No es novedad que las paredes del Cupra City Garage de Madrid sepan vibrar con la música. Anoche volvieron a hacerlo a lo grande y el groove se apoderó de todo. Era jueves y Teo Lucadamo nos había citado para algo especial: la escucha privada de EDDRB Dance Remixes (o EDDRBDNCRMXS, si eres de escribir rápido), la nueva relectura bailable de su aclamado El dilema del rapero blanco. Lo de anoche no fue un simple showcase: fue una fiesta con todas las letras.
Aunque el disco original vio la luz en marzo, anoche tocaba redescubrirlo con nuevos colores. Teo ha decidido darle una segunda vida a sus propios temas: más club, más suelta, más veraniega. Todo en forma de remixes que no permiten quedarse quieto. Oh oh (Simón), Tengo un amor, Sabes lo que es, Con esta cara con este pelo; todos se dejaron caer en versión bailonga, retorcidos con cariño y con visión, hasta convertir cada pista en una sorpresa reconocible pero nueva.
El ambiente no podía ser más cómodo: buen rollo, caras conocidas y mucha gente coreando canciones que ya se sabían, ahora con beats frescos y arreglos inesperados. Teo consiguió tener una sala entera expectante por descubrir cómo había mutado el próximo. Como es habitual en él, se mostraba cercano, suelto, tirando de carisma sin esfuerzo. Animaba él solo el cotarro, conectando con todo el mundo, haciendo que el público se sintiera dentro.
En cuanto al sonido, EDDRBDNCRMXS viene muy fuerte: house clásico, ghetto house, UK garage, electro, Miami bass, tech house; un cóctel bien agitado que no pierde la esencia retro y minimalista de Teo, pero que suena absolutamente actual. Un homenaje a los grandes como Frankie Knuckles o Partiboi69, pero pasado por su filtro personal, donde el rap rápido, los sampleos y los toques jazzeros de su banda siguen presentes.
Y por si fuera poco, lo ha hecho en compañía de una plantilla de colaboradores que reparten fuego: JJSunday, Dawit, SamiDeluxe, Button Bricks, Guim & JpSunshine (Ciutat), PatataOnStereo y WeztMaad. Una alineación que no solo refuerza el sonido del álbum, sino que lo proyecta directo a las listas de reproducción más bailadas del verano.
Los visuals que lo acompañan, firmados por Irene Cuesta, le ponen imagen a esta mutación musical. Están inspirados en un cuadro hecho por el padre de Teo, que ya aparecía en El dilema del rapero blanco, y que aquí sigue funcionando como un hilo invisible entre ambos discos.
Lo más bonito de todo esto es que EDDRBDNCRMXS nació por puro juego. Un par de remixes por diversión, y sin querer queriendo, acabaron siendo siete. Y eso terminó en un álbum. Así, sin plan maestro, pero con una dirección muy clara: hacer que suene y que se baile. Teo nos regaló un disco y una fiesta. Y no una cualquiera, sino una que te deja con ganas de más, con el cuerpo pidiendo after y con la cabeza tarareando letras que, sin querer, terminan clavándose en tu memoria. 
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