Cecilio G es de destrozar cualquier estereotipo que puedas tener sobre él, y en general de destrozar. Por eso, un beat inicial de bombo-caja impacta nada más reproducir San Ballantines. ¿Cómo es eso? ¿Cecilio... rapeando de nuevo? Los nostálgicos de la movida recuerdan en seguida las greñas del Punky Negro y sus pixelados freestyles de hace 13 años. Un par de samples y scratches más tarde, el hambre de hip hop aumenta. Pero qué va, no es un disco de rap aunque pueda parecerlo. ¿Cómo iba Ceci a ser previsible?
Culpemos al título de la segunda canción, C.R.E.A.M (Cash Rules Everything Around Me), mitiquísimo himno de Wu-Tang Clan), de generar parte de esa primera impresión. Una colaboración con Nero, que muestra en su videoclip a Cecilio quemándose el pelo en pleno metro de Barcelona. Se trata de un extracto del vídeo que viralizó en redes un tanto antes del lanzamiento. No es casual que escuchemos “cuando menos te lo esperas viene el drama”, segundos después de esa potente imagen.
Dos canciones más tarde, un feat en apariencia poco probable; la mismísima Mala Rodriguez en Tú me vas a matar. Un tema que abre ella con cuatro potentísimas barras que rememoran el estilo de sus primeros discos (“traigo diplomas pa’ las escritoras, traigo castillos para las soñadoras; el material para consumidoras; yo soy la droga, yo soy el pan”), y que marcan el elevado registro en el que se desarrolla el resto de la letra, al que Cecilio también sabe disparar cuando apunta la bala: “Yo tengo un trato, lo mío pa’ tu saco”, dice haciendo referencia a uno de los mayores éxitos de la jerezana. Tú me vas a matar es una canción a la que le dedico tantas palabras porque demuestra dos cosas: la primera, que La Mala es un estandarte sin parangón en la memoria de la música española; y la segunda, lo que es capaz de hacer Cecilio cuando se pone serio (las pocas veces que lo hace). Un combo que parece que saca lo mejor musicalmente el uno del otro. A fin de cuentas, la rapera dijo en una entrevista con Ibai que Cecilio era “un genio incomprendido”.
Cuando casi se nos olvida que Ceci sigue siendo el mismo que azotó con una chancla a un trabajador del Sónar, suena Satisfayer junto a Ben Yart. Si con La Mala hay una química especial, aquí es como si ambos artistas hubieran encontrado en el otro su punk-alma gemela. No sería él si no utilizara un track para producir una fuerte sensación de entre rechazo y asco; absolutamente en la línea de su propio personaje. No pretendo entrar en detalles: quien quiera vivir esa experiencia, que la escuche.
Por supuesto, la última canción es un ritmo maquinero hard-style que bien podría sonar en los antiguos locales de Coliseum y Massia. LOL. No hay de qué extrañarse, sigue siendo el mismo.
Track favorito: Tú me vas a matar con Mala Rodríguez.
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