A 10.000 km de su casa, con dieciséis años, cinco conciertos a sus espaldas y una sala llena hasta la bandera. Con su talento, versatilidad y un repertorio repleto de éxitos, Milo J ofreció un concierto que no dejó insatisfecho a nadie y que solo nos deja con ganas de ver de lo que es capaz este wachin en el futuro.
Con un buzo rojo y blanco como los colores del C.D. Morón, un sombrero blanco y un público coreando su nombre empezaba el que era el sexto show de su carrera, y su segundo concierto en España. Tras el éxito en la Sala Apolo de Barcelona y su aparición en la multitudinaria La Velada 3 de Madrid, la tarde prometía un conciertazo del artista argentino. Y así fue.
Tardó solo tres temas en dar lo que fue la gran sorpresa de la noche al ritmo de Morocha, uno de sus temas más conocidos y queridos por el público. Y con él, un invitado muy especial: ni más ni menos que Quevedo. El artista canario apareció en el escenario para cantar lo que tiene pinta de ser el futuro remix del tema. Entre los gritos de la gente se podía percibir desde ya un nuevo éxito mundial que no creo que tardemos mucho en escuchar de forma oficial.
Tras cantar otros de sus hits como es No estoy, Fla, su reciente colaboración con Khea (Nunca voy solo) y ponernos a cantar El bolero, llegábamos al ecuador del show, y con él, la parte más íntima de todas. Con un mate en la mano y acompañado de una guitarra, demostró de nuevo la versatilidad y el talento que tiene sobre el escenario. Interactuando con el público, sintiéndose algo más cómodo y menos tímido conforme iban pasando los temas, Milo había estrechado lazos y estaba completamente entregado a su audiencia, que cantó y bailó cada una de sus canciones.
Llegábamos al desenlace de esta tarde milagrosa con Dispara***, su tema con Nicki Nicole, enseñando a Madrid lo que son los valores del west acompañado de Foco Foking, el segundo y último invitado del concierto. Y como es tradición en los conciertos de cualquier artista, había que cerrar cantando el tema más conocido de su discografía, en este caso, Rara vez. Cuando parecía que todo había terminado, ya se había sacado la foto y despedido del público, todos echábamos en falta una canción. Mientras toda la sala la pedía al unísono, Milo no falló, volvió a salir a la tarima y cerró su primera visita a Madrid con el tema Milagrosa.
Y así se despide Milo J de su primera aventura al otro lado del charco con dos shows en Barcelona y Madrid espectaculares, una aparición en uno de los eventos más importantes del año y demostrando que no solo es una promesa sino que es una realidad. Y que sí, con 16 años, poco más de veinte temas en su repertorio y seis shows a sus espaldas es capaz de todo esto. Ilusiona pensar a dónde puede llegar el wachin de Morón dentro de unos años.
Milo J 3.jpg