Todavía no habíamos visto los dos primeros capítulos de La Mesías, la nueva serie de los Javis. Ahí estaban, a nuestro alcance, publicados en Movistar+ desde la semana pasada, pero la experiencia de verlos por primera vez en el Phenomena era merecedora de nuestra paciencia. Y hay que agradecer al festival Serielizados por ello.
Javier Calvo y Javier Ambrossi aparecían la mañana del miércoles en el auditorio de Blanquerna, dentro del edificio de la biblioteca de cristal transparente y de estética minimalista. Dentro, aforo completo. La masterclass moderada por Conchi Cascajosa formaba parte de la programación del Serielizados Kick y el espacio se quedaba pequeño para un público que unía a estudiantes de cine y periodistas culturales. Destacar que los primeros dominaban las filas del salón, expectantes e ilusionados. Casi dos horas después salíamos de ahí, tras una larga ronda de preguntas que los directores estaban encantados de responder, eso sí, con cuidado de no soltar ningún spoiler. Nos dejaban claro el toque más maduro y oscuro que envolvía este nuevo proyecto, al cual han dedicado más de tres años. Conchi se atrevía a decir que se trataba de la mejor serie del año. Nuestras expectativas estaban altas, la buena crítica tras el estreno en el Festival de San Sebastián también había ayudado, pero esa afirmación, por aquel entonces, nos pareció atrevida. Hasta que aquella noche entramos a la premiere.
De nuevo, entradas agotadas. A las ocho y media de la tarde subía el reparto al escenario tras la palabra de los directores, los niños entraban en escena repartiéndose el micrófono. “¡Nosotros hacíamos una cosa y después lo veíamos por la cámara y era diferente!”, la sala grande del Phenomena, abarrotada de gente, se llenaba de risas ante los comentarios de los más pequeños. Tras unos diez minutos de discursos y agradecimientos, se abría el telón. La montaña de Montserrat desde el Hotel Bruc era la primera imagen que veíamos. El comienzo de la trama fue casi imprevisto para quienes creíamos que veníamos a ver una ficción inspirada por el caso real de Flos Mariae, el grupo musical católico que se viralizó en 2014. No lo es. Lo de Los Javis es otra cosa, algo mucho más ambicioso, arriesgado y atrevido. Un drama desgarrador y bizarro que no duda en usar la iconografía católica a su favor. Donde podría haber un popurrí de conceptos mal enmarcados, hay una obra magistralmente creada y controlada por Calvo y Ambrossi.
No entraremos en la trama, porque es imposible hacerlo sin destriparla, pero nos tuvo pegados a las butacas durante más de tres horas. Es una serie para adentrarse sin prejuicios y dejarse guiar por los personajes, porque la dedicación de los Javis en el proceso de casting es uno de los puntos fuertes de esta historia. Montserrat es la columna vertebral de estos tres primeros capítulos, interpretada en su juventud por una brillante Ana Rujas que dará paso a una Lola Dueñas desgarradora. Hay curiosidad por ver a Carmen Machi en el papel. No se quedan atrás Roger Casamajor, Biel Rosell y Bruno Núñez en el papel de Eric, ni una Macarena García fuera del registro al que nos tiene acostumbrados, interpretando a Irene. ¡Ojo! La mayor sorpresa es Albert Pla, al que no volveremos a mirar con los mismos ojos.
Ese proyecto que empezó en una mesa de guion junto a Irene Moray, Irene Solà y Nacho Vigalondo se ha convertido en una obra compleja y dura, una muestra de maestría de los Javis que se ganarán el respeto de la industria (y si no me creéis, esperad un par de semanas). Cabe decir que es una serie muy alejada de Paquita Salas, quizás más cercana a Veneno, pero aun así, está lejos de ser cómica o fácil de digerir. Así que os recomendamos verla poco a poco, con calma. Quizás es esa la razón por la que hay que esperar una semana para ver el próximo capítulo. Aún nos quedan cuatro que ver y muchos personajes que descubrir (hay ganas de ver a Amaia en escena), pero no dudamos de que va a ser la mejor serie del año.
