Nuestra entrevista con Galera empieza con diez minutos de charla sobre la escena musical del Reino Unido. Compartimos referentes, inspiración y artistas nuevos. Miguel es un chaval de Murcia pero bebe de todo lo más puntero que suena ahora mismo, tanto en España como fuera. Gunna.Gif (2024), su primer single, fue el punto de partida. Desde ahí, su propuesta fue tomando forma hasta dar con su primer y único álbum, Rest in Motion. El disco nace del frenesí: jornadas de diecisiete horas, poco descanso y mucho curro. Un ejercicio casi terapéutico, de escape. Hablamos con él sobre el proceso de un primer álbum, su relación con las discográficas (“claro que me vendo, gilipollas, mi trabajo es una mierda”) y todo lo que engloba su LP.
Hola, Miguel, encantada. ¿Me escuchas bien?
Encantado, te escucho como con Wifi de la NASA (risas).
¿Quién es Galera?
Galera es un chaval de Murcia de veintiún años. Empecé con catorce a producir, cuando todo el mundo estaba rapeando. A mí no se me daba bien y fue por eso que me interesé por la faceta de productor. He ido haciendo música durante los años, algún rap. No sacaba nada, quedaba todo entre colegas. Hace un año y medio me hizo switch el cerebro y dije, si a mí lo que de verdad me gusta es cantar y rapear. Practiqué mucho hasta que logré sacar algo como Gunna.Gif, el primer single que lancé.
¿Cuál ha sido tu relación con la música durante tu vida?
Siempre he sido muy friki de internet. Soy programador, toda la vida he estado con el ordenador al lado. Me fui interesando por los beats, por cómo se hacían a nivel técnico. Cuando vi el Fruity por primera vez recuerdo pensar, qué paranoia. Esa época de producción me ha ayudado mucho ahora, aunque productores como el Pleiss me peguen mil vueltas (risas). Soy capaz de saber lo que quiero hacer, identificar lo que no y, en general, tener buen gusto.
¿De quién bebe Galera?
De fuera, aunque también me fijo en lo que hay aquí y me parece una gema. Pero sí que me gusta estar muy atento a lo que pasa por Europa: UK, Francia, etc. También mucho R&B underground de Estados Unidos. En general intento aprender de todo el mundo con el objetivo de rapear cada día mejor que el anterior.
En otras ocasiones has hablado de tu autoexigencia, ¿fue eso lo que hizo que esperaras tanto antes de lanzar tu proyecto?
Creo que sí, pero considero que me vino bastante bien. No quería salir en ningún momento flojo. Cuando lanzase mi primer single quería que fuese, al menos, decente. Obviamente en algún momento tienes que empezar, no puedes estar toda tu vida intentando mejorar y mejorar, y es verdad que la mejor manera de progresar a veces es sacar tu música de una vez. Díselo a nuestro coleguita A$AP (risas).
Nada, nada. Él ya está de padre. Está en la suya totalmente (risas). Rest In Motion, tu primer álbum, es el epítome de esa autoexigencia de la que hablábamos. Desde el nombre hasta las letras, la idea de no parar ni para descansar se repite constantemente. ¿No te da miedo quemarte a ti mismo?
Bueno… Por obligación he tenido que adoptar una relación amor-odio con el no parar. El disco lo empecé el septiembre del año pasado. En aquella época estaba haciendo prácticas y a la vez trabajando de camarero, con jornadas de a veces hasta diecisiete horas. Luego iba al estudio. Fue una época dura pero por suerte (o por desgracia) me lo tomé como una batalla. Mi mentalidad era la de Rest in Motion; si no tenía tiempo para descansar, no pasaba nada, descansaría mientras corría. Micromomentos como ir en el autobús y tener diez minutos para meditar en medio del caos. Y al final las cosas salen bien. Como dice mi abuelo, la única cosa que no tiene solución es la muerte, lo demás se surfea.
¿Cómo crees que se va a recibir el proyecto? ¿Te importa?
La verdad es que nunca me lo he planteado. Pero sí me gustaría que, si hay chavales que también están en ese punto de la vida (currando, estudiando o en otro país viviendo),  sepan que no son los únicos. También me parece de puta madre si hay otro chaval que se pone el disco sin ninguna intención más que escuchar algo que le gusta. Es un proyecto que en gran parte he hecho con fines terapéuticos (risas). Me he desahogado y me ha servido como escape. Una vez esté fuera, cómo se perciba no está bajo mi control. Si alguien se quiere poner See U in Vienna antes de currar, perfecto. Y si alguien quiere ponerse BounceBack en la previa, perfecto también.
¿Sientes que has alcanzado tus propias expectativas?
Nunca se llega. Pero estoy bastante contento con el resultado, y eso es raro. Al Dani lo llevo frito siempre. Estoy aprendiendo que las cosas tienen que salir como tienen que salir, no le doy más vueltas. No creo que las haya cumplido al cien por cien porque eso nunca ocurre. Pero el disco lo saco con ganas y emoción. Con ese sentimiento me doy por satisfecho.
Hubo un parón de seis meses entre Wikipedia y #onlywannapop. Sé que la ejecución de los primeros proyectos puede ser difícil. ¿Cómo la has vivido tú?
Sí que ha sido un poco caos (risas). Al principio esto iba a ser un EP de ocho canciones. La idea era sacarlo en junio. El título, Wikipedia, y la portada son lo único que han quedado de aquello. Ya estaba todo cerrado pero me pilló en la época jodida que te he comentado, de ir a mil por hora y no pude lanzarlo.
Una vez se solucionó todo aquello, ya había cambiado algo en mí. El EP era como un Rest in Motion chiquito. Tenía mucha energía guardada y quería hacer algo más grande. Fui al Riverland como público en agosto y eso me engoriló. En un mes y medio hice once o doce canciones, nos metimos un sprint. En septiembre también firmamos con Altafonte. Quisimos aprovechar todo al máximo e ir pa’ diciembre.
¿Tú paras en algún momento (risas)?
Mi novia me dice, cabrón, ¿no puedes parar ni un segundo (risas)?
“Tienes que querer para los artistas lo que quieres para ti, coño. Si te mola un artista y se pega, alégrate.” 
Es que hay demasiada hambre, ¿no?
Sí. No sé si es una meta en concreto pero soy como un perro de caza. De hecho, he terminado el disco y ya tengo un EP, otro disco a medias… No me quiero relajar, no tengo ganas. Se supone que lo que debería es relajarme, pero no quiero.
Gran parte de las canciones son beats de YouTube, ¿no? Nunca lo hubiese adivinado. 
Sí, sí (risas). Estoy en mi casa, en Murcia. Allí no hay estudio ni na’. Si quiero hacer música todos los días, es lo que hay. Ahora ya estoy trabajando con el Pleiss a muerte. 
Si tienes buen gusto y conocimiento, eres capaz de hacer cosas diferentes con menos recursos.
Claro. A mí el sentido del gusto me parece tan importante… Ya no solo a nivel de artista, sino para la vida en general. Un tío con buen gusto puede hacer lo que se proponga. Esa peña es la que de verdad va a dominar el mundo.
Tú mismo has dicho que el envoltorio de tus proyectos es muy importante para ti y tu propuesta. Hugo Bas y tú sois quienes estáis al mando de lo visual. ¿Cuál era el concepto principal para este álbum?
Hemos bebido mucho del blanco y negro del R&B de Estados Unidos. Me parecía guapo, la verdad que no tiene mucho más trasfondo. Me gusta la imagen rota, el granulado. La portada la hizo Hugo y nos fijamos en El caballo en movimiento, una imagen muy famosa de Eadweard Muybridge.
Un feat con Nico Miseria en Como si fuera a morir y producción suya en 9 meses. Es uno de los raperos más respetados a nivel estatal. ¿Te sientes apadrinado? ¿Cómo se dio ese junte?
Es heavy, la verdad. No sé si apadrinado pero desde luego eternamente agradecido. Todo ha sido muy orgánico. No te puedes imaginar lo buena persona y humilde que es, parece tu colega del pueblo. No lleva ninguna película de artista. Me habló y me dijo que le gustaba mi propuesta. No se le caen los anillos por currar, por desplazarse, por integrarse en el proyecto, por aportar. Me quedé flipando.
Me mandó una carpeta con beats y de ahí salió 9 meses. A los dos o tres días me envió un mensaje y me dijo, oye, ¿hay tiempo para aparecer en el disco? Y así salió Como si fuera a morir. Estamos currando mucho a futuro. Se le nota que le gusta la música, el arte. Podría enumerar mil cosas buenas de él.
En Wikipedia dices, “claro que me vendo, gilipollas, mi trabajo es una mierda”. ¿Cuál es tu relación con las discográficas?
La verdad que no tengo nada en contra de ellas. Son un medio para llegar a tus objetivos, aunque también se pueden hacer las cosas de manera independiente. Hay mil tipos de contratos, la relación puede ser sana. También tienes un equipo que psicológicamente te da otro input. No creo que firmar sea sinónimo de perder la esencia, opino que hay bastante desconocimiento sobre el tema.
Hablando de perder esencia, en Gods Letter dices “me da igual ser un saco de clichés si eso paga el alquiler”. ¿Qué opinas sobre el término ‘macarronizarse’?
Puf… (risas) Pienso que tienes que querer para los artistas lo que quieres para ti, coño. Si te mola un artista y se pega, alégrate. Sí que es verdad que el artista también tiene un punto de responsabilidad, es decir, no cambiar completamente por haberse abierto a un público más grande.
Ya, ¿pero y lo de hacer barras fast-food?
Si a alguien le apetece ser más corny, también existen artistas menos corny, ¿no? Cada uno tiene su vuelta. Si un artista me deja de gustar, escucho a otro, no pasa nada. El público también quiere macarronizar frases que no son macarronizables. Tu artista lleva haciendo esto desde siempre, antes estaba guapísimo y ahora te jode. Igual lo que te jode no es que la barra sea corny sino que se haya hecho famoso.
En otra entrevista decías que uno de tus deseos era que te dejaran “de ver como promesa”. ¿Crees haberlo conseguido?
No lo sé, nunca se sabe. La etiqueta de ‘emergente’ a veces arrastra una connotación un poco fea. En ocasiones hace de menos, como ese ‘a este aún le quedan tres veranos’. Cada vez siento más miradas encima, y ya no solo del público, también de gente a la que respeto. Ojalá el disco sea un golpe en la mesa; y si no lo es, tampoco pasa nada. Con tal de sacarlo y que le sirva de compañía a alguien, yo ya estoy contento.
Veo mucho recorrido en tu propuesta. ¿Qué más nos espera de ti?
Tía, la verdad es que no tengo ni idea, y eso es bueno. Estoy currando como un condenado, tengo varios proyectos abiertos. Y estoy con muchísimas misiones secundarias (risas). Pero el mismo hambre y las mismas ganas.
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