El otro día por Twitter (que sí, que sé que ahora se llama X…) me encontré con este tweet de @evasefe:  “Venía a decir que me hacía feliz que rebe sea el eterno underground y suene a algo a lo que solo la rebe puede sonar pero luego he visto que tiene un par de canciones con cuatro millones de reproducciones y es que claro es buenísima”. Y estuve pensando en ello un buen rato. No voy a mentir, el nombre de rebe había pasado desapercibido para mí. No había prestado la atención suficiente a este fenómeno que nació en 2019 con Wapa Wapa y que en mi cabeza era una chavalilla indie sin más. Obviamente, yo era la única ilusa que pensaba eso y, tranquilos, en cuanto le di una oída a lo demás, dejé de pensarlo.
Rebe es algo diferente al resto, está claro que o te gusta o no; pero si te gusta, te encanta. Y, en parte, por eso es nuestro eterno underground, que siempre tendrá un séquito de fans que la veneren. Sus conciertos son una obra de teatro donde ella solita se monta el show y te invita a observarla. Hay algo macabro, oscuro, detrás de esa voz dulce, quizás por eso no puedes dejar de mirarla… Tampoco de escucharla. Está sonando dame dame dame eso mientras escribo, es la tercera escucha del álbum y no suena a nada más que a ella, personal e intransferible. Lo ha titulado es que acaso no me oyes??, y difícil no oírla si nos canta sus penas. Pregunté por ahí para ver si tenía algún productor detrás y después me enfadé conmigo misma pensando en por qué no iba a ser ella la productora. Y, efectivamente. Ella está detrás de las producciones, algo que me parece importante remarcar porque meter samplers de los setenta y que suenen así de bien no es fácil.
Rebe, me encanta tu disco. Dicho esto, ¿cómo está la princesa de España?
Muy bien, en la flor de la vida, como seguramente siga el resto de mi vida: lozana y hermosa.
La primera vez que te vi en directo fue este año en el Festival B, era pronto y aún había poca gente, pero fuiste capaz de mantenernos atentos e hipnotizados a todos durante la hora de bolo. Mientras te movías por el escenario, como una muñeca de porcelana hecha realidad, me surgió la curiosidad: ¿cómo será la rebe fuera del escenario y lejos de las canciones? ¿Existe una rebe diferente detrás de todo esto?
También soy una muñeca de porcelana, más vivaz y juguetona, también más podrida y maliciosa… Aunque creo que eso es lo que soy también en el escenario. No siento que tenga que entrar en un papel diferente al que vivo yo en mi día a día, es un sitio más donde dramatizar mis vivencias y seducir a quien me rodea, solo que en el escenario puedo cantar y bailar y someter a todo el mundo a estar callado, mirándome solo a mí.
Desde ese tributo a la Abeja Maya que subiste a Soundcloud –y no he podido encontrar– hasta ahora, han pasado más de cinco años, ¿cómo han pasado para ti?
Pues ahora soy más lista, más wapa y más fértil.
Marisol salió en 2022, desde entonces, nos has ido dejando miguitas de pan en forma de lanzamientos. Sé que es el segundo LP, que primero vino recuerdos de cuando me aplastó una roca y me morí –mejor título ever–, pero lo siento un poco con esa energía de álbum debut, de presentación de una artista al mundo. ¿Lo es? En caso afirmativo, ¿cómo quiere presentarse al mundo la rebe de 2024?
No creo que lo sea, sobre todo que yo no considero que recuerdos de cuando me aplastó una roca y me morí sea mi único disco. Recuerdos un poco antes y un poco después de conocer a 1 xico (el mío) y solo pasiones son discos también. A mí esto de diferenciar entre EP y LP me la refanfinfla, siento que todos se siguen con coherencia y tienen la duración que tenía sentido en su momento. La rebe de 2024 se presenta muerta y dolorida.
Recuerdo una entrevista tuya del 2021 para El Español, donde decías que te encantaría que te rompiesen el corazón para recrearte en ello y componer. Ahora que ha salido es q acaso no me oyes?? me preguntaba si ha sucedido lo que ibas manifestando. ¿Qué hay detrás de este álbum? ¿Qué nos quieres contar?
Nunca busco que me ocurra algo para componer, a mí me gusta vivir y cuando vivo hago mis canciones, si estoy triste, feliz, enfadada, celosa, juguetona… canto una canción. Si alguna vez no quiero cantar una canción no lo haré y punto final. No me han roto el corazón aún, pero aparentemente mi corazón está roto y estoy desesperada, ¡o eso cuentan mis canciones!
Yo ya le he dado un par de escuchas, pero para quienes vayan a hacerlo ahora, ¿cómo recomiendas escucharlo, siguiendo el orden del tracklist o al pito, pito, gorgorito?
Como les venga en gana, que hagan lo que quieran con mi disco. Como si quieren escuchar solo una canción para el resto de la eternidad (pero que por lo menos sea una y que sea para el resto de la eternidad).
Voy a ir directa con esta, ¿a quién odias en os odio?
A todo ser vivo y muerto, pero sobre todo a los vivos.
Me es curiosa la dualidad entre llévame contigo y yo te llevo conmigo al cielo, ¿qué hay detrás de estas dos canciones?
¡A mí también me es curiosa! No sé qué quiere decir, a menudo no me doy cuenta de que hago cosas que tienen demasiada relación unas con otras. No lo he pensado de antemano, no sé dónde está ese lugar lejano al que quiero llevar a alguien o a donde quiero que me lleven, pero seguro que está lejos del mundo y del dolor.
No te voy a engañar, duelo de amor me ha tenido gritando con cada frase que soltabas. I mean… “Me he hecho pis en el portal de su casa” o “Si a esa niña de cara rosada le quito la hermosura de una patada”. ¿Cómo lo haces? ¿Cómo te vienen a la cabeza estos statements?
Me pongo celosa y luego me da mucha risa y eso es lo que me sale, en general me encanta la pasión de los celos.
En la charla que tuvimos contigo a principios de año pasado –wow, qué fuerte, estamos en 2024– mencionaste que tu proceso creativo comenzaba con elegir una canción que te gustara y modificarla, ¿has seguido con el mismo enfoque en este disco?
Sí. No siempre, pero casi siempre parto de una canción. Puede ser a partir de una melodía, una progresión de acordes, cómo se combinan un bajo y una batería y así. Me gusta pensar en qué es lo que hace que una canción sea particular cuando comparte muchos elementos con otras canciones. Y me gusta mucho coger cosas que ya existen, no siento que sea muy diferente a componer una canción de cero, porque cuando compones de cero estás copiando patrones que tienes en la cabeza de millones de canciones que has escuchado antes. Seguramente siga haciendo música de esta manera hasta que alguien se enfade conmigo y me metan en la cárcel.
Hay melodías que me suenan familiares pero que no acabo de identificar, como la del estribillo de hasta el fin. ¿Me desvelas alguna canción que hayas utilizado de inspiración o prefieres mantenerlo en secreto?
Hasta el fin justo es una canción que no he hecho a partir de ninguna otra, la hice jugando con un tecladito de autoacompañamientos que tiene estilos preestablecidos. Mucha gente me ha dicho que suena a clásico de balada dramática, a canción que ya han escuchado antes, y a mí  misma me suena a eso también. En general me gusta jugar con estructuras clásicas de canciones, con acordes y melodías predecibles y pasarlo por el filtro rebequita extraño caótico enrarecido.
Decirte que las producciones de los temas son increíbles. Me parece muy difícil mantener esa estética latest folclore español, con los sintetizadores de los noventa y samplers de instrumentos de viento, junto a toda la movida actual. Y tú lo consigues. Es cosa tuya, ¿no? ¿Estás abierta a producir con más gente?
Muchas gracias… las canciones las produzco yo. En este disco me ha ayudado mucho Otro, que es como un ángel de los cielos, pero por lo general, por mucho que me gustase, se me hace muy difícil encontrar gente con quien colaborar, especialmente con las producciones… Las malas lenguas podrían decir que soy un poco insoportable y tiquismiquis.
Aquí seguimos esperando una canción tuya en italiano, ¿esa idea se mantiene en mente?
Sí, ojalá, y en valenciano inventado y en japonés, portugués e inglés podrido.
Para acabar la entrevista, y aprovechando que empezamos el año, te voy a pedir los no-propositos de este año. ¿Qué cosas 100% no quieres hacer este 2024?
En vez de sacar un vinilo de mi disco he decidido dividir a la rebequita en 250 partes y encerrar a cada una de ellas en unas muñecas de tela que he cosido con Tania Millón. En su interior, entre pelusas, pelos y plantas, hay unos botones que al apretarlos emiten sollozos, gritos y melodías del disco… es que acaso no me oyes??
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