Nunca se es demasiado joven para decir la verdad. Stivijoes y sus veinticinco años sirven al ejemplo. Y es que, con su nuevo disco, El único ser sin talento, el cantante ha hecho espacio para poder afilar sus verdades, ponerles corbata, un buen traje de madurez y hacerlas ascender a un nuevo lugar de reverberación. De sonidos más honestos y con nombres propios, sello personal de Stivi, el cantautor declara sin miedo al que dirán: Él no ha nacido rico pero su riqueza se alimenta de verdad.Y poco hay más rico que eso.
El cringe ya no le pesa, tampoco que le llamen bicho raro y para ello ha compuesto toda una copla urbana pulida para dejar bien claro de donde viene y a donde irá. Algo romántico, algo melancólico, sin tabúes. Exorcista de sus inseguridades. Alquimista de sus buenos pasos que llevan a los suyos a la más pura de las nociones: saberse sabido. Stivi ha mentido toda su vida y es por eso que ahora ya no puede permitirse otra cosa que no sea rendirse a la crónica de su honestidad. Por eso de no ser nunca demasiado joven para cantarla.
Hola, Stivi, soy Pavlo, un periodista emergente y hago preguntas, suenan así. ¿Cómo estás?
¡De lujo, me encanta la referencia!
Tu presentación en redes empezó con una descripción similar a la que he usado para presentarme. Alguna vez has comentado que te sentías algo reacio a usarlas, estabas a punto de dejarlo hasta que un vídeo se viralizó. ¿Cómo te sientes ahora con las plataformas digitales? ¿Cómo las entiendes y utilizas?
Sigue habiendo forcejeos entre las redes y yo, cada vez las voy descifrando mejor y abrazando el cringe que tanto me preocupaba antes, pero la constancia es mi talón de Aquiles. Podría estar sin subir nada meses y no darme cuenta, pero obviamente no puedo hacer eso ahora.
Con tu single debut, Terapia, pusiste nombre a todos los tuyos y de paso a ti también. ¿Cómo creaste tu alias?
¡No me lo puse yo! Fueron mis amigos de toda la vida después de una batallita de freestyle (risas). Empecé a cantar sobre las bases en vez de rapear y bueno, decidieron llamarme Estribillos, que derivó en Estribi Joes y acabó con Stivijoes.
“Sivi habla por Raúl y no entiende de tabúes. De alguna forma, la música me hace más valiente.”
¿Por qué llamar así al single?
Al principio se llamaba He pensado, horrible nombre, pero a medida que iba escuchando la demo, la palabra Terapia empezaba a agrupar un poco todo lo que estaba ocurriendo en esa canción, y no lo pensé mucho más.
Háblanos de tu último proyecto. ¿Te consideras el único ser sin talento, tal y como dice el título de tu nuevo disco? ¿Se nace o se hace el talento?
Por supuesto que no. Desde fuera sé que no, pero esa voz que resuena en mi cabeza y en la de muchos más, que nos dice lo insuficientes que somos, lo impostores que nos hemos vuelto, es la que me dice que sí, que sin duda soy el único ser sin talento. Lo estoy trabajando e intento darme cuenta de que no es así, pero en una industria donde todo son números y competición y quien hace más y quien menos, me resulta muy difícil cumplir con ello. El talento obviamente se hace, pero siempre hay afinidad hacia ciertas corrientes desde el principio.
Empiezas con No he nacido rico, en la que con pocos versos muestras una vulnerabilidad y fuerza muy plenas, ¿cómo abordas la vulnerabilidad en tu obra? ¿Tienes miedo a desnudarte demasiado?
No hay miedo ninguno, Sivi habla por Raúl y no entiende de tabúes. De alguna forma, la música me hace más valiente. Si no hablo desde la parte más cruda que hay dentro de mí, le estoy fallando a quien me escuche porque es mi mensaje y siempre lo ha sido, y si con eso puedo ayudar a un solo oyente, para mí es más que suficiente entonces.
¿Cómo logras no caer en el victimismo? ¿Dios nos libre del dinero?
No sé si lo logro, quiero decir, me paso treinta minutos de disco, sin descanso, explicando lo ‘mal’ que lo he pasado y la poca suerte que he tenido. Si no fueran canciones creo que nadie querría escuchar algo así. Lo único que me salva de victimista es cantarlo. Que dios me libre del dinero cuando haya jubilado a mi padre, hasta entonces, qué te puedo decir…
Cuéntanos cómo fue producir Bicho raro. El uso de cuerdas es muy propio de la nueva movida urban folk o country en algunos detalles.
Gerard es el mejor guitarrista que he conocido, mejor dicho, MÚSICO, y si no fuera por él este disco no existiría. Bicho raro es el claro ejemplo, supo al instante que necesitaba el tema y yo solo me senté a su lado y me fié de él.
¿Es cierto que ya no le temes a la muerte?
Me aterra, es lo que más miedo me da, pero el tema lo escribí hace ya tanto… En un momento en el que no tenía la cabeza en su sitio, y entre exageraciones hubiera ‘dado mi vida’ por esa otra persona.
En Grand cru  y Burdeos exaltas tu dote de cronista de la precariedad, la inseguridad, la mentira y la relación con el éxito. ¿Le temes al fracaso?
Obviamente, mi cabeza relaciona fracaso con precariedad. No es solo que tema el fracaso, es que no me lo puedo permitir. He sido un mentiroso compulsivo toda mi vida: le mentía a mi padre con las notas y le he mentido con mi supervivencia fuera de casa, mentía a mis amigos, a mi expareja le ocultaba cómo me sentía, me mentía a mí mismo. No sabes lo liberador que ha sido empezar a ser sincero.
¿Cómo fue construir ese multipista de audios de voz?
Pues fue un recopilatorio muy bonito, audios que tenía por ahí guardados que se me vinieron a la cabeza mientras avanzábamos con los temas, y el último lo grabó mi productor justo al terminar Grand cru como una pequeña sorpresa y la guinda del pastel.
¿Qué has celebrado últimamente?
Celebré mi cumpleaños, cosa que no me gusta nada hacer, y también celebré con una cena muy currada los masters del disco.
Tienes un tema llamado Dios es testigo, parece que la fe tambalea en la narrativa de las líricas. ¿Cuál es tu relación con Dios?
Me gustaría decir que soy ateo pero no casa mucho con mi fobia a la muerte, así que mi cabeza no me deja ser lo escéptico que me gustaría. Así que me dedico a balancearme entre un ‘algo tiene que haber’ y un ‘si hubiera algo no estaríamos así’. Cuando le pasan cosas buenas a la gente que se las merece y lo veo con mis propios ojos, ahí encuentro la fe de repente.
“No es solo que tema el fracaso, es que no me lo puedo permitir.”
En este último proyecto parece haber una mayor cohesión sonora. ¿Cómo lo has trabajado? ¿Cómo se ha diferenciado de tus EPs anteriores?
Los anteriores EPs se crean en base a canciones que ya existían en su mayoría. Este disco es un concepto que tenía en la cabeza antes de comenzar a darle forma. Obviamente todo se va transformando por el camino y la cohesión va apareciendo poco a poco, pero tener la idea tan clara es lo que me hizo dar ese paso.
¿Has sentido presión por conseguir un hit? ¿Qué le dirías a un artista emergente que sienta esa misma presión que comentas en Tiene que ser un hit?
Este disco ha estado lleno de momentos así, e incluso después de hacer mi propia crítica dentro de Tiene que ser un hit he seguido buscándolo. Imagino que vuelve a recurrir el miedo al fracaso. No me veo diciéndole a ningún emergente que no busque el hit, la música está para experimentarla y crearla de mil formas diferentes, he conocido a artistas que disfrutan tanto buscando dar con la tecla de lo viral, de lo catchy, de la melodía que no se te borra de la cabeza… Que me ha hecho replantearme otra vez qué es lo realmente puro dentro de la música, experimental o pop, ya da igual. Disfrutar del proceso de hacer música es lo que después se convierte en música.
Con Latemotiv y Solo hablas sobre el error y el pánico a estar solo. ¿Cómo lidias con la soledad?
Aún no he lidiado con la soledad porque siempre estoy rodeado de gente, y no me atrevo a aislarme del todo. La música aquí no me ha podido ayudar mucho con ese problema, simplemente ha sido un altavoz, he podido comunicarlo por fin. A lo mejor ese es el primer paso, no?
Stivijoes_Quieto-Carlos_1.jpg
¿Cómo te gustaría que te recordasen?
Me gustaría que me recordasen como el Raúl que aún no soy pero que espero ser un día. Me falta camino para llegar ahí, pero si lo logro estaré más que satisfecho.
Última pregunta, ¿quién es Mabel?
¿Mabel? Mabel es el nombre más importante de mi vida. Mabel es mi madre, o fue, no sé cómo se dice en estas situaciones. Es el nombre que llevo en la espalda, que nombro en mis temas y que incluso titulan mis canciones y EPs, y por supuesto, espero que un día sea el nombre de mi hija.
Gracias plenas, Stivi.
A ti Pavlo, un verdadero placer.
Stivijoes_Quieto-Carlos_7.jpg
Stivijoes_Quieto-Carlos_5.jpg
Stivijoes_Quieto-Carlos_8.jpg
Stivijoes_Quieto-Carlos_4.jpg