Ha comenzado la tercera Guerra Mundial. Eso a Ben Yart le da igual. El autoproclamado dictador entrega lo que para él es su impresión sobre el panorama político actual. Han pasado muchas cosas en su vida, entre ellas el adiós a Chill Mafia, desde su portada en ACERO, de la que aún se acuerda: “La tengo literal en la entrada. Cuando viene el del Glovo le digo, ¡mira qué guapo salgo!”.
Ben Yart derrocha carisma y personalidad allá por donde va. La reconstrucción del navarro tras su personal Ceros (2023) ha culminado este 4 de octubre con el lanzamiento de Guerra Mundial, la continuación del EP lanzado en pandemia, Pitxu en Casa (2021). En esta ocasión viene de la mano de Mr.Worth con un sonido mucho más caótico que relata lo que ocurre en su cabeza mientras se encuentra dentro de su búnker pasando un after con sus amigos en plena Guerra Mundial.
La última vez que te entrevistamos nos contabas que considerabas que tus canciones eran tristes. En Guerra Mundial te alejas un poco de toda esa tristeza y transmites un cierto caos, ¿va hilado al concepto, verdad?
Ya no estoy yendo al estudio siempre en contexto triste y solitario, ahora pruebo cosas diferentes. También he grabado todo en Argentina y he estado en un rollo tropical rodeado de argentinos con los que me llevo muy bien. Influye también que las producciones de Erébo son más melancólicas y Andrés (Mr.Worth) es más fiestero.
Hay un cambio de sonido y de enfoque evidente entre el primer disco y lo nuevo, que ha cambiado en ti desde el lanzamiento de Ceros. ¿Qué quieres transmitir exactamente con esta mixtape?
En Ceros tenía una mente más estancada en la venta y estaba todavía mucho en ese mood desde el punto de vista del camello; en Guerra Mundial es más el de una persona normal, es decir, otro rol. Quizás uno más de hablar de mis amigos y no de mis clientes. También he hecho temas del estilo de Ceros, pero cuando hago conjuntos de canciones, junto las que están en el mismo mood.
También depende de la gente con la que esté en el estudio, me gusta hablarle al que está delante literalmente en el sofá del estudio. Cuando estoy con Six Sex tengo ese rollo de niñata y de ahí salió Soltero, pero cuando estoy solo es más melancólico y triste.
También depende de la gente con la que esté en el estudio, me gusta hablarle al que está delante literalmente en el sofá del estudio. Cuando estoy con Six Sex tengo ese rollo de niñata y de ahí salió Soltero, pero cuando estoy solo es más melancólico y triste.
En redes te autodenominas muchas veces como un dictador, ¿por qué?
No me acuerdo, he ido fluyendo. Viene de un cabreo con los políticos, siempre los he visto como carroña pero en este momento en el que está todo Occidente decayendo en modo sálvese quien pueda es como, voy a hacerlo yo. No te voy a mentir, es enserio, me pondría ahora mismo de dictador.
Guerra Mundial es una continuación de Pitxu en casa, ¿hay algún hilo conceptual que los una?
Sí, el after. Pasar horas con gente en casa. Pitxu en casa es mi respuesta a la pandemia. Encerrarme en casa y drogarme, pensar en mí mismo y en mis amigos. Guerra Mundial es lo mismo, me meto en mi búnker y paso de todo. Me toca mucho el corazón lo que está haciendo Israel, eso no puedo evitarlo. Hay una frase de Frank Kafka donde dice el día que estalló la Primera Guerra Mundial: “Hoy Alemania le ha declarado la guerra a Rusia, por la tarde, fui a nadar”. Guerra Mundial se debería llamar Guerra Mundial en casa, pero queda más impactante que lo deje así.
En los vídeos te vemos metido de lleno en tu faceta de actor, ¿es algo en lo que te gustaría indagar más profundamente en un futuro?
Me gusta hacer mis pinitos y llevarlos a la música. El cine es muy duro porque tenemos que hacerlo a la vez todos. Si yo fallo, todos se tienen que comer la escena de nuevo. Tengo que admitir que se me da bien, pero es duro.
La última vez que ACERO habló contigo fuiste nuestra portada, una foto con pelo largo y una sesión dirigida por Paty Abarahmsson. Luego esa foto la has usado para merch incluso. ¿Cómo se siente verse en portada? ¿La tienes en casa colgada o algo? ¿Alguna anécdota?
La tengo literal en la entrada. Cuando viene el del Glovo le digo, ¡mira qué guapo salgo! Pero no en plan narcisista, tengo un don de gentes. No puedo parar de enseñarla, es algo muy guapo y salgo muy guapo. Lo de las fotos también es como la actuación, es supersatisfactorio cuando después de varios intentos sale bien.
Hay pinceladas de hood trap, funk brasileño e incluso dembow. ¿Cómo trabajas los distintos géneros? No nos olvidamos de la cumbia del Popper.
Yo de eso no entiendo, para mí ha muerto que el artista tenga género. Ahora creo que se parece más a los géneros del cine. Alguien puede hacer drama, como por ejemplo lo que hacen Natos y Waor. En género cómico, por ejemplo, Disobey, les estoy animando mucho a que abran su corazón, pero su género es la comedia. Hoy en día los productores tienen al alcance las mismas herramientas todos, no como antes que un rapero no tenía las mismas herramientas que un flamenco.
También mucha gente llama innovar a traer ritmos de fuera.
Lo que mola hoy en día no es traerlo, es qué tal te queda el ritmo. Lo que me mola de Gloosito no es que haya traído el Detroit, es como suena, las barras que hace y lo que sabe. Ese tío tiene una sensibilidad enorme y podría haber hecho eso con otros sonidos y estoy seguro de que va a explotar otros. Por ejemplo, Yung Beef hace un dembow y lo parte.
Cambiando de tema, Chill Mafia se disuelve. En redes dijiste que no tenías conciencia de esa decisión y que te enteraste ese mismo día. ¿Cómo te sentiste? ¿Qué opinas?
Vivo en Barcelona y el contacto con ellos es por WhatsApp. Ha tocado justo en un momento en el que yo estaba enfrascado en mi gira y mi disco. Llevábamos diciendo que es el último disco, la última gira, como dos años, entonces no sabía que este se iba a vender como la despedida. Me perdí esas conversaciones. Chill Mafia es un grupo de WhatsApp en el que se pasan muchos memes y yo no estaba pendiente, justo sale esa charla importante y me la perdí. Pero los amo, les debo mucho.
En nuestra última charla contabas que la llegada a Chill Mafia te alejó un poco de desarrollar más tu faceta como productor. ¿Has vuelto a indagar ahí?
Sí, pero ya lo hago más como boceto. Me está gustando mucho desarrollar la idea, pintar el concepto a lápiz, perfilarlo, colorear y dedicarle tiempo, a un nivel más dándole a cada uno su trabajo. Pruebo diferentes metales, es decir, el color de tu voz.
El proyecto de Guerra Mundial lo desarrolla en gran medida Mr. Worth. No sabemos mucho de él, ¿nos cuentas?
Es nuevo en el público. Cuando lo conocí era un tío de estos con el Instagram oscuro, con fotos que te repelen como consumidor. No estaba aún listo para presentarse en sociedad, aunque es músico desde bebé, por eso no habías oído de él, pero creo que lo vas a ver hasta en la sopa.
¿Crees que en ocasiones la gente te tiene más en cuenta por tu forma de ser que por tu música? Es decir, ¿te sientes en cierta parte supeditado a hacer el tonto en ciertas ocasiones porque el público te lo pide o fluyes?
Sí, es obvio, me siento supeditado pero no abrumado. Con mi personalidad le tiró la red a mil, cien se ríen conmigo y diez se quedan como consumidores de mi música. A mí me gusta también, no siento que el meme me coma, yo juego con él, me siento a gusto. Sé que hay gente que lo ha conseguido sin mostrar su personalidad como Dellafuente, pero yo tengo una personalidad magnética y un don de gentes y no me pide el cuerpo no aprovecharlo. Si yo tuviera unos abdominales increíbles saldría siempre sin camisa. Luego hay gente que me sigue por mi imagen, porque estoy bueno, y luego otra que encontraría mi música como algo bueno. Hay que tener un reclamo, si no, va a tener que ser el sello.
¿Te refieres a las majors verdad?
Claro, es que no es tuyo lo que grabas, les debes tu éxito a ellos. Yo a mi equipo se lo debo todo pero ellos también. A no ser que seas enorme, les debes todo a tu éxito. Con los sellos pequeños es más una simbiosis y no una herramienta, pero no tengo problemas con la gente que está en majors, todo lo contrario.
Natalia Álvarez, directora del centro cultural Condeduque, dijo que eras el Benito Pérez Galdós de nuestro tiempo. ¿Qué piensas de esa declaración? ¿Crees que te pareces?
Yo no sabia quién era él pero me han hablado muy bien. Dicen que era consciente de su época y yo también escribo la mía, haciendo POVs (puntos de vista) de panaderos o diferentes roles. No sé mucho de él pero si lo han comparado conmigo será que es un fiera.