Dicen que no se puede vivir de la nostalgia pero, ¿y si sí se puede?¿Y si no es tan malo escoger la píldora azul para disfrutar un poco más de lo bonito que nos ha pasado?¿Por qué la píldora roja es la única buena? En este debate interno está Saiko, y desde esta duda puede haber nacido su último disco, Natsukashii Yoru.
Habiendo pasado una mala racha, durante la cual se ha dado cuenta de que él era más feliz en su pasado, el nuevo álbum de Saiko surge de la necesidad de volver a recordar por qué ama lo que ama. Una mirada atrás para sanar y crear un lugar seguro al que volver. No desde la tristeza, sino desde una belleza que siempre será inmutable. Puede que la vida no se trate de elegir una píldora u otra, lo ideal sea alternarlas según la necesidad.
Siendo más concretos, y dejando aparte las suposiciones, lo primero que hay que decir es que Natsukashii Yoru es un disco atmosférico en sus temas centrales. La música de Saiko siempre ha tenido algo de ambiental, pero esta vez, atmósfera es un término más preciso. El ambiente es algo que nos rodea pero que puede ser externo. En una atmósfera estamos integrados y tiñe el paisaje de cada uno. Con toques sonoros futuristas y espaciales, como siempre le ha gustado, su nuevo trabajo indaga más en lo onírico, tiene más textura y acompaña en gran medida un tracklist en el que cada pista evoca de manera indudable a un momento feliz de su vida. No en vano, la traducción del trabajo es ‘nostalgia nocturna’.
En este contexto podemos situar canciones como Sí quiero, Brujeriasss, Recuerdos sonoros, Tusacai y Nostalgia, colocándolas como centro conceptual del trabajo. Con ritmos varios entre ellas y fusiones de regional mexicano, rumba flamenca o bolero, entre otros géneros, la composición ayuda al oyente a meterse en el trance del recuerdo. Mientras el propio Miguel nos cuenta de propia voz qué es lo que echa de menos y sus pequeños salvavidas mentales, la producción hace que el mensaje llegue al alma y podamos llenar nuestra cabeza con imágenes propias. Una parte interior de Saiko que ha querido mostrar para que el que le escucha tenga más fácil el ejercicio.
El pormenorizado de las letras es mejor que cada uno lo indague solo. Con vivencias propias, el artista va desgranando momentos y debates internos que ha tenido durante el último año, un año que, según ha contado, ha sido duro, y ponerle un intermediario (aunque sea con buena intención) solo le quita valor. No hay nadie mejor que él para contarlo y no queremos de ningún modo embarrar su mensaje.
Por otro lado, el resto de temas que componen el trabajo son más clásicos en formato. Una pena que en ciertos puntos haya dejado de lado esa idea de la nostalgia, por lo menos en cuanto a lo sonoro, para buscar algún hit más bailable. Aunque no se le puede echar en cara. Seguramente la satisfacción de reencontrarse le haya dado ganas de subirse en este tipo de pistas, muy buenas, de hecho… pero te sacan de la magia. Quizás en el fondo también tengan que ver con la nostalgia, de alguna manera, por volver a los sonidos con los que disfrutaba antes de convertirse en un personaje público, pero es tan bonito fantasear con un disco entero metido en esta nube de morados azulados que lo que no sigue la estela decepciona un poco.
Sea como sea, temas como Miami 22, Lokenecesitas, San Juan, Mariposas, Zendaya, Te encontré o Wekeweke se dejan disfrutar. En estos ejemplos podemos encontrar mucha variedad, con toques afro, brasileños o jamaicanos, y la participación de Leire Martinez es una delicia para los fans del pop español. La versatilidad en flows de alguien como Saiko no sorprende a nadie, y en estos títulos queda claro. Nuevos hits que llegan a tiempo para un verano que, por ahora, estaba un poco huérfano de chicles que no fallan.
¿La píldora roja o la píldora azul? No hay respuesta correcta, no hay elección buena ni mala. Todo, como en la vida, depende del contexto. De lo que uno necesita y de lo que uno está buscando. Hay veces que volver al pasado y vivir un poco en él es necesario. Necesario para encontrar la fuerza que en ese momento teníamos y que ahora no podemos encontrar. Al final, todo lo que hemos hecho nos conforma y cómo nos tomemos las cosas no deja de ser una cuestión de perspectiva. Saiko lo ha tenido que hacer, y es alguien del que nos podemos fiar. Tómate la píldora azul si es lo que toca, no te preocupes, que siempre le llegará el turno a la roja.
Track favorito: Tusacai.