La Zowi ha sacado un nuevo EP, Pussy Taste. Eso de por sí solo debería ser el evento canónico del año. La mamá del trap ha vuelto al género que la vio nacer o, mejor dicho, que ella misma parió cuando todavía en este país no retumbaba ningún high hat. Zoe aterriza con seis canciones nuevas después de que el año pasado publicara La reina del sur y todas nosotras nos postráramos ante ella.
Una sola escucha no basta para asimilar Pussy Taste. En el momento en el que escribo esta reseña voy por la octava reproducción y siempre, absolutamente siempre, acabo pensando lo mismo: “joder, qué poderosa me siento”. Ya desde la intro del EP, con sus gemidos al compás, La Zowi te dice que de lo que esto se trata es de una lucha de poderes y que es ella quien maneja los hilos. La granadina nos invita a subir a la tarima con ella, nos hace cómplices de su juego y, en definitiva, nos contagia su confianza.
En Orgasm, Zoe presume de la misma sexualidad explícita a la que ya nos tiene acostumbradas y en la que, una vez más, los tíos se convierten en prescindibles, en seres anecdóticos, porque la historia principal siempre es ella. “Con uno me acuesto / Y con otro desayuno”, y es que a veces es difícil elegir una sola opción. Como la planta carnívora que aparece en el videoclip, si te acercas demasiado, muerde.
Si en La reina del sur La Zowi experimentó con sonidos más cercanos al reggaetón, Pussy Taste es el retorno a casa definitivo, es decir, al trap más puro con una producción a cargo de Yassir, Rally MK, Myto, Iori Kid, xtasybeats, Loyiii beats, Simo Fre y Jay Cas. Lo que pasa con la artista es que es un animal musical salvaje como deja claro en el díptico Mis putas lo mueven PT1 y PT2 porque “puta y mala, es un don / No un red flag”. Emplea aquí un estilo muy parecido al que ya le escuchábamos en Ama de casa o Élite con un trap cargado de graves y de letras afiladísimas. Salvaje, repito, en cuanto a que no quiere complacer sino complacerse y, por lo tanto, los viejos insultos no le afectan.
La Zowi no hace por encajar en moldes externos de ningún tipo porque la medida justa la marca ella. Por eso, si el trap va de frontear ella dice: “Yo fronteo de familia / No de cash”, y si el trap va de defender lo de una, lo tiene claro: “Cuida a mi' hermana', cuida mi familia / Y si toca' una de ella' te mando pa'rriba”. Tanto en No me hables como en Primark, Zoe sumerge las manos en la raíz del género, pero lo hace brotar desde un ángulo mucho más maduro. Ambas juegan con un tempo más lento y de influencias japonesas, como en el caso de la segunda que muestran, quizá, una nueva fase de experimentación en su música.
En este EP se mezclan la calle y la familia, el orgullo y los cuidados, el dinero y el amor maternal porque la figura de La Zowi es caleidoscópica. El club y el perreo también tienen su más que merecido lugar en Culo shake, un tema que ha forjado junto a Zora Jones, productora que también estuvo con ella en Obra de arte. “Si tiene' un culo, puta, e' pa' moverlo / Y si no sabe', pues yo te enseño”. Voy por la novena reproducción. Joder, qué poderosa me siento.
Track favorito: No me hables.