Fun fact: la palabra ‘sora’ es unisex, proviene del japonés y quiere expresar el sentimiento de libertad y vacío que nos transmite un cielo despejado. Interesante, ¿verdad? A Ganges también se lo parece, por eso ha decidido utilizarlo como inspiración para su nuevo álbum. Influenciada por la estética harajuku trash 2000 y animes como Ranking of Kings o Kodomo no omocha, la artista nos presenta un trabajo más maduro con el que se aleja del lo-fi y explora otros estilos como el hyperpop.
No es la primera vez que entrevistamos a Ganges. Hace dos años ya nos contaba su experiencia como integrante de un grupo (en el que también se encontraba Natalia Lacunza), de su pasión por la cultura asiática y de proyectos futuros, entre los que se encontraba trabajar en su carrera en solitario. Desde entonces ha publicado temas como Triste para mí o ¿Qué tal? Yo igual, cantado en el Festival Cruïlla y el Trueno Rayo Fest, y trabajado en su último álbum, que acaba de salir. Hay una cosa clara, ella es la jefa del multitasking, y hoy le robamos unos minutos para que nos hable un poco más de esta nueva publicación.
Este último álbum, Sora, se aleja un poco de las melodías lo-fi a las que estamos acostumbrados a escucharte cantar y se adentra en ritmos más upbeat. ¿Consideras que has seguido un proceso orgánico para conseguir este álbum o ha sido una decisión drástica de romper y alejarte de proyectos anteriores?
Un poco las dos cosas. Por un lado, intento estar permanentemente atenta a lo que sucede a mi alrededor, aunque de forma natural ya van cambiando tus influencias porque todo está en constante movimiento. Eso hace que, inevitablemente, modifiques tu criterio, tus gustos. Por otro lado, me forcé a dar una vuelta de tuerca al proyecto porque sentía que estaba estancada en un sonido 2020 en el que me encontré muy cómoda en su día.
¿A qué desafíos has tenido que enfrentarte en el proceso de producción debido a estas diferencias?
Me hice un briefing en forma de playlist para tener a mano las referencias y a partir de ahí, Pau Paredes (Pau Corea) tiró de mí para conseguir ese rollo. Porque del dicho al hecho hay un trecho, y cuando te pones a intentar dejar atrás un tipo de sonido que andas alimentando durante años, el ataque de maquetitis es severo. Sin embargo, creo que hemos hecho un buen trabajo y el material es claramente distinto y, lo más importante, distintivo.
Como artista española que trabaja con géneros que no son excesivamente comerciales como bedroom pop en un pasado y actualmente hyperpop, ¿piensas que en los próximos años aumentará el interés por este tipo de canciones y ritmos?
Creo (y espero) que lo que empezó hace unos años dando cabida a todo tipo de géneros con estatus de ‘éxito’ seguirá haciéndose grande y cada vez más polifacético. Para mí, la lógica que todo continúe en esa dirección hasta que de repente un día sea posible que mi prima del pueblo la que hace electroflamenconightcore llegue a número uno en Los40.
Centrándonos en el álbum, ¿qué fue lo que te llevó a transformar tu pasión por el anime en un disco? Sabemos que tu estilo personal y trayectoria siempre se han visto influenciadas por esta cultura, pero, ¿qué te hizo hacer el clic para transformar intros de animes en canciones?
Era una cosa que me apetecía hacer porque me pegaba con el género del disco, la estética, la moda y el momento vital en el que estaba (y estoy). Pero, sobre todo, lo que generalmente me ocurre con el anime es que los openings/endings me interesan solo por la serie que abren/cierran, no por la música en sí. Y aunque las escuche y disfrute en bucle sabiendo lo que son (generalmente unas horteradas bastante bestias), es verdad que en mi cabeza me daba curiosidad intentar imaginarme cómo serían unas intros/outros que a mí musicalmente me apasionasen.
¿Has reconectado con alguna serie para buscar inspiración para el disco?
Con muchas: Ranking of Kings, Kimi no Todoke, Kodomo no omocha, Chobits, Kare Kano, Evangelion… y no solo series, también videojuegos. Es bonito.
Oye, y ya que estamos, ¿a qué serie japonesa estás enganchada ahora mismo?
Estoy muy enganchada a un manga que se llama Hotaru No Yomeiri (Firefly Wedding), aún no han anunciado si tendrá anime, pero espero que sí porque me parece buenísima (yo intento recomendarla egoístamente para que seamos muchos y haya presión). El protagonista es un asesino/red flag andante, bien carismático, que se enamora de su víctima. Muy poca gente la conoce y creo que vale muchísimo la pena.
¿Dirías entonces que este álbum es un homenaje a tu infancia?
Considero que en Dime Algo (bonito), mi anterior álbum, hay más referencias a mi infancia que este. Sin embargo, una de mis canciones que está dentro del nuevo, Fotolog nostalgia, es un tema dedicado exclusivamente a la infancia de la generación millennial.
El álbum está muy centrado en las relaciones interpersonales e incluso se habla mucho de la pérdida y el echar de menos como en No o Un llavero, ¿qué te ha inspirado a explotar estos temas?
Aunque en el disco hay de todo, la parte de la pena siempre me parece la más sugerente. Para mí todos los sentimientos de nostalgia, melancolía u alguna otra variante de la tristeza que conllevan las relaciones humanas me parecen fuente de inspiración constante.
Las ilustraciones y portada del disco las has dibujado tú, y además de felicitarte, queremos saber de dónde nace esta idea. ¿Has tenido algún referente o inspiración o fue una idea espontánea?
Como llevo toda la vida dibujando, me apetecía que apareciera esa faceta. Tanto en las portadas de los singles como los edits que hicimos para los canvas, y en general para toda la parte visual del proyecto. Hablo en plural porque todo esto lo hago siempre mano a mano con Juanjo Marbai, que además de ser fotógrafo de moda y haber sido mi dupla creativa en publi, lleva trabajando conmigo en la parte estética del proyecto desde que nació.
También hemos trabajado con gente muy talentosa para ornamentar todo lo que rodea al lanzamiento de Sora. Por ejemplo, para la animación de los canvas, con el valenciano Alejandro Loen, muy genio. Y para la portada del álbum, hemos contado con el trabajo de nuestro amigo Seni, que es increíble.
También hemos trabajado con gente muy talentosa para ornamentar todo lo que rodea al lanzamiento de Sora. Por ejemplo, para la animación de los canvas, con el valenciano Alejandro Loen, muy genio. Y para la portada del álbum, hemos contado con el trabajo de nuestro amigo Seni, que es increíble.
¿Cuál crees que es la diferencia más notoria entre los primeros proyectos que hacías y el último LP? El estilo ha cambiado, pero, ¿dirías que Ganges también?
La diferencia más notoria en general diría que es la musical porque venía de un sonido más recargado, llenísimo de capas y detalles. Ahora, aunque también haya una orfebrería bastante heavy en la producción, siento que se ha limpiado y se ha ordenado. Por otro lado, he intentado que todas las demás aristas del proyecto acompañen a lo musical cambiando de la misma manera. Es lo típico que nunca sabes cómo se ve desde fuera, pero desde luego, desde dentro lo siento así.
Y una vez que terminaste el álbum, ¿qué fue lo primero en lo que pensaste?
Que era el disco más adulto y ‘profesional’ que había hecho hasta la fecha. Que tenía una intención muy definida.
Y ahora, que supongo que lo habrás escuchado unas cuantas veces más, ¿sigues pensando lo mismo?
Sí, pero, curiosamente, cada vez me gusta más. No me suele pasar. Está envejeciendo bien.
¿Con qué canción del LP te sientes más identificada ahora mismo?
Mirarte, es de la que más orgullosa estoy. Pau jugó un papel fundamental en ella. Además, como grabamos el videoclip en Japón, me trae muy buenos recuerdos.
Por último, cuéntanos, ¿vamos a ver a Ganges en algún escenario pronto?
Habrá gira del disco a parir de enero, pero de momento el 23 de noviembre toco en Sevilla en el Monkey Week y el 30 del mismo mes en Murcia. Van a ser conciertos muy especiales porque son de los primeros con el nuevo formato, más nocturno y acompañada de Mira Paula y Brenda Sayuri.