Frenar el piloto automático y revolver en el pasado a priori no es tarea sencilla, pero hoy es tu día de suerte (y mira que no has pujado todavía). Y es que vangoura ha plasmado esos pensamientos más crudos a la perfección en su reciente álbum, sangre y sal. Desde el retórico anhelo por encontrarse a uno mismo, el dúo madrileño reafirma su más pura esencia jugando con guitarras noventeras y la propia nostalgia de toda una generación por los 2000. Conocíamos de antemano el dominio del romanticismo, pero la destreza con la que han reflejado su mundo interior es, ciertamente, muy cautivadora. Para nosotros era una parada obligatoria, así que nos hemos ido de charla con ellos para conocer más sobre sus procesos, las rupturas con el pasado y la bici que no tienes pero querrás tener.
Hola, chicos, ¿cómo estáis?
¡Genial! Con bastante jaleo pero muy felices.
Primera vez por aquí. ¿Queréis presentaros para los lectores?
Somos dos chavales un poco intensos pero sin pasarse.
Felicidades por el álbum, me ha encantado. Para aquellos que aún no lo han escuchado, ¿cómo lo presentaríais?
Seguramente como un disco en el que encontrar referencias a estilos muy distintos pero consiguiendo una mezcla muy personal. Simplificándolo, no deja de ser lo que comúnmente se entiende como indie, pero pensamos que es un álbum con el que puede conectar gente acostumbrada a muchos otros estilos de música.
Sobre la mesa está que este segundo álbum de estudio es mucho más introspectivo. ¿Por qué ahora ese enfoque más crudo y personal?
Porque, en realidad, somos así. En trabajos anteriores sentíamos mucho pudor a mostrar algunas partes de nosotros.
¿Diríais que este álbum es el retrato más presente de vosotros mismos?
Sin ninguna duda, es una radiografía total de los dos. Muchas de nuestras canciones anteriores estaban inspiradas en historias que pasaban a nuestro alrededor, que también es guay y nos gusta situarnos en ese punto… Pero en este caso nos encontrábamos en momentos personales de cambio y de aprender a convivir con las personas en las que hemos ido mutando estos años, así que nos abrimos a expresar todo eso.
En sangre y sal, la canción que da nombre al álbum, decís: “Debo alejarme para poder ver de verdad”. ¿Es importante coger distancia y perspectiva para ver la realidad?
Muchas veces es necesario. Todos hemos sentido ese clic en la cabeza en el que, de pronto, te das cuenta de que estabas avanzando por inercia, con el piloto automático. Tomar esa distancia ayuda a valorar mejor la situación y ser más coherente contigo mismo.
Hablando de introspección, la lucha interna por encontrarse a uno mismo ¿tiene fin? ¿Nos llegamos a encontrar?
Si en algún momento es así, no dura mucho. Estamos en constante evolución y es difícil encontrarse en el mismo lugar a nivel personal durante mucho tiempo. Esto es bonito y a la vez un reto, te obliga a no dejar de buscar si quieres entenderte y mantener una relación sana contigo mismo y con tu entorno.
Entrando en materia, duende fue el primer avance y poco a poco ha ido cogiendo forma. ¿Nos podríais contar un poco sobre la construcción de la identidad y concepto de este álbum?
Queríamos mostrar una imagen algo más nítida de nosotros en la línea de lo que te decíamos sobre las letras. Nos costaba mucho salir en portadas, vídeos, etc., pero con este álbum queríamos ser más transparentes, también en cuanto al concepto artístico. Teníamos referencias muy claras de bandas, programas de televisión, videojuegos o películas de los últimos 90 o primeros 2000. Justo por eso pensamos que la producción de los temas tenía también mucho que ver con ello, así como las letras de algunas de las canciones e intentamos partir de ahí a la hora de acompañar todas las canciones y de diseñar los vídeos y el arte del vinilo.
A nivel sonoro, hay una fuerte apuesta en el juego de sintetizadores y guitarras noventeras, con una instrumentación más cruda y atípica que en pasadas facetas. ¿Cómo ha sido enfocar estos nuevos caminos sonoros?
La clave ha sido que para nosotros no eran tan nuevos, solo tuvimos que buscar en la música que nos hizo querer hacer música en un principio y darle las mismas oportunidades que a la música que escuchamos ahora. Este álbum es un apretón de manos entre nuestros primeros referentes y los actuales.
Lo mejor ha sido sentir la misma confianza que cuando estamos solos. Nosotros no íbamos a descubrir el enorme talento que tienen, estábamos seguros de lo que iban a aportarnos a nivel musical. La conexión entre los cuatro fue mucho más allá de eso y nos permitió hacer el disco todavía más nuestro que si lo hubiéramos hecho solos.
Respecto a los números, que espero que estén en verde ya… (risas). ¡Tremenda colaboración! ¿Cómo surgió el tema números rojos y la conexión con Besmaya?
Sí, sí… (risas). Vamos recuperando al menos para no tener que colarnos en el metro. No, pero sinceramente surgió un poco así, entre risas, porque nos fuimos conociendo en distintos conciertos o sitios en los que coincidíamos antes de que se planteara ninguna colaboración. De hecho, teníamos una estrofa escrita en lugar de la que finalmente escribieron ellos, pero les mandamos el tema y les flipó, así que nos vimos una tarde en el estudio y nació (risas).
Me encanta que saquéis el tema de Besmaya, ha sido la unión perfecta para cualquier fan de la escena española.
Al menos para nosotros así ha sido, nos encantan las colabos en las que puedes ver claramente el sello de cada proyecto y cómo la suma funciona y mejora la canción.
Para los que todavía no hayáis visto el videoclip, ¡corred! Es divertidísimo. Inspirado en una escena de Requiem for a Dream, explicadnos un poco el proceso creativo del videoclip.
La idea inicial surgió entre nosotros con la intención de recrear El precio justo, pero de forma cutre y pujando por objetos de mínimo o nulo valor. Comentamos la idea con Dani Tezla y Stephen Lyne, directores del vídeo, y ellos le dieron una vuelta más, involucrando a una persona que estuviera viendo el programa en su casa pero que se viera envuelta en la propia trama, usando justamente la refe que comentas. La verdad que es el segundo vídeo que hacemos con ellos después del de rachel y ross, y nos gusta mucho el imaginario en el que se mueven, tenemos referencias muy compatibles.
Telmo Trenado, Cris Regatero y Raquel Channel. ¿Cómo fue contar con el trío ganador?
Un regalo, la verdad. Fueron supergenerosos y les estamos muy agradecidos. Y ojo con Telmo, que era el más exigido porque sale durante todo el vídeo y lo clavó. ¡Qué estén atentos los directores de casting (risas)!
“Siento que conmigo soy mucho más duro que con nadie”, expresáis en 0830. Gran parte de esta generación se ha visto reflejada en el síndrome del impostor. ¿Cómo se sale?
Las redes sociales tienen mucho que ver en esto, porque te ‘obligan’ a compararte constantemente con otras personas con las que crees que te puedes comparar cuando, en realidad, cada persona es un mundo y las circunstancias de cada una, prácticamente únicas. Nosotros también lo vivimos, hay días en los que no queremos ni escucharnos, pero nos complementamos muy bien y siempre está uno de los dos para levantar al otro. Cuando mejor nos sentimos y conseguimos valorar sin interferencias lo que hacemos es cuando nos comparamos con nuestra versión de hace uno, dos o cuatro años, y vemos el camino que hemos andado para llegar a sangre y sal.
La pareja idílica, rachel y ross, se ha convertido en todo un himno en los conciertos. Friends, mundo pop, dos miles… ¿Cómo nació la canción?
Pues surgió de cambiarle el final a la serie (risas). Tarareando sobre los acordes del estribillo salió, de repente, “como Rachel y Ross en el aeropuerto, pero siendo el episodio final”. Aparte, yo (Miguel) tenía el recuerdo de que Rachel se montaba en el avión y no se bajaba de él, si no que se acababa la temporada ahí y, ya en la siguiente temporada, regresaba a casa y terminaba volviendo con Ross. Menos mal que Igna se acordaba mejor y me recordó cómo era de verdad, porque nos está regalando momentos increíbles en directo, es una pasada ver a tanta gente conectar así con una canción tuya.
Cotilleando vi que junto al vinilo especial venían algunas tiritas. ¿Es después de ti esa tirita que te quitas de una herida que por fin ha sanado? ¿Por qué es la última del álbum?
Algo así, sí. Este álbum ha sido para nosotros muy revelador a nivel personal, nos ha ayudado a entender algunas cosas que habían cambiado dentro de nosotros y con las que ahora sabemos convivir, así que cerrar con después de ti es casi como decir ‘después de sangre y sal’.
Es evidente que, inicialmente, era una canción de desamor, pero durante el proceso de creación del álbum cogió otro significado para nosotros y pasamos a sentirla como un cierre perfecto para este grupo de canciones que han significado tanto para nosotros.
Es evidente que, inicialmente, era una canción de desamor, pero durante el proceso de creación del álbum cogió otro significado para nosotros y pasamos a sentirla como un cierre perfecto para este grupo de canciones que han significado tanto para nosotros.
Ahora, establecidos en la escena y mirando atrás, ¿cómo definiríais vuestra evolución musical?
Cuando escuchas a vangoura, ahora se ve claramente a Igna y a Miguel. Algo muy significativo es que, hasta este disco, nunca habíamos grabado una guitarra acústica en una canción, lo cual es raro siendo el instrumento que más tenemos entre las manos y la forma en la que nacen muchas de nuestras canciones. Nos hemos dejado ver, hablando desde lo personal y mostrado una parte de lo que somos. Y en lo musical, aunque el sonido sea más orgánico, creo que hemos conseguido situarnos en un lugar en el que nuestras referencias de adolescente y la experimentación de nuevos artistas que admiramos a día de hoy se llevan bien.
Disteis el pistoletazo de salida en la mítica Sala el Sol presentando el disco rodeados de los vuestros. ¿Qué sensaciones os quedan después de empezar por todo lo alto?
¡Fue bestial, nunca habíamos estado tan nerviosos en la vida! La crítica ha sido muy buena y estamos muy contentos, con muchas ganas de presentar el álbum en muchos más sitios.
Primeras confirmaciones en festivales de Madrid y Mallorca. ¿Se viene un verano movidito?
¡Sí! Tenemos Mallorca Live y Festival de los Sentidos de La Roda en junio, y en agosto vamos al Gigante, en Guadalajara. Muchas ganas por probarnos en festis.
Si queréis desvelar alguna sorpresa de los próximos conciertos… ¡es el momento!
No es una sorpresa, pero hemos hecho unas camisetas guapísimas de sangre y sal. Nosotros no las llevamos por no llevar merch de nuestra propia banda, ¡pero ahí está la tentación!
Y antes de despedirnos, ¿hay propuestas ya para la bici rosa?
Yo creo que podemos hacernos el anillo verde de Madrid con ella si... bueno, vamos a dejarlo aquí mejor (risas).