Es un martes lluvioso y me encuentro en un viaje exprés a Madrid en el que he sacado un rato para hablar con Juseph. En teoría hemos quedado en una cafetería pero sé que va muy apurado porque tiene otras entrevistas ese mismo día, así que espero pacientemente. Cuando me avisan me dice que finalmente quedamos en una hamburguesería porque no le ha dado tiempo a comer.
Son las cinco de la tarde, me imagino que vendrá cansado de tanto trote, pero cuando llego al local, Juseph me recibe con una sonrisa que probablemente tenía algo que ver con el hamburguesón, las patatas y el batido que tenía delante. Nos sentamos y nos ponemos al día antes de empezar a grabar la entrevista y le doy tiempo a que disfrute de su comida. Hablamos de All In, su último single publicado en junio, de Cayó la noche, y tantas cosas más. Desde el primer momento hay algo que no desaparece hasta que nos despedimos, y eso son las risas y la pasión con la que habla de todo.
Antes de nada, ¿qué tal todo, Juseph?
Bien hermano, la verdad que muy ilusionado con lo que se viene ahora, con ganas de currar y personalmente bien, el trabajo bien. Cuando todo conecta las cosas van guay.
Te pillo un poco de racha de promo, ¿qué tal llevas tu paso por el circuito de medios?
Bien, en verdad creo que es la primera gira de promo que hago. Bueno, creo no, es. Antes he hecho entrevistas sueltas pero no una gira de promo como tal. Estoy ahora moviendo el proyecto aunque Muchachito salió en junio. Igualmente no paran de salir cosas, hay temas como All In, que salió hace poco.
¿Te cansa lo de estar todo el rato tratando con nosotros, los medios?
¡Nooo, si acaba de empezar! Todavía no. Si llegas a ser el cuarto o así, ahí ya sí que te digo, hermano… Así que aprovecha (risas).
Entonces efectivamente venimos del lanzamiento de All In, ¿qué tal has visto el recibimiento del tema?
Pues muy guay la verdad, a la gente le ha encantado, y aparte de eso está yendo guay y está creciendo sobre todo en números. Me gustó mucho lo que hicimos antes de que saliera, que fue un concierto gratis en la isla para promocionarlo con nuestra gente. Vinieron muchas personas y lo pasamos muy guay.
Vi que subiste a stories una foto de un chico con un cartel que decía que le subieseis al escenario.
¡Lo subimos al escenario! (Risas) Y nada, eso fue lo que más me gustó en verdad. Me encantó tener esa cercanía con la gente y seguiremos haciendo cosas así en la isla, así que estense atentos cuando vean una historia de sorteo de entradas, que las últimas volaron.
Es que ya contáis con mucho reclamo, la cosa ha crecido mucho.
La gente en la isla nos quiere, pero es que también nosotros les devolvemos ese cariño con cosas como esta. Gracias a ellos estamos donde estamos, y eso no se nos olvida ni se nos olvidará jamás. El amor con amor se paga.
Este tema es con La Pantera y Bdp Music de nuevo, ya nos hemos acostumbrado a veros juntos. ¿Cómo es la relación con ellos?
Nosotros empezamos a la vez, nos conocimos porque yo subía música a redes y La Pantera también, en 2020 o así. Un día nos pusimos en contacto por Instagram y ahí empezó. A partir de ahí tuvimos buen feeling y surgió una amistad. En ese momento era distinto, fue por amor a la música, no por hacer algo que funcionase comercialmente.
Supongo que eres consciente de que la gente que os escucha y está fuera de la movida a veces se cree que sois una sola persona y os llama Juseph La Pantera.
(Risas) Como apellido, ¿no? Es más, hicimos una coña antes de sacar este tema, que fue que yo me cambié mi foto de Spotify oficial con su cara y él con la mía. De tanto que nos lo habían dicho dijimos, pues ya está, si ustedes lo creen así pues así lo ponemos.
Quiero saber un poco de tus orígenes. Sé que eres colombiano pero también canario. ¿Cuánto hay de cada sitio?
Soy una persona que ha vivido en muchos lugares, y en cada sitio al que voy me alimento un poco de la cultura. Así, por ponerte un poco en contexto, yo nací en Cali, Colombia. Estuve allí hasta que mi madre tuvo que venir a currar a España, cuando yo tenía nueve o diez años. Fui a Cádiz, concretamente a Rota. Estuve ahí hasta los quince o así y entonces me fui a Canarias con mi madre, donde he estado hasta ahora.
Me siento un poco andaluz, un poco canario, un poco colombiano… Todo me ha aportado cosas buenas y sería egoísta si dijese que soy canario 100%, y aparte sería mentira. Cuando me preguntan de dónde soy digo Colombia, es la respuesta rápida. Toda mi familia es de allí y mis orígenes son 100% de allí.
Me siento un poco andaluz, un poco canario, un poco colombiano… Todo me ha aportado cosas buenas y sería egoísta si dijese que soy canario 100%, y aparte sería mentira. Cuando me preguntan de dónde soy digo Colombia, es la respuesta rápida. Toda mi familia es de allí y mis orígenes son 100% de allí.
¿Y cómo influye esto en tu música? Porque desde pequeño tienes que haber estado expuesto a unos géneros que no se escuchan tanto aquí.
De pequeño escuchaba mucha salsa, lo que escuchaba mi madre. Mucho reggaetón también. Cuando llegué a España empecé a indagar en el rap. Pillé toda aquella época de raperos andaluces: Toteking y Shotta, Morodo, etc. Ya de más mayor en Canarias volví más al reggaetón.
Tengo entendido que has estudiado música y que has llegado incluso a tocar algún instrumento. ¿Me puedes contar más al respecto?
Eso fue de muy, muy pequeño. Estaba en el conservatorio y todo. En mi familia todos eran músicos y tocaban algún instrumento, entonces era como, ¿naciste? ¡Al conservatorio! (Risas). No te obligaban pero te intentaban meter el gusanillo. Empecé a tocar piano y guitarra muy pequeño y ahora casi que no me acuerdo. A mí me gustaba la música pero era muy niño como para saber lo que me gustaba de verdad. Cuando tus padres te obligan a ciertas cosas, a veces consiguen lo contrario. Aprendí a leer partituras y muchas otras cosas que se me han quedado, pero cuando vine a España y mi madre me quiso meter en un conservatorio lo dejé pasar.
¿No te has arrepentido en algún momento de haber dejado de tocar un instrumento?
Sí, pero tampoco me atormenta (risas). Si lo retomo ahora es por gusto propio, no lo descarto, pero como en ese momento estaba más obligado le cogí un poco de rechazo. Desde ese momento hasta 2020 no retomé la música, y lo hice en un ámbito totalmente distinto, porque ahí tocaba instrumentos y luego empecé a ser artista. Pero me ayudó, creas o no. Al final, en el midi tocas acordes y hay que saber algo de lenguaje musical.
¿Quién dirías que es la persona que más te ha enseñado de música?
Siempre he sido muy autodidacta, la verdad. Sí que hay gente que me inspira. En cada época he tenido alguno. De pequeño la salsa, ya luego un poco más mayor Natos y Waor o incluso Delaossa, y ya más recientemente Myke Towers. Cuando llegué a España también me empecé a interesar por la gente anglosajona rollo Lil Wayne, Tyga… Empezó la época del swag (risas).
Hay una cosa de tu nombre que poca gente se puede permitir, y es que tu nombre artístico es tu nombre real. ¿Le diste muchas vueltas al tema en un principio?
No fue mi primera opción, pensé nombres y nombres pero al final dije, Juseph está guapo, vamos pa’lante (risas). Porque aparte es mi segundo nombre, me lo puso mi madre. Siempre me ha gustado más el segundo que el primero, y como no lo utilizaba tanto y todos mis amigos me llamaban Kevin, mi primer nombre, pues decidí quedármelo. Antes solo me lo decía mi madre pero ahora ya me lo dice todo el mundo.
¿Distingues entre tu persona como artista y la persona que eras antes?
A ver, cambio hay, porque mi vida ha cambiado totalmente. Pero yo no he cambiado mucho. Me sigo juntando con los mismos colegas cada vez que estoy en la isla. Como soy en la música es como soy en mi día a día.
Para meternos en materia, tu disco Muchachito lleva ya fuera unos meses. ¿Cómo ves este trabajo con perspectiva?
Mirándolo ahora estoy muy orgulloso con lo que hice porque me lo curré bastante. Estuve componiendo en una villa con unos colegas y cuando tuvimos los temas seleccionados me fui a Barcelona a grabarlos bien. Más que el impacto que haya podido tener es la experiencia de hacer un álbum, eso no lo conoces hasta que te pones a ello. El concepto de este disco era simple, quería mostrar lo versátil que puedo ser.
Te quería preguntar sobre eso, tu zona de confort es el reggaetón, pero ahora con All In hemos visto un trap durísimo y en el disco tenemos funk carioca y synthpop. ¿Esto lo decides tú o sale solo en el estudio?
Eso lo decide la vibra del estudio. A veces estoy cansado de que me pongan bases de reggaetón y me tiran alguna como la de Shorty Nueva, me gusta como fluye y le metemos. Yo no me cierro, pero es por lo que te digo, desde pequeño me he criado escuchando un montón de géneros. Esto te abre también la puerta a otro público.
Claro, como tu subida fue tan meteórica la gente te encasilló muy rápido. Entiendo que este disco era también para presentarte en condiciones ante esta gente.
Total hermano, era un poco darme a conocer porque la gente solo me conocía de los tres temas que había en la calle. A mí y a todo mi grupo nos cogieron de la nada, nos colocaron en la industria y dijeron, venga, a hacer cosas. Hicimos una carrera al revés, empezamos petándolo y ahora tenemos que sostenerlo.
¿Notas mucha presión por esa parte?
No, siempre he confiado en mí y lo he dicho muchas veces, a nosotros esto nos pasó juntos. Hemos pasado por una situación parecida y nos hemos apoyado los unos a los otros. La confianza nos la transmitimos entre todos. Si hemos llegado aquí no es por casualidad.
Has dicho antes que a veces te cansa el reggaetón. ¿No estás algo quemado del género?
Sí, pero como todo. Si fuese un bachatero me cansaría de hacer bachata todo el rato. Aunque me funcione me gusta cambiar. De hecho, después de que se pegase Cayó la noche lo que solté fue un trap, Ojitos rasgaus.
¿Cuando petó Cayó la noche sentiste esa necesidad de sacar música rápido?
Sí, total, teníamos todos los ojos de España en nosotros y teníamos que seguir. En ese momento estaba estudiando para ser dentista, me encantaba, pero claro, ahora tengo otras cosas. La vida te lleva por otro camino. Llevaba las dos cosas a la vez y creo que en ese momento le metía incluso más dedicación que ahora. Al final te acomodas porque es lo único que tengo que hacer y me puedo distribuir mejor el tiempo. En ese momento eran los huequitos que podía sacar.
¿Qué es lo que te mueve a ti a la hora de sacar música?
La propia pasión por hacer música. Obviamente tengo mis objetivos de llegar más lejos y que mi proyecto crezca, pero para llegar a eso hay que dar pasos pequeños y conseguir cosas día a día. La fórmula es simple: tienes que ir al estudio y hacer temas. Pueden ser buenos o malos, pero si no vas no salen.
¿Hay algo o alguien con lo que estés agradecido ahora?
Con mi madre, sin duda. Al principio creía que estaba loca porque se vino a España a lo loco, pero si ella no hubiera hecho eso yo no estaría aquí. Soy el producto de las decisiones de mi madre. Ella me puso en una situación de ventaja y la aproveché.
Tengo entendido que tienes preparado una gira para 2024.
Girita, sí. Estamos organizándola. Para principios del año que viene, rollo finales de enero, febrero o así, soltaré información por redes. Pero gira viene.
¿Qué podemos esperar de esta gira?
No puedo adelantar cosas… Bueno sí, bocas abiertas (risas). Va a estar chula
¿Planes de futuro o algún objetivo a largo plazo?
Hay gente con la que quiero colaborar. Aquí en España, sin ir más lejos, tengo hablado con Omar Montes, Maikel Delacalle, Lola Índigo, Saiko… Trabajo por delante tengo. Con Rels B o Bad Gyal también me gustaría. Ya como sueño tengo a Myke Towers. Yo diría que gracias a él me metí en todo esto.
¿Algún mensaje a nuestros lectores antes de despedirnos?
Escuchen All In, escuchen Muchachito y pásenlo bien. Hagan lo que les de la gana porque la vida es una y hay muchos sueños en el cementerio. Aunque ahora no se puedan dedicar a ello métanle algunas horitas. Yo cuando empecé a hacer música nunca pensé que pudiera vivir de ello y estudiaba, trabajaba y hacía música. Al final mira, aquí estamos.