Si algo sabe la banda de rock La Paloma es sacarles punta a sus versos, lo suficiente para rasgar, lo justo para revelar. En un nuevo gesto de afilados lemas generacionales, la banda ha encontrado el pulso de un sonido más maduro con Un golpe de suerte, su segundo álbum de estudio. Con voluntad de seguir iluminando nuestras dudas existenciales y con su virtud de honestos inevitables, ya no le temen a sentirse perdidos y han construido todo un altavoz solar para hacérnoslo escuchar.
Desprendidos de pretensiones no les importa generar algo concreto, buscan sonar bien. Dejar algo atrás para que algo mayor entre a través de su música. Amplificarse a lo grunge. Resultado de ello son sus once nuevos temas en los que nos invitan a sentirnos bien con sentirnos mal. Porque en sus propias palabras “a veces quedarse quieto y esperar a que pase el temporal está bien”. Es difícil escucharlos y quedarse parados, y quizá parar no es la cuestión, o sí, o no, ambos, qué más da. Lo único que tenemos claro es que esperemos que ellos nunca paren.
Para quien no os conozca todavía, ¿cómo os presentaríais?, ¿quién compone La Paloma?
La Paloma somos Nico, Lucas y Juan. Una mezcla de dos madrileños y un canario afincados en Madrid que forman una banda que, hasta el mismísimo día de hoy, tiene dos LPs y un EP fuera. Somos unas personas bastante normales, agradables al trato, que amamos hacer música y, sobre todo, tocarla en directo. En este directo, La Paloma crece con Ade, Tomás y Raúl, y muchas personas más que componen un bicho más grande, pero igual de agradable al trato.
Desde vuestro primer EP, Una idea, pero es triste (2021), ¿consideráis que ha evolucionado vuestro sonido con más identidad sonora?
Definitivamente. Si no lo hubiera hecho algo estaríamos haciendo mal. Creemos que esa identidad nos la iremos ganando con el paso de los años y de los discos. No buscamos específicamente consolidar una identidad sonora, pero sí que esperamos que, pese a que nuestro sonido evolucione, siempre haya algo que sea único de nosotros. Seremos fieles a lo que queremos tocar y la música que queremos hacer, y esperamos que en esa naturalidad siempre haya algo de La Paloma.
¿Y las dinámicas entre vosotros? ¿Qué ha cambiado desde vuestros inicios como banda en el barrio de Tetuán y Las Palomas?
En la banda hemos evolucionado todos, tanto de puertas para fuera como de puertas para adentro. Necesariamente desde el inicio todo ha cambiado, para bien, pero todo cambio trae alteraciones en las dinámicas. Ahora estamos cambiando de local de ensayo y sumando gente al equipo, esos son los cambios más grandes. Pero todo se sigue quedando en el barrio. Todos permanecemos en Tetuán, donde estamos afincados, felices de poder seguir en el barrio y viendo como la ciudad inevitablemente muta.
En Todavía no (2023), vuestro disco debut, planteasteis un sonido crítico, potente, con influencias del noise-pop y referencias al rock argentino, pero poco comprometido, algo más adolescente. ¿Cómo habéis madurado las líricas en Un golpe de suerte?
En el primer disco queríamos explorar el sonido crudo del directo, los instrumentos a todo gas y plasmarlo ahí. Las influencias no eran buscadas, ni tampoco era algo que tuviéramos especialmente en mente. Tanto lírica como sonoramente creemos que el nuevo álbum es más maduro en muchos sentidos. Tampoco sin buscarlo, nuestras referencias específicas han ido variando mucho en los últimos dos años, y eso se refleja en el tratamiento del disco. La maduración se refleja en letras más irónicas en algún sentido, o expresiones tan descomedidas que tienen un poso humorístico. El reflejo sonoro se define en una mayor atención al detalle, el menos es más, el trabajar en pro de una canción completa y grande.
¿Consideráis el reconocimiento un golpe de suerte? ¿Cuántos se pueden tener?
Todo tiene siempre un aire de suerte. Desde el inicio le hemos puesto todo el alma y cariño al proyecto. Hemos girado, ensayado y tocado hasta más no poder, y seguro que hay algo de ese trabajo que se refleja en la trayectoria de la banda. No vamos a depender de la suerte y seguiremos trabajando para seguir tocando y disfrutando muchos años. Pero esperemos que la fortuna tampoco nos deje y podamos tener muchos golpes de suerte.
El segundo álbum acostumbra a ser entendido como una prueba de fuego, ¿habéis sentido algún tipo de presión o han enfatizado en algún punto vuestro compromiso?
Por un lado, tenemos el compromiso con nosotros mismos de hacer la mejor música que podamos o la que nos apetezca hacer, una de dos. El resto de compromisos o son formalidades o no importan tanto como parecen. En cuanto a la presión, es innegable que la hay, claro. Está la presión que se impone uno, que se compara con lo que ha hecho antes o la presión de no saber si el paso que se está dando es el adecuado para conseguir lo que uno quiere. Creo que esa última es la que más pesa. Luego está la expectativa que hay sobre uno, pero importa menos. Si hemos sentido presión en algún momento del disco juraría que hemos cerrado la puerta de donde venía y hemos seguido con lo nuestro.
Abrís con Intacto con barras como “sigo agotado pero sigo entero”, ¿en qué medida os habéis desnudado en el disco? ¿Darse a conocer insensibiliza?
Sí, también hay una frase de Ya está que dice “cansado pero despierto”. Eso ya te indica que habremos cambiado en algunas cosas, pero la esencia sigue siendo la misma, sigue estando ahí. Hay cosas que nos preocupaban hace años que siguen preocupándonos o que por lo menos están sin resolver. Creo que siempre nos desnudamos al hacer las letras, es algo que define al grupo hasta ahora. Hablamos de lo que nos pasa a nosotros y a nuestro entorno sin mucha pretensión. En cuanto a lo de la fama, no la hemos olido, la verdad. No sé qué forma tendrá, pero si algún día aparece espero que sea para el disfrute de nuestras amigas y familia. Nuestra intención es hacer toda la música que podamos y compartirla con todo dios.
En Si no me muevo habláis de sentiros algo perdidos e incomprendido en un mundo con mucho ruido: “Si no me muevo, nadie me ve”. ¿Se puede ser crítico en la inmovilidad o en el escapismo?
Se puede ser crítico siempre. Creo que se debe, de hecho. Imagino que con la inmovilidad o el escapismo te refieres al no hacer nada frente a algo para evitar las consecuencias o evitar situaciones. No entiendo la pregunta en cuanto a cómo ser crítico con eso, pero creo que a veces quedarte quieto y esperar a que pase el temporal está bien. Incluso ese ‘escapismo’ o evitar el problema con distracciones… Cada uno tiene su mecanismo de hacer frente al mundo, entiendo que a veces uno necesita parar la cabeza y recluirse para poder pensar tranquilo y cogerlo todo con perspectiva y tiempo (esto ayuda), y eso está bien. Cada uno tiene sus mecanismos de defensa y respuesta. No somos nadie para juzgar eso.
¿Os consideráis nostálgicos?
No creo que lo seamos, cada vez nos lo pasamos mejor. Todos tenemos momentos concretos del pasado que atesoramos y recordamos con cariño, pero no diría que estén muy presentes en nuestro día a día ni en gran medida en nuestras letras. Si lo dices por nuestra música, es una idea muy guay que una melodía te pueda llevar a la nostalgia, así como a cualquier otro sentimiento relevante. Es una combinación de notas, números, uno arriba y otro abajo, y a ti de repente te hace tilín y te pones nostálgico. Eso es muy peculiar y precioso a la vez.
¿En qué momento nació Sé lo que quiero?
Sé lo que quiero nace de la intención de hacer una canción más soleada y menos oscura (al final han quedado casi todas soleadas en el disco). Me gusta porque cada día significa una cosa distinta en mi cabeza. Hay días que es una reafirmación de que sé lo que quiero y hay otros que lo tengo tan poco claro que me tengo que decir a mí mismo que sí que tengo las cosas claras e intento autoconvencerme, nadie me lo va a decir sino.
¿Consideráis la ambición necesaria?
Está bien tener ambición pero no creo que sea necesaria para crear algo que a ti te llene o que sea memorable. Sirve para llevar una idea más allá, más allá incluso de los límites que creías posibles. Es un chute de energía a veces, de autoconvencimiento. A veces solo nutre a la ilusión.
¿Dónde os gustaría veros en un par de años?
En un par de años nos encantaría vernos en escenarios más grandes tocando para más personas y haciendo mucha música, toda la posible.
“Después de mucha carretera, cargar muchísimo, horarios infernales, comidas deplorables y ‘hoteles’ que no quiero ni recordar, aprendes lo humilde de la profesión de ser músico.”
¿Qué opináis de la competencia entre bandas?
Nunca hemos entrado en la competencia o pique entre bandas. Antes éramos más imbéciles, rollo, si tu música me parece una mierda pues no quiero saber nada de ti. Después de mucha carretera, cargar muchísimo, horarios infernales, comidas deplorables y ‘hoteles’ que no quiero ni recordar, aprendes lo humilde de la profesión de ser músico y desarrollas una comprensión muy heavy hacia cualquiera de la industria que pone un pie en la carretera. Creo que vivir eso ayuda a que no tengas piques con nadie, a menos que tu ombligo sea gigante o no hayas tenido que pasar por todo lo de antes. Gilipollas siempre ha habido y siempre habrá.
En Sale el sol y en Mi hueco exploráis el sentirse perdido generacionalmente, la disociación y la búsqueda de lugar, ¿qué os hace seguir adelante?
Te puedes sentir perdido y no, creer que tienes las cosas claras y que todo tiene un sentido. Incluso se pueden sentir ambas cosas frente a la misma situación y en momentos cercanos. Es verdad que nos acompaña un anhelo de desesperación en esta época, que es posible que sea común a muchos otros momentos generacionales.
¿Es la honestidad la solución?
Ser honesto es siempre una solución, o una forma de al menos compartirlo de manera sincera. Eso siempre ayuda.
Las cosas que me gustan y Espada ahondan en la tristeza y el desencanto, ¿cómo lo habéis explorado en la producción?
A veces parece que somos personas tristes o pesimistas. Realmente somos felices, alegres y graciosas, e independientemente del trasfondo de la canción o el sentimiento que pueda generar, siempre afrontamos las producciones desde el punto de vista de que suene bien, de que los instrumentos acompañen la melodía y todo tenga una coherencia rítmica y armónica. No buscamos que determinados sonidos aludan a un tipo de sentimiento o estado anímico. Es posible que sea el resultado, pero lo que se busca es que suene bien y nos guste. Además, ese sentimiento se aborda desde la ironía o desde la hipérbole, que siempre le resta ese carácter pesimista, no queremos específicamente que sea el motor de nuestra música.
En el bloque final del disco brindáis un rayo de optimismo crítico con la aceptación y la aspiración. ¿Os sentís más elegantes, optimistas? ¿En qué medida se puede lidiar mejor con los tiempos que corren?
Es importantísimo aceptarse y quererse independientemente del momento vital. Nos sentimos optimistas porque tenemos ilusión, y muchas veces van de la mano. ¡No somos personas pesimistas ni somos un bajón! La alegría e ilusión, sentirse elegante y ser optimistas, desde luego que hace lidiar con la realidad y el futuro incierto con más confianza. Hay que tener aspiraciones que ilusionen, que puedan mantener esa llamita de fuego que ayude a afrontar el porvenir.
Una denuncia. Un referente. Una belleza y un horror.
Ufff, muy buena pregunta. En general somos personas sin un referente claro, tenemos muchos. Escuchamos (creemos) mucha música y muy variada, lo cual hace que una vez nos ponemos a crear, vayan aflorando de algún lado, dejando ahí una marca en nuestras canciones. Además, tenemos gustos diferentes entre nosotros. Si alguna canción tiene algún referente más claro o nace de algún lado en particular, cuando empezamos a trabajarla va virando hacia otros lugares que la colocan en un lugar diferente y bello porque ha sido el resultado del trabajo de la banda.
Es posible que en ese trabajo en común, como banda y junto al productor, es donde encontremos la belleza dentro de nuestras canciones. Cosas bellas en general encontramos en millones de sitios, leemos con asiduidad, nos gusta. También la naturaleza, la música, una cervecita. El horror es tan evidente hoy en día y tiene tantas facetas que preferimos no meternos hoy con eso que estamos más de cosas bellas.
Es posible que en ese trabajo en común, como banda y junto al productor, es donde encontremos la belleza dentro de nuestras canciones. Cosas bellas en general encontramos en millones de sitios, leemos con asiduidad, nos gusta. También la naturaleza, la música, una cervecita. El horror es tan evidente hoy en día y tiene tantas facetas que preferimos no meternos hoy con eso que estamos más de cosas bellas.

