Tal como dice su nombre, Duro es literalmente el adjetivo que define el nuevo y arriesgado EP de cinco canciones de Natalia Lacunza, que acaba de publicar. Con una portada colorida y fiel a su característico estilo, sonidos nuevos y una mezcla de géneros con los que nunca había experimentado, la esencia de esta propuesta es, como siempre, un proceso de reinvención según lo que le pide el cuerpo. Y esta vez el cuerpo le pide dejarse llevar.
Natalia es una currante innata. Desde el inicio de su éxito en 2018, la cantante no ha parado de lanzar hits experimentando con su sonido. Lanzamiento tras lanzamiento, cada canción es diferente a las demás, y han supuesto un proceso de autodescubrimiento que culmina en este EP con el cual, tal como dijo la artista en una entrevista recientemente, se quita la espinita de tocar otros estilos, expresiones o actitudes que aún no había probado. Pero toda currante necesita un respiro, y tal como ha anunciado la pamplonica, después de tres años seguidos de trabajo intenso, se va por la puerta grande a descansar para volver con las pilas cargadas y empezar una nueva etapa. 
Podríamos decir que es su EP más divertido, se nota que ha venido a jugar y a gozarla con ritmos atrevidos sin presión por la crítica. Sin dejar de lado la intensidad que tanto la caracteriza, los sonidos fluctúan entre música pop –parecidos a su álbum Tiene que ser para mí (2022)–, electrónica y reggaetón tristón. Además, añade distorsiones de su voz, con la que disfruta pitcheándola para arriba y para abajo, ¡y qué bien le queda!
Aunque no resalta a primera vista, el conjunto de las cinco canciones es un círculo cerrado, un viaje de emociones con inicio y desenlace. Empieza con Intro (Duro) que, a pesar de que a medida que avanza se vuelve más marchosa, la letra no acompaña a una celebración, pues habla de una persona que no se encuentra y que no acaba de afrontar sus movidas. Le sigue P.D.P, con un ritmo más cañero, que se centra en el dolor de un amor pasado ahora imposible. Llegamos al ecuador del EP con La próxima, un perreo melancólico con un tono más romántico. 
Nunca Llega 05 es simplemente un hit con el que puedes tanto llorar en tu habitación como darlo todo en los clubs. Con un sonido que nos recuerda al tema que tiene con Videoclub, Enfance 90 (2020), pero con un ritmo muchísimo más fuerte, habla de una relación condenada al fracaso. El ciclo se cierra con Verdadero, el tema más introspectivo con letras como “Que Dios me perdone por no haber sabido / Cuál era el momento de reconocer / Dejarme de lado, no sacarme brillo / Y tapar el oro que esconde mi piel”. Actúa como clímax de este viaje, que empieza con una persona que no se tiene en cuenta y termina por reconocerse y valorarse. Con un house atmosférico y atrevido, es un claro ejemplo de la madurez sonora de Natalia, que nos deja con grandes expectativas a su vuelta.
Track favorito: Nunca Llega 05.