Artificial es un trabajo vivo que cambia y muda la piel y es también el primer paso en firme de Suave dentro de su trayectoria musical. Firme porque aúna todas esas influencias que quizá, y de una manera más tímida, han estado ahí en su canciones anteriores, pero que no ha llegado a cohesionar. Jon, nombre real de Suave, se muestra en este trabajo, irónicamente, de la manera más natural posible y busca dejar de lado poco a poco la etiqueta de artista emergente.
Para este nuevo camino, el bilbaíno ha elegido como bastón de apoyo la electrónica y como cuchillo de defensa la lírica más indie. Se me cae el cielo es un buen punto de partida para comprender la estética sonora que continuará a lo largo de todo el EP. Es un ambient fresco y muy dreamy recubierto de una especie de heroísmo trágico que Pau (Aymí), productor del tema, ha combinado con un beat potente como ya hizo en Sta. Agueda, la anterior colaboración entre ambos.
Suave ha estado pensando en qué significa ser adulto en Y ahora qué, producida por Thalamas y cuya progresión inicial recuerda mucho a aquel temón de Beach House, Space Song. Al igual que este, la canción se pierde en una atmósfera oscura y decadente, como de otro mundo, preguntándose qué queda por hacer ante un futuro incierto. Si Y ahora qué es duda y anhelo, Autoboicot es frustración y desgaste disparados a través de un sintetizador. El tema producido por D3llano parece un choque frontal entre la película Drive de Nicolas Winding Refn, conocida por haber traído de vuelta a principios de 2010 el sonido electrónico de los 80, y las bases de The Blaze. En cualquier caso, tal y como aparece en el videoclip, Suave no termina de apretar el gatillo contra sí mismo sino que deja espacio para la redención. De hecho, del perdón y de la aceptación va Nada malo en ello, que convierte la balada romántica en un rompepistas.
Puede que Te juro que todo iba bien no sea el track más contundente de todos, pero sí que emplea de una forma muy inteligente la distorsión y el juego a dos voces, la natural y la impostada, para intentar convencerse a sí mismo de que realmente todo iba bien. Donde sí se han lucido tanto D3llano como Suave es en La otra punta del mundo, que recoge y define a la perfección el concepto que el de Bilbao quiere transmitir: el indie como lo conocíamos ha muerto. Cierra el trabajo Artificial, canción que da nombre al EP, y que es todo un homenaje al último disco de James Blake, Playing Robots Into Heaven. La canción se deshace en pequeños glitches a medida que avanza mostrando que lo natural es romperse. Tal y como él; tal y como todos.
Track favorito: La otra punta del mundo.