Olvido puede ser todas las cosas que quiera a la vez, y no es broma. Le salen los proyectos y las ideas por las orejas: si no está maquinando algo de música, prepara algo de moda. De hecho, nos tendría que asustar un poco si está calmadita y sin nada entre manos.
Para ella el club es el punto de reunión, el hogar para estar con sus amigas y estrechar más los lazos. Cuando está enfrente de la mesa de mezclas es su intuición la que habla. Inspecciona el público, siente buena vibra y sigue adelante. Sus sonidos flotan entre el hard dance y el ambient, y todo el espectro de beats que se pueden encontrar entremedio. El viento sopla a su favor desde que empezó a pinchar y ha sentido el calor de los clubs desde el minuto uno. Y no es suerte, es currárselo.
Antes de empezar, ¿podrías presentarte para quién no te conozca?
Soy Olvido, una DJ emergente basada en Madrid. Llevo en la escena alrededor de tres años y utilizo el club y mi proyecto como espacio de expresión de mi arte, género y persona. Aparte de esto y en mi día a día soy Nico, mi nombre real, con el que me tratan las personas más cercanas en mi vida; Olvido es mi proyecto y me dedico principalmente al diseño de moda, estilismo y otras doctrinas creativas, como la escritura o las artes plásticas.
Soy residente en la fiesta Enigma, que apostó por mí desde el principio y por mi música, pero he tenido la oportunidad de pinchar en otros clubs maravillosos como Razzmatazz o LaDiscoteca. A pesar de mi corta trayectoria, sé que habrá muchos más. También soy una persona trans en proceso de transición, aprendiendo a navegar mis contextos y realidades, tan solo tengo veintidós años y me queda mucho por aprender.
Aunque me considero una persona bastante experimentada y madura para la edad que tengo, sigo con ganas de evolucionar y crecer tanto en mi faceta artística como en la persona en la que cada día estoy más cerca de convertirme.
La electrónica y la esencia rave son fundamentales en tu proyecto. A lo largo de la historia siempre se ha asociado esta práctica al colectivo, pero, ¿crees que se está viviendo ahora el boom en lo mediático?
Es evidente que la electrónica y el clubbing están de moda. En la escena queer llevan mucho más tiempo siendo relevantes, como bien has dicho, pero es algo que pasa siempre y nunca se da crédito. La contracultura queer, underground, siempre va unos años por delante de lo mainstream, que después se apropia de la parte capitalizable de la anterior y lo explota para masticarlo y vomitarlo a las masas, convirtiéndolo en un producto monetizable y vacío. Así que sí, creo que han dado un boom mediático, pero no de la forma en la que debería.
Por suerte, los espacios contraculturales siguen siendo fuertes y cada vez hay más gracias al trabajo de las personas del colectivo, porque se vende esta imagen de las fiestas de electrónica como un lugar en el que las personas solamente van a excederse, drogarse y liarla, pero para las personas disidentes es algo mucho más grande que eso; son lugares en los que podemos llevar nuestra expresión verdadera al máximo y socializar a través de ella sin ser juzgadas, increpadas o agredidas. El club queer es comunidad y espacio de resistencia, e incluso hogar. La noche nos ampara y protege permitiéndonos ser quien somos y ver al resto hacer lo mismo. Es tan valioso… Es algo que en los clubs comerciales, aunque pueda sonar la misma música y desde fuera se vea muy parecido, no sucede.
¿Cuál es el proceso creativo que sigues a la hora de preparar para una sesión?
Soy bastante caótica para eso. Una gran parte de mi performance, evidentemente, es mi aspecto y look, cosa que siempre suelo preparar con bastante antelación, tanto la mía como la de todas las amigas que necesiten mi ayuda para estar divinas. Es muy estresante porque he llegado a vestir ocho personas en una sola tarde simplemente para salir de fiesta, pero adoro hacerlo y disfruto cada instante de ello.
Sin embargo, en cuanto a la música, me gusta mucho improvisar y crear las mezclas y los sets en el momento que suceden, previamente solo suelo descargar la música que me apetece poner esa noche y leerla en una playlist. Luego, el público y como me sienta en ese momento decidirán.
Para una sesión en directo, ¿eres de las que tiene algún ritual o manía? Cuéntanos.
Realmente no, soy bastante sencilla. Siempre antes de salir me hago el labio y le doy un buen beso en la boca a la amiga que me acompañe en ese momento, preparo los cascos, el pincho, me planto las gafas de sol y a reventarlo.
Por lo que he podido investigar, llevas dos años pinchando, y en este tiempo has ido desarrollando la idea creativa, el concepto artístico o los visuales, entre otros muchos factores. Dinos, ¿cómo recuerdas tus inicios?
Siempre he sido muy melómana, la música me ha acompañado desde pequeña y ha sido refugio e inspiración para mí durante toda mi vida. Pero nunca me planteé dedicarme a ello, dejé los instrumentos que sabía tocar de niña y canto horriblemente mal. Mi pasión siempre ha sido la moda y la costura, y estaba conforme con desarrollar esa vocación.
“El club queer es comunidad y espacio de resistencia, e incluso hogar. La noche nos ampara y protege permitiéndonos ser quien somos y ver al resto hacer lo mismo.”
¿Y qué ha pasado para que des el paso?
Cuando llegué a Madrid en 2021, desde mi pueblo de Castilla y León, ya me gustaban mucho el dance y la electrónica y fui a un par de fiestas pequeñitas. Ver a los DJs pinchar me fascinaba y me comía la curiosidad por entender cómo lo hacían. Entonces compré una controladora DDJ200 de segunda mano a medias con mi amiga y compañera Alex y me puse a investigar.
Sorprendentemente se me daba bien y me resultaba muy natural mezclar y encontrar sonidos que funcionasen entre sí, así que continué haciéndolo sin mayor pretensión más que pasarlo bien y disfrutar de la música. Subí algún mix a SoundCloud y conseguí un par de bolos muy pequeños con amigas como Karne, quienes me bookearon por primera vez; siempre les estaré muy agradecida.
Después conocí a mi queridísima amiga y hermana Paola, con quien pude compartir el inicio de nuestra carrera como DJs profesionales y nuestro primer bolo ‘grande’, que fue el cierre de la second room de Enigma, esa noche nunca se me olvidará. El resto llegó rodado y sin que apenas me pudiese dar cuenta. Hasta ahora, y con todo lo que aún tengo por delante.
Entonces, ¿crees que en tu caso estas dos ambiciones, la moda y el club, no se entienden la una sin la otra?
Todas las facetas de mi arte conviven y beben la una de la otra, así que en efecto, no podría separarlas. Ambas albergan un peso totalmente simbiótico en mí y mis proyectos. La música y la moda siempre han estado muy relacionadas en general y para mí no es excepción.
¿Tenías claro cómo querías sonar y hacerte ver desde el principio? ¿Cómo percibes tú tu evolución?
En absoluto. La persona que comenzó no tiene nada que ver con quien soy ahora, una adolescente inexperta de diecinueve años con mucha menos idea de las cosas que la que suponía que tenía. Es a través de todo este proceso y frenesí que me he ido conociendo y encontrando cada vez más.
Mi proyecto lo considero una extensión de mí misma, forma parte de quien soy. Olvido es Nico y Nico es Olvido, y las dos coexisten y beben la una de la otra. Con mi música pasa lo mismo: a pesar de haber orbitado siempre más hacia el hard dance y los BPMs altos, es a través de mi experiencia que voy encontrando realmente mi sonido, el cual fluctúa y lo hará siempre. No me gusta la linealidad, quiero renovarme continuamente y poder ofrecer cosas nuevas al público siempre que toque una mesa de mezclas.
Llevas desde 2021 pinchando, y tres años dan para mucho. ¿Cuál ha sido el mayor desafío al que te has enfrentado cuando empezaste a hacer sets en clubs?
Es curioso e inusual, también sé que influye que mi trayectoria no es demasiado extensa, pero he tenido la suerte de haber trabajado siempre con personas que valoraban profundamente mi trabajo y apreciaban mi arte, así que en los clubs que he pinchado aún no he encontrado gran resistencia o retos, más allá de transfobadas puntuales o personas maleducadas.
Creo que el mayor reto al que me he enfrentado ha sido encontrar el equilibrio entre la vida nocturna y la diurna. Es demasiado fácil perderse en los atractivos de la noche y sobre todo crear relaciones que parecen reales y luego se disuelven con la luz del sol. Creo que la noche, al componer una parte tan nuclear de la vida social de muchas de nosotras, puede hacernos pensar que personas que consideramos presentes en nuestra vida son solo reflejos ideales que realmente no existen.
Me considero una persona muy sensible, siempre doy todo de mí por quien quiero y admiro, y me enorgullezco profundamente de ello, pero puedo haberme entregado a quien no debía y confiado en personas que realmente no eran mis amigas. Así que aprender a diferenciar los reflejos de las amigas de verdad ha sido mi gran reto porque he dejado (y dejaré) atrás a muchas personas de la noche, pero a través de ella he encontrado también a las personas más importantes de mi vida actual, a quienes puedo llamar mi familia.
Ni el mundo de la moda ni el de la música son fáciles de acceder; conseguir destacar, formar tu propia personalidad como artista, que confíen en ti y en tu trabajo y que los clubs donde vayas sepan respetar tu esencia es de lo más complicado. ¿Cómo gestionas la frustración cuando ocurren estas cosas?
La verdad que he tenido la fortuna de no tener que enfrentarme a situaciones de ese tipo, por lo menos no de forma muy evidente. La opresión y la censura siempre están ahí y muchas veces las estaré sufriendo sin siquiera darme cuenta, pero creo que lo peor que me he encontrado ha sido que no me permitieran poner la música que realmente quería, ya sea por el estilo de la fiesta o el slot horario en el que me colocaban. Pero ya pinchando siempre he hecho lo que me ha dado la gana, total, no van a parar la música y dejarlo todo en silencio, saldrían perdiendo ellos. Además, del público nunca he recibido quejas, se me da bastante bien leer la energía del ambiente.
Everything I’ve Ever Known Comes from Love es el título de tu último set. Aparte de sonar precioso, me lleva a imaginar un grupo de amigas que van corriendo al club a las que les pasan cosas divertidísimas por el camino. Una vez ahí, la película corre en cámara lenta, se vuelve oscura e iluminada por neones. ¿Tú también eres de las que se montan movidas mentales para crear tus mixes, o partes de experiencias físicas?
Me encanta esa interpretación, sobre todo por lo lejos que está de lo que significa para mí este mix. Lo creé en un tiempo bastante bajo de mi vida y representa un poco la tristeza y la lucha interna que vivía en ese momento, pero su valor también reside en lo que transmite a otros.
Sobre tu pregunta, diría que ambas. Sobre todo ante la música, y más la electrónica, transmite cosas muy abstractas y me encanta por ello, pero también te lleva a lugares muy concretos y vivencias exactas; es una de las cosas que me resultan más mágicas. Pero sea ficticio o real, lo que valoro es la total huida y rechazo de la banalidad, me gusta incluir un significado e historia a cada cosa que creo o vivo, si no me resultaría un aburrimiento vacío.
Ahora que vives la vida nocturna desde dentro, ¿cómo ves el sector español? ¿Crees que se reconocen a lxs DJ como propios artistas o vamos un poco atrasados en este ámbito?
Hablar de España en general es muy difícil, pues conviven muchísimas escenas diferentes que conciben el mundo del club y a los DJs de formas muy dispares, pero es evidente que esta concepción está evolucionando mucho de forma social y siento que a mejor. La imagen de DJ se profesionaliza y ensalza cada vez más, aunque, como siempre, en esto van primero las personas cisnormativas, blancas y ricas, y les seguimos el resto, pero la dirección me parece la correcta.
“El mayor reto al que me he enfrentado ha sido encontrar el equilibrio entre la vida nocturna y la diurna. Es demasiado fácil perderse en los atractivos de la noche y sobre todo crear relaciones que parecen reales y luego se disuelven con la luz del sol.”
Echando la vista atrás, imagino que te habrás encontrado en situaciones donde la falta de experiencia en este mundo podían jugarte alguna mala pasada, ¿cuáles son los aprendizajes que te llevas contigo y las red flags que ya detectas de lejos?
Creo que todas nos hemos comido bolos de mierda y situaciones desagradables. Es inevitable, cuando empiezas, que se intenten aprovechar de ti. Si encima careces de experiencia, te haces pequeña delante de la situación. Pero si algo he aprendido es la importancia de valorarse a una misma y hacerse valorar, de llevar siempre tu arte por delante de todo y mantenerse fiel a ello, aunque eso signifique perder el curro o un contacto, ya veremos qué se hace con el resto.
Lo que debe ser para una siempre llega, lo que no nos pertenece se desprende y se va aunque te aferres a ello. Y hablando de algún aprendizaje más concreto, pedir rider siempre, llevar tus propios cascos y no aceptar fees de mierda aunque la fiesta sea ‘importante’.
¿Cuáles son tus referentes musicales en los que te inspiras para crear los sets? ¿Dónde los buscas?
Pues sorprendentemente son variados y dispares entre sí. Sé que muchos de mis productores favoritos, si se conociesen, se llevarían fatal. Me encanta el jumpstyle de centro Europa y el hardcore francés, pero también todo el hard dance de productoras queer emergentes. Sobre todo me gusta apropiarme de música muy heterosexual y masculina, creo que al ser una chica trans quien la pincha le da un punto burlón e irónico que adoro.
Nombres que me vienen a la mente ahora mismo podrían ser Boe Strummer, Jexxo, Ecstasya o Pat B. Obviamente, aparte de las personas cuya música pincho, mi mayor inspiración son mis amigas DJs como Sonora, Fukcnormal, Cerescente, DjFinalBoss o Sofy Suars, entre una larga lista de etcéteras.
¿Cuál es el club soñado y la persona soñada con quien te gustaría colaborar?
Mi club soñado, qué difícil… podría decirte que crear un show para Sónar o hacer una Boiler Room x Primavera Sound son unos de mis objetivos más ansiados. Nunca he pinchado en un festival y la escena de Barcelona me fascina. En cuanto a colaborar, me encantaría hacerlo con tantísima gente… pero por nombrar a quien se me viene ahora a la cabeza serían Haina From China o Slim Soledad, las dos me inspiran muchísimo y creo que un B2B con cualquiera de las dos sería criminal.
Si tuvieras la oportunidad de viajar por el país que quieras a presentar tus sets, participar en clubs o festivales, ¿a qué país te irías y por qué?
Algún país asiático: China, Japón, Malasia. Tengo muchas ganas de conocer el continente, creo que aprendería muchísimo y la gente disfrutaría mucho de mi música, sobre todo por el cambio cultural que supondría, sería muy enriquecedor. También siento que en Occidente está todo tan globalizado, que por muy lejos que me vaya va a ser todo mucho más parecido, y el cambio y lo desconocido siempre me llaman más que quedarme en mi zona de confort.
¿Tienes algún proyecto entre manos que puedas desvelarnos? ¿Dónde te podremos ver?
En cuanto a bolos estoy bastante tranquila, no acepto todo lo que me ofrecen, me he vuelto algo más selectiva y en parte lo agradezco, me está permitiendo centrarme más en mí misma y en otros proyectos que el trote de pinchar continuamente no me estaba permitiendo desarrollar. También estoy aprendiendo a producir, cosa que me hace mucha ilusión porque supone un pasito más en mi carrera musical, y más pronto que tarde empezaré a publicar mi música. Pero aún está en proceso, quiero que sea lo más perfecto posible.
Llevo más de dos años gestando mi firma de moda, el proyecto de mi vida, el cual también saldrá a la luz en poquito tiempo, pero soy muy perfeccionista y los detalles consumen mucho esfuerzo. Además, mis recursos son bastante escasos. Pero luchando por ello, como todas las que estamos empezando, y con ganas infinitas de llevarlo todo a cabo.
Así que cerrando esta pregunta, manténganse a la espera y sigan atentas porque esto solo está empezando. Muchísimas gracias a ACERO y a Antonio por concederme esta entrevista, ha sido todo un honor. Un abrazo enorme, nos veremos en la pista o en las pasarelas, quién sabe.
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