La música electrónica está en todas partes y en los últimos carteles de festivales, como por ejemplo, el del Primavera Sound, no puede faltar el trío mostoleño VVV [Trippin’you]. Se han convertido en una fuerza disruptiva dentro del género y van con una propuesta provocadora y sin concesiones. Mezclar la energía cruda con la extravagancia da como resultado Mecharadio.
Sabíamos que estaban tramando algo después de escuchar Dos gusanos y Urusai, pero este quinto álbum (octavo si contamos los remixes), confirma la sospecha: han dado con una fórmula adictiva y peligrosa. El tema que da nombre al disco, Mecharadio, no se anda con rodeos, explota desde el primer segundo, te lanza la cabeza al caos y te inocula una ansiedad eléctrica, esa sensación de tener que correr aunque no sepas hacia dónde. Es el tipo de apertura perfecto para un disco lleno de contrastes.
El tema que le sigue es Gigamuerte. El indicado para quienes no soportan la tralla pero tampoco tragan el reggaetón. Es algo oscuro y la letra se pierde entre capas de efectos y distorsión. Es un equilibrio entre amenaza y trance, y se cuela fácilmente en el top tres del disco, si es que aún tiene sentido intentar hacer un ranking. De este tema saltamos a los dos singles que hemos podido gozar este año, esos que nos han abierto el apetito y nos han dejado con ganas de más. La espera vale la pena si la acompañan Dos gusanos y Urusai.
El quinto track tiene un nombre curioso, Traje de rayas beige, que tiene la misma energía que Gigamuerte. Pero lo sorprendente llega con Aki Kaurismäki, el tema que parte el disco en dos y con el que se permiten el lujo de frenar. Es algo casi celestial, más melódico, una suspensión del ruido, una especie de respiro que te obliga a parar el pulso. También es verdad que es el único parón del disco porque lo que sigue ya va cuesta abajo sin frenos. En Termita la voz empieza a ganar terreno: por fin se entiende más la letra, aunque los efectos nunca desaparecen del todo. Funciona como una transición, el punto en el que el ruido empieza a dejar espacio a la intención. Hay algo en él que suena a intento de comunicación, a querer ser comprendido.
Sueños de acero y aceite, Mao enamorado pilotando un mecha y Furia cigarro siguen la sintonía que caracteriza el álbum. La misma prisa y urgencia que había al principio se traslada casi hasta el final. Y decimos “casi” porque la guinda del pastel es Zafiro. Aquí no hay margen de error: la voz se vuelve clara, tan clara que dice así: “Aunque a veces la rabia que llevo dentro me impide ver todo el amor que puedo dar”. No sabíamos que Mecharadio podía ser tan deep. La letra continúa: “Un zafiro negro azabache con el que te construiré una vida brutal, donde no eches de menos la fe”.
Mecharadio es un disco que se va construyendo. VVV [Trippin’you] han sabido mantener la intensidad de principio a fin. Cada elemento está estudiado para que el resultado final no pueda ser otro que este. Un álbum que rompe con la idea preconcebida que teníamos de la música electrónica y de la banda, incluso. Nos quitamos el sombrero y solo podemos seguir aplaudiendo, como lo hemos estado haciendo hasta ahora.
Track favorito: Gigamuerte.