Hace cuatro años desde que Valèria empezó a dar forma a Ven’nus durante el confinamiento. Transformando sus propios poemas en canciones, la propuesta ha ido consolidándose casi de manera orgánica, siempre haciendo hincapié en la palabra, en la narrativa, en la atmósfera. Tras El naixement y Bocaterrosa, ahora lanza su nuevo single, Carmen se fue, una canción que construye a partir de una amistad a distancia, en ese lugar tan suyo donde lo íntimo se cruza con lo colectivo, el humor con el drama y la experiencia personal con una lectura más amplia del contexto generacional.
Tras pasar por escenarios como Primavera Sound y colaborar con artistas como Mushkaa, su proyecto ha ido creciendo desde un lugar muy autoral, combinando canción y pensamiento, que culminará el próximo 6 de marzo de 2026 en La 2 de Apolo, con un directo planteado como un viaje conceptual y colectivo.
¡Hola, Ven’nus! Primera vez en ACERO. ¿Podrías presentarte para quien no te conozca?
Soy Valèria, tengo veinticinco años y hace unos cuatro que me lancé al vacío con Ven’nus. Es un  proyecto donde mezclo música y pensamiento, canciones y preguntas. Canto en catalán y  trabajo desde un lugar muy personal pero siempre intentando que lo íntimo dialogue con lo  colectivo.
Empezaste a componer durante el confinamiento, transformando poemas en canciones. ¿Cómo crees que ese inicio marcó tu forma de entender la música?
Empezar así hizo que la música naciera como una necesidad más que como una ambición. Venía de escribir poesía, y convertirla en canción fue una forma de acompañarme. Creo que por eso todavía hoy escribo desde un lugar muy textual, muy atento a la palabra y al silencio. En aquel momento estaba estudiando cine y pasé de aprender a dirigir con guiones, a dirigir desde melodías y conceptos. Pero siempre en constante diálogo con lo creativo como gafas (aka salvación) para ver el mundo.
Acabas de lanzar tu nuevo single, Carmen se fue. Tu música ha evolucionado desde El naixement hasta Bocaterrosa. ¿Hacia dónde crees que estás  yendo?
Voy hacia un lugar más narrativo y más consciente. Antes todo era muy visceral, sigo siendo emocional pero también más política, más atenta al contexto. Me interesa contar historias que no sean solo mías, sino compartidas. También estoy cada vez más conectada con cada parte del proceso, ya que ahora produzco mucho más mi música que antes.
“Asumir el control puede imponer, pero soltar implica aceptar el vacío, confiar en que algo se recolocará sin saber muy bien cómo.”
Carmen se fue nace de una amistad sostenida a distancia. ¿En qué momento te diste cuenta de  que esa relación era una historia que pedía ser canción?
Creo que me di cuenta cuando entendí que Carmen no era solo una amiga, sino casi un arquetipo. Es una persona humorística, alocada, muy luminosa, que lucha desde la precariedad para poder dedicarse a la música como trompetista. Nuestra amistad, sostenida a distancia, estaba llena de audios, de risas, de cansancio y de resistencia. En ese contraste, entre la ligereza con la que ella enfrenta la vida y la dureza real de las condiciones en las que intenta crear, vi una historia que merecía ser cantada. Carmen se fue nace de ahí: de celebrar esa forma valiente y un poco caótica de seguir apostando por la música, incluso cuando todo parece ir en contra.
Dices que es una pieza dramática, también para enfrentar la vida con humor. ¿Cómo conviven en ti esas dos fuerzas cuando escribes? ¿Es diferente a cómo lo sientes tú como persona?
Conviven de forma muy natural. El drama a veces es real y otras, relativo, pero el humor es siempre supervivencia. Como persona a veces me cuesta más relativizar; como artista puedo permitirme mirar las cosas con un poco más de distancia y jugar con ellas. Al inicio del proyecto siempre hacía mil juegos de palabras a la hora de escoger títulos y de componer. El juego como género literario xd.
¿Cuál crees que es la canción que mejor define esa sensación?
Probablemente Carmen se fue, pero también qui s’enamori perd. Son canciones donde hay herida pero también ironía. “Les boques tortes de matinada s’entreguen totes per un perfum que els transporta sempre a algú altre però que ara els queda tan lluny”. Es una frase triste pero dicha así es casi irónica. La imagen da pena y risa a la vez, es compatible, creo que lo convierte en ternura y la gente empatiza más. O eso creo, por lo que a veces me dicen (risas).
También hablas mucho del desplazamiento, de empezar de cero, de sostenerse lejos de casa. ¿Sientes que estás en un tránsito constante?
Sí, totalmente. Me he mudado cinco veces en cinco años, tanto de ciudad como de pueblo. Supongo que esa adaptación constante al cambio es también un motor creativo y una forma muy ‘contemporánea’ (por no decir precaria) de enfocar globalmente la juventud.
¿Qué da más vértigo, soltar o asumir el control?
Soltar da más vértigo porque muchas veces no sabes exactamente qué estás soltando ni el lugar que eso ocupa dentro de ti hasta que lo pierdes. Asumir el control puede imponer, pero soltar implica aceptar el vacío, confiar en que algo se recolocará sin saber muy bien cómo. Y eso, para mí, es bastante más aterrador.
Te has formado en dirección cinematográfica e historia del arte. ¿Cómo crees que ha influido esto en tu música?
Para mí, hacer una canción es muy parecido a hacer un cortometraje pero con banda sonora  incluida. La formación en dirección cinematográfica me ha enseñado a pensar las canciones como  relatos: con una estructura, un ritmo interno, una atmósfera y un punto de vista. Me ha ayudado a colectivizarlo y a pedir ayuda. Me ha dado referencias y contexto, la sensación de que cada pieza dialoga con otras obras y otros tiempos. Todo eso hace que no conciba la música solo como sonido, sino como una experiencia visual, narrativa y emocional al mismo tiempo. Es como que tienes el control completo de la pieza.
Has colaborado con artistas como Mushkaa en No existirán. ¿Cómo surge esta canción?
Surge desde una amistad muy honesta en un momento en el que las dos estábamos descubriendo ese amor-odio tan intenso con Barcelona. Yo había escrito una primera parte de la canción, que se llamaba Les vides, y hablaba de la superación que llega cuando aceptas que hay vidas que ya no existirán porque has tomado decisiones que te llevan por otros caminos. Cuando pensé en compartirla con ella, todo tuvo mucho sentido: cantarlo juntas convertía esa idea en algo compartido, casi en una conversación, y hacía la canción más grande y más real.
¿Qué valoras al colaborar con otros artistas?
Que aporten su visión, su manera de hacer, su mirada sobre las cosas. Entender cómo ven el mundo. También me gusta ver de qué manera apuntan sus letras, sus tempos, sus manías. Es divertido ver que tantos cerebros distintos terminan siempre en formato .wav.
¿Cómo crees que influye esto en tus propios proyectos?
Me recoloca, me hace volver a ver con los ojos muy abiertos todo el rato como para no perderme nada. Querer entenderlo y bailarlo. Y salir a celebrarlo como se pueda :).  
¿Tienes alguna colaboración soñada?
Justin Bieber, Oklou y Brian Eno. Ojalá, pff…
El 6 de marzo tienes una cita muy especial en La 2 de Apolo. ¿Qué nos puedes adelantar del show?
Se viene un buen viajazo. Va a ser mi primer concierto realmente narrativo. Lo estoy viviendo y preparando con muchísima alma, me ha pillado en un momento muy high energy y lo estoy poniendo todo aquí. Es un show muy colectivo también: lo estoy construyendo junto a amigas que la vida me ha ido poniendo delante y al lado en este camino tan frágil y tan intenso. Siento que será un concierto muy honesto, muy cuidado y muy agradecido. Hemos añadido instrumentos con respecto a la gira anterior que creo que le suman mucho.
Después de participar en festivales como el Primavera Sound, ¿cómo adaptas tu propuesta al  directo?
Intento no perder la intimidad, ni el concepto viaje, ni el humor aunque el espacio sea grande. Me interesa que el directo siga siendo un lugar de conexión real.
Y, por último, ¿cuál es tu deseo para 2026?
Como dijo Oriol Pla: “L’èxit és dormir tranquil i aixecar-se de bon humor”, y yo creo que esto dicho y vivir de la música desde el cambio y evolución lo sería todo. Que vaya genial la gira y no perder a nadie de mi entorno y tener mucha salud a nivel personal y (sobre todo ahora) a nivel mundial, ¡wish it!
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