Cuando empiezas una carrera musical siendo adolescente, lo normal es que mutes, incluso más de una vez, y con el tiempo quizás puedas distinguir distintas etapas. Walls empezó con el rap y luego hizo un cambio repentino hacia el pop-rock, donde empezamos a ver una versión más parecida a la que nos muestra en su último disco, Luna 18, que acaba de estrenar. Ahora es punky y su sonido es más oscuro, así como también sus letras. ¿Por qué este cambio de estilo? Que nos lo cuente él, mejor.
Hace una semana salía el álbum. El jueves se hizo la fiesta de presentación y, pese a ello, él mismo nos cuenta que no pudo desfasar mucho porque sabía que al día siguiente tenía que atendernos a los medios, hecho que sentimos y agradecemos por igual. Con lo que le gusta la vida de rockstar, es una pena que la industria no le permita llevarla. Pero la esencia la vemos, tanto en su ropa y su apariencia como en su forma de afrontar la vida: haciendo lo que le da la gana siempre que sea posible.
Si te parece empezamos.
Dale, perfecto. ¿Tienes una cami del Barça, puede ser?
¡Sí! La de la final en Wembley.
Ya ves, la de Koeman (risas). Es que estoy aquí con mi novia y se parte porque hablo de todo menos de curro.
(Risas) Pues vamos al curro. Esto se publicará más tarde pero ahora mismo hace solo once horas que ha salido tu disco, Luna 18. Primero, ¿cómo te sientes? Y, ¿qué tal está siendo el primer feedback? El de tus seguidores más fieles.
El primer feedback ha sido muy, muy positivo. Creo que es un disco que va a ganar en el tiempo, cuando lo presentemos en directo. Hay algunas canciones que no tienen ese ingrediente que tenían anteriores hits que estaban más pensados para ser singles, pero de momento está gustando. No recuerdo como fue el feedback de Los niños del parque, entonces no sabría qué decirte en comparativa. Y como me siento, pues muy bien, con muchas ganas de trabajar porque creo que la parte más complicada viene ahora.
Empezaste a sacar música siendo muy joven y desde entonces has vivido muchos cambios. ¿En qué etapa estás ahora?
Como dice mi madre: en la que toca. En la que quiero estar, gracias a Dios, en la que me siento a gusto conmigo mismo y en la que toca. Soy una persona que se deja guiar mucho por los cambios de manera orgánica, me escucho a mí mismo y me hago caso, por eso no tengo ningún tipo de reparo en tomar las decisiones o los pasos que doy. No sabría decirte más, estoy en la etapa de Luna 18, ya está.
Desde la promo de Luna 18, con los adelantos A mi lao, Echao’ a perder, Una noche más y Quédate, mi corazón, te vemos muy punky. Lo vemos tanto en tu look y expresión como en las letras y la música. ¿Dirías que has encontrado tu estilo?
Para esta etapa vital, sí. No es solo que me sienta a gusto sacando el disco que he sacado, o vistiendo la ropa que visto, que ya te digo que no considero que haya inventado nada ni que sea algo absolutamente rompedor. A lo mejor se sale un poco de la línea común, pero no soy Bowie, vaya. Lo que decía, en este momento vital sí que me he encontrado, ya no solo porque me siento a gusto con el disco que he sacado, sino porque me siento preparado para defenderlo. Se dice por ahí que el rock ‘n’ roll es actitud y yo creo que la moda y el vestir también, por eso hay prendas que a unos les quedan bien y a otros mal, por la actitud con la que la llevan. Yo me siento a gusto conmigo mismo y me siento preparado también para defender tanto musicalmente como estéticamente este disco. ¿Que a lo mejor hay gente a la que no le gusta? Puede ser, pero yo no me sentiré un impostor cuando lo esté tocando en directo. O ahora mismo hablando contigo.
El género musical sigue siendo pop-rock, que es lo que te ha llevado a conectar con tu público actual, pero también vas probando sonidos rockeros más auténticos, pienso por ejemplo en la guitarra de Nápoles o en Malavida. Supongo que lo habréis maquinado junto a Pablo Rouss, ¿qué queríais conseguir musicalmente con este álbum?
Esto me está causando bastante controversia en las entrevistas. Si tuviera que definir mi disco con un género diría rock. Pero me parece que tiene más elementos de lo urbano que del pop, con lo cual, si tuviese que ponerle un nombre, sería rock urbano. Que, bueno, no existe (risas). Pero me gustaría que existiera. Si este disco lo escucha una persona que sabe de rock y que ha escuchado bandas de rock toda su vida, probablemente no lo considerará del género. Lo considerará demasiado blando o que no tiene los elementos como para ser rock.
Eso en parte me parece bien, pero por otra parte me sirve a mí para darme cuenta de que he conseguido lo que quería, que era hacer canciones, como tú has dicho, con riffs super rockeros, pero con baterías electrónicas, con sintes, con cosas que a lo mejor pueden servir para que este género que lo asociamos a algo antiguo cale mejor en la gente joven.
¿Por qué crees que el rock no funciona tanto con la gente joven?
Creo que una de las razones es que las emisoras de radio y las personas encargadas de distribuir el rock lo hacen tan nicho que te enseñan canciones de hace treinta años. Que a mí me flipan, pero es normal que quizás una persona de dieciocho años no termine de empatizar, porque es otra generación. Eso no significa que la canción sea mala ni muchísimo menos, ni que esa persona sea una inculta. Yo he intentado hacer un disco de rock con elementos modernos para empatizar con la gente. Y también, si algún rockero me escucha, yo no quiero meterle ninguna pedrada al género ni nada, he intentado respetarlo lo máximo posible.
Para aclararlo, has categorizado este disco de rock urbano o rock modernizado, entonces, ¿en qué queda Los niños del parque?
Los niños del parque es pop-rock. O eso, o pop-urbano. Es que la palabra ‘urbano’ se puede meter en todos lados (risas). Lo meto porque decir que mi disco es de rock me parece demasiado pretencioso; si digo que es de pop-rock me parece que tampoco es así, porque los acordes y los riffs son mucho más oscuros. Entonces meto lo urbano para no decir rock moderno, porque si digo moderno parece que le estoy faltando el respeto al rock clásico. Yo sé que hay canciones como Quédate, mi corazón que evidentemente no son rock, pero tampoco podía hacerlas todas así.
Tienes un fandom, responsable de casi agotar las entradas de cuatro fechas en la Sala Paqui de Madrid antes de que salga el disco, entre el que hay sobre todo gente joven y muchxs adolescentes. Tus letras están empezando a ser más duras; Paralelas o el feat con Costa, En los huesos, son un ejemplo. ¿Hasta qué punto pega lo que estás haciendo ahora con ellos?
Entiendo lo que quieres decir. Es verdad que este disco es bastante más maduro y oscuro que el anterior, tanto a nivel de letras como de producción, y sí, si nos centramos en las letras, trato temas que no había tratado en otros proyectos. Pero eso lo hice también porque veía que en mi público estaba habiendo una evolución, cada vez la media de edad se va haciendo mayor y no es porque se vaya gente y entre otra.
A veces voy a un concierto o a alguna campaña de promoción y hay algunos fans que ya conozco, tío. Sé quienes son y los he visto crecer. Una vez me emocioné un poco porque una chavala me paró y me pidió una foto y dije: acho, ¡se ha hecho mayor! Estoy viendo que de mi público que a lo mejor me seguía cuando estaban en primero de bachiller, ahora hay algunos que están en segundo o tercera de carrera, y siguen allí. Por eso intenté crecer con mi público. Siento que si me hubiese quedado haciendo la misma movida, igual me hubiera quedado allí. De todas formas, como soy muy joven tengo la oportunidad de poder cambiar, volver a lo de antes, o lo que quiera.
¿Y estarías dispuesto a perder ese público a cambio de evolucionar musicalmente y hacer la música que te apetece?
Es que mucho tendría que evolucionar yo para perder mi público. Tendría que ponerme a hacer, qué sé yo, folklore irlandés o algo así. De mis fans de toda la vida la crítica está siendo muy positiva. Y creo que tampoco ha sido un cambio tan agresivo como parece. Poniéndonos en el supuesto de lo que tú has dicho, yo soy partidario de que en el 99% de los casos el artista tiene que hacer lo que quiera. Yo siempre hago lo que quiero, me comporto como quiero y hago lo que me da la gana, pero hay una parte de mí que también me dice que al fan hay que cuidarlo. ¿Quiere decir eso que yo vaya a cambiar mi música si los fans me lo piden? No, pero sí que significa que yo tengo que escuchar al fan. Y yo lo escucho y tengo en cuenta lo que dice, también tomo mis decisiones con esa movida en la cabeza. No hago lo que hago porque ellos me lo pidan, pero sí que los tengo en cuenta.
Las colaboraciones que hay en el disco son estilos muy distintos entre sí, ¿cómo visteis que encajaban con vuestra idea?
Siempre que sacas colaboraciones tienes que estar contento con ellas, y en este caso ha sido así. Porque querían meter un trapero y metí a Costa, que me parece la mayor leyenda y el mayor punky que existe. Conseguí hacer una canción con Evlay, que para mí es el mejor productor de Argentina; con Leo Rizzi llevábamos hablando de hacer un tema un montón, y Bruses me parece la hostia. Y tío, a mí lo que me mola de los discos es que igual que las canciones tienen que mantener un sonido, las colaboraciones pueden ser cada una de géneros diferentes. Los artistas, quiero decir. Si estas colaboraciones hubiesen hecho cada una una canción de su género en mi disco, pues no hubiese quedado bien. Pero como todos me han apoyado y han intentado meterse en mi movida musical, al final ha quedado guay, y eso es lo que le da variedad al álbum.
Ahora siguiendo con las letras, Echao’ a perder personalmente es mi favorita. Es una oda a la vida de rockstar, una vida que te tiene enamorado con sus pros y sus contras. ¿Sientes que refleja tu realidad o que cada vez te estás acercando más a este estilo de vida?
Bueno, yo desde que esta mujer apareció en mi vida estoy cada vez menos rockstar y me toca un poco los huevos (risas). No, no, es broma. Sí creo que refleja mi estilo de vida, pero no hay nada peor que me pueda pasar como artista que tener ese síndrome del impostor, o sentir cuando bajo del escenario que lo que he hecho es mentira. He tenido la suerte de que todo lo que he escrito a lo largo de mi vida ha ido acorde a mi momento vital, precisamente por eso, si Luna 18 es un disco más oscuro que Los niños es porque mi vida se ha hecho más oscura (sin entrar aquí en plan modo sad boy). Es verdad que lo que cuento en las canciones lo vivo de una forma u otra, y me siento bien con ello porque estoy siendo fiel a mí mismo.
Junto a la vida de noche vienen los altibajos y las malas gestiones en temas emocionales, entre otras cosas. Dentro de esa inestabilidad que reflejas, ¿cómo estás tú? ¿Realmente lo vives así?
Últimamente estoy feliz, contento y con muchas ganas de afrontarlo todo. Pero al mismo tiempo estoy en mi momento de máximo nerviosismo y de estar ansioso de mi vida. No sé por qué, llevo un tiempo durmiendo raro también. Pero bueno, estoy bien, ilusionado, y quiero pensar que ahora que ha salido el disco y lo podemos trabajar bajo un feedback de la gente y tal, ese nerviosismo se va a ir. Espero, no quiero empezar a tomar Valeriana ni polladas de esas.
(Risas) Esto quizás también tiene que ver con lo personal, por lo que vienes diciendo que siempre haces lo que te nace. Pero en lo artístico, ¿crees que este cambio de esencia o esta nueva imagen es definitiva?
No, qué va. A lo mejor dentro del tiempo sí, pero que yo ahora esté pensando que esto es un cambio definitivo, qué va. Soy una persona que se deja guiar por sus emociones al momento, que en lo artístico se escucha mucho a sí mismo y tío, yo me imagino a mí mismo con inquietudes y con ganas de probar nuevas cosas. La única reflexión que llevo tomando últimamente más en frío respecto a mi proyecto es, Ginés, ¿de esto que vas a hacer ahora, te vas a sentir orgulloso aunque no lo compartas de aquí dos o tres años? Los niños del parque es un disco que no haría ahora pero me siento orgulloso de él aunque ahora no sea la persona que era cuando lo hice. Con Luna me pasa lo mismo, yo sé que voy a estar orgulloso de él en dos o tres años.
Ya que has sacado el tema del futuro, ¿qué podemos esperar de Walls en el futuro? ¿Tienes en mente alguna cosa que vayas a hacer?
De momento, sé que por desgracia me voy a tener que meter al estudio dentro de poco porque la industria lo pide así, sacas un disco y ya te están trillando la cabeza con otras cosas. Que es lo que hay y no pasa nada, ya sabes que esto funciona así. Pero de momento, antes de meterme al estudio, me gustaría disfrutar de este álbum. También quiero hacer los conciertos, ir a muchos festivales y tocar el disco por todos lados. De eso tengo muchas ganas.
Tema directo, supongo que tienes pensado hacer una gira con el álbum, y también has dicho tocar en festis.
He hablado cronológicamente un poco. Ahora tengo las fechas de marzo en Madrid, y en abril y mayo ya tengo algún que otro festival. Tampoco me quiero meter yo en mayo en una sala con el sol ahí radiante. Entonces lo que viene después son los festivales, que sí que es verdad que me gustaría tocar en un montón. Y en septiembre empezar una gira, sería la hostia.
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