La entrada al recinto del Starlite festival parece sacada de una película: un ambiente escondido entre la montaña con una alfombra dorada presidida por el cartel de Marbella, al más puro estilo Hollywood. ¿Te vienes con nosotros?
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La experiencia del Starlite comienza en Madrid donde pillamos un tren con destino a Málaga, y ahí tenemos ya los primeros conciertos, en este caso el de Marilia, antigua integrante de Ella Baila Sola y artista recurrente en el festival, que en un concierto privado interpretó clásicos a la altura de Amores de barra, Bailar conmigo o Mujer florero, acompañada de guitarra y coristas improvisados.
Llegamos. Desde el momento que llegas al recinto parece que entras en otra dimensión: decoraciones de animales a tamaño real, luces tecnicolor y dorado en todas partes. Tenemos también cinco restaurantes que saciarán nuestro apetito Temazo (brasería), Tanabata (propuesta nikkei), Ánima (mexicano), Sandra’s Caviar Bar (selección gourmet de Sandra García-Sanjuán, su fundadora) y Raffaella (trattoria italiana). La música manda, pero el estómago también.
Aunque sus sesenta días de conciertos combinan todo tipo de géneros y artistas aptos para cualquier edad, desde aquí vamos a destacar a Rels B, Ana Mena, Omar Montes, Aitana o Mike Towers. Pero quien sale al escenario esta noche no es otro que Manuel Turizo. Parece que el colombiano está como en casa, y es que el escenario tiene algo particular, está diseñado para crear cierta cercanía con los asistentes gracias a su poca altura y al ancho de la tarima.
Ahora sí, se apagan las luces y comienza el espectáculo. Visuales, la banda tocando las instrumentales de sus canciones más icónicas, las bailarinas entrando en escena y ahí llega Manuel. Comienza su show con La nota, seguido de Mala costumbre y Amor en coma. Turizo juega con todo lo que puede ofrecer el directo, combinando versiones a guitarra con otras más clásicas. Tras El merengue, en uno de los interludios confesó haber escrito Quiéreme mientras se pueda en la cuarentena, cuando pensaba que la gente le olvidaría por no sacar música.
Pasada la parte más tierna del concierto, comenzaron a sonar algunos de los himnos del colombiano como Vaina loca remix, 1000 cosas, Déjala que vuelva, Esperándote o Vagabundo, frente a los que es imposible no empezar a bailar. Aprovechó la actuación de Una lady como tú para sentarse con su hermano y corista Julián Turizo a contar su historia: “Al principio solamente sacábamos covers, no pensábamos que la música pudiera ser una alternativa real para nosotros. De la noche a la mañana, hicimos las cosas de corazón, trabajar y hacer música porque lo sentíamos simplemente. Sacamos una canción y se terminó volviendo un hit mundial, el primero de mi carrera”. Así ponía el broche de oro a una actuación llena de sentimiento y disfrute, a la que tomaba el relevo el afterparty de Juan Magán. El otro escenario del festival prometía que el final del concierto solo fuera el inicio de la fiesta, haciendo que los más valientes terminaran la velada con el sol ya fuera.
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