Glamour, brillantes, lentejuelas, rosa, tacones, música disco, ropa de diseñador, Fiat 500 y misoginia. Todo esto solo nos puede llevar a una cosa: el tan esperado estreno de la película que salvó a una compañía a base de licencias comerciales. O así lo estudiarán los futuros estudiantes de marketing.
A partir de 2014, la empresa norteamericana inventora de la famosa muñeca comenzaba a declinar en su facturación. Es por eso que Mattel comienza el desarrollo de la película Barbie ese mismo año, aunque aún existirían múltiples cambios en producción, desarrollo y elección de casting hasta que el film comenzase a ser rodado en 2022.
Si has salido a la calle durante los últimos meses, te habrás dado cuenta de la efectividad del marketing de la película. No solo en las ciudades grandes o típicos destinos internacionales; aunque vivas como provinciana en el pueblo más alejado, al menos ha llegado un vasito rosa, un cuenco de palomitas decorado o ropa de la película en tu Primark más cercano. Según Variety, Warner Bros gastó ciento cincuenta millones de dólares en el marketing de Barbie. La clave del éxito promocional se debe a las licencias comerciales, que estuvieron disponibles para todas las grandes compañías dos años antes de su estreno.
Un buen marketing no solo se ve, también se escucha. A Barbie le hacían falta los mismos toques sonoros característicos que podría tener otra superfranquicia como Misión imposible. Para representar todo el glamour (y los demás sustantivos nombrados al inicio del texto), llaman ni más ni menos que al hombre disco de nuestra época por excelencia, Mark Ronson. Barbie The Album es el nombre oficial que recibe el soundtrack de la película, con un lead single protagonizado por Dua Lipa llamado Dance The Night.
El éxito que está siendo en plataformas digitales demuestra la mayor contradicción y clave, que ha resultado ser el santo grial para el equipo de promoción de la película: mientras que el film es otro llamado más a la nostalgia boomer, típico de estos años, la publicidad en la calle está más dirigida los públicos millenial y Z, uniendo así las dos generaciones y haciendo lo que mejor sabe hacer Barbie: representar la época que le toca sin aportar ni una queja ni una solución más a sus estándares.
La película comienza con Pink, de Lizzo, una mezcla de funk pop y R&B que le queda especialmente bien y que también recuerda a su anterior álbum, Special. Interpolada se encuentra la ya mencionada Dance The Night, el éxito de Dua Lipa que, aunque devuelve a la artista a su anterior disco y etapa artística, a nadie la ha parecido importar. (Hablo también por una servidora, que estaría encantada con un Future Nostalgia volumen 2). Para captar la esencia de la generación actual habían dos cosas que no podían faltar, quitando el revival disco: el reggeatón y el K-pop. Watiti de Karol G y Aldo Ranks no solo le aporta el ritmo latino perfecto a la escena en la que Barbie y Ken patinan por Los Ángeles, también samplea Asesina, de La Factoría; un éxito que solo podía producir Ovy On The Drums y su tan aclamada cultura del reggeatón. Home, por su parte, la canción pop-sintética del grupo Haim, no aparece en la película, y aun así acumula casi cinco millones de streams actualmente.
Al igual que el casting de la película, los componentes de Barbie The Album fueron estudiados milimétricamente, aún así, no podemos olvidar el despropósito que fue darle a Tame Impala un mísero interludio como es Journey To The Real World, que permitió a todas esas chicas modernas señalar la pantalla cuando la escucharon en el cine y gritar, ¡es Tame Impala! El PC music no podía olvidarse en esta fotografía de la sociedad contemporánea que hace Barbie the Album. Por ello, también aparecen PinkPantheress y Charlie XCX. Además de otros referentes más cercanos a lo urbano como Khalid o The Kid Laroi.
Al soundtrack de Barbie no le podían faltar toques gays, y quien mejor que Sam Smith para aportarlos con la infravaloradísima Man I Am. A estos toques homoeróticos que han precedido siempre al muñeco de Ken se quiso unir Ryan Gosling, que aporta el toque masculino al soundtrack con su glamrock al más puro estilo Bon Jovi, I’m Just Ken. Canción que, curiosamente, resulta ser la favorita de la mayoría del público masculino. Curiosamente.
Finalmente, el tan esperado Barbie Girl de Aqua aparece sampleado en un drill que ocupa los créditos finales de la película, protagonizado por Ice Spice y Nicki Minaj, nada menos. A pesar de este tan acertado acercamiento con lo actual, sí se echó de menos las melodías burlonas e irónicas del éxito de Aqua. El motivo de su ausencia puede ser la demanda que Aqua sostuvo con Mattel hace unos años, misma que dejó a la empresa de juguetes bastante frustrada, ya que sus intentos por intentar censurar en ese entonces a la canción fueron en vano. O por el contrario, que Greta Gerwig, directora de este ya clásico contemporáneo, no quisese darle a la película este tono satírico y casi insultante a la muñeca.
En todo caso, ahora sabemos que la empresa está dispuesta a reírse de sí misma e invertir todo lo que sea necesario para que hacer que sus productos triunfen. Se ha rumoreado incluso un próximo filme con el juego Uno como protagonista. Estaremos esperando para escuchar a Gloosito ft BB Trickz en el drill protagonista de la canción Chúpate 4.
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