Hay proyectos que no pueden definirse sólo como marcas, porque trabajan con otras lógicas. H05 es uno de ellos. Desde sus inicios, H05 ha sido menos una marca de ropa que un organismo vivo: un sistema articulable, una célula que muta, una excusa para reunirse, pensar y hacer. Nacido en Bilbao, este colectivo diseña desde la periferia del circuito pero en el centro mismo de muchas urgencias: la del tiempo, la del cuidado, la del cuerpo que se pliega, la de una moda que no busca imponer forma, sino generar afectos. Lo suyo nunca fue “crear prendas” (al menos no solo eso), sino fabricar dispositivos que activan relatos y espacios de intimidad.
En un sector que insiste en la inmediatez, el producto terminado y la visibilidad como única forma de existencia, este colectivo bilbaíno defiende la vulnerabilidad, la lentitud y el proceso como forma de resistencia. En esta ocasión, charlamos con sus fundadores sobre su último proyecto, Hala bazan, sobre los espacios intermedios entre el interior y el exterior, sobre seguir creando desde el barrio que les vio nacer, sobre la contradicción de sostenerse sin traicionarse, y sobre qué hace falta para que una estructura así, tan viva y tan frágil a la vez, pueda seguir existiendo.
Antes de que comencemos con la entrevista, ¿cómo estáis?
Estamos bien, chupando metal, siempre contentas de volver a Acero.
En vuestros comienzos, decíais que vuestro proyecto nació como una fórmula. ¿En qué estado químico se encuentra ahora? ¿Cómo ha mutado, si es que lo ha hecho, la idea de lo que es H05?
Continuamos en el laboratorio, poniendo algunos ingredientes nuevos en este vaso, retirando otros de allá, quemando papeles con intenciones y recitando a nuestros cerebros frases que no vamos a publicar por aquí. Siempre equilibrando la balanza del trabajo y la vida. El trabajo y los proyectos configuran, al final, gran parte de nuestra vida, ya que en esta sociedad contemporánea pasamos la mayoría de nuestro tiempo trabajando; debemos ir mutando y adaptando el proyecto a las necesidades del momento. Y esto, los cambios, no le gustan mucho al sistema.
H05 nació como un “sistema articulable” y “una excusa para la metamorfosis”. ¿Qué ha cambiado desde aquella primera declaración? ¿Y qué se ha mantenido?
Así seguimos, bailando entre el “articulable” y el “inestable”. Nos mantenemos vivas, acompañadas y un poco más viejas.
Vuestro proyecto siempre ha reivindicado lo inacabado como posición: la construcción como forma, no como fase. En un sistema que empuja a mostrar constantemente un producto cerrado, perfecto y vendible, ¿qué implica declarar un proyecto como inacabado por definición? ¿Qué implica asumir esa vulnerabilidad como parte del manifiesto?
Esto implica mostrarte como no exitosa, ni perfecta; es apostar por el cambio como forma. Quizás es una mala estrategia, evidentemente lo es, ¿no, Markel?
Planteamos y producimos objetos que hacen de la idea de multiposición, prendas y accesorios pensados para que puedan modelarse, adaptándose a las necesidades de quién los porta. ¿Qué es lo perfecto y lo vendible? Las prendas son perfectas en el sentido de que están hechas aquí, producidas en Bilbao al 100%, al detalle, con cariño y con intención.
En entrevistas anteriores hablabais de la prenda como “dispositivo”, como un objeto activable. ¿Vuestros diseños siguen funcionando así en vuestro imaginario actual? ¿Habéis comenzado a pensar en otras formas de activación más allá del cuerpo (espacio, comunidad, cerámica...)?
La idea de dispositivo siempre está presente porque nos permite agrupar una serie de cosas que van más allá del cuerpo y de la moda. Hace un par de meses presentamos Hala Bazan, un proyecto expositivo para el programa Eremuak comisariado por MawaTRes. Construimos cuatro piezas textiles de gran formato que nacen de la idea de querer construir algo para el frontón de Amorebieta, con la intención de activar, desplegar y generar puentes entre nuestro imaginario y el pueblo. La segunda parte de este proyecto es ala ez bazan el desfile que presentamos en junio en La Encartada (Moda).
“Hala bazan, ala ez bazan” en euskera es una coletilla final que se utiliza en los cuentos, equivalente al “colorín, colorado” en castellano, pero significa “si fuera o no fuese”. Esta fórmula tradicional plantea una condicional y supone una fuga para el relato o historia infantil. Estas piezas textiles creadas para la expo, y que más tarde incluimos en el desfile, portadas y activadas en esta segunda parte por las componentes de Tripak (compañía de artes en vivo de Bilbao), plantean esta idea de ser o no ser. ¿Qué son? ¿Son una prenda, son una cama, son un juego? ¿Son interior o exterior?
¿Qué papel juega la cerámica hoy en vuestro hacer? ¿Es material, es gesto, es lenguaje?
La cerámica es un medio más; está presente en nuestros procesos y en nuestro día a día. Aunque, quizás, en el último tiempo no ha sido tan visible en los objetos que presentamos.
Vuestro taller está en el Casco Viejo de Bilbao, el mismo barrio donde creasteis vuestros primeros diseños y cuyo código postal, el 05, se encuentra en el nombre de la marca. ¿Cómo influye estar arraigados en ese lugar concreto en lo que diseñáis? ¿Qué creéis que se filtra del barrio a las prendas?
Estar aquí desde hace casi nueve años lógicamente nos afecta y nos permea. Creemos que el proyecto también deja poso en el barrio. Un barrio céntrico, por cierto, cada vez un poco menos habitable por el turismo. Creemos en el lugar, pero cada vez sentimos que se hace más difícil sobrevivir en espacios donde todo es “vendible” y la esencia de las comunidades se ve obligada a desplazarse.
¿Qué significa hoy, y qué implica, diseñar y confeccionar ropa desde Bilbao?
No estamos muy seguros de qué significa esto. Pero sí, nos sentimos muy arropadas por nuestra comunidad, no tanto por lo institucional, ya que la mayoría de las veces nuestro proyecto “no encaja” en ninguna de las casillas; puede parecer una ventaja, pero muchas veces nos quedamos fuera.
Hala bazan, vuestra última colección, explora la relación entre los espacios interiores y exteriores de las prendas como puentes de intimidad. ¿Cómo surgió esta idea y qué significa para vosotras esa intimidad que queréis proteger y exponer a la vez?
Tanto en la primera parte del proyecto Hala bazan, la expo, como en la segunda Ala ez bazan, desfile, exploramos la relación entre los espacios interiores y exteriores de los objetos, en concreto de las prendas, pensándolas como puentes y contenedores de intimidad. Trabajamos en torno a las rajas, los túneles y los agujeros. Pensamos en los interiores y los exteriores de las prendas, así como en los espacios intermedios que son los bolsillos, como lugares de proximidad, protección, de secretos y de encuentros.
¿En qué sentido Hala bazan es una continuación o ruptura con respecto a colecciones anteriores?
El proyecto Hala bazan, ala ez bazan profundiza en algunas ideas de la colección anterior titulada Visita. Creo que trabajamos bastante desde esa continuidad, de conceptos o ideas que nos llevan hacia otras.
Las ideas que trabajamos son como olas que hacen espuma, replicándose cada vez. Rompen y vuelven. Solemos trabajar recogiendo lo anterior para observarlo, exponerlo y desarrollarlo nuevamente desde otro lugar y con otros matices.
En vuestra última entrevista hablasteis de la tensión entre buscar visibilidad o desaparecer por completo. ¿Dónde os situáis ahora en ese dilema? ¿Ha cambiado vuestra manera de enfrentar la exposición de esta industria que exige inmediatez y actualización constante?
No estamos dentro de esta industria, no somos inmediatas, ni queremos, ni podemos. Abrazamos y dileamos por otro tempo. Estamos a final de julio y aún nos quedan una infinidad de cosas por desarrollar, por organizar, por publicar. Nos debatimos entre tirar el móvil a la ría o que nos implanten “el chip definitivo” ya.
 ¿Es posible moverse entre lo conceptual y lo comercial sin traicionarse?
No es tanto el traicionarse o no. Tienes que aceptar la complejidad de la contradicción y lo ambivalente dentro de este capitalismo feroz. PROYECTO HEMEN y H05 nacen de esta necesidad de formalizar y hacer un oficio de las cosas que nos gustan hacer.
Después de pasar por la pasarela de Allianz Ego, ¿cómo veis desde dentro la industria nacional? ¿Qué espacio, real o simbólico, os gustaría ocupar en él?
Respondemos que nos gustaría ocupar un espacio simbólico; queremos ser más etéreas, pero eso no quiere decir ser solo digitales. La pasarela Allianz Ego fue una oportunidad para mostrarnos y vernos en ese contexto; estamos contentas de haber disfrutado de esta oportunidad. Creemos que es totalmente imprescindible apoyar económicamente a los diseñadores que empiezan y en especial a aquelles que no vienen de escuelas privadas de moda. Hay que visibilizar, pero también estaría guay ser más generoso con el intercambio.
¿Sentís que existe hoy un público preparado para consumir moda desde el cuidado, la lentitud y lo no categorizable? ¿O aún hay que dejar algo de tiempo?
Evidentemente, el público está preparado; hablamos de un público de un contexto concreto, pequeño. No es la gran mayoría; somos un colectivo bastante categorizable por ser no categorizable. Estamos preparadas, queremos consumir este tipo de moda, pero a veces no es accesible para todes económicamente hablando.
¿Qué pensáis cuando veis que marcas de fast fashion imitan la estética y el discurso de la producción local y artesanal, vaciándolo de contenido? ¿Qué genera en vosotros ver ese discurso desligado de una práctica real?
Nos genera mucha rabia y tristeza. Pero así funciona en casi todos los aspectos de la vida. Creo que es algo tan asumido que ya no reaccionamos. Creo que todas estamos un poco desactivadas porque conocemos la complejidad de intentar pelear más allá de sobrevivir.
Seguís funcionando como talde, como familia, como célula. ¿Cómo se cuida una estructura así en un entorno tan exigente, competitivo y rápido como el de la moda?
Como dice Markel a menudo: “Otro día más en la moda”. Nos miráis y vamos con ojeras, mal peinadas, comiéndote un plátano al tiempo que subes una historia en Instagram y transportas un burro con ropa después de un desfile. Pues eso. O te ríes o te mueres.
¿Qué hace falta para que H05 siga existiendo dentro de diez años?
Hace falta que nos llaméis para proyectos en los que haya pasta, que nos compréis en nuestra tienda online, que las famosas paguen por el outfit que llevarán para el evento, que vengáis a haceros un tallercito de cerámica, que nos mandéis besitos y traigáis palmeras de chocolate cuando paséis por aquí.
¿Y qué no puede faltar, aunque cambie todo lo demás?
Lo que no puede faltar es energía iniciática y respeto. No puede faltar el contacto y el cariño con personas que hacen posible el proyecto y que se animan a modelar, hacer una performance o hacerte unos baby hairs. H05 no solo somos Markel y yo. Damos un tierno besito a Iker Gozategi, quien estuvo tras las fotos que presentamos.
H05_1.jpg
H05_2.jpg
H05_3.jpg
H05_4.jpg
H05_5.jpg
H05_6.jpg
H05_7.jpg
H05_8.jpg
H05_9.jpg
H05_10.jpg
H05_11.jpg
H05_12.jpg
H05_13.jpg
H05_14.jpg
H05_15.jpg
H05_16.jpg
H05_17.jpg
H05_18.jpg
H05_19.jpg
H05_20.jpg
H05_21.jpg
H05_23.jpg
H05_22.jpg
H05_24.jpg
H05_26.jpg