Decir que alguien tiene futuro puede, a veces, dar lugar a engaños, a promesas vacías o a crear demasiadas expectativas que más tarde se convierten en polvo. Decir que alguien tiene futuro puede, en definitiva, no ser verdad. No es el caso de Teo Lucadamo porque él ve ese futuro, lo coge y lo moldea para que se adapte a su propio camino y no al revés. El futuro de Teo Lucadamo es presente porque en el presente se lo está labrando y lo está haciendo de la única forma que conoce, es decir, a base de esfuerzo, dedicación y muchas horas de estudio, pero al contrario que el metrónomo del que se hizo amigo una vez, él no pierde el ritmo. Teo forma parte del roster de artistas de Jägermusic. Si quieres conocerle mejor, sigue leyendo.
Entrevista extraída de ACERO vol. 7, publicada en abril de 2024. Hazte con tu copia aquí.
Teo Lucadamo iba para actor. De padre y madre artistas, su vida siempre ha estado orientada al arte y a la creación, solo que en algún punto de su jovencísima carrera descubrió el rap y ya nada pudo separarlo del micro. De ahí, del teatro y de la interpretación, le vienen esas ganas de hacer que se lo pasen bien cada una de las personas que van a sus conciertos porque lo considera su responsabilidad como artista. Creo que para amenizarme a mí también el tiempo que tenemos por delante de entrevista, ha decidido salir en la videollamada con un filtro de bigote que aparece y desaparece cada vez que le da un sorbo a su mate. Me río porque no puedo no reírme y creo que eso le alegra. Ha cumplido una vez más su misión.
Además de su faceta más cómica, Teo tiene muchísimo talento para la música. Es un talento desbordado que cuanto más se conoce a sí mismo y sus posibilidades como artista, mejor se encauza. Es más, Jägermusic le ha incluido en su roster de 2024 y hablamos de gente que lleva fichando artistas underground desde hace diez años ya. El madrileño (que no alicantino, por favor) publicó el año pasado la mixtape Lucadamnson: fuera de su jaula, algo que ha supuesto todo un experimento para él y con el que ha explorado nuevos registros. Pese a lo excéntrico que puedan parecer él mismo y su música, Teo Lucadamo es una persona de gustos clásicos que, si tuviera que pedir algo especial para hacer un concierto, sería un escenario ancho para poder moverse y no tropezarse con los cables. Hay que quererle.
Hola, Teo, ¿cómo estás? ¿Qué tal la resaca post conciertos en la sala El Sol de Madrid? He visto que había muchísima gente, hiciste sold out.
La verdad que superbien. Me he recuperado bien, pensaba que quizá iba a ser más duro, pero me he tomado el fin de semana tranquilo. He quedado también con amigos de toda la vida para bajar un poco a la realidad. Muy guay, la verdad.
La gente, de hecho, estaba pidiendo segunda fecha y bolos en más partes de España.
Lo de la segunda fecha es más bien algo que dije yo. Para el concierto que tuve en Barcelona, me lo tuve que currar mucho para llenar la sala y entonces hicimos toda una campaña mediática para la que me ayudó mucho Ben Yart. Estuvimos pegando carteles juntos (hicimos una portada falsa del Hola) y haciendo vídeos de promoción. Fue una currada, primero, por hacer el póster, que lo hizo mi amigo Tristán; luego, por pegarlos por la ciudad e imprimir flyers y, por último, por estar editando los vídeos. Fue mucha tralla para lograr llenar una sala en una ciudad que no es la mía. Para este concierto en la sala El Sol se habían agotado las entradas un mes antes y fue en plan, joder, dónde está la diversión aquí, esto me parece demasiado fácil. Yo necesito también armar un poco de jaleo y se me ocurrió decir, vale, se ha llenado la sala, pues voy a ir con la narrativa de que quedan veinte entradas y que necesito que se agoten porque quiero empezar con una estrategia de marketing para el concierto. La gente se quedó en plan, qué coño, si ya has vendido todo qué marketing quieres hacer. De acuerdo, pues vamos con una segunda fecha. Nadie la pidió, pero a medida que lo voy diciendo yo, la gente lo quiere más.
¿Te has planteado irte de gira este año?
Sí, supongo; también es ir viendo qué fechas van saliendo y en qué festivales me dan la oportunidad de tocar. Algo que para mí es muy nuevo. Hice como una semi-gira el trimestre pasado, de septiembre a diciembre, estuvimos en Barcelona, Valencia, Bilbao, Zaragoza y Madrid. ¿Por qué no? Hay algo pendiente por ahí en Sevilla, y Valencia está confirmada ya. Ahora lo que molaría sería buscar una promotora y empezar a hacer bolos a muerte.
No parece que haya mejor forma de empezar el año, ¿no? En el concierto ibas acompañado, además, de un buen equipo, estaba por ahí Pedraxe, por ejemplo. Los dos tenéis una manera de entender la música bastante parecida mezclando lo experimental con el humor, ¿en qué te sientes conectado con él?
Con Pedraxe siempre es todo genial. Ahora él está muy concentrado en su proyecto artístico y no se quiere meter a muerte a formar parte de la banda, lo que para mí, dentro de que lo entiendo y lo aprecio, es una pena porque cuando estamos tocando juntos la gozamos un huevo. Creo que nos parecemos en cómo nos tomamos nuestra música. Él ahora está haciendo un sonido más country, más folklórico, donde sí que nos encontramos mucho más, pero Pedro es mucho más punki que yo. Creo que su filosofía y la mía coinciden en que compartimos el gusto por la irreverencia, lo alternativo y lo experimental.
Te acompañaron diferentes músicos en el escenario, ¿por qué decidiste optar por un concierto más instrumental?
Es más interesante jugar con eso si tienes la oportunidad de contar con músicos. Si la gente quiere escuchar la canción tal cual, la puede escuchar en su casa, lo interesante es hacer una versión y montar un show.
¿Os preparasteis mucho para el bolo?
La verdad es que, literalmente, nos faltaron ensayos para este concierto. Por desgracia, Roy se puso malo y no pudo venir al último ensayo que teníamos para cerrarlo todo. Así que la prueba de sonido era, de verdad, para echarse a reír o a llorar, no había término medio. Yo me decía a mí mismo, madre mía, qué deben de estar pensando los técnicos de la sala. Al final les dije que se permitieran el tiempo de parar, volver a empezar y fallar, que iba a ser una jam y que nos lo íbamos a pasar bien. Así fue, en realidad. Estuvimos los tres superconectados y sinceramente salió de diez.
O sea, que el factor improvisación fue importante.
Sí que hubo momentos de más improvisación, pero al final a mí eso me encanta, es una constante en mi trabajo. Disfruto mucho cuando las cosas no salen como esperaba y tengo que salir del paso yo solo. Eso me flipa.
Formas parte del proyecto Jägermusic, que celebra diez años apoyando a la música independiente. Otros artistas que han pasado por aquí son Ginebras, Cariño, Trashi o The Parrots. ¿Te sientes identificado con ellos? ¿Qué opinas de que Jägermeister apoye a la escena independiente?
Me parece que todo el apoyo a los artistas emergentes, ya sea privado o institucional (si puede ser de este último, mejor) es más que bienvenido. Me mola mucho que se reconozca esta escena de la que formo parte y también creo que es importante que colaboremos entre nosotros.
¿Sabías que también han llegado a montar un concierto en una pista de autos de choque y en un parking? ¿Tú cuál preferirías? ¿Alguna idea loca que darles para próximos proyectos?
Pues fíjate que así, a bote pronto, uno podría pensar que mi música y mi personaje como artista son impredecibles, pero es que yo en realidad soy excéntrico de una forma no tan evidente. Mi excentricismo no se basa en cosas como me quiero tirar de un tobogán de agua y caer a un escenario con forma de piscina. Soy una persona de gustos clásicos. Si te fijaste en el escenario de la sala El Sol había montado un salón y lo que no eran visuales de mis vídeos, eran del estudio de mi padre de donde también sacamos los muebles para montar ese decorado. Soy una persona de costumbres y a la que le gustan las cosas del día a día. A mí lo de experimentar y poner ideas nuevas encima de la mesa me flipa a la hora de hacer música. No necesito una locura de set up, yo necesito un escenario, si puede ser anchito, genial, para que me pueda mover y no tropezarme con ningún cable, además de un decorado bonito. En el momento artístico en el que estoy también me gusta la idea de mantenerlo simple, de momento no tengo ninguna necesidad de hacer locuras, sino más bien quiero que la gente llegue como si fuera a un concierto clásico en el que los músicos tocan, la gente se lo pasa bien y se pira.
¿Qué es lo primero que recuerdas relacionado con la música?
Mi tío Eloy es productor musical y bajista. Tenía un chiringuito en Zahara de los Atunes y empezó a traer a bandas. No sé cómo de osado es decir que creó una escena, pero antes de ese chiringuito no programaban bandas de ese nivel en ninguno de los de esa zona de Cádiz. Algo que tengo muy presente es que él tenía un estudio en su casa, mi tío es una persona un poco caótica, así que tengo la imagen de los cables enmarañados y la batería desmontada. De lo que más me acuerdo es de pensar que si tenía algo claro en la vida viendo esos cables, era que no me iba a dedicar a nada que tuviera que ver con el sonido. Lo tenía clarísimo porque me daba ansiedad ver ese desorden. Fíjate que me he acabado dedicando a eso porque produzco para gente y me encanta el sonido.
Pero los cables siempre ordenados, ¿no?
Mira lo que es este cajón. Puede que parezca que está desordenado en un principio, pero cada cable va con su cinta bien apretaditos. Soy una persona metódica.
¿Y cuál es el momento en el que la música te vuela la cabeza, en el que piensas, Dios mío, no puedo vivir sin esto ya?
Es una pregunta para la que la respuesta que tengo me da siempre un poco de vergüenza porque tiro de referencias rollo Nach, Canserbero o Logic, por ejemplo, que ahora no son tanto mi referente. El momento en el que decidí meterle caña de verdad fue por Luisaker, que es un rapero de Alicante, por cierto, quiero puntualizar una cosa.
Claro, dime, pero no me asustes.
Yo nací en la provincia de Alicante, pero soy de Madrid. En muchas entrevistas me llaman alicantino y no tengo ningún problema con Alicante, pero yo soy de aquí y me gusta que se sepa (risas).
¿Quieres añadir lo de que tenéis la mejor agua de España? (Risas).
Eso ya me da más igual, pero quería dejar claro que soy madrileño. Lo que estábamos hablando… Mi hermana y yo escuchábamos a Minus CSQ, los dos flipamos con sus batallas de gallos, tenía un estilo de rap de rimar en asonantes, de hacer aliteraciones con las palabras y de rimar lo inesperado que me voló la cabeza. A mí me abrió mucho la mente porque venía de un rap más lírico, más estructuradito, que esto fue muy positivo para mi estilo de escritura. A día de hoy lo utilizo un montón. Si voy a hacer la rima mítica de ‘hola’ con ‘hola’, voy a intentar justificarlo de una forma que te entre como si fuera agua y si no, voy a intentar hacerla totalmente inesperada.
Publicas en 2020 en Spotify La mixtape, aunque tengo entendido que ya tenías temas subidos a Youtube desde mucho antes, pero no he podido encontrar ninguno, ¿Por qué decidiste borrarlos y quedarte con ese EP como origen de tu carrera?
La verdad que lo subí a Spotify, pero ahora estoy mirando para quitarla porque creo que es un trabajo muy amateur. Yo no me identifico nada con esa mixtape. El tema con el que estoy tranquilo para dejarlo como inicio de mi carrera es Sueño de una noche de verano.
¿Y por qué desde el principio decides tirar por el rap como medio para expresarte?
Buena pregunta, la verdad. Porque es muy accesible, es un medio de expresión que cualquier persona sin formación musical, como era mi caso, puede adoptar. No necesitas una dedicación especial, saber tocar un instrumento o cualquier otra disciplina más mecánica. Es algo verbal y lírico que gracias a la escena hip hop de España e internacional de los últimos cuarenta años y a la era digital se nos ha puesto muy fácil a los chavales. Soy hijo de esta generación que se ha movido siempre entre beats de YouTube, batallas de gallos y en la que había rap allá por donde mirases. En mi caso fue escuchar a un rapero que lo hacía fácil, y no por eso lo desprestigio, y dije yo también puedo hacerlo. Me puse a escribir unas rimas y luego vi lo sencillo que era grabarse en casa. Y pasito a pasito aquí estamos.
Estuviste actuando durante un tiempo y girando por España con la obra El salto de Darwin de Sergio Blanco, ¿podríamos decir que tu yo actor convive, entonces, con tu yo rapero? ¿Saber interpretar te ha sido de ayuda en tu carrera musical?
Sí, a la hora de expresarme artísticamente y entenderme no solo a mí mismo como persona, sino también al género humano en colectivo, la actuación es una herramienta maravillosa. Estoy muy agradecido de haberle dedicado el tiempo que le dediqué y de haber conocido a la gente que conocí. Lo que más destaco es estar en un escenario y enfrentarme a un público de doscientas o trescientas personas, además de las clases de interpretación y la formación que tuve. El olvidarse de la vergüenza, el desapegarse del ego, el saber entretener y el saber estar presente en el escenario son herramientas que hay que trabajar. Yo noto que cuando salgo al escenario tengo una base, que no es intuición, ni es talento, es haber estado ahí estudiando.
Siento que hacérselo pasar bien al público es muy importante para ti.
¿Quién no ha estado en un concierto aburrido? Yo creo que el artista tiene una responsabilidad de entretener al público. Hay gente que la lleva de una manera y gente que la lleva de otra, yo la llevo en plan showman. Si alguien ha venido a verme se va a llevar un show, esa es mi filosofía, y creo que es importante mezclar todas las artes. Para empezar, estás viniendo a ver un concierto, pero va a haber un decorado bonito, va a haber unos visuales currados, va a haber una puesta en escena, va a haber algo de acting, va a haber invitados. Creo que eso es lo más entretenido, cuando crees que va a haber algo que te va a sorprender y eso se consigue poniendo todos de su parte para que todas las disciplinas confluyan en el espectáculo. Eso lo he aprendido mucho de los años que he hecho de interpretación y de la familia en la que me he criado. Mi madre es actriz de teatro de toda la vida y mi padre es artista plástico. Al final, podría haber sido el rap, podría haber sido cualquier otra cosa, pero yo me dedico al arte y al espectáculo, entonces, para mí es inevitable montar un show de estas dimensiones aun siendo en una sala pequeña. Yo lo veo todo como un gran potencial.
¿Te consideras rapero? Creo que te han dado bastante caña con esto.
No tanta. Yo ya te digo que les doy más bombo a todas las críticas que me hacen que la propia persona que critica porque como soy artista independiente, todo lo que pueda ser atención y marketing bienvenido sea. Por eso lo intento magnificar y que la gente se piense que me meten más caña de la que me meten. ¿Quién me ha metido caña? ¿Un random de Tik Tok? Bah, en el momento en el que lo haga Ayax será más gracioso, pero de momento eso no ha pasado. ¿Soy rapero? Como alguien que utiliza el rap como medio de expresión, soy rapero, pero es que esto también es verso, es poesía, y en España y en Europa tenemos un patrimonio cultural muy importante al respecto. Creo que hay que reconocer que sí que tenemos influencias yankis, pero la rima lleva existiendo desde el principio de los tiempos.
Esto de lo que hablas, la tradición europea de la palabra, me recuerda mucho a los textos de Shakespeare porque son muy ricos y tienen mucho detalle, precisamente, porque había poco atrezzo por aquel entonces y los textos debían ser lo más finos posible. La palabra era central, al igual que en el rap.
Es reconocer nuestras influencias locales y folklóricas. Obviamente estoy rapeando sobre un beat cuatro por cuatro inspirado en una escena de Nueva York de los 90, pero estamos trabajando al final con la palabra hablada y es igual de importante reconocer las influencias, como formarnos en la materia. Para mí es imprescindible estar en contacto con la palabra escrita tanto leyendo, como escribiendo para poder desarrollar ese músculo. Espero seguir haciéndolo hasta el final porque creo que es un medio de expresión que es tan vasto y tan rico que es imposible abarcarlo entero en una vida. La búsqueda para mí es preciosa.
¿Qué estás leyendo ahora?
Pues estoy leyendo un libro que me han prestado sobre psicoanálisis de Jacques-Alain Miller. No controlo nada del tema, lo estoy leyendo y la verdad que es una puta pasada.
Hablábamos al principio de que la gente puede pensar que Teo Lucadamo es un chaval superloco y de repente es un tío que se está leyendo un libro de psicoanálisis. Juegas mucho con eso pero, ¿no crees que puede llegar a convertirse en personaje?
Lo que intento transmitir a la gente es mi sentido del humor, presento una faceta amable y divertida de mí, pero obviamente yo soy una persona con sus cosas. Intento ser lo más transparente posible en mis redes y el día que estoy cansado se me nota en la cara.
Dentro de los códigos del rap, siempre ha habido cierta encrucijada entre lo que se considera puro y lo que no, lo que es calle y lo que no, por no hablar de si el rap debe usarse como medio para defender causas políticas y sociales o no. ¿Crees que son cosas que imperan todavía en la escena española de rap?
Lo veo más relacionado con toda la escena que surgió con Pxxr Gvng, Kinder Malo, Cecilio, King Flacko y, antes, Corredores del Bloque. Toda esta generación de hip hop que era mucho más trap y paralelamente todo el rap mucho más boom bapero. También lo veía en este rap de Ayax y Prok, Fernando Costa, Natos y Waor. Sí me parece que en ambas escenas lo de ser calle para poder rapear se llevaba por consigna. A mí me parece una tontería aunque lo respeto y lo entiendo, pero al final lo que estamos haciendo es promover la cultura y promover el arte. Es importante la forma en la que lo hagamos, además de las convicciones políticas que tengamos y que defendamos. Unos hacen activismo de una manera, otros de otra y a otros directamente ni se les pasa por la cabeza, pero al final la gente vive su vida como quiere.
Una vez te oí decir que los raperos en España se toman demasiado en serio a sí mismos, y que ser serio con tu proyecto no implicaba no poder pasártelo bien, ¿sigues pensando lo mismo?
Sí, sin duda. Cuando construyes un personaje y lo apuntalas hasta más no poder, lo afianzas hasta la médula, es muy difícil salir. Van pasando los años, te crees el puto amo y a mí me parece ese el error y lo que hay que evitar: cuando te tomas demasiado en serio a ti mismo. Joder, si soy un chaval, ya está. Hoy estoy en el micro, hoy soy la hostia en el escenario y mañana me estoy haciendo un sofrito, ¿me entiendes? Y estoy bajando a hacer un recado y estoy ayudando a mi madre con lo que sea. Tío, somos personas de a pie. Eso implica que estamos metidos en el anonimato absoluto y que no importamos mucho realmente. A mí me alivia. Me quita un peso de encima porque puedo ser una persona perfectamente normal y relajada y mirar mi personaje de hace unos años y decir, madre mía, qué pringado, cómo podía ir diciendo estas cosas. Seguramente en un par de años, miraré atrás y diré algo parecido sobre mi yo actual. No pasa nada, la cosa es decirte en el momento, ¿estoy siendo real? ¿Estoy siendo yo mismo? ¿O me he creado una fachada para estar acorde con unos cánones establecidos?
¿Te da un poco de miedo perderte a tí mismo cuando crezcas más en visibilidad? ¿Perder la humildad?
Creo que eso es algo a tener muy en cuenta desde el principio. Soy artista emergente, pero están empezando a irme mejor las cosas, así que a veces me paran por la calle, alguien me pide una foto, me saludan o un vídeo mío se pilla mogollón de vistas y estoy más en el foco. Toda esta atención no es buena para una persona. Sí, me da ansiedad pensar en lo que pueda pasar en el futuro, pero también confío en mí y confío en mi gente para que eso no se vaya de madre.
El año pasado publicaste Lucadamnson: fuera de su jaula, que en Spotify figura como álbum, pero tú lo llamas mixtape, ¿cuál es la razón? ¿Te atrae más el formato EP?
Porque no quiero que sea mi álbum debut. Estoy trabajando en un álbum debut y no es Lucadamnson porque esto era casi un experimento. Considero que un LP son palabras mayores. Hasta 2025 no creo que vaya a salir en lo que estoy trabajando ahora, me mola que las cosas reposen.
En la descripción del vídeo de la mixtape en Youtube dices que lo mejor fue escribir y componer los temas con Roy Borland que es el productor, ¿cómo ideasteis el concepto creativo que hay detrás? ¿De dónde surge?
Estábamos improvisando sobre bases de YouTube. Roy y yo conectamos mucho por nuestra pasión por el rap, por nuestro sentido del humor, por su talento de producción y por el mío de interpretación. El germen fue, precisamente, el sentido del humor. Improvisando nos salían ideas muy graciosas, surrealistas e innovadoras. Un día salió una fase graciosa y decidimos hacer el tema de forma totalmente experimental. Hicimos Socorro, me aburro y Roy se puso serio diciendo que ahí podía haber algo. Él producía a Teo Planell y yo escuchaba sus bases, así que no me podía creer que me estuviera dando luz verde. Era verano y nos pasábamos casi todos los días en su estudio. Llegó a ser incluso obsesivo porque la espiral creativa en la que entramos es un goce que no puedo describir, es algo muy satisfactorio y muy bonito. Lucadamnson salió de la amistad, del disfrute por la música, por el sentido del humor y por probar suerte con nuevas cosas. A día de hoy seguimos currando juntos porque Roy y yo somos imparables, en el estudio somos unos máquinas.
La primera vez que escuché Lucadamnson no podía parar de reír, me lo pasé tan bien que, de verdad, la gente se me quedaba mirando por la calle, ¿quisiste volver un poco a ser un niño lleno de energía con este trabajo?
Tiene la energía y la vitalidad que tenemos ahora que somos unos chavales, pero no deja de ser también hacer un género concreto de rap. Nosotros nos tomamos muy en serio las referencias para sonar a algo reconocible, estudiamos a fondo 7 Notas, 7 Colores, de hecho, ahora sigo con Mucho Muchacho a muerte porque me parece de lo más fino que hay en España. Pero también escuchamos a Original Juan, A Tribe Called Quest, Quasimoto, Slim Shady y muchos otros artistas noventeros. Seguimos a clásicos, pero las referencias van más hacía Kendrick Lamar y Tyler, The Creator con un toque de Mucho Muchacho, de chulería a muerte, solo que un poco más adulto, un poco más sosegado y más concreto.
En este trabajo has jugado a crearte un alter ego, como ya hemos dicho, muy al estilo de Eminem con Slim Shady y de Madlib con Quasimoto. De no haberte construido el personaje, ¿te hubieras atrevido a hacer el mismo proyecto?
Buena pregunta también. En ese momento te diría que no, que no hubiera salido sin personaje. De hecho, es un personaje que hemos construido tan bien que cuando pienso en Lucadamnson no pienso que sea yo, sino que es otro papel.
En Sippin Mate dices: “Tengo cero coma cero entrevistas”, ¿no querías hablar con medios en un principio?
Eran otros tiempos (risas) y no, no, para nada. Ese era un momento en el que estábamos Roy y yo frikeando a muerte en el estudio, no había salido ni Ritmo todavía. Cuando la hicimos, yo tenía seiscientos oyentes mensuales, pero sabíamos que estábamos haciendo una movida increíble aunque no lo escuchara nadie. De hecho, menciono también lo de no estar en ninguna lista de Spotify. Tampoco te creas que me meten en muchas listas a día de hoy, pero, bueno, lo importante es que vaya bien sin el apoyo de las listas editoriales. Para mí es un gran indicativo del éxito digital, la verdad.
Volviendo a tus canciones, en ellas hay algo de spoken word también, a veces no estás rapeando, sino simplemente narrando una historia, ¿cómo de importante es el mensaje para ti?
Superimportante. Tiene mucho que ver con la habilidad también. Si ya es muy difícil escribir un texto coherente de principio a final o escribir un patrón de cuatro líneas que sean coherentes y que tengan una narrativa lineal, imagínate en cuatro patrones, imagínate una canción entera. La habilidad entra mucho en juego y la vaguería también. Para mí es también importante el costumbrismo y crear imágenes en la cabeza del oyente. Una vez vi en un comentario que me pusieron algo así como “decirlo todo sin decir nada”. Lo que me dije fue, tío, esta persona realmente entiende lo que intento hacer.
¿Huyes de lo simple y lo directo?
A veces la dificultad está en ir a lo simple y hacerlo bien. Yo creo que más que ir a lo simple es ir a lo fácil. Intento evitar lo fácil, eso sí me parece mucho más descriptivo de mi estilo. Evito lo fácil y a veces me enredo en lugares curiosos, por ejemplo, Lucadamnson es fruto de esa búsqueda métrica y de flow, de berborrea y de escritura automática.
Desde que publicas la mixtape hasta hoy, has subido treinta y tres canciones, sin contar Lucadamnson: fuera de su jaula. En poco más de tres años has publicado muchísimo, parece que crear es una necesidad o una obsesión, algo que no puedes parar de hacer, ¿es así?
Sí, también tiene mucho que ver con lo que se nos impone en este momento digital en el que estamos de que, como no estés sacando música sin parar, te vas a quedar un poco atrás. También te digo que para mí ha sido muy natural. Es ambas cosas. Ahora que lo estoy pensando, eso de sacar un tema al mes o mes y medio, era muy de algoritmo, de tener que estar presente porque si no te pasan por encima. Si por mi fuera, sacaría más música. Me gusta contribuir a ese ecosistema de oyentes que buscan un poco más allá y que encuentran joyitas por ahí. Es una obsesión que disfruto mucho, la verdad.
También hay un salto increíble en cuanto al estilo. Al principio, entiéndeme, es un rap más canónico, más ceñido a la norma, pero es que después de La rola nueva haces lo que quieres con la producción y con la letra, ¿te daba miedo mostrar tu voz y tu universo personal al principio?
Ha sido algo que he ido descubriendo y entrenando. Salir de la zona de confort no es fácil ni intuitivo, hay que poner de tu parte y muchas veces necesitas de una persona de fuera que te lo diga. Tenía mi voz con la que probaba a hacerlo más agudo y menos agudo también, pero todo era dentro de unos parámetros muy similares. En cuanto a lo de La rola nueva, ese fue el primer tema que hice con Roy, has dado en el clavo. Aunque rapee muy grave, con la voz muy relajada que casi ni se me entiende, me mola porque es muy real. Hay una letra más desarrollada, más desenfadada, con algo de sentido del humor y con el flow bien trabajado.
En Amor haces uso de un ego trip distinto al que se suele dar en el rap. Hablas de quererte a ti mismo, de no volver a ponerte en segundo lugar, pero sin despreciar a tu entorno, ni a la gente que te rodea. ¿Crees que rompes con la imagen de rapero clásico?
Amor surge de pensar que estoy más pendiente de los demás que de mí mismo. Para mí hacer ese tema fue muy importante porque supuso una catarsis. Di el paso de ponerle nombre a situaciones con familiares y con amigos que no me sentaban bien. Para mí fue importante ponerme en un primer lugar, poner mi bienestar por delante.
Y luego tienes canciones como Mi puto swag que es todo lo contrario, ¿te gusta tener ese contraste en tu repertorio?
Sí, claro. Al final son herramientas de estilo. Los raperos son un poco chulitos, bueno, pues yo puedo ser el más chulo si quiero. Eso no quita que no tenga otros momentos de sinceridad y también está muy bien ponerlos en contraste, incluso en la misma canción. Sí es verdad que me gusta esta dicotomía de Amor y Mi puto swag porque son diametralmente opuestos.
Hablando de contrastes, Luisa es la canción que más sobresale de tus temas, precisamente, por no parecerse a ninguno de ellos, ¿por qué decidiste cambiar de registro de una forma tan radical?
Esto también surge de juntarme con Roy y con Teo porque ellos están haciendo canciones habladas todo el rato. Estábamos un día en Cantabria por la noche con la guitarra y tocaron unos acordes. Yo empecé a tararear lo que luego sería Luisa y nos gustó tanto que pensamos la letra e intentamos hacerla bien. A mí me encanta está canción, me parece supersincera, sencilla y creo que es lo que necesita una canción para ser canción.
¿Tuviste tus reservas a la hora de publicarla por ser tan distinta?
Para nada, no tenía ningún problema. De hecho, sentí que estaba genial para darle un poquito de frescura y de contraste a mi repertorio. De lo que me arrepiento es de no haber sacado un vídeo, aunque solo hubiera sido un pequeño visualizer porque lo echo de menos en mi canal de YouTube.
¿Te gustaría seguir por el camino de Luisa?
Sí, sin duda, voy a seguir haciendo canciones. En veinte años me veo haciendo más canciones así que temas de rap. Creo que este tipo de canciones tienen más trascendencia.
¿Te preocupa eso? ¿Dejar marca?
Sí, yo creo que es un motor de la creación artística que algunos tienen y otros no.
¿Como te gustaría que te recordaran?
Como alguien que se preocupaba por hacer las cosas bien.
Volviendo a Luisa, esta pregunta es necesaria, ¿quién es Luisa? Porque eso de “si me hubiera quedado media hora más / ¿Qué hubiera pasado?” suena muy real.
Sí, es real y además es una historia muy bonita porque nos conocimos haciendo surf en Cádiz. Yo estaba intentando pillar una ola, pero me caía todo el rato de la tabla y de repente aparece esta tía surfera que las pillaba todas. Un espectáculo, de verdad. Ella me vio caerme todo el rato, así que me estuvo ayudando. Conectamos un poco, pero al final no pasó nada porque ella se iba al día siguiente. Es verdad que me dejó bastante tocado ese momento. Es como esos amores imposibles que te quedas recordando durante mucho, mucho tiempo. ¿Un momento así cuántas veces lo tienes en la vida? Yo por lo menos tengo una canción.