Chill Mafia lo deja. Mientras esta es una noticia que en el resto del estado puede afectar en mayor o menor medida, a nivel particular, y dependiendo de lo mucho que te gusten los de Mendillorri, en Navarra y Euskadi tiene otro sentido: uno colectivo porque, lo siento en el alma, solo siendo de aquí una es capaz de entender el fenómeno. Chill Mafia lo deja y esta no es una reseña objetiva, ni lo pretende, pero, de nuevo, ¿cuál lo es?
“Hitz bitan esateko, lehengo euskal-musika oiñarri hartuaz, euskal-musika berria egitea duk / Para decirlo en dos palabras, tomar la antigua música vasca, para hacer música vasca nueva”. Esto fue lo que Julen Lekuona respondió en 1967 cuando un periodista de Zeruko Argia, una de las primeras publicaciones escritas íntegramente en euskera, le preguntaba por cuál era el objetivo principal del colectivo artístico-musical Ez Dok Amairu. Lekuona, junto con otros miembros que influyeron de manera decisiva en la música de Euskadi y Navarra en los años posteriores como, por ejemplo, Mikel Laboa, Benito Lertxundi y Xabier Lete, formaron parte de lo que se conoció como Euskal Kantagintza Berria o también Nueva Canción Vasca.
Sin ponerme estupenda ni dar una clase de historia (vosotrxs os lo perdéis), es importante saber que el movimiento estuvo vigente de 1961 a 1980, momento en el que irrumpe el Rock Radical Vasco, y que se centró en el folk como género de preferencia, aunque sin obviar otros estilos como el tango o la rumba, que solo llegaban a Euskadi en castellano y no en euskera. Por favor, decidme que vais pillando por donde voy. Chill Mafia irrumpe en la escena, primero local y, después, estatal, con la canción Gazte arruntaren koplak, una versión del mencionado Xabier Lete. Es más, no es la primera vez que los miembros del grupo, en especial Kiliki y Flako, han hablado de su gusto por la música más tradicional en euskera.
Chill Mafia hace urbano, pero curiosamente un urbano alejado de la urbe, un urbano que reivindica lo rural como algo moderno. Las referencias están ahí: Kiliki diciendo “te falta baserri” en Marmitako x Punki Reggae Party en alusión a los caseríos típicos de la zona, el haber puesto de moda la marca deportiva de Arrasate, Astore, o que lo primero que aparece en la bio de instagram de Flakofonki sea “1st place un Medillorriko Mus Txapelketa” (“primer puesto en la competición de mus de Mendillorri”). Todo esto lo digo porque dentro del País Vasco hay una gran parte que aborrece a Chill Mafia, un sector arcaico e inmóvil que aboga por la cultura en euskera pero que rechaza de golpe un proyecto que ha conseguido sonar a nivel estatal cantando en nuestro idioma. Un proyecto con el que, como ya hicieron aquellos artistas de la Euskal Kantagintza Berria, han rescatado temas antiguos para hacer nueva música vasca. La gente joven escuchando canciones de los 70, decidme si eso no es revisitación y modernización cultural.
Los navarros funcionan como puerta de entrada y salida a la música vasca en un momento en el que, después del desfase y probablemente desfasado Rock Radical Vasco, no hay mucho más. O sí, pero sin un gran reconocimiento fuera de nuestras fronteras. Hacen estallar una nueva escena musical en el País Vasco y sin ellos, hoy en día, lo urbano no habría alcanzado la dimensión que tiene en el territorio, mucho menos tomarse como una música igualmente euskaldun, con sello Eusko Label, si lo preferís. Peleádmelo, no me importa.
Ahora, tres años después, deciden dejar las armas, disolverse como colectivo, pero sin dejar de hacer música por separado. Han publicado para ello Agur eta ohore X Allá va la despedida, una mixtape de nueve temas que remata su trayectoria y que subraya la importancia que la ‘chillma’ le da al folklore, a la tradición y también a hacer lo que les sale del coño. Quiero decir, “Agur eta ohore” es algo que se les decía a los etarras cuando fallecían o los mataban en plena acción: una despedida, “agur”, y un homenaje, “ohore” (“honor”). Aquí el título del disco va seguido del tema La del perro, en la que Flako canta cosas como “Pa’ que salga el sol de nuevo / Quiero ver policías muertos” sobre una producción de Mattin que quiere parecerse a aquellos temas populares que cantaban las ‘cuadrillas’ en fiestas.
¿Hablamos más de contrastes? Han versionado a Gontzal Mendibil, otro importante cantautor vasco, en Merezi ote, trayéndolo al presente pero manteniendo la letra original. No es la única vuelta al pasado que hacen los navarros. Ídolo caído es el particular homenaje que le hacen a Brigada Criminal, un grupo nacido en 1999 en Lazkao (Gipuzkoa) que, como ellos, publicaron dos álbumes antes de disolverse. Lo cual levanta dos preguntas: ¿por qué decidieron meter un tema sobre saber retirarse a tiempo antes de quedar en ridículo ante el público y otros compañeros de profesión? “La masa ya dejó de estar a tus pies y ahora a los pies de la masa estás”. ¿Tiene algo que decir sobre la situación interna que ha vivido el grupo durante este último tiempo?
El resto de canciones que completan el trabajo señalan la versatilidad, cuando no el ingenio, de abordar registros musicales dispares con un nexo común: el humor y el saber hacer. Así, tenemos las ya publicadas Puta ripagaña y Mus corrido, a las que se suman la cumbia de Speederman con Mikel Jara, diseñador de la portada del LP, describiendo la noche y sus criaturas, el pop-punk de Animal Crossing y el rap-trap-electrónica-folk (buen día para ser periodista musical) de Hombre clavo junto a Nerve Agent, que avecina pogo infernal. Agur Eta Ohore X Allá Va La Despedida no alcanza la dimensión, ni la repercusión, de Ezorregatik X Berpizkundea, pero sigue siendo un buen trabajo. Me da la impresión de que en unos años compararemos la importancia de su primer álbum con la que tuvo Anti todo de Eskorbuto e Inadaptados de Cicatriz. Como dijo Kiliki en 2 Esku 2 Laban de Hofe x 4:40: “Soy como Iosu / Ya me amaréis cuando muera mañana”.
Voy a acabar citando una frase de Txintxo porque creo que no solo resume la esencia de este artículo a la perfección, sino también la de Chill Mafia: “Somos pan de pueblo / Vosotros sois pan bimbo”. Agur, familia, betira arte.
Track favorito: Merezi Ote