Apoyamos ese outfit. Al minuto de entrar al escenario, algunas voces coreaban a viva voz ‘Fentanilo, fentanilo…’ y el pamplonés los animaba encantadísimo.
Creo que Ben Yart es el único artista al que permitimos que salga con el móvil en la mano a cantar Ceros, es como, chill, ¿qué esperabas? Por Twitter (ahora X) ya se había comentado que Cecilio G se pasaría por Razz, así que no fue sorpresa cuando salió al escenario para cantar Numa Numa Ye, la collab que sacaron el verano pasado, y ahí se quedó un ratito, sacando el encendedor y haciendo coros. Detrás, una chavala comentaba, no sé quien está más ciego, si Ceci, Ben o yo. Definitivamente, la respuesta correcta es la D: todas las anteriores.
No faltaron en el setlist Barriobajero ni Mañaneo, tampoco Uno (nuestro tema fav del álbum, y parece que también el de la peña, que se sabía la letra como si fuera el Padre Nuestro). Decir que se lo gozó bailando con Popper, vamos, a nosotras nos sorprendió que bailara así de bien. Quizás nos faltó Día de paga. Hubiera estado brutal para acabar el concierto.
¿Hubo momentos randoms? Pues claro, como siempre que Ben Yart aparece en un escenario. Si en el Festival B le dieron la foto de él de Jesucristo y la rompió, en este le tiraron un peluche al escenario y lo pateó como una pelota de fútbol. Otro momentazo, cuando se piró del escenario y dejó a su DJ (y batería), Mr. Worth, cantando el tema. La peña dando por hecho que no volvería, pero apareció tres minutos después sin camiseta saludando a los de primera fila, que estaban gozándoselo. La energía y experiencia fueron increíbles, especialmente gracias a todo el mundo que estaba ahí. Así que poco más que decir, volveremos a verle las veces que haga falta.
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