Ha tardado siete años, pero todo tiene una explicación. Son muchos los motivos de tanta espera por un nuevo disco de Nach, pero supongo que él le dará mucho peso al destino. Cada vez más determinista, el artista acaba de presentar Destino, un trabajo en el que lo dictado por las moiras juega un papel importante y confirma que por alguna razón la vida te pone cosas enfrente sin ningún sentido aparente.
En su opinión, de nuestro lado solo está poner de nuestra parte para sacarle ganancia. Utilizar lo que está escrito como motor para seguir avanzado. Él, por ejemplo, nunca planeó dedicarse al rap, a la música y al arte, pero aprovechando las circunstancias se ha convertido en una de las figuras históricas más relevantes del hip hop hispano y está de vuelta para que leamos una página nueva de su aventura. Todo parece parte del Destino, y la nueva entrega no podía no ser homonímica. Alea iacta est.
Estamos aquí para hablar de tu nuevo disco, Destino. No te tenía como una persona tan determinista como para llamar a tu último trabajo de esa manera.
Pues cada vez más, tío, cada vez creo más en él. He leído cosas que tienen que ver con el cómo todo está de alguna manera estipulado y ver cómo hay cosas que funcionan más allá de nuestro control me fascina. Me hace reflexionar bastante sobre el porqué.
El disco se llama así porque tiene que ver con ese pensamiento de que muchas veces, aunque intentes controlar determinadas cosas, la vida te lleva y tienes que poner de tu parte. Todo eso se une en un camino vital que hace que vayas a sitios donde muchas veces ni te esperas o ni te planteas. Yo nunca planeé dedicarme al rap, por ejemplo, nunca fue un plan de vida sino una actitud.
El disco se llama así porque tiene que ver con ese pensamiento de que muchas veces, aunque intentes controlar determinadas cosas, la vida te lleva y tienes que poner de tu parte. Todo eso se une en un camino vital que hace que vayas a sitios donde muchas veces ni te esperas o ni te planteas. Yo nunca planeé dedicarme al rap, por ejemplo, nunca fue un plan de vida sino una actitud.
Claro, no hubo una estrategia.
No, era una forma de vivir nuestra muy underground. Era vivir algo que estaba pasando pero que no sabíamos dónde nos iba a llevar. Ninguno tenía un plan. Recuerdo en la época estar con SFDK y con otros grupos, y todos hacíamos rap porque nos molaba pero no planeábamos nada más allá. El destino también lo veo como algo que hay más allá y que me hace tener un propósito.
Pero el destino justo quita todo propósito, ¿no? Si todo está escrito, da igual lo que hagas.
Yo veo el destino como una meta, como un camino a donde puedes llegar o no. Ese proceso ya te genera un propósito para ir avanzando. Ese avance es lo que a mí me da sentido en el día a día. Después de tantos años haciendo música es importante para mí decir que sigue habiendo más allá. Tener esa mentalidad de decir que aún hay mucho por aprender me ha puesto en marcha muchas veces.
¿Que hayan pasado siete años desde que sacaste tu anterior disco lo entiendes entonces como algo propio del destino, de tu camino?
Para hacer un disco como el que quería necesitaba un tiempo para reencontrarme a mí mismo. Podría haber sacado uno en 2021 perfectamente, pero no habría sido el disco que hubiera querido sacar porque no lo tenía claro ni tendría los ingredientes que yo estaba absorbiendo. Renové mi equipo de trabajo con gente de Alicante para volver a sentir lo que sentía cuando hacía maquetas con mis colegas. Que haya tardado siete años es algo que tenía que pasar. Quizás volviendo a eso del determinismo, sí. Y tío, llegó el Covid, tenía que vivir cosas para poder contarlas.
Está claro que cada uno tiene sus procesos, pero se hace raro con los ritmos actuales de la industria.
Es que los ritmos actuales de la industria muchas veces no son para mí. Tenía dos partes internas que siempre dialogaban. Me decía: ya sabes que si desapareces de la pantalla la gente se olvida de ti, pero yo necesitaba mis tiempos. En un momento dado me perdí y tenía la sensación de que no estaba conectado conmigo mismo de la manera que me gustaría. Una vez volví a conectar, me di cuenta de que me tenía que adaptar a muchos de los ritmos de hoy en día pero evitando los que no van con mi filosofía. Eso llevó un tiempo y supe que quería hacer las cosas a mi manera, sin involucrarme más de la cuenta en lo que no quiero, ni estar metido en la rueda de esto constantemente. No puedo controlar volver a estar en el top o que se me respete de esa manera, tenía que hacer el mejor disco posible y ejecutarlo para que me valiera la pena.
Lo que hablas de volver al top y el miedo a que se olviden de ti también es un tema. Los artistas tenéis que tener algo de egocentrismo al pensar que lo hacéis merece la pena ser escuchado, y perder relevancia tiene que doler. Supongo que la pausa también lucha contra eso.
Claro, por eso había dos partes luchando. A veces salía a la calle y me decía, ya no me reconoce tanta gente como antes. Había una parte del ego que pensaba, mierda. Pero por otra parte me di cuenta de que estaba bien. En un mundo donde estamos siempre tan enfocados hacia fuera, necesitaba un tiempo para mirar hacia dentro. Tenía que darle vueltas en mi cabeza para llegar a hacer algo de lo que me sintiera orgulloso, de mezclar mi esencia con otras nuevas y conectar con generaciones diferentes. No ha sido un disco fácil de ejecutar.
Mencionas que en este álbum has mezclado tu esencia con cosas nuevas y que has conectado con generaciones diferentes, ¿cómo se refleja todo lo nuevo?
Creo que en lo atemporal siempre están esos instrumentos de cuerdas, de pianos, que me encantan y me llevan a interiorizar determinadas emociones que luego saco. En cuanto a lo nuevo, he escuchado cosas muy diversas, pero lo más destacado creo que a nivel de tempo. No quería quedarme con tantos temas de 90 bpm y les empecé a pedir a mis productores beats a 100, 110, 120, o 140 bpm para aprender a fluir aquí. Al principio me costaba pero fue salir de mi zona de confort.
A nivel percusión, a nivel sonido o a nivel ambiente, también era importante para mí hacer algo. Hacer que las canciones tuvieran profundidad en cuanto al mensaje pero que no fueran tan densas. Quería darle más dinamismo manteniendo que el fondo fuera mío. Fui probándome con cosas, incluso con autotune, jugando de muchas maneras. Me lo pasé increíble y estoy muy contento con el resultado.
A nivel percusión, a nivel sonido o a nivel ambiente, también era importante para mí hacer algo. Hacer que las canciones tuvieran profundidad en cuanto al mensaje pero que no fueran tan densas. Quería darle más dinamismo manteniendo que el fondo fuera mío. Fui probándome con cosas, incluso con autotune, jugando de muchas maneras. Me lo pasé increíble y estoy muy contento con el resultado.
¿Solo entiendes el género desde la poesía? Has mantenido su esencia como dices y parece que no te puedes separar del rap poético.
No es que lo entienda o no. Yo entiendo muchos tipos de rap, pero en mi ser hay una manera de observar y de canalizar todo lo que me ocurre en la vida que no sé hacerlo de otra manera. Crear letras de una manera cinematográfica, donde se vean las imágenes y se cuenten cosas que me remueven, es la única manera en la que entiendo esto. Si no, estaría forzando otra cosa. Y esto me ha pasado durante toda mi carrera. Cuando era más joven ocupé un espacio que no estaba ocupado, que era una especie de rap más emocional, y creo que eso fue un acierto porque encontré mi hueco. Fui fiel a mí mismo desde el primer momento y lo llevo con orgullo.
Es verdad que has sido un referente del malabarismo lírico.
Siempre me he fijado en todas estas cosas, en jugar con las palabras y las estructuras. Los MCs que yo veía y admiraba eran los que hacían cosas muy locas en este sentido a la vez que te decían algo en esa frase. Eso para mí es lo que más dificultad tiene.
¿Por qué crees que ha perdido importancia el rap poético dentro del género?
Porque la sociedad cambia. El esfuerzo de leer un libro es mayor que el que teníamos antes por una cuestión de capacidad de atención. Estamos metidos en una dinámica donde todo es más inmediato y es una cosa que me da pena porque mi rap y mi forma de hacer música no se llevan muy bien con el algoritmo. Este tipo de discurso más profundo, más crítico, más poético o más abstracto cuesta más. También los oídos se han inundado de estribillos entonados de una manera que entra muy fácil, de mantras muy sencillos, y cuando se da algo más trabajoso es como, ¿qué me estás contando? Uf, no tengo tiempo para esto.
¿Crees que esta tendencia por lo inmediato os ha hecho perder un poco de vigencia a los raperos de tu generación con respecto a las generaciones actuales?
Los códigos han cambiado, los mensajes que escuchan los chavales son diferentes. No son ni mejores ni peores. También hay artistas más jóvenes que hablan de un determinado carpe diem, de una determinada mentalidad sobre cómo afrontar la vida. Creo que es una cuestión de forma. Aunque no haya mucho fondo, la forma que ven a través de las imágenes impacta a los chavales. Hay muchas variables ahí que hacen que los chavales se fijen más en unas cosas en las que los artistas que tenemos una edad ya no nos fijamos tanto. Nosotros nos mantenemos con nuestro discurso, nuestra historia y eso hace que muchos no terminen de conectar.
Y la novedad.
También. El ser humano siempre busca lo nuevo. A nosotros ya se nos ha escuchado mucho.
Hablabas antes de los estribillos, no sé si te referías al reggaetón. ¿Puede que haya un mínimo beef en la frase “aquí no perreamos, aquí rapeamos”?
Es la verdad. Yo con la gente con la que estoy se rapea, no se perrea, y es lo que llevamos haciendo toda la vida. Es nuestra actitud, nuestra manera de entender el mundo y cómo reaccionamos ante él. Pero no es un decir a la mierda con el perreo, simplemente es que nosotros somos MCs.
¿No escuchas reggaetón?
No. Poco. Lo escucho a través de mis sobrinos (risas), pero no es una música que me genere sensaciones más allá. Lo respeto y lo entiendo, sé que tiene sus procesos y que tiene un montón de cultura detrás, pero no me llega. Que no me llegue no significa que lo odie.
¿Cuál es tu relación con los raperos más jóvenes? Viendo los featurings de Destino, entiendo que bien.
En muchos aspectos hablamos el mismo lenguaje y para mí es importante aprender de ellos. Hay muchas cosas que he perdido en el camino o que se han oxidado, y ellos tienen unas habilidades relacionadas con llevar su música adelante que es increíble a nivel multitasking. A nivel de actitud igual, respeto mucho.
Natos y Waor, que lo han petado a muchos niveles, son un ejemplo de cómo hacer las cosas bien. Los artistas de mi generación estamos siempre encontrándonos a gente que nos respeta mucho y a otros que reniegan de nosotros, aunque son más los primeros. Antes de conocer a alguien dices, a ver qué piensa de mí, y la mayoría de veces te dicen, tronco, encantado de conocerte, te he escuchado muchos años.
Natos y Waor, que lo han petado a muchos niveles, son un ejemplo de cómo hacer las cosas bien. Los artistas de mi generación estamos siempre encontrándonos a gente que nos respeta mucho y a otros que reniegan de nosotros, aunque son más los primeros. Antes de conocer a alguien dices, a ver qué piensa de mí, y la mayoría de veces te dicen, tronco, encantado de conocerte, te he escuchado muchos años.
Es que tú en concreto has sido una referencia enorme para el rap de habla hispana.
Sí. Es algo que no entraba en mis planes, lo vuelvo a decir.
Una de las colaboraciones que más me ha sorprendido es la de Eladio, musicalmente no estáis cerca. Seguro que ha surgido de esta admiración.
Sí, a mí también me mola Eladio, aprendo mucho de él. Me llamó para hacer un tema para su disco porque nos seguíamos por redes de una manera muy discreta (risas). Él me mandaba algún mensajito, yo le mandaba otro, y al final me llamó. Le dije, yo salgo para tu disco pero quiero que te metas en mi universo. Él me decía que me había escuchado mucho y veía que tenía sentido hacerlo para ver qué salía.
Otro de los retos del disco era este, meter a artistas muy diversos que se involucrarían en mi universo y ver qué sucedía. Podría haber colaborado con gente que estaba clara, como el tema de SFDK, pero el reto era ver cómo meto a Eladio o a Manuel Carrasco.
Otro de los retos del disco era este, meter a artistas muy diversos que se involucrarían en mi universo y ver qué sucedía. Podría haber colaborado con gente que estaba clara, como el tema de SFDK, pero el reto era ver cómo meto a Eladio o a Manuel Carrasco.
Manuel Carrasco también es sorprendente.
Me apetecía. Es muy amigo mío y surgió por ver qué sucedía a pesar del acojone. Al final ha salido algo que para mí es muy bonito. Es muy bueno, él compone sus propias canciones y ha triunfado como pocos artistas en este país lo han hecho. Le mandé un par de estribillos canturreados y me dijo: me mola, pero te voy a mandar este hecho por mí.
¿Era una obligación artísticamente probarte en estilos nuevos, nuevos ritmos, etc.?
No me gusta la palabra obligación, pero sí que era un reto que me ponía cachondo. Ahí es donde avanzas. Si algo no te motiva y no te pone… Era lo que te decía de lanzar un disco en 2021, no quería sacar por sacar.
¿Y por qué no probar con otros ambientes sonoros también? Todo el disco tiene un ambiente, una atmósfera íntima que te es habitual.
No lo sé. He intentado probar atmósferas distintas que se ven en pinceladas, pero escuchaba beats que me mandaban y sentía cosas que me hacían escribir. El puzzle se ha ido completando de esa manera. Son diecisiete temas, creo que hay ambientes muy diversos, pero ha sido muy intuitiva la selección de bases. Me gusta mucho más buscar en las canciones que surgen del dolor o de algo roto.
Para acabar, hay veces que los periodistas somos muy previsibles y preguntamos cosas muy parecidas. Por eso, ¿te gustaría que te hubiera preguntado algo que no he hecho?
Lo que me viene a la cabeza ahora mismo es hablar de que todo el aprendizaje que he tenido como persona. Solo busco que se me entienda, es algo que los artistas buscamos. Me gustaría que me hubieras preguntado cómo quisiera que la gente escuchara este disco. Creo que la gente debería dedicarle una hora de su vida, que apagase la luz, cerrara los ojos, se pusiera los auriculares y viajara de una manera calmada con el trabajo. Más allá de preguntas que me hubiera gustado responder, esto es lo que quería decir, que quiero hablar cara a cara con la gente desde este disco. Eso es lo más bonito que me puede pasar.
