¡Cómo nos gusta hablar de música con personas como Ságar! Hace algo más de un año hablamos con elle sobre el lanzamiento de su single Xq t vas? como una reversión de la mítica canción de Jeanette, y en un momento que nos definió como algo caótico en su vida. Sin embargo, ahora ha vuelto para quedarse. Tras el lanzamiento de su nuevo EP, Plata fina, su nueva apuesta es crecer personalmente, y, sobre todo, musicalmente.
En un mundo como en el que vivimos, donde vamos a tal velocidad que parece que no hay hueco para sentir, Ságar nos invita a parar y a mirar hacia nuestro interior a través de las seis canciones que conforman su último lanzamiento. Hablamos y reflexionamos juntas sobre el mundo en general y sobre su música. 
Estos días has estado de vacaciones, ¿qué tal te han sentado?
Muy bien, lo necesitaba. He estado en Mallorca en casa de mi mejor amiga Paula. Siempre he tenido una gran conexión con el mar, quizás porque soy Piscis con la luna en Cáncer. Ha sido un año de mucho trabajo, y estar en la playa sin hacer absolutamente nada es la mejor cura para mí, para descansar, coger fuerzas y enfocar prioridades y objetivos.
Hace poco más de un año hablabas con ACERO, ¿qué ha pasado en tu vida desde entonces?
Desde entonces han pasado muchas cosas, tanto a nivel laboral como personal. He acabado una carrera universitaria, he creado La Emisora, una sección musical en Tendencias Tv y estoy muy contento con los resultados. Me he centrado mucho en encontrar un sonido propio como músico y he compuesto y publicado mi primer EP, Plata fina, que considero que ha sido mi primer proyecto con un sentido completo. Junto a Oskar Okay, he aprendido mucho sobre producción musical y me he centrado también en mi faceta como DJ.
Creo que desde entonces he seguido haciendo lo que me gustaba, música en todas sus vertientes, pero lo que entonces era un juego de niños creo que ahora ha tomado una forma mucho más seria. Ha sido un año de estructurar y darle sentido a mi proyecto musical y profesionalizarlo. 
Me hace gracia porque en ese momento ya te preguntaron sobre tu primer lanzamiento en 2019, Quimi k, y una de las dudas que tenía era si tienes algún tipo de relación con ese campo por las grandes referencias que hay en la canción. 
¡Esa canción me da hasta vergüenza! (risas) La hice con una instrumental de YouTube y la grabé con el móvil cuando tenía dieciséis años. La publiqué con una distribuidora que ahora ni existe y no encuentro manera de borrarla de plataformas… Pero bueno, supongo que es bastante camp que aún sea la favorita de mis amigas de toda la vida. La canción la hice cuando empecé el bachillerato científico. Química era una asignatura que me gustaba mucho, es un poco una crítica a mi colegio y a muchos profesores de la época, de hecho me llegaron a expulsar del instituto cuando la publiqué. Evidentemente a día de hoy no tengo ninguna relación con el campo científico, pero la canción es un buen recuerdo de esa época.
En esa primera canción hay en un momento que dices, “he trabajado mucho para llegar hasta aquí”. Ahora, casi seis años después, ¿qué balance haces?
Ahora mismo veo esa barra y creo que estaba inspirada por la música urbana, trap o underground de la época, donde la mayoría de raperos, traperos, etc., hablaban en sus canciones de lo mucho que les había costado salir ‘de la pobreza’ y triunfar en la industria. Quizá yo me veía reflejado en ellos, los imitaba de alguna manera, era un niño de barrio que quería hacer música. Evidentemente, no tenía ni idea de todo lo que a día de hoy sigo trabajando en mi proyecto musical, no sabía todo lo que me esperaba aún (risas).
Desde ahí, tu música ha ido por etapas que son una muestra de tu evolución. Por ejemplo, hay una que de un momento más disfrutón que se refleja en temas como No tenamores o La respuesta. ¿Qué buscabas transmitir por ese entonces?
Me gusta que lo veas de esa manera, yo también lo veo así. Creo que si entras en mi perfil de Spotify puedes ver claramente las diferentes etapas de mi evolución como artista. Ahora escucho esas canciones (o muchas otras) y me muero de la vergüenza, cambiaría mil cosas. Pero me gusta mantenerlas y cantarlas de vez en cuando, me recuerdan todo lo que he aprendido, en poco tiempo, sin muchos recursos y con muchas ganas.
En ese momento me inspiraba mucho el pop, también fue una época donde consumía mucho indie español y se refleja claramente en esas canciones. Cuando las hice quería transmitir sobre todo la parte divertida de las experiencias amorosas siendo adolescente, es la temática de la mayoría de esos temas.
El año pasado sufriste en primera persona el hate en redes. Si lo miras con retrospectiva, ¿crees que te ayudó a crecer como artista?
Desde luego. No fue una experiencia agradable, sobre todo porque la mayoría de críticas incluían también a mis amigas, que salían en el vídeo promocional que se viralizó. Que hicieran comentarios hirientes sobre ellas me dolió mucho, me sentía responsable y me hizo reflexionar sobre la manera en que los artistas nos exponemos en redes para promocionar nuestra música y conseguir llegar a más público. Esa experiencia me ayudó mucho a tener perspectiva y criterio. Saber que muchas veces no es el objeto o la canción sino cómo lo comunicamos o de qué manera lo vendemos, cómo nos vendemos a nosotros mismos en internet.
Considero también que me encontraba en un momento muy prematuro de mi carrera, creo que fue el momento en el que me di cuenta que la movida musical podía ir en serio, que exponer el arte tiene consecuencias y que no podía hacerlo de cualquier manera como hacía hasta entonces. Y desde luego que Twitter es un lugar horrible y no es un lugar sano donde recibir feedback. Mirando el lado bueno, es mi canción más escuchada, así que tan mal no fue, period.  
Dos años después publicabas temas como Cordura o Xq t vas? ¿Era la antesala para tu futuro trabajo, Plata fina?
Cordura y Xq t vas? nacen como pura experimentación. Quería hacer dos temas en formato A-Side y B-Side haciendo referencia a los discos de vinilo de siete pulgadas en los que originalmente se publicaban los sencillos por su similitud en cuanto a producción y temática. Son canciones que, de base, son pura electrónica pero también contienen elementos como guitarras o bajos. Ambas surgieron de una época donde la mayoría de los bolos que tenía eran dentro de mi colectivo Pixel, de temática electrónica y queer. Se nota en esas dos canciones el rastro que quedó después de la era hyperpop.
Las dos canciones fueron un clásico en cada fiesta que montábamos. No considero que fueran una antesala para Plata fina, que aunque también tiene elementos de la electrónica y el club, es un EP mucho más pop y con una temática e intención distintas. Cordura y Xq t vas? fueron dos temas full experimentación y diversión, hechos y pensados para cantar en el club a las tres de la mañana.
En tu último EP hablas de emociones o momentos que puedes pasar al romper una relación, ¿hay una historia concreta detrás de este trabajo? 
Desgraciadamente (o afortunadamente) hay más de una historia. No habla de una específica, sino más bien de una etapa en mi vida, de muchas experiencias acumuladas estos últimos años. En este EP, siguiendo un estilo pop más experimental y jugando con muchos sintetizadores, hablo de una época de bajón, de emociones tristes, de la rabia, del miedo. Trata la depresión desde diferentes puntos y desde sus diferentes vertientes: no reconocerse a uno mismo, sentirse perdido, la medicación, el abuso de sustancias, desamor, el no querer que nadie se dé cuenta, la vulnerabilidad, etc.
"Que hicieran comentarios hirientes sobre mis amigas me dolió mucho, me sentía responsable y me hizo reflexionar sobre la manera en que los artistas nos exponemos en redes para promocionar nuestra música y conseguir llegar a más público".
Al final hablas de momentos dolorosos, duros, ¿ha sido complicado el poner palabras a esos sentimientos?
De hecho no, escribir es una de las cosas que más me gusta. Lo hago todo el tiempo, cada día, es mi mayor terapia y la mejor manera que tengo de entenderme. Muchas de las canciones son partes de ensayos o textos individuales que ya había escrito anteriormente, simplemente adapté la métrica. La parte lírica del EP es una de las que más contento estoy. También creo que ha sido el primer proyecto donde no he tratado temáticas como el desamor o la tristeza de una manera tan explícita o concreta, sino usando metáforas con elementos que me gustan como el mar o la plata. 
En cuanto a la base melódica, da la sensación de que es algo más alegre, y me llama la atención que es algo que se mantiene en todas las canciones que conforman Plata fina, ¿cómo se consigue unir esos dos conceptos?
Por un lado, el EP combina bastantes géneros musicales como el reggaeton, el Jersey club o el synth-pop pero, en general, tiene melodías y elementos bastante pop. Si alguien me obligara a la difícil tarea de enmarcarlo en un solo género diría que es pop. Es por eso por lo que quizás sus melodías suenan más alegres. Crear un único universo sonoro combinando diferentes géneros era también uno de los retos, y estoy muy contenta con el resultado.
Por otro lado, muchas de las letras de las canciones expresan y cuentan historias difíciles o tristes pero desde la sátira o un punto de vista cómico y optimista, que es algo que me caracteriza. Muchos de estos temas tienen elementos en la producción que evocan al club y son muy fácilmente bailables, como La cura, por ejemplo. Sus melodías y letras pueden describir momentos tristes pero igualmente hacen que te pongas a bailar. Y es que bailar llorando puede ser una de las mejores maneras de sobrellevar la emoción y la situación, ¿no crees?
La estética que rodea Plata fina está muy bien cuidada: la puesta en escena, el vestuario, y por supuesto el sonido. ¿Cómo ha sido el trabajo para que estuviese todo a punto?
Conceptualizar todo el proyecto a nivel sonoro y visual ha sido una de las cosas que más he disfrutado, ha sido como brandear todo el proyecto y ha sido muy divertido. El concepto de la plata surgió como algo casual, no era algo intencional que tuviera claro desde el principio. Un día de Navidad, en mi casa estaba sonando el clásico villancico de Los peces en el río. La primera estrofa dice: “La Virgen se está peinando, entre cortina y cortina, sus cabellos son de oro, y el peine de plata fina”. Me llamó la atención el concepto plata fina y enseguida me di cuenta que como metáfora representaba muy bien la temática del EP y lo que quería contar de mí misma: la plata fina es bonita, brillante, reluce a la luz del sol, pero a la vez es muy frágil y se rompe con facilidad. Sentía que la misma dualidad se encontraba en mi persona. En seguida escribí la canción titulada Plata fina y me di cuenta de que tenía que ser el título del EP porque a nivel conceptual era muy potente.
No solo la lírica estaba de mi parte, toda la parte sonora del EP cuadraba muy bien con sonidos que evocaban a la plata y el universo sonoro rememoraba a este metal brillante. Una vez el EP estuvo terminado, junto a Jan Galí hicimos un trabajo duro de ajustar la estética de las portadas haciendo un guiño también a la plata. Luego, junto a Ariel, también montamos una serie de visuales para anunciar el tracklist en una joya de plata preciosa.
El estilismo del proyecto lo he llevado yo misma y he trabajado con talentosas diseñadoras como Tania Marcial o Luisa Goded, que tenían entre sus colecciones prendas con elementos metálicos que recordaban a la plata. Para mí, este EP debía ser un proyecto completo y he tratado de tener una visión 360, conceptualizando todas sus partes para que tuvieran un sentido propio y crear un universo su alrededor.
El 14 de junio presentaste este último trabajo en una live session. En ese directo fusionaste lo clásico (instrumentos como el violín o el chelo) con sonidos electrónicos. ¿Fue complicado hacerlo?
Esta live session estaba pensada como la última fase, un último regalo que quería hacer al público. Creo que aporta mucha cohesión y clausura al proyecto y a la gira en tanto que recoge muy bien todas aquellas partes que conforman mi imaginario como músico. En la gira de Plata fina también he integrado el violín y otros instrumentos de cuerda como parte del show. Me han acompañado durante muchos años de mi vida en mi aprendizaje como músico, y hacer una versión instrumental de una de las canciones del EP era un reto que me planteé desde el principio. No soy un violinista excelente. Tuve la suerte de ir a un colegio donde se impartían clases de violín y, por ello, estaré agradecido a mis padres toda la vida, pero jamás fui al conservatorio.
Con esto quiero decir que siento que el ‘no profesionalizarme’ en ser violinista como la academia esperaba y no encerrarme en la teoría de la música clásica, aunque es verdaderamente enriquecedora, me ha dado la libertad de aprovechar todo ese conocimiento y poder experimentar con mi instrumento y fusionarlo con mi propuesta musical de la manera que yo he querido, acompañando canciones de música electrónica o siendo parte de la producción de mi EP.
Por suerte, en esta live session conté con la ayuda de Oskar Okay, mi productora, y de Alba Gómez y Morgana Sánchez, músicos. Junto a todas ellas logramos hacer y componer la versión instrumental del tema, que no fue nada fácil, pero fue un proceso bastante divertido y donde aprendí mucho. Además, el día del directo tuvimos a Persona, cantante, productore, músique y lo más importante ese día, técnique de sonido. Elle estuvo al tanto de que todo saliera redondo.
En tu canción Tant de bo hay una frase que, personalmente, me ha gustado mucho: “no pienses más, que no está de moda”, y me lleva a pensar que cada vez somos más impulsivos y menos reflexivos. ¿Crees que esto se puede llevar a la vida cotidiana?
Desde luego… Tant de bo, en castellano, ojalá. No hay mejor palabra para desear algo que sabes que es muy aspiracional, algo que crees que no está a tu alcance, en este caso, la felicidad. Es una canción que habla sobre un gran malestar emocional, y esa frase en concreto hace referencia a cómo a veces este malestar no tiene un hueco en nuestra vida diaria. Vivimos en un mundo tan acelerado que muchas veces me abruma. Pienso que el ritmo frenético de trabajo, consumo y producción al que estamos sometidos muchas veces no deja lugar a la tristeza, al malestar o a un espacio simplemente para parar, reflexionar o pensar.
Estos últimos años he necesitado parar muchas actividades o dinámicas para coger perspectiva y descansar la mente y el cuerpo, para pensar, y he sentido que el precio que pagaba por ello era muy alto: no llegar a las requerimientos de la industria, perder un trabajo, sentir que no se afianzan las relaciones de cualquier tipo… Deberíamos como sociedad hacer un ejercicio de dejar de ver la felicidad como un imperativo y que llega a través de la hiperproducción. La vida también son momentos tristes, momentos tranquilos y momentos donde parar, pensar y reflexionar.
¿Cuál ha sido la canción más difícil de componer dentro de Plata fina?
Ninguna canción me ha costado demasiado componer, la verdad es que han salido todas de una manera rápida y natural. Pero sí recuerdo que Estrella fugaz, la segunda canción del EP y colaboración con Santas, costó un poco más que las demás. Diego (aka Santas) y yo somos muy amigos y teníamos muchas expectativas puestas en la canción porque hacía tiempo que queríamos hacer un tema juntos. Tanto la producción como la letra y la composición fueron complicadas porque nunca estábamos satisfechos, siempre queríamos más.
Diego es una persona muy exigente y perfeccionista, cosa que admiro muchísimo, y siempre queríamos hacer la canción mejor de lo que ya estaba. Recuerdo estar escribiendo la letra con él una noche de verano en su casa y reírnos todo el rato porque no se nos ocurría nada que nos pareciera suficientemente bueno. Siento que quizá la expectativa y exigencia puestas en la canción hicieron que fuera más difícil de componer, pero al final salió de una manera bastante natural y las dos estamos muy contentas con el resultado. 
Plata fina significa el cierre de una etapa, ¿qué será lo siguiente que nos traiga Ságar? 
Es un proyecto que lleva mucho de mí, está muy cargado de lo que yo soy y de mi esencia. Al igual que estoy satisfecho, también estoy muy drenado. Sé que antes de volver a escribir, producir y ejecutar otro proyecto del mismo nivel voy a tener que pasar por muchas más experiencias vitales que me lleven a querer proyectarme de manera artística de nuevo.
Como hemos hablado, vivimos en un mundo que nos requiere mucha inmediatez y sobreproducción. En lo artístico intento mantenerme alejado de estas dinámicas tan aceleradas y darme mi espacio para poder crear en calidad y no en cantidad. Para un futuro inmediato, me apetece seguir formándome y aprendiendo de los músicos, productorxs y creativxs que me rodean, sacar algún single, colaboración, divertirme un poco sin mucha presión.
De momento no preveo ningún álbum como Plata fina, como yo digo, con un sentido completo, ¡pero quién sabe! Seguiré indagando y reforzando mi sonido como cantante y me focalizaré mucho también en mi faceta como DJ, así que ya sabéis, ¡bookeadme! (risas). Por suerte, la música no es lo único a lo que me dedico. Pero cada vez me doy cuenta de que está más conectada a mi vida de lo que yo pensaba. Lo que deseo para un futuro próximo es poder tener los recursos necesarios para invertirlos en hacer música, eso me haría muy feliz.